jueves, 12 de julio de 2007

Bukowski I

Charles Bukowski
“La máquina de follar”

Un hombre en una gran ciudad moderna. No tiene grandes pretensiones, ni económicas ni de ningún tipo, pero sí tiene dificultades para llegar, como se dice, ‘a fin de mes’. Vive con una joven, y su relación parece estable. Un día él la engaña con dos de las amigas de ella, y acaba la historia cuando ella no llega a una cita con él. ¿Qué significa la ausencia de ella?, ¿está relacionada con la infidelidad sexual de él?, ¿será sólo que ella se ha retrasado, y podrá todo aclararse en una s horas?, ¿le había mentido ella, al concertar la cita, para mostrarle que ‘todo el mundo miente’ y es infiel?

Una joven pareja. Él es jugador, con buenas y malas rachas. En las buenas rachas, cuando hay dinero... ¡la vida misma!

En ‘Vida y muerte en el pabellón de caridad’ aparece el mundo de los desahuciados –física y socialmente- y también una crítica al deshumanizado sistema sanitario americano. Gentes sin horizonte, entregados al alcohol, derrotados. El placer del tabaco, el sexo y el alcohol. Demasiadas veces pienso si no será esa la única posibilidad.

‘Un lindo asunto de amor’. Dice B. que él es de los que nunca peleó lo suficiente; mejor dicho, de los que nunca se es “nunca fui capaz de luchar gran cosa”. Es otra historia de derrotados o de apáticos. Sin embargo, es una historia optimista, pues B. renuncia a cualquier trabajo pues sabe que en el fondo nadie necesita trabajar, pues nadie necesita el dinero tanto como cree.
Podría ser que B. se haya enamorado de la buena de G. y de su feliz casa y modo de vida. Pero aceptar la situación significaría esclavizarse y renunciar a su libertad (‘genialidad’); incluso aceptar unos días el cuidado de G, significaría engañar y caer en la hipocresía.

‘El malvado’. Pederasta. Inevitable. No defiende ni justifica B. al personaje, pero muestra inapelablemente el fatum maldito.

Maltrato. Machismo. Mujeres objeto.
Los relatos más autobiográficos son los más interesantes.

jueves, 5 de julio de 2007

Julio Llamazares. Escenas de cien mudo.

No puede el volumen mostrar foto alguna de las que Ll. nos habla, sencillamente porque dichas fotos son 'sus' fotos. Tal vez, aunque no lo creo tan plausible, dichas fotos no existan y todo sea una ficción autobiográfica. De todos modos, ficción y memoria son casi idénticas.