miércoles, 31 de diciembre de 2008

Tarde

Al final no ha salido tan mal la tarde, a pesar de mi insufrible dolor de cabeza y oídos. Me he encontrado con M. un joven amiguete fuerte y sano pero en absoluto simple, y hemos estado hablando de conocidos y de libros. Es una de las pocas personas cuyo excedente de energía no me consume y aplasta. Me ha recomendado los siguientes títulos: 'Anhelo de justcia' de Horkheimer; 'Forjando nuestro país' de Rorty; y la biografía sobre Wigensttein de Ray Monk. Espero encontrar algo en G. Al menos el de Horkheimer. También espero que me traigan a tiempo el de Pavese (es para regalarlo).

Querida L.: nos hemos acordado de ti. Te queremos y respetamos.

31 de diciembre

Si mañana es Año Nuevo, hoy es Año Viejo. ¿A quién se le ocurrió tan falaz distinción? ¿No quedamos en que los ritos de paso y de renovación son desesperados y vanos intentos de huida? Leyendo a Dostoievski, para quien siempre es víspera de entierro, hoy no es más que el día en que leeré unas páginas, tomaré unos cafés, me dolerá la cabeza, y no me dejarán dormirme hasta después de las uvas. Si al menos fuesen copitas de anís... A lo que iba, que es a felicitar el Año Nuevo; ¡feliz año nuevo, hijos de Eva! ¡Que el azar y la ciega causalidad no nos golpeen excesivamente en los próximos meses!

martes, 30 de diciembre de 2008

30 de Diciembre

Veinticuatro horas en cama con casi 39 de fiebre. Sólo desagradable. Pensando, a ratos, qué leer. Otro tipo de pensamientos más elevados o profundos me están negados. La actualidad, indecente como siempre, no merece el esfuerzo. Dudo entre 'Crimen y castigo' y 'Filosofía y poesía'. Este segundo es más cortito, una baza, pero es de Zambrano, que me resulta insufrible.

Me voy a la barra de la cafetería con los dos tomitos, y ya veremos.

Pues sí, he optado por Dostoievski. Ya lo empecé... creo que hay que armarse de paciencia. A la Zambrano también la leeré, pero no ahora.

lunes, 29 de diciembre de 2008

De Host

La belleza
la inteligencia
el amor exigen
una simplicidad
que no está
en nuestras manos.
.
La sinfonía de un lento
atardecer y la culpable
sentencia que nos aleja
definitivamente de Sísifo
y de Cristo,
de Sócrates
y de Íbico de Rodas
y de tus formas
de bronce blanco
entre sábanas
que semejan
una rendición.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Libros

Algo, aunque poco y mal, he leído estos días. 'El mago' de Céasr Aira; una novelita corta no del todo ligera; en positivo la idea central, que es la posibilidad para alguien de que todo sea posible, de que cuanto desee se convierta en realidad. Inevitablemente, la soledad y las ansias de 'realidad' terminan desmoronando a este Descartes mágico.

Entretenida 'El doctor Fischer en Ginebra' de G. Greene. Sólo entretenida.

Defraudante el libro de Jean Daniel sobre Camus. No se entera uno de lo que Camus o Jean Daniel (y Sartre) decían. Mucho brindis al sol por la eterna amistad (a pesar de la ruptura). Mucho periodismo y politiqueo de bajo coste. No recomendable.

Dos antologías poéticas de dos grandes poetas de segunda (según los expertos). La de L.A. de Cuenca y la de Luis A. de Villena. Esa poesía no tan espectacular mantiene viva la pasión indecible por el poema (y no por sus formas y actualidad). Me gustan especialmente los poemas descriptivos. 'Costura propia', 'Mi padre ahora baja las escaleras' y '1959 ´0 1960', de Villena. Los de de Cuenca son bastante irónicos y apasionados.

He encontrado un inencontrable por 0.75 euros. 'Los retratos' de de Cuenca de 1971.

martes, 23 de diciembre de 2008

Sancionado

Que no quería, que me parecía insufrible una tarde entera de compras. Todo empezó como en broma, así lo creía yo, y ha acabado, a lo Kafka, por lo penal. 4 días me han caído. Durante cuatro días, quien yo me sé, me ha prohibido acercarme al blog. Pienso que mamica algo ha tenido que ver; yo no me esperaba tan dura sentencia. Supongo que tienen razón, que ella y superella siempre aciertan... pero me parecía una tortura el erosqui hasta las 9 o las 10. Me lo he ganado, pero ya estoy arrepentido; ¿podría darme alguien la fórmula para congraciarme con la gran mamá y la bendita de su hijita? Pues nada, hasta el 28 y feliz fun-fun-fun.

Pd (desesperada): estos reyes les regalo un tomito de Epicuro a cada una.

Moraleja epicúrea

Érase una vez un país en que los niños jugaban a ser niños y los adultos no molestaban... pareciera un país de ensueño, y así fue hasta que todos crecieron. Los adultos murieron, que en paz descansen, y los niños, talluditos, niños fueron para siempre siempre. Moraleja: primero filosofar y después, si aún quedan ganas, vivir.

Basarov

¡Arriba, dormilones! Hoy es un gran día para... ¡se me olvidó! Bueno, pues en pié de todas formas, que nos esperan las cafeterías y los escaparates. ¿Buen ánimo? Ninguno, o el de siempre. Basarov, el de 'Padres e hijos', es un poco lerdo, y bastante malcriado. En fin, a los tres cuartos del tomito aún mantienen Basarov y Arcadi un cierto respeto y amor a sus padres... No termino de entender la trama. No hay trama sino puro costumbrismo o algo así. Es el revolucionario ideal, Basarov digo, porque en absoluto lo es, a pesar de sus chácharas nihilistas. Un poco como nuestra espeluznante progresía.

Pd: he decidido dejar de fumar el día 8 de enero a las 8 y diez minutos de la mañana. No sé cómo va, pero igual me compro unos parches... uno para cada ojo.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Otro poemilla

El universo es más grande
que los poemas de Withman,
y Adán quedó angostado
y seco al paso de las estaciones
y los sueños de la especie.

Sus largos y henchidos versos
son un rumor de felicidad,
de humanidad, de progreso
y naturaleza; ahora
un monótono y apagado
salmo a lo incierto.

Rima libre y quebrada
como la garganta del profeta;
comercial de almas y sufragios
entre neones y eslóganes,
el saldo último de la libertad.


Pd erudita: donde habla de 'los sueños de la especie', bien podría haberse escrito los de la Ilustración o los de Wall Street.

Me digo a mí mismo

El espeso, el de mente opaca y resistente, soy yo. Sé que al platonismo más furibundo le acompaña siempre una dionisiaca pasión; sé que lo racional es metáfora de lo 'no tan falso', de lo no deshonestamente desfigurado. Sé de las máscaras, que como un bello y sombrío mar son múltiples y la misma. Admito lo de la claridad posible... hasta cierto punto. Pero ¿no es como si estuviéra diciéndome, sin decirmelo, lo que no quiero decir y tampoco callar? ¿Para qué...? ¿Para qué seguir hablando o pensando cuando todo decir y pensar vienen innatamente fracturados?

domingo, 21 de diciembre de 2008

Poemilla

Un 21 de diciembre,
por ejemplo éste,
es ideal para recordar
algunos grandes poemas
-aquel de Ángel González
sobre su amada y Dios,
o el de Biedma sobre
la juventud maldita,
o el de de Cuenca
pillado in fraganti...-
una fecha perfecta para
recordar pero no para
escribir poema alguno.
.
Porque nada se siente;
unos rayos de escaso sol
sobre mi otitis de fumador
son mi única sentimiento,
como una afección neutra.
.
Unos versos sobre la Nada...
no sé... lo de siempre.
Y tampoco quiero abusar de la ironía
y de los demás recursos antiéstéticos...
Describiré un bello paisaje, eso haré.
.
Con el perfil exaltado entre el blanco
invernal y el azul de un día sin nubes
y frío cortante, majestuosa, poéticamente
omnipotente, se alza en las pupilas
y el corazón la mastodóntica sierra.
La Alcazaba y el Mulhacén reinantes
sobre bellos y románticos puebluchos
y sobre la mesita con mi café y el Ducados...
.
...y recuerdo a Juan Luis Panero
disertando, en un magnífico poema,
sobre no sé qué estúpida
convención en Roma. De poetas,
de acaudalados poetas hubo de ser.

Planes navideños

Recluido en mi fangosa esterilidad. Proyectando alguna lectura y trabajillo para estas vuestras fiestas (y que me obligáis a festejar). ¿Poesía? ¿Nietzsche? ¿Crimen y castigo?... una libretita para apuntar mis cosillas. Otra para hacer esquemas, muchos esquemas -juegos de palabras, como el brantreinin pero menos tonto- muchísimos esquemas de los temas y asuntos más insospechados. De cualquier cosa menos de política y pedagogía, que una miaja de orgullo me queda.

Coche: M. Gr. M. Gr. M. Gr. etc, hasta la imbecilidad.

100 euros (salvo que pueda trampear otros tantos) para gastar en la Atlas (que ahora está junto a Trinidad). De viejo y segunda mano. No pisar los supermercados Picaso. Acostarme el 31 antes de las 12, si es que me dejan...

Otros asuntos... ahí se andan... entre la nobleza, el miedo y el hambre omnívora.

Pd (muy seria): ver aquí.

Amathesis Universal

El orden correcto de la investigación es el que va de lo general a lo más particular. La cantidad y calidad de las verdades posibles está inscrito en la primera y fundamental certeza indudable. Alcancémosla y alumbremos y paramos cuanto queramos.

Primero indagaremos sobre la existencia en general, de si es razonable concederle algún sentido, y luego vendrá, en este riguroso orden, lo de Dios y las Constelaciones. Me temo, sin embargo, y estarás conforme, que nuestro sano ideal cognoscitivo ya ha dado cuanto le es dable. Todo, que es nada.

Pd: al menos, aquello del Genio Maligno ya no nos quitará el sueño ni nos hará trampear con las palabras.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Deseos para el próximo Milenio Nuevo

Un libro en las manos, adentro de una inmensa biblioteca salpicada de mis cacharros y mi desorden, unos pocos buenos amigos -con los que se habla y juegan tonterías, pero siempre de fondo el sonido a hueco del Universo y la compasión, y unas bellas caderas blancas y frescas... ¡qué más debe haber! La salud es imprescindible -aunque voy encariñándome gustoso de mis achaques crónicos- pero no lo es el dinero ni el amor. Posiblemente el amor -la pasión es otra cosa y está relacionada con bellas gacelas- sea asumir no del todo derrotado este escenario tan fugaz y ruidoso. Querer seguir viviendo sin perder la lucidez, y esto no es fácil, y saberte a las puertas de un nuevo día, algo así debe ser la satisfacción posible.

.
Ágiles y bellas gacelas
asoman sonrientes y blancas
en la terrosa sonrisa del viejo.
La vejez comienza a los veinticinco
y es muy difícil de superar.
.
Jóvenes gacelillas azules,
el color del cielo y de la carne,
canturrean y bailan
el ritmo de los músculos
y las fibras extendidas.
.
Sonríe el león tanta dignidad,
es ya mucha la sangre comida
y demasiados los retoños muertos,
y bosteza distraído sin perder el brillo
malicioso en la mirada.
.
Este majestuso tedio
a la sombra del niño muerto,
como una tela de araña
color oro y destino,
atraparon a la última
e inocente víctima,
¡oh, gacelilla triste y rendida,
que sabroso tu olor dormido
y tu sudor evaparado!

Intrahistoria

Sartre, que demasiadas veces es un flagrante impostor, decía que no se debían escribir, ni aun muy sutílmente, las pequeñas cosas que a cada uno le fuesen pasando u ocurriendo. Decía que era amplificar innecesariamente lo que no tiene ningún valor. Pero si esas pequeñas futilidades son tan despreciables, ¿de qué escribir o sobre qué pensar? Se engaña quien piense que hay algo distinto a lo cotidiano absurdo, y quien pretenda para la razón ninguna finalidad superior.

Pensar es monótono: hay que huír de lo falso espectacular. Tan monótono y tedioso como lo es la vida. La mía, de la que realmente puedo hablar. El objetivo, todo bien confundido, es desahogarme, entablar pequeñas conversaciones, engañarme lo justito e ir tirando a unos metros de la cola del supermercado y de la cultura oficial.

Pienso que un pensamiento, del ámbito que sea, o una obra de arte, se convierte en clásico, es realmente bueno o genial, por el número de libros, a favor y en contra, que engendra. Inevitablemente cada generación asimila desde muy temprana edad los principios y acciones básicas de la cultura recibida. Este es un requisito indispensable para la propia cultura, su afán trascendente. Quiero decir que triunfan las obras más comunicables, las que permiten la libertad sin el derecho a ejercerla, la belleza sin placer o la inteligencia vuelta de espaldas a lo que realmente quire conocer. La filosofía, como el arte o la ciencia y la religión, son permitidas por la sociedad en cuanto proporcionan una coartada a la 'normalidad'. Esta normalidad no está basada ni menos aun fundamentada en principios comunicables y discutibles, sino que remite a la animalidad biológica de nuestra especie. Supervivencia, inercia y autosatisfacción son las causas de nuestra necesariamente dogmatizada estupidez.

Todo esto viene a cuento de que ayer, mientras leía a Epicuro, tan sano y sensato (un poco ingenuo y demasiado intelectualista, sin embargo) buscaba el motivo que pudo llevar al hombre a optar descaradamente por lo platónico, en sentido amplio. Veo difícil una ordenada vuelta atrás, pues la fuerza del platonismo es la promesa de lo imposible civilizador. Un desideratum impensable e impracticable pero que justifica en los corazones y mentes más honestas la sociedad deshumanizadora en que nos encontramos. Como si renunciar a lo inhumano fuese renunciar también a lo humano y personal. A sus márgenes pero aún a su sombra se puede subsistir, es posible un algo de libertad y lucidez, pero al precio de la mayor infertilidad y desasosiego personales. La historia de este lento vaciamiento es lo que una novela o un diario deberían recoger.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Aquí

Hoy, día antepenúltimo del inicio de una sagrada convención, dispongo de algo de tiempo para divagar. Pero no pienso hacerlo, no, que sabe Dios dónde y de qué humor acabo. Voy a estudiarme la 'Carta a Meneceo'. Sólo eso, mientras mis benditos monjes copiadores ven una película políticamente correcta. ¡Es el quinto año en que la pasan... como el evangelio de mis años escolares! Que la disfruten, no seré yo quien critique a quien me paga.

Otra cosa. ¡Horror! El blog actualiza mi edad automáticamente. ¡Qué miedo pensar que haga lo mismo con mi foto!

Pd: no voy a catar el maridifrag hasta después del Meneceo. Palabrita de astuto impostor.

Pd (2): día cumplido. Finito, que es acabado. Completo y hundido.

martes, 16 de diciembre de 2008

Poema epistemológico (borrador)

Me importa la verdad
porque repelo a los hombres falsos
incluso cuando callan y se arrepienten
-apestan su ruindad y su dañina inocencia.
La verdad es la honestidad,
que es más que una palabra,
aunque nada es más que su sonido,
y la verdad es la realidad inabarcable
y multiplicada por cada pensamiento
y cada lágrima,
que son la misma cosa si algo han de ser,
y que son toda el alma,
ya te dije, que es todo el Universo
y es de cristal.

Poemilla (more Hesse)

A ciegas
el caminante
cansado y alegre
contempla el paso
de las estaciones
y su variado color.

Una corneja lo despierta
y sueña
cisnes en un estanque dorado.
Es invierno
y luce poderoso el Sol,
caliente el ánimo
y las viejas articulaciones.

A la distancia se divisa un pueblito
de otra época,
con su reinante campanario
y su decente camposanto,
pero el viajero,
sin prisas,
paciente y distante,
no osa acercarse
a más de dos leguas
de su ensoñación.

Despierto o dormido
lo más terrible es el camino,
y los imposibles paisajes
acechan plácidos
para el poeta.

2 citas de Gógol

Dos citas de 'Almas muertas' de Gógol, para Malainfluencia:

"¿Cómo no van a indignar cosas parecidas a un corazón ruso? El carácter ruso se malea, es algo deplorable. ¡Ahora empieza a embuirse de quijotismo! ¡Eso no se había visto antes! ¿Le gusta a uno las Luces, el Progreso? Se convierte uno en Don Quijote de la educación. Se abren escuelas que ni a un imbécil se le ocurrirían. De ellas salen inútiles totales, tanto para el campo como para la ciudad. Borrachos conscientes de su dignidad."


"Sólo Dios lo sabe. Nosotros somos personas instruidas: hemos seguido cursos en la Universidad y, sin embargo, ¿para qué servimos? ¿Qué he aprendido yo? No, ciertamente, el arte de vivir. Acaso el de gastar en toda clase de refinamientos. Me he familiarizado con gran cantidad de cosas costosas. ¿Acaso porque haya estudiado de una manera absurda?"

Pd: he empezado 'Padres e hijos' de Turgéniev. Menos ligero de leer que el Gógol. Será pillarle el ritmo... o dejar el libro. Me han regalado de un tal Lajos Zilaji (que por el nombre no debe ser de por aquí) 'Las cárceles del alma'. El título promete, y me gustaría leerlo en estos días. Estoy tentado de gastar 50 euros en un Papini de 1925...

Lenguaje

A vueltas con el lenguaje. Como las propias entrañas y el cerebro con sus emergencias es inevitable. Fatalmente inevitable, para la confusión y la alegría intelectuales; algo así como una condición biológica de posibilidad 'humana'. Es inevitable, útil -hasta donde es útil- y vergonzosamente altivo. Las palabras, como los pensamientos, son verdaderos (algo así como iluminativos o autosatisfactorios) en cuento que no son verdaderos, en cuanto desfiguran y simplifican la realidad. La verdad humana (y no hay otra) lo es en cuanto mentira. Hasta aquí bien, pero no es tan fácil.
Es cierto que los conceptos y las palabras remiten a sub y supramundos, nunca al mundo, pero resulta que tal paradoja convierte esos no mundos en el único mundo verdadero. Como una infinitamente flexible tela de araña, ciega y hambrienta, la mente humana lo digiere todo. Nos quedamos, cuando reflexionamos sobre esto, en la más indigente de las ignorancias. Ir más allá de la semántica, convertir el ensayo en poesía (y ésta en galimatías), buscar lógicas difusas o preparar un lenguaje perfecto, incluso las más osadas filosofías, como las de Platón y Descartes, que a fuerza de hacha quieren traspasar el lenguaje y el pensamiento, todos esto inocentes intentos, digo, no son más que remedos futiles que nos alejan de la que podría ser una honesta posición. Llamémosla de un 'respetuoso desprecio' por el lenguaje y el pensamiento. No olvidar, desde la trampa del cerebro, la cuestión personal y primordial de la tragedia y la soledad. Casi todas las cuestiones se pueden escamotear, pera esta no, por muy indecible e inapropiada que sea para el propio espíritu. En estos desérticos lares, los límites del lenguaje y el pensamiento adquiren su verdadera importancia, que tiende a cero cuanto más honestamente te miras al espejo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Humo de madrugada

Te acercaste
libélula
luz
tímida
el rocío
bicolor
encharcando vuelo
la última estrella
alzado
perpendicular
dormida.

Te posaste
lluvia
desnuda
verde virgen
anteojos del tiempo
leve
alba multicolor.

Te fuiste
despertar
soñadora
azul
naranja
verde
infinitos
dedos del cuerpo
tierra y flor.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Verborrea

Aquí, malpagado -los sinsabores de la vida- haciendo de escoliasta de los nuevos escoliastas de Platón y Desacrtes. Y la verdad es que estoy cada vez convencido de la inutilidad de algunos saberes, al menos a ciertas edades y países.

Pd: la lectura rápida y divertida de las leyes sumerias me ha servido para recordar y proponerme releer el Kramer, un librito que recuerdo maravilloso y que fue mi introducción a toda aquella gente premesopotámica. Uno del Jean Bottero con otros también tenía capítulos d los que 'engachan'.

sábado, 13 de diciembre de 2008

De Host

Premonición, de un poemilla de Host de hace 5 ó 6 años. Ni una coma se le ha cambiado, y algunas palabras remiten acusadoramente a otra época. El estilo argumental, que rebaja muchísimo la calidad estética de los versos, es fruto del pasado estilístico de Host.

El universo en una palabra, en una mirada o en un beso…y también la muerte y sus pequeños anticipos. Qué extraño baluarte son las palabras y el Yo, y qué absurda la inexpugnable fortaleza de la soledad. ¡Qué absurda la fertilidad y la abundancia!
En sus amplísimos e inexplorados reinos, los signos marcan límites y nombran objetos y deseos que como abismal pantano venenoso irán rodeando para siempre ese falso hogar que la costumbre y lo desmesurado han ido levantando tan adentro de cada uno. Será cómico, solemnemente cómico, entonces, contemplar el cansancio y la rendición de este vacío pellejo del deseo. Los silencios más profundos, los que las palabras ocultan y encienden, como un rumor de universo vaciándose. ¡Qué remota y renovada la belleza cuando no le exijamos lo que ella no puede darnos, y que acaso nunca habíamos deseado! ¡Qué difícil, entonces, los besos y las miradas!

Sumerios (2)

Entre sumerios y rusos. Tras larga deliberación interior (2 minutos intensísimos) he decidido no comprar hoy ningún cultural. Ha ganado, quién lo diría, mi yo más noble y decente.

"Si la esclava de un hombre se iguala a su señora y la maldice, se le refregarán los dientes con un kilo de sal"

"Si un hombre ha mordido la nariz de otro hombre y se la ha arrancado, pesará una mina de plata (medio kilo)."

"Si un guardián ha sido negligente en la vigilancia de la casa y si un ladrón ha penetrado en la casa y si se le prueba al guardián que no ha guardado la casa, se le matará y será enterrado sin sepultura delante de la brecha."

"Él liberó y condonó las obligaciones para aquellas familias endeudadas, ciudadanos de Lagash, que vivían como deudores a causa de los impuestos de grano, los pagos de cebada, el robo o el asesinato. Uruinimgina prometió solemnemente al dios Ningirsu que nunca subyugaría el poderoso al huérfano y a la viuda."

"Si un hombre se divorciaba de su mujer, el ensí (rey) cogía 41,5 kilos de plata, y el ministro de justicia cogía 8."

"Si una mujer habla irrepestuosamente a un hombre, la boca de esa mujer es quebrantada con un ladrillo encendido y el ladrillo encendido es expuesto en la Puerta de la ciudad."

viernes, 12 de diciembre de 2008

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Pd: ¿qué me dices de 'Libertad bajo palabra' y 'El arco y la lira' de O.Paz.
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Otra pd:
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Sumerios

Nada mejor que una extravagancia para airearse. Esta tarde estoy de casualidad con 'Los primeros códigos de la humanidad', de los sumerios, edición de Lara Peinado. Muy entretenidos los 'namtar' y las 'di', los mandatos y leyes de aquellos pueblos tan alejados pero parecidos al nuestro. La introducción pseudoerudita tiene el tamaño justo para mí; un par de cuartillas he sacado con nombres y algún esquemilla. Nada, nada, que muy recomendable. Todo, todo, muy actual:

"Cuando un cadáver era llevado para el funeral, el sacerdote cogía sus siete cántaras de cerveza [140 litros], sus 420 panes, dos ul [72 kilos] de grano khazi, un vestido de lana, un apoyacabezas y un lecho. Y el sacristán cogía 36 kilos de grano."

"Si el futuro yerno ha entrado en la casa de su futuro suegro y si el futuro suegro ha dado después su hija a otro hombre, devolverá dos veces el don de las nupcias."

Como la vida misma, pero en cuneiforme.
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Tirandillo

Demasiado denso el ambiente para situarme. Un poco a ciegas, según la máxima cartesina, en cualquier dirección. Familia y trabajo... qué decir que no me entiendas. Lo grave es que me preocupa en exceso mi rendimiento en esos márgenes (no tan marginales demasiadas veces). Leído pero no rumiado el Epicuro. Casi acabado el Gogol (iré ahora a por Turgeniev). El italiano, molto piano. Eso sí, ultimamente tomo capuchinos... de algo valdrá. La agrafia a flor de piel... me entretiene leer a MLL y escuchar sus musiquillas (las dos últimas no). Él es más constante, y más puro (sé lo que me digo, y no es mentira). No tengo tiempo ( y pocas ganas) para los vídeos de 'hijosdemileto'... ¡Tiempo, soledad, silencio, bares a horas vacías...!

martes, 9 de diciembre de 2008

SOS

Para lo que últimamente me sirve el ordenador. !oh, tiempos!

Yolanda

¡Qué terrible la naturaleza
en la mirada de un ángel partido,
en el rostro muy triste de una niña
de 12 años! Se llama Yolanda
y sufre un grado de parálisis cerebral.

Su padre, Use, le había regañado,
la había amenazado, como amenazan
los padres de infinito amor, con dejarla
en casa y no volver a vernos...

¡Qué triste -¡no hay ojos más dolidos!-
y qué ignorante de todo, de eso malvado
que es la vida, se quedó Yolanda
apoyada en la barra de Filo sin saber qué hacer
o decir pero con toda la negra melancolía
de un alma a destiempo!
.
No sentí pena por ella, ni por el bueno de Use,
sino que sentí helado y perforador todo el amor
y todo el absurdo -en esto consiste el verdadero
sufrimiento- de que es capaz el hijo del hombre.
Me atravesó una dulce y repulsiva tristeza
por todos nosotros.
.
La mirada de ojos negros y momificados
de Yolanda es, y no lo olvidaré jamás,
el trono vacante de todos los dioses.
.
Todo el rencor derrotado y toda la bondad humana
se condensaron amenazadoramente.
.
Era amor no felicidad
lo que emanó aquella tarde vulgar
de diciembre en la esquina sur de la Porticada,
y la lúgubre certeza de su inasumible futilidad.

Convaleciente

Evidentemente, no me sienta nada bien pensar. No debo pedir a mi inteligencia las confortables razones del para qué y cómo de todo esto. Nada me ofrece mi paupérrimo o sádico entendimiento al respecto, y sólo vacia un poco más mi alma anoréxica. Los sentimientos, confusos y sin convicción, de poco me valen. Mi voluntad, en retirada. A qué y por qué poner un ápice de sana voluntad y deseo. La inercia me lleva, y si no la pensara y rumiara esperando no sé qué hasta podría creerme medianamente feliz, y sólo a ella me acojo. Inercia y no pensamiento, ¿será posible tal balsámica mixtura en mí?

Pd: a la mitad del Chichikov; más interesa 'Almas muertas' por la crítica a lo ruso superficial e hipócritamente moderno y europeo que por la historia en sí. Recuerda el lamento de Gogol a los del 98 español. Sí: Rusia y España están fuera de Europa. Amor y despecho hacia lo europeo.

Pd (2): sigo con Epicuro. Me encanta su paganismo y su antiplatonismo. No admito su optimismo e intelectualismo. En mi Jardín será posible la 'serenidad' pero no la felicidad.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Poema tonto

Un paisaje helado,
confundidos el color del cielo con el de la tierra,
ya no enciende mi pecho ni me hace sentir
en épica lucha con la naturaleza.
Un paisaje helado,
bello porque es excepcional en mis latitudes
y porque no soporto los paisajes estivales,
me deja frío,
en el lato y nada poético sentido de la palabra,
y ni reparo en él,
o sólo ocasionalmente para reírme un poquito
gastándome una poética broma.

Soy yo, claro, quien ha cambiado.
Los grises y nevados campos siguen sucediéndose.
Perdí la batalla, o tal vez la gané,
pero ya firmé una deshonrosa paz de costosas cargas
imposibles de pagar en una eternidad.

Quizá sea este el mejor argumento de mi incredulidad;
no querer una eternidad en pena y escondido (que es lo que
hacen los malos pagadores).

Un paisaje helado y solitario, de escasa y molesta luz,
ya no me hace pensar en la inexistencia de Dios
o en una biblioteca infinita.
Un paisaje helado, solitario o no,
me hace sentir dolor en las articulaciones
y me hace pensar en si mis zapatos aguantarán
tanta humedad.

Gogol

A los rusos hay que leerlos a traición. Por lo menos a los de antes, a los mastodónticos. 'Taras Bulba' paras 'Almas muertas', Gogol, Lérmontov y Turgeniev para Dostoievski y Tolstoi. 'Pobres gentes', 'Noches blancas', 'La casa de los muertos', etc para los Karamazov. Pues que ahora he empezado 'Almas muertas' para ir cerrando el cerco, en unos añitos lo habré conseguido, sobre 'Crimen y castigo' y 'Ana karenina'.

Chichikov, el protagonista, da mala espina desde el principio, apenas llevo 100 páginas y me temo lo peor, que él solito la va a liar y se me va a hacer insoportable. La verdad es que todavía no ha logrado Gogol interesarme por Chichikov, pero disfruto la novela por lo del costumbrismo. Creo que la acabaré bien, a buen ritmo, como segunda lectura. Para antes de dormir y eso.

Pd: pues nada, aquí de poeta perdido leyendo a Epicuro. La parte fea e ilegible, la más poética. Que si simulacros y afecciones, que si el alma es fuego y aire, y éstos átomos, que si lo incorpóreo no puede existir, que si el error proviene de las opiniones y juicios apresurados, que si el lenguaje nace por denotación (a lo Kripke), que si el vacío es infinito y el tiempo una ilusión... genial, maravilloso. Material de primera para un 'poema epicúreo'.
¡Estos griegos!: la felicidad suprema consiste en la sabiduría perfecta, en el perfecto conocimiento de la Naturaleza y de nuestro anclaje en ella. Por esto no paso, y ni a Epicuro se lo perdono. La felicidad posible es la ignorancia absoluta, o el sobrehumano esfuerzo por no ser ni pensar. ¡Con la vida, con el Universo, no hay pacto ni reconciliación posibles!

Otra pd: pues sí, los ritos y sueños de renovación son un insensato no querer comprender la cruda realidad de ser hombre, que dijo Vallejo. La noche y el día no se suceden en armónica y regeneradora dialéctica, sino que ambos, simplemente, suceden pesados e inexorables.

Teología política

La mayor esclavitud es creerte libre sin serlo. Y así, esta misma fórmula, para la felicidad y el conocimiento. Nuestra cultura apariencial sobrevive y crece desde este falso entusiasmo y seguridad que nos constituye. En el fondo, y creo que lo dijo algún francfortiano, lo que ha habido es una delegación de funciones íntimas y básicas del individuo en la impersonal sociedad actual -y por lo tanto buena por definición. El individuo se ha hecho un liftin de cara, pero le han vaciado las entrañas. Más que escisión se trata de un vaciamiento. Dos inmensos argumentos, teológicos en definitiva, defienden eficazmente este sistema frente a las acometidas del individuo escarmentado: (a) hay sitios, la mayor parte del planeta, en que se vive, material y políticamente, peor; (b) no parece haber alternativa aceptable, esto es, una que no arriesgue los beneficios, materiales y políticos, alcanzados. La trampa está en que no se nos ha enseñado lo realmente valioso, en que no tenemos una escala propia de por lo que vale la pena perder algunas otras cosas. Se nos ha acondicionado para venerar la actual situación; al individuo se le ha dejado tetrapléjico para eso de decidir y hacer su futuro. Igual que la existencia del Cielo y del Infierno eran un asunto exclusivo de Dios, por mucho que fuesen los propios hombres los que iban a disfrutarlo o padecerlo, hoy nos vemos sometidos a la libertad y felicidad posibles que algún ente (la Historia, la Sociedad, el sentido común, etc) ya decidió por nosotros.

No me gusta especialmente Marcuse, lo veo un ecléctico ocasional, pero acierta cuando propone pequeños cambios (reforma ley electoral, nacionalización de los servicios básicos, una Constitución eónómica de obligado cumplimiento, etc) que harían una sociedad mejor y que nos permitirían ir viendo las cosas de otro modo, y que al final, quién sabe, nos capaciten de verdad y nos hagan desear realmente una sociedad menos artificial y falsamente opulenta.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Borrador agotado

La más exahustiva e imposibe descripción del Universo
no es más árdua ni más titánica que una simple lágrima.

Todos los ríos y todos los mitos y leyendas indecibles
anidan minúsculos como en un mapa gigante en cada mirada.

Las lágrimas más bellas y las más horrorosas, los sollozos y los silencios
de muerte, son también formas azarosas del Universo, o de Dios.

Continentes y siglos hicieron falta para cada idea,
y desde siempre en nutritiva raíz están el canto y el éxtasis.

Y el día y la noche, y todas sus filosofías esclarecidas,
llegaron después para olvidar tan simple e inabarcable verdad.

Filosofía

No me gusta la filosofía que oculta los sentimientos o que los usa sólo como datos para la razón. No me gusta la filosofía.

Creo que los márgenes de la filosofía están agotados, alguna esperanza guardo sobre los de cierta Literatura.

Los verdaderos territorios por explorar no se dicen en ningún mapa. Además de la Literatura, ha de vivirse un poco en esos límites, un poco 'diferentemente'. Mi valor e inteligencia escasean, así que sólo 'un poco'.

Leer afilosóficamente los libros de filosofía, y hacer Literatura de la propia (evitando la excesiva impudicia) experiencia.

Enseñar, habiendo aprendido a callar lo importante -que se dice de otra forma- y a decir amablemente lo superficial, que al final no lo es tanto.

Arriesgar el alma, que para eso está. La pura espontaneidad [hipotecada]. ¡No olvidar que Dios ya murió pero que seguimos siendo sus hijos!

Aprender la paciencia y la compasión; ¡qué inmensa es entonces la Literatura!. V.gr. La dulce poesía en el árido y sabiondo Epicuro. Ver siempre la mano del hombre tras la catástrofe y la dicha, ver la propia mano, que es de todos.

Repetir los más bellos poemas, sólo con algunas variaciones para no olvidarlos.

Todos los juicios, como todos los hombres, todos los poemas y todos los filosofemas son meras tautologías de la eternidad, o desde la eternidad, del azar o de Dios. Del azar, que no es posible dios tan inexperto, complicado y sádico. Toda existencia, cada existencia contada una a una en cada uno de sus instantes, es también un mero exabrupto analítico. Nada es realmente novedoso, sintético diría la araña alemana, y menos aun es pensable que el hombre sea una realidad sintético a priori. Qué expresión más descortés para autodenominarnos hijos o herederos de Dios. Lo de la tautología y lo analítico es un interesado eufemismo del vacío y frío que nos constituye.

Fui testigo de la muerte de un poeta. Fue poco antes de su último y realmente insuperable verso: "el alma es todo el Universo, pero el alma es de cristal". No fue el pobre diablo consciente de esto, aunque el mérito es suyo, nadie se lo discutirá, y no supo siquiera que sería su epitafio.

Circe es nuestra diosa. Ella nos entiende y nos ama, y pide poco, muy poco, a cambio. Circe se viste de gala, y nos amamanta bella, lasciva y torva con el néctar de los tiempos, el progreso y todas sus demás dulces trampas.

Acabar, lo que es realmente dejar de ser, esto es, no ser en absoluto, o como si nunca se hubiese sido, morirse de una vez y para siempre, les digo, me temo que es imposible. Al menos mientras no cambiemos las leyes de nuestro Universo y la idea ramplona (un traje de buena tela que nos viene dos tallas grande) que de él tenemos. Me repele la idea de que una vez yo muerto, y los más bellos libros hayan sido tritutados por los eones por llegar, mis partículas se mezclen con las de los libros escritos y olvidados y produzcan en azarosa e inevitable combinación nuevas formas inmortales y ridículas. Esto me pasa por leer a Epicuro.

martes, 2 de diciembre de 2008

De Pavese

De Pavese:

The night you slept

También la noche se te asemeja,
la noche remota que llora,
muda, en el corazón profundo,
y las estrellas pasan cansadas.
Una mejilla toca una mejilla-
es un estrtemecimiento frío, alguien
se debate y te implora, solo,
perdido en ti, en tu fiebre.

La noche sufre y anhela el alba,
pobre corazón sobresaltado.
¡Oh rostro tapado, oscura angustia,
fiebre que entristece las estrellas,
hay quien, como tú, espera el alba
escudriñando tu rostro en silencio!
Estás tendida bajo la noche
como un cerrado horizonte muerto.
Pobre corazón sobresaltado,
en un tiempo lejano eras el alba.

.
...Callar es nuestra virtud.
Algún antepasado nuestro debió encontrarse muy solo
-un gran hombre entre idiotas o un pobre insensato-
para enseñar a los suyos tanto silencio...
.
...La ciudad me ha enseñado infinitos pavores:
un gentío, una calle me han hecho temblar,
a veces un pensamiento, atisbado en un rostro.
Noto aún en los ojos la luz escarnecedora
de miles de faroles sobre la barahúnda de pasos...

Por decir algo

Si tuviese que prologar una Historia de la Filosofía comenzaría por reconocer que no sé qué es eso de la filosofía. No me refiro, no se trata de una modestia metódica, a que a filosofar se aprende filosofando, ni quiero decir que la cosa filosófica sea una ocupación tan noble e imprescindible que las palabras y las definiciones se queden escasas. Es algo más básico. Sé cómo definir la filosofía (soy capaz de una definición operacional, simplemente), y creo entender la utilidad que ha tenido y que hoy en día pueda tener dentro de nuestra cultura para las sociedades y los individuos. Lo que desconozco, y no me quita el sueño sino que me aleja despreocupado de la Filosofía, es para qué hemos filosofado durante tantos siglos; me descorazona el convencimiento de que la filosofía -como gran parte del arte y la literatura- ha estado, incluso explícitamente, al servicio de unos intereses que me resultan inaceptables. No consigo convencerme de que la mayor parte de los filósofos de todos los tiempos no han sido conscientes de tal falsedad. Cómo y por qué hemos mantenido durante tanto tiempo la aparente convicción de que la filosofía era una lúcida mejora para el ser humano, cuando no ha mostrado más que ser uno de los síntomas de su degeneración. La filosofía, pero no sólo ella, como achaque y manifestación de un cansancio y vejez prematuras. O incluso de un infantilismo insuperable, genéticamente o culturalmente imposible de evitar.

No es sólo, que ya es bastante, que la filosofía se haya estrechado conforme iba institucionalizando su saber. Tampoco que su modo lógico y lingüístico de proceder la obligue, por definición, a respuestas falaces, incurriendo casi siempre en una circularidad o petición de principios flagrantes. Es, y esto es lo que en definitiva quería contar en estas ociosas líneas, es que la aparente radicalidad de la filosofía no es sino un modo de ocultarnos las cuestiones realmente radicales, a las que acaso sería suicida acercarnos. La razón, sofisticada, sofística y engreída, es simplemente un instinto mitológico de supervivencia.

Pd, también ociosa: reinventar (digo por hacer algo, que lo mejor tal vez sea no hacer nada, y verlas venir), reinventar digo, y me pregunto por la prioridad y posibilidad: (a) la propia filosofía, (b) la sociedad y cultura, y, (c) al propio individuo, cada uno a sí mismo... hasta donde pueda y quiera. ¿Qué opción es la preferible?

lunes, 1 de diciembre de 2008

Vocación

Demasiada verborrea vacía me gasto cada día, como insomne, de 8 a 2. Por las orejas me salen los Jaspers, los Descartes y los demás indígenas de mi artificial arsenal. Es ridículo lo mires por donde lo mires. Por lo que cuento, que es falso y superficial; por quien lo dice, servidor, que está a años luz de esas estúpidas fórmulas 'culturizadoras'; y por el auditorio, que al menos, porque la naturaleza es más sabia que la razón, se encuentra bostezante en otro mundo... me imagino a mi malvado e inocente público, como en una solemne misa, pensando en otras miles de cosas de todo tipo... al menos, me digo no hacen por creerme. La vergüenza sería infinita, y el latrocinio iría acompañado entonces del asesinato espiritual.

Mientras hablo -bla, bla, bla..- pienso, sueño en mi pequeña y exquisita libreria. A la antigua, con maderas y nobles volúmenes, y amigos clientes, y charlas, y... Sueño, como diría aquel, luego no existo. Hasta nombre tiene mi establecimiento, 'Librería Centroafricana'. Es un nombre más bien tonto, lo sé, pero se lo puse hace ya muchos, muchos años, y le tengo aprecio.

Pd: no harían faltas grandes recursos para montar la Centroafricana. Lo del internet como buscador y ganas de cumplir con los amigos clientes (a quienes no les importa esperar una semana y pagar los gasto de envío) saldría adelante. A lo mejor podrían vivir, sin lujos (pero rodeados de libros) dos familias.

Bajo propio: 100.000 euros
Montar la tienda: 40.000 euros
Fondo de libros (para empezar): 60.000 euros

Total: 200.000 euros ('un décimo de navidad!)

Se admiten sugerencias (y socio...)

Vendrá la muerte...

De Pavese.

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos-
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando te inclinas sola ante el espejo.
¡Oh querida esperanza,
también nosotros aquel día
sabremos que eres la vida y la nada!

La muerte tiene una mirada para todos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
Como ver que emerge de nuevo
un rostro muerto en el espejo,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos al remolino, mudos.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Cosillas...

...que se me han ocurrido leyendo a Orwell:

El sistema educativo, cualquier sistema educativo mínimamente institucionalizado, sólo es capaz de crear 'imbéciles aplastados' o guerrilleros impotentes y desorientados. tengo la certidumbre de que esta reflexión tiene un alcance universal.

La vejez comienza cuando descubres, no intelecual sino desde las entrañas, que tu tiempo no es ilimitado. Cuando descubres que has perdido en el pulso que echabas a no sé qué fantasmas, o que la partida de ajedrez era una celada.

En un momento dado -creo que a los 17 ó 18 años, al menos en mi caso- has dejado de hacer cosas realmente importantes para mí mismo para no realizar ya más que tareas u oficios incalificables o loables pero como de relleno para pasar el tiempo.

Genios y fracasados son los extremos indeseables de la santa y afortunada mediocridad. Digo más, prefiero, porque es más humano, más real, el fracasado que el genio. El primero no puede disimular, el segundo normalmente lo hace.

Existe la profesión, demasiado bien remunerada económica y moralmente, de 'progresista'. El espíritu ha caído en las garras del mercado y los instintos más rastreros. Preferiría que siguiese en poder de una élite incomprendida y hasta repudiada. Incluso en manos de la Iglesia o la Universidad alemana.

Después de los nazismos, comunismos y otros fanatimos sólo es posible una sociedad administrada. Desértica. Nuestra democracia capitalista y hedonista, en nombre de la libertad, han conseguido lo que los totalitarismos no alcanzaron en la Guerra. Hitler y Stalin no son sólo los dos últimos sátrapas asesinos que ha producido la historia, sino que son un intento consciente de abolir la historia y la individualidad. El peligro es que la tecnología y mansadumbre actuales hacen que sus intentonas no necesiten repetirse, incluso pueden ser públicamente repudiadas, para triunfar.

Domingo de nieve

Nada de lo que buscaba estaba en la Picaso. ¡Lo sabía! En la Babel hubiese tenido más suerte. Pero algunas cosillas encontré. De Orwell, en Tusquets, 'Mientras exista...', no recuerdo bien. 'Almas muertas' de Gogol. También -¡todo por 3 euros!- dos libros bien encuadernados de Octavio Paz y dos revistillas de hace 50 años, del tipo del Readers Digest.

A las 6 y media de la mañana, paseando por O. -cerca de G.- nevando. Peligo, ¡la edad!, de fuerte enfriamiento pero... ¡que paseo hasta El Barranco, la cafetería más madrugadora de O.! Allí, las estúpidas historias del fútbol y mis servilletas. Al tercer café, el último descafeinado, volví a la realidad... calle luminosas y sin rastro de la ventisca...

Servilletas: nada en especial. Un extraño relatillo -en letra ilegible e irrecuperable- sobre no sé qué estúpido inventor y su dadivosa esposa. Nada, ya todo olvidado.

Fe de errores: el título de la obra de Orwell es 'Que no muera la aspidistra', original de 1936.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Jardín

"Los frutos amargos me retiraron al castillo interior: qué más puede pedir el inexistente, reducido de alma encarcelada y verdadera a la condición última de ghost in the machine. Poblé una de las salas del ala norte, allí donde nunca da el sol y el aire está muerto para siempre, de unos espejos que me hacen de compañeros. Las figuras que así me acompañan, tan frías y severas como yo, porque todos hemos venido a ser ramas secas del árbol caído, son las destinatarias de mis palabras. Forzando, además, un poco la voz, el sonido reflejado en la superficie me devuelve, sólo un poco debilitado, lo que yo comunico. Ellos, los espejos, y ellas, las figuras, sostienen lo mismo que yo. Así que estoy en lo cierto, en mi reino llamado Tautología." (Mala influencia docta y ética dixit)

Un único comentario. Tienes razón, fantasmas perdidos en el tiempo. El Universo es demasiado frío y la vida no llama a algunos a ninguna ocupación más cálida. Solución (transitoria y muy deficiente, pero la única que honradamente puedo decir): ¡vente al Jardín, que como sabes no es un edén sino un pequeño huerto en el corazón del más despiadado artefacto que el Universo ha creado, la cultura occidental!

Otro comentario. No pienses demasiado filosóficamente lo del 'jardín' . Quédate con la idea y dilo a tu modo.

Otoño

La vida es el otoño
más largo que se recuerda.
Cuando muramos,
que es un verbo muy lento
y que se declina dulcemente,
como se consume un buen leño,
cuando vayamos muriendo,
te digo, los sobrevivientes
seréis más sabios,
tal vez sin saberlo.
.
Iréis quedando, no os quedará
otro remedio, a solas en vuestro corazón
exháusto y la otoñal memoria
pero a salvo de los zarpazos del tiempo.
.
Sí, otoño es la estación más dulce,
dijo Elliot,
la más venenosa
dijo Panero.
.
No son las ocres hojas callendo
la mejor imagen de la vida,
sino cada vida -fugaz
y pesado ir sin llegar a parte alguna-
lo que nos hace maravillarnos
del árbol pelado y puro.
.
Dulce y atroz el otoño
como un inmenso crepúsculo sin noche
donde descansar.
.
Ya lo dijo Elliot y lo dijo Panero,
que el otoño es especial e indomable.
.

Sábado 29

En el cultural del ABC de hoy: nada. Alguna referencia a alguna novedad. Tal vez el tomo de 1500 páginas, no estoy seguro si inéditas, de Borges; un Borges, según Marai -¿qué pinta aquí Marai?- envenenado por su ceguera.
Los poemas que aparecen, como casi siempre, a la moda y sin valor. Y de vergüenza las listas de lo más vendido; en poesía, ficción y no ficción.
Fuera del cultural, en el mismo ABC, dos poemillas de Juan Pablo II; intelectualmente aceptables (la libertad imposible e irrenunciable, el mal en el mundo como obra de todos, nadie es realmente inocente...) pero formalmente flojos. Creo que es la traducción, que para esos pocos versos es infame.

A otra cosa. Veré si puedo encontrar hoy, creo que en Acantilado, algo de Bud Schulberg... no se más. ¿Alguna información o sugerencia?

viernes, 28 de noviembre de 2008

Pseudocinismo (el cinismo de verdad)

Ser cínico, de boquilla o por mera actuación, porque ser no se es realmente nada, implica un esfuerzo nada desdeñable. Una mezcla poco sutil de ironía y humor. Cuando tal mascarada se mantiene ante el impersonal público uno asume la incomprensión. A cambio has gastado y ganado unos minutos con los demás, que es preferible en muchas ocasiones a estar totalmente solo y permanecer hermético. Mi cerebro y mi corazón estallarían, literalmente, si ese sombrío egipticismo fuese mi estado permanente. Se trata de una necesidad secundaria pero imprescindible; la de bufón despistado y pícaro cargado de referencias bibliográficas.
Ante uno mismo el cinismo es más noble: 'sigue un poco más; leerás aún algunas bellas páginas; verás crecer a tus hijos; qué bien entiendes, como Occam con su navaja, ciertos temas desde este cinismo desmitificador, etc'. No es realmente cinismo, tal como habitualmente utilizo la palabra. Es más bien miedo e inteligencia para engañarlo.
Ante unos pocos amigos (así somos los epicúreos) se supone el uso público del concepto, las risotadas incluidas, pero se sobreentiende esencial e íntimamente (por amistad, por amor) el uso privado del mismo. Algo así. Abrazos. Salud. Más abrazos. Y más abrazos.

Pd en primera persona: es el débil, no el fuerte, el más susceptible.

Platonismo ultraintelectual

Una de las claves del platonismo es la importancia que le da y la necesidad que siente del [concepto de] Eros. Y recuerden que el Eros no es la simple y fraternal Filia o el amistoso Agapé. Es como una profecia de autocumplimiento. La voluntad, el hombre es una animal volitivo y deseante, ciegamante pasional, tantea sus límites, juega con lo absurdo y crea sus propios objetos (de deseo). Un animal de pasión, eso somos. Pero se trata, ¡horror!, de una necesidad expansivo-apropiadora consciente. No se trata, por desgracia, de un vago instinto sino de un ambivalente retorcimiento espiritual. No obstante, ciertamente, nuestro propio cinismo vigila para que mantengamos nuestra expansividad (¿vale el término?) dentro de cierto límites, digamos, aproblemáticos.

Pd cínica: Verdad, Belleza y Bondad. No termino de entender lo de la Bondad y la Verdad.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Sobre la poesía

No es que la musa esté lejos, ocupada como Cupido en otros innecesarios e inevitables procesos. Es más grave. La cuestión es más preocupante. También podría afirmar que no es preocupante en absoluto. Me explico. Me temo, y para mí es una dolorosa intuición, que la poesía ha perdido para mí toda su dulce seriedad. El tema no es baladí. Qué puedo esperar ahora, cómo afrontarlos, de mis queridísimos poemas 'de siempre'. Qué pasa con 'Los heraldos negros' o 'Con vendrá la muerte y tendrá tus ojos'. Creo que me han entendido. Es la última cabaña la que ha sido arrastrada por el torrente de los años. Qué ilusión cabe esperar, las cosas como están, de la vida. Cómo ser un niño y un iluso, a veces, cuando tales estados han sido siempre contrapeso de mi monolítica y basta lucidez mortal.

Pd: la novela de Orwell que estoy leyendo es 'Subiendo a por aire'. Vamos, casi lo que dije, 'Cuesta arriba'. Es una autobiografía [ficcionada] de George, un anodino adulto de 45 años y de clase social media baja, desde sus años infantiles. También nos sitúa en la Inglaterra de principios de siglo, los añorados e inocentes y aún victorianos 'años de antes de la Guerra'. Muchas referencias premonitorias del mismo 1939 sobre la segunda gran guerra por venir. Bastante legible. En Destino de 1972 (el original de 1939). Una mala traducción.

Preliminares

Un deseo impuro
es ansiarte sólo en ocasiones
o desearte púdicamente.
Comerte con los ojos está bien,
es mejor que sólo soñarte
desnuda y rendida,
pero lo realmente puro
es devorarte de verdad
y entera. El orden del festín
no añade ni resta nada
a la pureza del acto.

Un arrebato impuro es morir
contando los segundos
hasta volver a verte,
para no decirte nada.
Más pecaminoso, el único pecado
y el único infierno,
es volver la mirada y esquivarte
cuando entras. Majestuosa,
bella, infinita, apetecible.

No pienses, podría parecerlo,
que es esto una declaración de amor.
No lo es. Es lo que parece.
La confesión de un vaciamiento
físico imposible, de una fusión sudoral
y de un banquete,
de una penetración abismal
sin compromisos ni palabras,
como una ley de Dios
o de la entrópica naturaleza.

Platón

Pues es verdad, que Platón se ha empeñado en abolir la Historia -siempre decadente- y todas sus nefastas y atractivas manifestaciones. Su lucha contra lo humano y lo natural, insolentemente esquivos, es para aposentarse en una cálida y absoluta nada parmenídea. Igual se puede decir así, que Platón pretende hacer habitable a Parménides, al Ser rotundo que todo lo niega. El lenguaje y el pensamiento, no menos que los instintos y el pecado espiritual de la concupiscencia, tienden a todo lo contrario, a sumergirse en el bello (o al menos provechoso, o cuanto menos aprovechable e interesante) mar de las formas imperfectas. La misma inteligencia humana está íntimamente llamada a tan innoble misión (¿no es acaso la Literatura un extravío de la razón?). En la utopía platónica terminarán por no ser necesarias las palabras ni los conceptos. Su utopía epistemológica consistirá en la intuición estática; metafísicamente es algo así como comprender lo humano como una [impersonal] emanación del Ser Infinito...

Pero algo sí que nos enseña Platón en su extraña y escalofriante cruzada contra el tiempo y la Historia. La Historia, si no asumimos una gotas del elixir platónico (¡o del epicúreo, ojo!) tenderá siempre a lo peor, a lo más insustancial y vergonzoso. La nuestra, olvidados y ridiculizados los metales nobles, sería una era de metacrilato, incluso de metacrilato virtual; ¿hay algo más estúpido y yermo que aplaudir la propia necedad sin peso y plastificada?

Pd: de algo así, pero a su modo, se quejaba Horkheimer al hablar de la cultura cinematográfica actual; fenoménica, ensombrecida a pesar de los atrañentes colores de neón; ¡si Platón nos viese! ¡Si Horkheimer viese cuanto hemos progresado en los últimos 30 años!

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Me repito, qué le vamos a hacer

Sin novedad. Ganó Platón, ganaron sus miedos. El eterno retorno -¿lumionoso? ¿verdadero, bello y bueno?- del que huyó santificándolo (¡no son nadie los dialécticos!) ha tomado posesión de estas tierras valdías. Nuestra época, tú y yo, desértico y enamorado compañero. La vida, como dijo áquel, es el lugar menos apropiado para vivir; el relumbrón inicial, amnésico -como un bautismo ateo- deja esquirlas negras y retorcidas que ni para el arte son ya motivo convincente. ¿Otro arte? Quizá, pero no vale la pena. Ni otra razón ni otros hombres... Que yo crea que no vale la pena no significa nada, lo sé, pues otros hombres llegarán llenando nuestro infinitesimal espacio y tiempo de nuevas (las mismas) babas dulzonas, como diría Panero el Loco. Unos garabatos, como un retortijón cómico y patético. Podemos decir 'trágico' si en algo nos consuela; pero todo consuelo (¡retorcida enfermedad!) nos deja más derrotados y tristes, más a la intemperie y desnudos, más desconsolados. Amén. A tu salud.

martes, 25 de noviembre de 2008

Poema húmedo

Me gustan los días de lluvia, como a tantos,
pero a mí me atrae el hecho físico del agua al caer,
la cuestión científica de la pluviosidad,
y no me interesa -hasta me aburre- el lánguido
ambiente que se espera en un poema para un día de lluvia.
Me gustan las ligeras y fugaces gotas cuando caen
porque imagino que las cuento una a una.
Se trata, evidentemente, de un esfuerzo tan ímprobo
como sería el numerarlas realmente una a una.
Una a una durante un largo tiempo indefinible
hasta perder la cuenta.
Eso es lo que de verdad deseo, perder la cuenta,
escaparme y perderme indefiniblemente.
De un modo culto, digno, extravagante
e irrisorio, a ser posible. Poético quise decir.
Esta matemática húmeda,
ese diminuto o gran cúmulo acuoso contabilizado,
es también un pretexto,
un subterfugio, una coartada, una torva razón.
Como este poema; para escaparme y soñarte a solas
sin realmente soñarte. Así es más cómodo.
No es el amor -la lluvia implicaría un amor muy triste-
sino tus caderas, tu boca y tu aliento lo que persigo,
sin perseguirlo de verdad, ¡pues no sabría degustarte!
Tus formas, como una nube a punto de descargar,
son lo que me hacen perder la cuenta.
Los días de lluvia, simplemente, ya ves, te deseo
dando este ansioso rodeo lingüístico (sin rima ni amor),
los otros días te sorbo, ya lo sabes, de otra forma.
.
Aclaración innecesaria y erudita: a los 20 años son el amor y el dolor las únicas posibilidades del poeta; a los 40 -largos- el cansancio y el sexo imposible.

Vino triste

'El vino triste' de Pavese; sobre la insuperable insatisfacción y el misterio sin misterio de la vida humana. La dolorosa simplicidad de toda existencia. El sordo rumor de la muerte que es la derrota. La absurda tristeza, ni justa ni injusta. Cualquie hombre, de alguna manera, es esta derrota y esta muerte en vida; como un cadáver despierto. El dulce y patético engañarnos con el aguardiente en la mano. Todo el dolor, toda la injusticia, toda la ternura, disparados sin piedad y sin respuesta. Es tan fácil verlo y decirlo, para algunos, y no hacen falta grandes fórmulas para conmocionarnos ante la propia historia. Hasta el ritmo, monótono y rotundo, es estremecedor:

Es un hecho comprobado que cada vez que me siento en un rincón
de una tasca a beberme un aguardiente, está allí el pederasta
los niños que chillan o el desocupado
o una bella muchacha que pasa por fuera,
rompiéndome entre todos el hilo del humo.
‘Así es, jovenzuelo, se lo digo de veras, trabajo en Lucento.’
Pero la voz, la voz angustiada del viejo
cuarentón -no estoy seguro- que, en el frío, en la noche,
me estrechó la mano y me acompañó luego
hasta casa, aquel tono de vieja corneta,
no lo olvido, aunque muera.
No hablaba a causa del vino, hablaba conmigo
porque yo había estudiado y fumaba en pipa.
‘Y quien fuma en pipa’ exclamaba temblando
‘¡no puede ser falso!’ Bajando la cabeza le di mi asentimiento.

‘Encontré a mi regreso muchachas más francas, más sanas,
con las piernas al descubierto -yo, en ayunas durante meses-
y me casé solamente porque estaba embriagado
por su frescura -un amor senil.
Desposé a la más robusta y más desvergonzada
para saborear de nuevo la vida, para no morir más
tras una mesa, en una oficina, ante extraños.
Pero también Nella fue una extraña para mí y un cadete de aviación
la vio un día y le puso las manos encima.
Murió aquel villano -aquel pobre joven
capotó en el cielo; no soy yo el villano.
Mi Nella cuida un niño -no sé si es hijo mío-
y se consagra a la casa y yo soy un extraño
que no sabe contentarla y no me atrevo a decir nada
y tampoco Nella habla, solamente me mira.’

Y lo más curioso es que aquel hombre lloraba al contarlo
como llora un borracho, con todo su cuerpo,
y se me abalanzaba y decía ‘Entre nosostros dos
habrá respeto siempre’ y yo, temblando en el frío,
intentando marcharme, estrechando su mano.

Da gusto beber un vasito de aguardiente, pero es un placer muy distinto
escuchar los desahogos de un viejo impotente
que ha vuelto del frente y nos pide perdón.

‘¿Qué satisfacciones tengo en la vida?
Se lo digo de veras, trabajo en Lucento.
¿Qué satisfacciones tengo en la vida?’

Fe de errores

Aquí peleando, muy poco poéticamente, contra mis elementos, contra mí mismo y mi letal cinismo de escorpión acosado. Golpe de estado en mis bajos fondos (los altos nunca existieron) y determinación de 'borrón y cuenta nueva' en mis lecturas y microproyectos. Camuses, sartres y demás, al cajón de espera (no del olvido).

Me propongo, por no sucumbir en mi propia ciénaga de vagancia y culpabilidad, leer y 'aprovechar' (esta palabra es absurda pero imprescindible en estos momentos), leer y aprovechar digo, los siguientes temas y autores: Epicuro (cuatro o cinco años después a ver qué me parece); novelas menores pero decentes (v.gr. he empezado 'Hacia arriba' de Orwell); continuar con mi pesada y monótona nivola, la del suicida desfondado; continuar -me da vergüenza reconocerlo- mi 'Historia de la Filosofía para incrédulos, en 6 sesiones' ( ha imitación pero mejorando mucho la demasiado floja y vacía de Gombrovitz); no leer nuevos poetas sino recuperar mi selección (de más de 1000 poemas) y reducirla a unos pocos, quizá un centenar. Imposible, por ahora, encarar ningún proyecto poético honesto, la musa está en otra parte.

Pd: no me queda más remedio que seguir con el Revel... amistades obligan... gracias a Dios ( bueno, a Zeus, o al Azar, o... ¡yo qué sé!

Otra posdata: he empezado (por tercera o cuarta vez) a estudiar italiano, para leerlo. Tengo una gramática gorda, radio popolare en el internet y 'Il lupi della estepa'...

Última posdata: La forma más honesta de sentirse y ser español, lo que por otra parte es ya un hecho irremediable, es jugar a sentirse portugués, italiano y ruso. Pero ha de jugarse con seriedad. A todo esto: el famoso pesimismo historicista español se ha asentado definitivamente en mí; si a otros les ha sobrevenido como reacción ante las más grotescas formas de lo reaccionario patrio, a mí me ha llegado justamente por la memez y dolorosa mediocridad del progresismo patrio. Ambos, ultramontanos y antemontanos, son, antes que nada, celtíberos, quiero decir egoístas, envidiosos, mediocres, caciquiles, impotentes para nada elevado, y estéticamente repulsivos.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Reveles

El día ha ido, y aún va yendo, como ha ido. Un desperdicio en lo personal y un pequeño paréntesis en mi afán lector. Es casi como si no hubiese abierto ningún libro, porque he estado con el Reveles, 'El monje y el filósofo'.
El problema no es la espiritualidad, muy respetable, como distinta al cientificismo y al racionalismo, más bien lingüisticismo, de los filósofos y profesores occidentales. El problema tampoco lo percibo en la inocente imagen del budismo que nos transmite: en él el sabio y el santo, ya olvidaos por Occidente, aún existen y coexisten en la misma persona. Pienso que eso es algo excepcional, y que si bien se mira también se da en nuestra cultura.
El problema, lo que no termina de convencerme del libro, además de su formato descaradamente artificial -las preguntas precisas para rematar la respuesta más brillante- lo que me deja frío del texto es el tono, ni occidental ni oriental, sino Absoluto, que adopta el joven Revel, el monje budista. Tampoco es de recibo la condescendencia que Jean Francoise Revel mantiene con su hijo, pareciera que lo está promocinando. Sé que son cosas sin importancia, y que más bien será que no es éste el mejor momento para yo leerlo, pero es lo que las primeras 80 páginas me han parecido.

Pd: recuerdo mis lecturas de Aleixandre. Era mi favorito hace muchos muchos años, cuando los jovenes preferían a Lorca o a Alberti, y los más doctos a Salinas. Sus poemas del paraíso; su intelectualismo y frío lirismo es lo que me atraían, supongo. La última vez que le leí algo en serio fue hace unos 10 años en Santander (un congreso sobre alguien que daban en la Magdalena), y recuerdo que me pareció excesivamente abstracto, como escondido tras sus palabras. Ya entonces era otra la poesía que me atraía; Juan Luis Panero, Javier Egea, Pessoa...

Otra Pd: de MLL: poesía sin ojos.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Domingo (1000 km por delante)

Que esto no mejora. Que es absurdo que cuente sobre la mediocre novel de Savater, o sobre el paradisíaco diálogo artificial entre Revel padre y Revel hijo. Que tampoco vale la pena 'El muro', aunque reconozco que hay que tener otro humor para aguantar y aprovechar las parrafadas de los condenados. Lo releeré cuando sea... Que cuando uno está cansado, está cansado y punto. A lo mejor eso de distinguir el sentimiento (voluntad sin razones) de la voluntad ciega y aplicada... supongo que es lo más acertado.

Que a solas en un coche puede uno pensar en muchas cosas, en demasiadas, y que los estados de ánimo en esas 10 horas son también de lo más dispares. A ratitos me animaré, yo solo, y a ratos no sabré qué demonios es la vida ni cómo engañarla... Que la semana se presenta impenetrable, pero que mejor que peor pasará sin que yo haya avanzado ni retrocedido un ápice. Estaré más gastado pero no lo notaré.

En fin, que hasta pronto. Que me siento viejo y me duelen los achaques de tan estúpida edad.

jueves, 20 de noviembre de 2008

15 líneas

Absolutamente nada que decir. Ni aun las ganas de repetirme o de gracejear un ratito. Nada es nada. Cero absoluto. Escribo esto ahora sólo para comprobar qué puede salir. A lo que se me ocurra, fenomenológicamente, con la neutralidad que da cierto cinismo bastante cínico. Empecé una novela, otra más, y en esta no he pasado, en casi dos meses, del primer párrafo. Todo un éxito. ¿Continuarla, dedicarme a manosear de todas las impúdicas maneras ese parrafito, tal vez construir el relato sobre la imposibilidad del relato, de ese relato, relatándolo como sin querer...? No es cuestión de fuerzas ni de imaginación, que las justitas se podrían sacar, sino de voluntad, de interés real por concluir algo. La novela empieza y acaba en el suicidio de su personaje (saberse un personaje, al contrario que en Auster, no le salvará de morir míseramente); entremedias muy pocas peripecias y un alma -disfrazada de cuerpo- que va agotando las páginas hasta cumplir lo prometido en la primera. Un dislate, una payasada; no es la novela que me gustaría leer. ¡Pierre Menard, qué truculento fuieste, no tú, claro, sino Borges, no él, por supuesto, sino el otro! Lo mejor es esperar el sueño, que mañana carreteo, y nada mejor para esto que terminar la mediocre y afectada, filosóficamente afectada y edulcurada, novela de Savater. Al final, seguro, que muere el Doctor, y puede que también el Profesor.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Platón

Me gusta la idea. El 'mito de la caverna' como un mito de creación. Al modo de Eliade, de creación de un cosmos metafísico, hogar del espíritu del hombre. También, pero menos persuasivamente, al modo de Vernant y Dumezil como un mito de autoridad y poder 'ilustrados'. Un rito de paso, para acabar, más purificados tal vez, donde habías comenzado, pero más triste y cansado. O una creación artístico romántica, a lo Schopenhauer, con resabios cristiano órficos. O más fácil y convincente para mí; el más poético e hybrido experimento de abolir al hombre, de añorar y negar su trascendencia.

Pd (a posteriori): lo del despliegue de la sujetividad racional como cálculo instrumental/cosificador planificado está muy bien, y no me importa que lo haya dicho don Martín, el malo no el bueno, Heidegger quiero decir. Pero... visto a posteriori es verdad que Platón ha significado eso, pero no sólo eso. Independientemente de como el propio Platón se representase su labor y de cómo Heidegger o Horkheimer lo valorasen, es indudable el espíritu poético volador con que muchos lo han aprovechado. Una lectura negativa de la caverna, no dialéctica ni política ni a lo 'Génesis' dominador. Kant se le acerca al hablar del 'pensamiento' como un deseo del alma, como un hastío de lo limitado y necesario, de esta tierra, independientemente de cuánto la hayamos dominado técnicamente e independientemente de que no haya otra. La Nueva Atlántida no es de este mundo, y tampoco algunos de los sueños de la razón. Volar en el vacío, tristes pero orgullosos, a eso nos enseñó Platón y también casi Kant.

Pd a la pd: otra cosa, ¡qué le vamos a hacer! es que las lecturas poéticas también nos parezcan insuficientes, y que prefiramos a Rimbaud o a Pessoa a Platón y a Kant.

Veamos

Sí y no. Depende. La mirada del joven... algo de eso ha de haber, con seguridad, pero ni es todo ni es lo más importante. La culpa es también -y puede que fundamentalmente- respecto del pasado porque es allí donde se encuentran tus ya ajenas raíces que tú mismo has ido traicionando. No es la falta de energía la culpa, sino su demasiadas veces consentido desperdicio. Culpable de haber asesinado al niño y al joven, de haberles negado o truncado una alegría y salud que hoy están irremisiblemente en tu debe. Culpable de culpabilidad porque no estuvo nunca en tus manos que las cosas hubiesen marchado de otro modo. Culpabilidad es saborear el infierno de la mediocridad, el único a tu alcance.

Pd: definición de lo mediocre: la incoherencia visceral entre tus deseos y tu inteligencia, entre tus principios y los de la realidad, entre tu memoria y tu olvido, entre la ilusión y la monotonía. Entre tú y el tú mismo que realmente has ido pariendo día a día. Mediocridad es la insana, y a veces inconsciente, deconstrucción a la que te has sometido en nombre de tu propio y hasta hace unos años hambriento, poderoso e ingenuo espíritu.

Pd (2): definición profunda de la culpabilidad: no querer acabar de una vez con todas ante el espejo con esta farsa defectuosa. Preferir la estúpida inercia de ti mismo a la decencia, pues está en tus manos, de eliminar tal borrón del universo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Ante notario

Ya sé porque no soy filósofo, y renuncio explícita y cabalmente a tan honesta vocación: porque me interesan mis vicios y mis taras, porque me preocupa -lo siento como un crimen de lesa metafísica- el haber engendrado, porque me atrae el sexo imposible y la amistad difícil, porque me da miedo la muerte (por mi exceso de deseo de vida; el principio de inercia es mi estado natural), porque me asusta mi miedo y me hiela mi frío.

Pd: debería existir Dios, y además el Dios de los católicos, para poder asesinarlo y tener un motivo absoluto de arrepentimiento. Después, pues de cualquier manera Dios es Dios, el Dios resucitado de mi asesinato debería perdonarme y darme la felicidad eterna. Aclaración paradójica (o no tanto): no entiendo ni deseo eso de la felicidad eterna, pero al mismo tiempo sé que es eso lo que debiera desear para, de algún extraño modo, 'completarme' o, para decirlo mejor, acabar el chiste cósmico.
Pd (2): sigo con el Sartre y con el Horhkeimer.
Pd (3): no me queda más remedio que empezar esta noche la última de don Savater.

Dislate

El contexto es el pecado. En muchos sentidos. El pecado de una o varias vidas: diminutas, tiernas, de olor fugaz a paraíso y culpa. Uno está realmente solo cuando sabe que no puede estarlo. El sexo, culpable; la muerte, culpable... la alegría, la pura racionalidad, culpables. Uno mismo, existiendo o sin existir, con o sin trampas del lenguaje y trampas del ego más mísero, culpables. Culpables de culpabilidad. El único eximente sería la compasión, pero no la autocompasión que nos haría volver a empezar la historia, que nos obligaría a subir de nuevo al monte de los olivos.


Mi brillo no está en ningunos ojos
y los míos están apagados.
No puede darme el mundo,
y tú tampoco, lo que no está
en mis manos,
lo que está allende la reseca frontera
y que sé que decidirá mi reseco destino.
Tampoco tus ojos y tus risas
sueñan más acá de mis límites.
Ni el amor ni el odio,
ni tus bellas nalgas
ni mi silencio,
tienen perdón.
Esclavo de la belleza como las meretrices,
del amor como alguna madre
de hijos agrios y maltratados,
y de todos los hijos, esclavo del dolor
y dueño de la comedia,
esta memoria falaz y maldita,
como Nietzsche y Platón
cuando mútuamente se soñaron
con compasión y odio.

De profesión esparrin

Hay cosas casi tan malas como leer a Sartre o a algún columnista progrepedagógico en El País; una miriada de malos resúmenes de una heteróclita selección de títulos; 'El Principito', 'El lobo estepario', 'Ética para amador', 'Pobres gentes'... Realmente desquiciante y sin otro resultado que la nada más absoluta en la mente y voluntad del pobre lector.

Mimando y hasta aplaudiendo la memez y el más sangrante infantilismo es como se forma la ciudadanía. Bien mirado, a la Ciudadanía, esta vez con mayúscula, no se le pide otra cosa que la que esté dispuesta a conceder. Bien mirado, quiero decir, recibimos la mejor educación posible, la más apta para nuestros anhelos y merecimientos.

Pd: espero no tener que volver a hablar de este estúpido tema en muchos muchos meses.
Pd (2): Igual empiezo 'El muro', de Sartre evidentemente. Una edición mejicana de más de treinta años y con las pastas duras (igual son un añadido posterior). ¡Mala suerte! Aún me esperan, y que esperen un poquito más, Revel y Savater.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Lunes 17

Pues sí. "Conozco la insania del autoengaño: decirse el humillado 'este momento es feliz porque luego lo contaré'.Cualquiera representa al humillado (la cruz constituye un signo universal): bastará con que se ejerza la reflexión para percibirlo. Pero ponerlo por escrito requiere la disposición peculiar de un cuerpo que mande en el cerebro y que se sienta herido. Un cuerpo rebelde, contra la jerarquía platónica de la persona." (MLL)

Con 'La hermandad de la buena suerte' de Savater (un regalo correcto a destiempo), y con el 'fraile bailón', o algo así, de los Reveles, padre e hijo. Sin muchas ganas pero...

'La caja negra' de Oz vale la pena, al menos por su crítica al falso y aprovechado (y malvado sin límites, los límites los ponen las circunstancias) judaísmo sionista. La figura de Michael Sommo, el mezquino apropiador inmobiliario en nombre de Dios, está muy bien conseguida, más que el resto de los extraños personajes, que son más bien de película de Hollywood, pues eso es lo que recuerdan en su afectada artificialidad. Michel Sommo tiene además la sangrante desfachatez de creerse y decirse superior moralmente a cualquiera que no cumpla con la ortodoxia judía. Supongo que es un fariseo, un fanático peligroso y nada ascético. Un bribón más de los demasiados que hay en el mundo.

Una vez nacidos y en marcha, un desarticulado avanzar consciente, lo más bello y lo más triste coinciden. Haber nacido y rondar mezquina e impotentemente el porqué y el cómo de mi propia inadaptación.

Para Oz, y creo que se equivoca porque es exageradamente optimista, el mal del hombre, su tendencia autodestructiva, se asienta en motivos nobles como el deseo de la salvación, tanto de salvar como de ser salvados. Esto será cierto muchas veces, pero otras es la simple (de simple da miedo reconocerla) voluntad de placer y mediocridad.

sábado, 15 de noviembre de 2008

No es mi tarde

Será la 1925. El presente es siempre el lugar del exilio. Sólo existe el presente, el instante, la época actual... todo como un estúpido recuerdo del pasado o una dañina promesa de futuro. Luchar contra él, quijotescamente -pero habiendo leído a Cervantes, ¡qué cruel!- e intentar vivir en Ucronia, o tras un espeso y transparente cristal indetectable. Sí, eso es, la 1925, que no entiende ni tiene la delicadeza necesaria para no mover lo que debiera estar enterrado. La memoria y el olvido son la misma cosa que corrompe hasta más allá de los tuétanos.

A.Oz

Terminando 'Las palabras' de no sé quien. Con el pequeño Horkheimer a cuestas. Casi al final, tras una noche de lectura insomne, de 'La caja negra' de Oz. A su modo, buena literatura, hay que reconocerlo: entretiene y te atrapa y cuenta en buen español cosas y sentimientos cotidianos entrecruzados que a todos de un modo u otro nos atañen. Pero... es sólo entretenimiento, necesario en ocasiones, pero sólo para pasar o descansar unas horas. Descansas de ti mismo y de tus 'obligadas' y más nobles lecturas.

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Dice Oz, bueno Gideon, el personaje, que 'Humildad' viene de 'humus', de tierra, paciente y ciega que todo termina por sepultar. 'Fanático' de 'fanus', que significa templo; donde el misterio se hace dogma.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Le Corbusier

Esto es cierto. Un matiz; los expertos son sólo la cara publicitada de nuestro aplaudida y estúpida animalización del alma. Endiosada y sin alternativa arquitectura geométrica: otra de las grandiosas memeces del falaz hedonismo a la baja e igualitarista que a pulso nos hemos ganado.

"Tiempos mezquinos, estúpida edad, que ha permitido que el arquitecto también sea ingeniero de cuerpos y almas, encerrando la carne y el espíritu en sus deyecciones mentales. El arrojamiento no lo produce un universo eterno e impensable, ni un dios de extraños cálculos de bondad resultante (armonía final), sino el coro de expertos de los gobiernos asistentes y una ovejuna plebe conformista. Tiempos miserables, que han entronizado las memeces de la ciencia social, en lugar de la angustia del corazón por un dios ausente. Edad de una palabra que oculta al ser, mostrando sin pudor una falsedad. Era de socialdemocracia y cerrazón, no de liberalismo."

Varia (10)

El mayor desatino. Gastar la vida intentando encontrar un sentido y una belleza al mundo y a uno mismo, sabiendo de antemano y aciencia cierta que ambos, el mundo y yo mismo, me resultan insoportables. Tal vez, me digo sólo para seguir escribiendo esta breve nota, por estos enfermizos e innecesarios lares -yo mismo y todo lo demás- se halla el secreto de la Literatura.

El misterio de la Literatura. Si me quedo, embelesado y horrorizado, a sus puertas el secreto se escapa y el arte se torna vacío y opaco. En cambio si me adentro en ella, en la Literatura y su enigma, como en una niebla que a la distancia parece impenetrable, no quedan más que palabras sin sentido y molestas.

¡No exijas demasiado a tu alma! Confórmate en conformarla a tu indómito cuerpo, que de nada es culpable, y a complacerse en la fría superficie reflactante de las demás almas, que son tan culpables como tú.

En 'Las palabras', fórmula cínica de Sartre, a la que por cinismo no me adhiero: "Eran tales mi orgullo y mi desamparo por entonces que quería o morir o ser necesario para la tierra entera."

Más del medio teutón. ¡Aclarar, humanizar la palabra necesidad!: "...ni la libertad que exalta ni la necesidad que justifica."

Del mismo: "Se escribe para los vecinos o para Dios." Ahora sí que todos los gatos son pardos; ¿acaso podemos honestamente distinguir entre los otros, Dios, la Nada o yo mismo? De todas formas, esta cuestión no la cierro y sigo rumiándola.

Una boutade poética del ínclito alsaciano: "¿para qué contar cómo termina una historia si se ha perdido el comienzo?"

La última, también del amigo del sargento Beauvoir, para mi mala influencia ético-docta: "Al deslizarse sobre esta substancia incorpórea que es el texto, mi mirada no era más que un minúsculo accidente superficial, no desordenaba nada, no desgastaba en absoluto. Yo, por el contrario, pasivo, efímero, era un mosquito deslumbrado, atravesado por las luces de un faro."

Pd: ahora a por 'El pesimismo en nuestro tiempo' (de 1971) de Don Max Horkheimer.

Sobre la duda

Sí, el logos común dice la verdad mintiendo. En soledad, un logos imposible nos acercaría más al misterio. Acaso sólo esté en nuestras manos el descreimiento... el descreimiento absoluto deshace a la propia soledad... pero aun así seguiríamos sintiendo la realidad de las cosas y su absoluta inexistencia, también la inexistencia eternamente provocadora del propio alma.

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'Sobre la duda' (de 1969) de Horkheimer, en 'Sociedad en transición...' No he podido hacer una lectura más objetiva del pequeño texto del francfortiano; interpretación heterodoxa, pero sin alcanzar los límtes poéticos, del mismo: todas las épocas y sociedades han luchado por todos los medios contra el escepticismo, han evitado la insana duda insobornable. El motivo universal ha sido el innato instinto de perpetuación, autoconservación, de las formas culturales, de los destilados racionales.
La religión y la ideología, casi siempre históricamente cosificadas y cosificantes, conservan sin embargo, y es inevitable que así sea por su origen arracional, ciertos elementos liberadores de lo humano. Por ejemplo: la nostalgia de lo paradisíaco, el sentimiento del amor y la injusticia, la culpabilidad de la especie, el deseo y la esperanza de la felicidad sin fin, el sentimiento poderoso y leve del absurdo sufrimiento. ¿Por qué hemos de sufrir?, se pregunta el corazón del hombre por medio del impulso religioso, ideológico o artístico.
En la técnica, en la sociedad tecnificada actual, en la sociedad totalmente administrada en que inocentemente nos hemos metido, la religión, la ideología o el arte no son necesarias como motor eficaz de lo humano. ¡No son eficaces para la perpetuación social, o para proporcionar una imagen del para qué social! Por su parte, y esto agrava el asunto y lo convierte en un problema nuevo, la técnica no esconde en sí ningún potencial liberador. Sencillamente porque ella es por definición un medio para otros fines... a los que ella niega por la ineficacia e innecesariedad de los mismos.
Pregunta, a la que tristemente hemos de responder que no. ¿Es posible poner la técnica al servicio de la ideología, la religión, el arte, la poesía, la literatura? En su dialéctica cosificadora/liberadora, la ideología, la religión y demás pueden ir destilando pequeñas gotas de humanidad, y recordándonos de continuo el deseo de otro futuro, o cuanto menos dando cuenta de la insatisfacción ante cualquier forma histórica concreta. La duda humanizadora es el motor de dicha dialéctica no inocente ni ingenua. Renunciar a la duda es renunciar a la conciencia del dolor, es renunciar a la humanidad de lo humano. El espíritu no fanático puede luchar en pos de este ideal negativo por medio de la religión, la ideología o el arte; una religión, ideología y arte no fanatizado ni positivizado, no administrador sino iluminador de lo humano, siempre imperfecto.
La duda no es posible en la técnica ni en nuestra sociedad global administrada, cuyos principios son siempre fórmulas inapelables para el buen y mecánico funcionamiento, y no para un funcionamiento distinto y mejor.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Pasando el rato

Con 'Las palabras' de Sartre, el narcisista cobarde, y con alguna de las conferencias de Jorqui en 'Sociedad en transición...'.

El de Sartre es un buen libro, pero algo confuso en la exposición (le falta soltura). O tal vez le sobra, y su cinismo manifiesto (creo que es la estrategia literaria que conscientemente ha elegido) se vuelve ruín en su falta de sensibilidad.
Por otro lado, el problema de siempre. El niño de 6 ó 7 que reconstruye a los 58 es un niño imposible de retorcido y sabiondo; Sartre lo sabe y lo reconoce pero no hace nada por evitarlo, aunque sea un poquito. Es un gran libro de ficción y una falsa autobiografía.

Del libro de Jorqui leí el epílogo, 'Crítica de la sociedad actual', y es muy flojo, muy poco preciso, lleno de vagos tópicos sobre el nuevo capitalismo aburguesador del proletariado (y embrutecedor de todos). Extraña y nostálgica la referenca a un Marx no marxista (ni marxiano). Supongo que se basa en la lectura poética de los 'Manuscritos...'. Hoy quiero hojear (u ojear) 'Sobre la duda' (de 1969).

Pd: día de huelga. Las cosas, en general, van mal, pero si las meneamos me parecerán peor. Yo, aristócrata del cinismo, llevo mal la combinación de reivindicación y jolgorio.

Pd (2): frases simples, del Sartre, para pensarlas y ponerlas en duda (sólo en momentos de máximo aburrimiento): es más fácil, a cierta edad, dejar de creer que creer. Cuanto más absurda es la vida, más fácil es despreocuparse por la muerte. ¡Nombres de lo irremediable, el humus vulgar de la buena Literatura!

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Varia (9)

Fórmula de la socialización. Hay espíritus tan vacíos e inconsistentes, que la sola representación del bien les convierte en buenos. Este representar sobre el vacío es inconsciente y por lo tanto ajeno a la libertad. Cuando la representación se torna consciente, surge el hombre de las muchas y frustrantes posibilidades. Entonces puede hablarse realmente de libertad, y no sólo de lo correcto e incorrecto. También es entonces, me temo, cuando hay que callar.


Para no tener superyo basta con leer a Freud y ser lo suficientemente cínico para olvidarlo. Pero supongo que como el páncreas, el superyo, es inevitable.


'Los hombres', 'la humanidad', son conceptos, palabras generales útiles en cuento que ocultan a los particulares. La cuestión de si hay principios por encima de 'los hombres' incluso en su beneficio, es una falaz ocultación del propio y sano egoísmo, que sólo se rinde, si es sano, ante ciertas personas, con nombre y apellido, a las que, por el motivo que sea, se las prefiere incondicionalmente incluso frente a uno mismo. Separar, en filosofía, epistemológicamente, lo privado de lo público es una incorrección moral.


Los cementerios, los libros y mi alma están rebosantes de piadosas mentiras. Descubrirlas y aceptarlas es el colmo de mi dicha y cinismo.


Sólo por miedo o desprecio se trata con amor o con una dulce indulgencia a los imbéciles. Podría ser éste, el de imbécil, el concepto más importante y olvidado por nuestra filosofía.

Pd (ad hoc): ¿existe versión española encontrable de 'Eclipse de la razón'?

Camus Sartre

No, no son iguales 'Los justos' y 'Las manos sucias'. Poco tienen que ver Jan y Hugo. El primero descubre el valor de lo humano por encima de cualquier ideología, y si termina asesinando se siente culpable y da su vida a cambio como un acto de mínima justicia. El valor del individuo y su conciencia más allá del momento histórico y la ideología. Hugo, el personaje sartreano, lo que descubre es que la política real, también la de su endiosado partido liberador, implica necesariamente ensuciarse las manos con pactos inmorales y mentiras estratégicas y asesinatos políticos. Hugo también da su vida, pero lo hace por cansancio y frustración política, y no por culpabilidad moral. Hugo se suicida. Más aún: el personaje Hugo (donde Sartre representa a Camus) es zaherido en su idealismo; sus principios morales costarán vidas humanas, su intransigencia ante la política real, costará muchas vidas y la imposibilidad de que su propio partido 'liberador' alcance el poder, con lo que la injusticia, en nombre de los principios morales (individuales, burgueses), se perpetuaría. La razón de tan férreos principios la encuentra Sartre en el odio y desprecio profundo e inconsciente que siente Hugo (Camus) por el ser humano.

Concluyendo. A Camus le preocupa la moral del individuo ante la realidad de la injusticia, y no cree que la primera deba ser el precio por la segunda. Sartre, en cambio, plantea su propio dilema y opta por la sucia política real 'liberadora'.


Pd: o Sartre estaba en Babia, lo que no creo, o su cinismo y odio a Camus le llevó a despachar de un solo tiro a sus adversarios políticos y literarios.

martes, 11 de noviembre de 2008

Sartre

Acabando, por fin, el Lottman. Un gran libro (aunque tiene unas doscientas páginas un poco pesadas sobre las editoriales y las publicaciones francesas de los 40). La disputa con Sartre, bien presentada. A duras penas oculta Lottman, equidistante, la desfachatez subvencionada y ególatra del gran mandarín. En 'Los tiempos modernos' y en 'Combate' (también en alguna otra publicación) encontramos joyas del rencor y del ad hominen. Los existencialistas saben que más allá de la lógica es esta forma de herir la que más duele porque pone en duda la autenticidad de la pretendida autenticidad del profeta. Aquí se llevó Camus el gato al agua, porque su supuesta soberbia moral es entendible como honestidad individual incondicional, mientras que el apoltronamiento estatal y burgués de Sartre, así como su estúpido seguimiento de las directrices del partido (¡y estamos hablando de Stalin ya muerto!) no tienen ninguna justificación. Salvo para los que pretendan compartir el pesebre sartreano. Decir, además, que a Camus le falta base filosófica es no decir nada. La pura nomenclatura filosófica en nada vale si no la acompaña un corazón honesto y lúcido.


Pd: la Beauvoir, ¡vaya bicho!, recibió calabazas de Camus, y ésta le pago poco a poco y durante muchos muchos años con comentarios ácidos e insultantes. Fundamentalmente lo califica de engreído e ignorante. Buena pieza tuvo que ser la madame, pues a Koestler, que no le dio calabazas, pasado el tiempo del amor también lo 'machacó'.


Otra pd: estoy leyendo 'Las manos sucias' (de Losada de hace 25 años), y sin estar mal, me va pareciendo demasiado complejo, falsamente complejo, con demasiados comentarios estúpidos y relamidos. Aún no lo veo como una respuesta a 'Los justos', sino bastante similares.
De don Sartre quiero releer 'Las cosas' (no lo recuerdo mal), 'El muro' (que no he leído) y 'El existencialismo...' De Don Camus, no va a quedar más remedio que releer, en clave autobiográfica, 'La caída'. Y el Jorqui, esperando...

Varia (8)

Pues igual es esta la cuestión. Que ni queremos ni podemos encontrar la belleza del mundo. Nuestro escenario es inexistente, o cuanto menos algo realmente secundariio para un alma trágica. Tragedia no es la belleza sentida y fugaz de la existencia. La tragedia es el naufragio irremediable del sujeto lúcido. Justamente por su falta de contenido, nuestra tragedia es cómica. La comicidad sin embargo no compensa los tormentos de la vacía insatisfacción. La experiencia del y en el mundo no es pobre, es neutra. La experiencia transformadora (como una nada retorciéndose que diría el poeta) es la interior. Hay muchas formas de ejemplificar esto, todas en clave personal. Los 'paseos' por el mundo y los otros, tristemente, son sólo eso, ardiles contra la memoria y la honestidad.
Albinoni, cuando estamos de buen ánimo, o mejor Bach, que te permite olvidar, o cualquier cantautor que sin quererlo te recuerda todo lo que no sabes.
No rendirse a este pensamiento y sentimiento negativos, pero tampoco intentar falsificarlos ni encontrale no sé qué valor oculto. Acaso la literatura como desahogo y forma de vida; un poco de literatura te aparta de la vida (de ti mismo), pero mucha se convierte en vida. El mundo sigue girando, absurdo y sublime -inabarcable. Tú, envejeces y vas angostándote, aprendiendo nada, ni siquiera a morir, sintiendo nada, pues del paraíso no nos resta ningún recuerdo. Convirtiéndote en un personaje de la literatura posible.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Teatro de Camus

Lo que los manuales dicen sobre 'El malentendido' y 'Los justos' aparece realmente en estos textos. Pero en ellos hay mucho más, y es un placer descubrirlo. Para empezar, no hay en ninguna de las dos obritas un personaje central claro, y el mismo Camus tiene un poco de cada uno de esos buenos o malvados personajes que van apareciendo. En el caso de 'El malentendido', la madre y la esposa, que representan esos sentimientos humanos básicos del cansancio metafísico y el amor fiel y alegre, no aparecen especialmente en los comentarios críticos que se centran en la ingenuidad culpable de Jan y en la voluntad de una vida mejor a cualquier precio de la hermana asesina.

En 'Los justos', que Camus tituló primeramente como 'Los inocentes', se trata de distinguir entre el puro asesinato y el ajusticiamiento. Pero no queda ahí la cosa, y es lo suele olvidarse, sino que el tema de fondo es si la bondad que te lleva a la revolución no es ella misma la que te aparta de ella para convertirte en un 'reaccionario' de buen corazón.

Dicen los expertos que la pasión de Camus fue el teatro y su éxito la novela. Pues no sé; ambas obras, igual que 'Calígula', me han parecido geniales porque el texto denso (hay apariciones y discursos que se me escapan) aparece en su justa medida, permitiendo al dramaturgo, como al poeta o al novelista, exponer y justificar sus opiniones, digamos 'filosóficas'.