jueves, 28 de febrero de 2008

'Ante el dolor...'

'Ante el dolor de los demás' de Susan Sontang. Alfaguara 2003. El original parece que es del mismo 2003.



Pues no sé bien cómo empezar, porque no estoy seguro de saber qué quiere decir exactamente Sontang. Algunas preguntas y cuestiones esenciales aparecen o surgen al lector que va respodiéndose, este ha sido mi caso, al margen de lo que Sontang defiende o critica, que no está muy claro qué es, y al margen del propio texto. Que Sontang está bien documentada es evidente, y al respecto son muchos los datos y nombres concretos que nos muestra. Goya, la historia de ciertas fotos, la ausencia de otras, etc. Esto es interesante pero no creo que sea lo esencial del libro.

Si me aventurase a una línea explicativa del libro sería la siguiente: ¿por qué no nos afecta realmente el dolor de los demás, a pesar del realismo y el sentimiento de rechazo que las imágenes nos provoca?

Las fotografías elocuentes, conmocionantes, crean la ilusión de un concenso acrítico, simplón, y que igual no es tal. No se debe, por lo tanto, usar descuidadamente el 'nosotros', que es siempre un Nosotros variado y conflictivo; "para los militantes [de la verdad]la identidad lo es todo. Y todas las fotografías esperan su explicación o falsificación al pie." Todos hoy en día, en mayor o menos grado, caemos en este prejuicio. No es lo mismo la foto del linchamiento o decapitación de un europeo que, por ejemplo, las imágenes de las matanzas entre Utus y Tutsis.


Mostrar la crudeza de la guerra, especialmente las consecuencias de una batalla, pareciera que mostraría y convencería a la gente que la guerra es siempre una insensatez y una atrocidad. "El peso de las palabras, la conmoción de las fotos", que fue el lema del París Match cuando apareció. Y la fotografía, por su indiscutible realismo, más que la letra o la pintura logra impactar en el bondadoso ciudadano europeo o americano. Lippmann en 1922: "las fotografías ejercen en la actualidad la misma suerte de autoridad en la imaginación que la ejercida por la palabra impresa antaño, y por la palabra hablada antes". La misma Sontang parece negar esta teoría cuando afirma que es necesaria un aprevia concienciación (narrativa, digamos, o asentada fuertemente en nuestros sentimientos) para que la foto sea realmente impactante.


La foto impactante como información veraz y denuncia de la guerra. Mostrar el rostro real de la guerra es el objetivo -profesional y ético- de la mayoría de los reporteros en los últimos 50 años. Pero "las intenciones del fotógrafo no determinan la significación de la fotografía, que seguirá su propia carrera, impulsada por los caprichos y las lealtades de las diversas comunidades que le encuentren alguna utilidad."


"Si los gobiernos se salieran con la suya, la fotografía de guerra, como la mayor parte de la poesía bélica, fomentaría el sacrificio de los soldados."

"En el centro de las esperanzas y de la sensibilidad ética modernas está la convicción de que la guerra, aunque inevitable, es una aberración." "Solía creerse, cuando no eran comunes la imágenes audaces [no trucadas e impactantes], que la muestra de algo que era necesario ver, aproximando una realidad dolorosa, con seguridad incitaría a los espectadores a sentir con mayor intensidad. En un mundo en que la fotagrafía está al ilustre servicio de las manipulaciones consumistas, no hay efecto que la fotografía de una escena lúgubre pueda dar por sentado."


"La conmoción puede volverse corriente. La conmoción puede desaparecer. Y aunque no ocurra así, se puede no mirar." Más allá de esta tesis Sontang terminará afirmando que la ineficacia del impacto fotográfico no estanto por saturación como porque no hay deseo ni voluntad real de quedar impactados y transformados. Pero ¿quiere la gente que la horroricen? Probablemente no."

¡Aquí está la clave! ¿Por qué el europeo y el norteamericano no se conmocionan, aunque queden impactados ante las imágenes del dolor de los demás? Por tres razones, parece indicar Sontang: por un lado, porque no todas las guerras son percibidas del mismo modo, legitimando así ciertos conflictos bélicos, especialmente en los que Occidente intervierne, y especialñmente los que se hacen en nombre de la Libertad y Derechos Humanos; en segundo lugar porque sin una base moral previa contraria al horror humano en sí mismo, y tal eticidad falta en Occidente, no es posible una verdadera catarsis individual y social. Nos indignan más unos horrores que otros, y cada cual, o cada grupo social, se inflama sólo hasta el punto en que no se pone en tela de juicio su propia sociedad y su propio lugar en ella. En tercer y últimos lugar, porque en el ser humano, según Sontang, el 'amor a la maldad' es tan connatural como la simpatía, la compasión o altruismo.

Concluyendo: el horror, el dolor de los demás, es inefable e incluso reflexionar sobre él es una tarea deficiente y casi sin más valor o alcance que el estrictamente individual, sea como desahogo o como pequeña aclaración personal de los propios valores.

Un libro realmente pesimista. Toda foto es, incluso desde el punto de vista técnico, interesada, tanto para el fotógrafo como para quien contempla la imagen, y no existe en Occidente ni en toda la el interés real de cambiar aquello que provoca las escenas representadas, esto es, nuestra congénita satisfacción ante el dolor de los demás.

Posdata: después de leer el libro de Sontang leí una entrevista que Arcadi Espada le hizo en el 2003 para 'Letras Libres' y que aparece en su libro 'El terrorismo y sus etiquetas'. En la entrevista se aprecia con más claridad la inquietud y el pesimismo de la autora norteamericana:

"Las fotos brutales exigen una brutalidad previa que es necesario conocer. Con la que es necesario encararse. Una sociedad democrática debe someterse a ese tipo de ejercicios. Si no, se convierte, en cierto sentido, en una sociedad cómplice de la brutalidad."

Sobre la tesis fundamental de 'Ante el dolor...' Sontang afirma en la entrevista que "el libro está dedicado a saber cuánto puede mostrase de la realidad." Cuánto es capaz Occidente de experimentar. Una sociedad interesadamente dormida o ausente no puede más que encarar el tema del mal humano real como una evasión artística o una coartada moral.

Hoy es 28F

Desde la Penibética, en el día grande de la Bética, y de fiesta redoblada en Casares, salud y luces para todos.
De esto no voy a hablar. ¿Para qué? ¿Realmente hay objeto para la reflexión y el diálogo cuando de festividades y jubileos se trata, en especial de ciertos jubileos y celebraciones? Pues nada, lo dicho; salud y luces.

***
Espero encontrar algo de John Cage...
***
Del artículo de F.Savater sobre Cioran de 1977. "E.M.Cioran, para agravar nuestros males" (Viejo Topo 4, enero 1977).
La filosofía no nos consuela. La implacable lucidez disuelve la vida y la propia conciencia. Las ideas verdaderamente importantes son antropófagas. Dice Savater: "El pensar no nos da la vida, pero nos quita lo que nos hacía soportable no tenerla." "Quien cuando reflexiona no empeora, en realidad no piensa: repite letanías, se jalea con espejismos, rumia bálsamos teóricos." "Si no se se ha descendido efectivamente al hondo pozo del espanto, nada de lo que se predique, se razone o se afirme merece cinco minutos de atención..."
Cioran resumen más sutil y profundamente los bellos y acertados comentarios de Savater: "Sufrir es producir pensamientos."
Cioran no cede en su radicalidad y honestidad, pero en él, o precisamente por eso, están necesariamente presentes el arte, el humor, la ironía y el misticismo... "para exasperación del sentido común."
Pero su crítica al ilusionismo no la realiza desde ninguna posición -negativa- fija e inmutable, ni pretende acorazar su trágica lucidez para convertirla en un hogar o baluarte existencial desde el que sobreponerse y superar el escepticismo y nihilismo. Tampoco -pero esto deberá juzgarlo cada lector- acaba en un vacío esteticismo de fórmulas magistrales llamativas. Él. como dice Savater, es un guerrillero cuya base de operaciones se desplaza continuamente. Por eso pueden afirmarse tantas cosas paradójicas y hasta contradictorias de Cioran; es un anarquista y un reaccionario, un ateo y un místico enamorado de la teología, un poeta y un pensador, un individualista extremo y un crítico de la cultura y sociedad actuales. En defensor de la propia individualidad, de su Yo intransferible y lúcido, y un negador del propio Yo:
"...Discernir que lo que tú eres no eres tú, que lo que tienes no es tuyo, no ser cómplice de nada, ni siquiera de la propia vida (...) Cuanto más se abre uno a la vacuidad y más se impregna uno de ella, más se sustrae a la fatalidad de ser uno mismo, de ser hombre, de estar vivo." (de 'Aciago demiurgo')
Otras dos citas de Cioran, de las ocho o diez que nos muestra Savater:
"La obsesión por el suicidio es propia de quien no puede morir ni vivir, y cuya atención nunca se aparta de esta doble imposibilidad."
"Cuando adolescente, la perspectiva de la muerte me sumía en trance; para escapar de él, me precipitaba al burdel, donde invocaba a los ángeles. Pero, con la edad, uno se acostumbra a sus propios terrores, no hace ya nada para liberarse de ellos, se aburguesa uno en el Abismo. Y si hubo un tiempo en que envidiaba a los monjes de Egipto que cavaban sus tumbas para verter lágrimas en ellas, hoy cavaría yo la mía y no caerían dentro más que colillas."
...
¿Para qué sirve -se pregunta finalmente Savater- leer a este intratable y corrosivo? Respuesta, sin desperdicio, de Fernado Savater -recuerden que estamos en 1977-: "La obra de Cioran es un antídoto que, como todos los antídotos realmente eficaces, está hecho de la misma sustancia que los venenos. ¿Antídotos contra qué? Hay una forma de estupidez privilegiada en nuestros días, hecha de lemas huecos y autocomplacencia, de positivismo cientista y marxismo humanizado: llamémosla 'progresismo' [o sociologismo pedagógico]. Contra este oscurantismo de las luces [amansamiento acrítico interesado], contra esta Iglesia sin misterio ni lágrimas, optimista profesional [contratos bien remunerados] como un vendedor a domicilio, se rebela la obra de Cioran."
Termina Savater, ¡o juventud tardofranquista mimada!, esperando que la obra de Cioran termine "convirtiéndonos en honrados y laboriosos ciudadanos de izquierda." (SIC)
...
Posdata. 1. Por esta época sólo se habían publicado en España 4 de las obras de Cioran, y salvo el 'Breviario de podedumbre' ninguna de las esenciales, y sólo podía leerse en nuestro idioma el 'Ensayo sobre Cioran' del mismo Savater.
2. Cioran vivió durante casi veinte años de las becas y ayudas universitarias al estudiante... ¡eso es vida! Cuando al pobre se le acabó el chollo se puso a trabajar; primero en un Liceo, de donde lo echaron al año por ser una mala influencia para los jóvenes, y después en una editorial, a la que casi hunde, como él mismo reconoce.
3. Fue un mágnífico ciclista. Cuando en Francia hacen reportajes sobre la historia del Tour aparece su nombre.
4. Octavio Paz se interesó por su obra. ¿Puede alguien señalarme algún artículo de Paz sobre Cioran?

miércoles, 27 de febrero de 2008

Reconocimiento

Aún en la sagrada órbita del Viejo Topo supongo que es un buen reconocimiento a aquella revista citar algo de Solzhenitsyn (que si no lo copio no me sale), o de cualquier otro maldito superviviente del exterminio soviético (que díria el ínclito Benet).

"Las riadas [purgas] nacían por una enigmática ley de regeneración de los Órganos, un pequeño sacrificio ritual que se ofrecía periódicamente para que quienes quedasen parecieran purificados. Los Órganos debían regenerarse con mayor rapidez con la que crecen y envejecen las generaciones humanas..."

"Las justificaciones de Macbeth eran muy endebles y por eso su conciencia acabó con él. Yago era otro corderito. Con los malvados shakespearianos bastaba una decena de cadáveres para agotar la imaginación y la fuerza de espíritu. Esto les pasaba por carecer de ideología. ¡La ideología! He aquí lo que proporciona al malvado la justificación anhelada y la firmeza prolongada que necesita. La ideología es una teoría social que le permite blanquear sus actos ante sí mismo y ante los demás y oír, en lugar de reproches y maldiciones, loas y honores. Así, los inquisidores se apoyaron en el cristianismo; los conquistadores, en la mayor gloria de la patria; los colonizadores, en la civilización; los nazis, en la raza; los jacobinos y los bolcheviques en la igualdad, la fraternidad y la felicidad de las generaciones futuras. Gracias a la ideología, el siglo XX ha conocido la práctica de la maldad contra millones de seres. Y esto es algo que no se puede refutar, ni esquivar ni silenciar. ¿Y cómo después de esto podríamos atrevernos a seguir afirmando que no existen los malvados? ¿Quién, pues, exterminó a esos millones? Sin malvados no hubiera habido Archipiélago."


No creo que sea sólo esto, pero esto que dice S. es verdad. Yo matizaría que el verdadero peligro es cuando la ideología se dogmatiza e institucionaliza. Aunque, claro, sin dogmatismo e institucionalización en lugar de ideología lo que hay son humanos sentimientos y opiniones, que sí que son necesarios.

Viejo Topo

He encontrado de segunda mano los seis primeros números del Viejo Topo en un solo volumen. Mal encuadernados en rojo. Me interesan por algún artículo de Savater sobre Cioran. Aunque es un desperdicio, y perdonen mi mala boca, en su casi totalidad, ha sido agradable hojearlo, mirar fotos y repasar los índices que los anarco-dialécticos ibéricos de mediados de los 70 creían iluminarían casi definitivamente a la especie. ¡Se les ve tan satisfechos con sus ducados en la boca, los pelos largos y las gafas de artesanía!


En el número 1:Entrevista: Carlos Saura, anarquista. Los herederos de Marx, de Fernández Buey. Los tebeos de Mao, de Fabetti. La política, opio del pueblo, de Savater.etc. Más apetitoso, el de Juan Senent; Biologismo y fascismo. También llama la atención el dosier sobre droga y literatura.

En el segundo. Dosier sobre el anarquismo, una entrevista a E.Mandel y un artículo sobre la filosofía de Mao (sic).

En el tercero la cosa se arregla un poco, pero sólo un poco, pues no aparece Mao, pero sí Ferrer i Guardia. También algo de Sartre, etc...

En el cuarto, de enero del 77, Marx en portada, aparece el artículo de Savater sobre Cioran ('Cioran, para agravar nuestros males'). Mucho de Miguel Morey, y un dosier sobre la antipsiquiatría.

En el 5, Mao en portada. Panero, Althusser, algo sobre André Nin (el comunista asesinado por los comunistas por ser comunista).

En el sexto y último (marzo 77, 75 pesetas), la estatua de la libertad haciendo el saludo nazi. Eso sí, con un artículo laudatorio sobre Ulrike Meinhof. Un diálogo entre Deleuze y Foucault sobre los intelectuales y el poder (esto sí parece legible). Se me olvidaba, en la primera página, Mao del brazo de otros libertadores.



martes, 26 de febrero de 2008

Vale la pena la pequeña reflexión. 26-2-08

Reflexión deshilachada e insegura

Creo que la moralidad es, por definición, la de cada uno. Cada cual, con los materiales variados que se encuentra va construyendo mejor que peor su vida. Cada cual, al menos, tiene esta posibilidad. O la posibilidad de tomarse un serio sus propios anhelos. Ser un poco conscientes de esto que les cuento y saber tus direcciones y claves favoritas es la reflexión moral, la ética, que me concierne. Cualquier manual o brillante obra de filosofía moral es sólo un consejo que recibimos.
Si estoy en lo cierto, entonces aparece un escalofriante problema. Hitler o Stalin, podemos suponerlo, creían honestamente en lo que hacían, actuaban, a sus propios ojos, moralmente bien. Eran asesinos honestos. Cualquiera puede estar realizando el mal a sabiendas, aunque para él esto sea el bien, y no hay modo de negar, aunque quisiéramos, que puede estar obrando del único modo que su conciencia -¿de qué vale decir 'enferma'?- les empuja.
Si cada cual tiene su propia idea del bien y del mal, si nadie, salvo la propia conciencia es fuente del deseo y juicio moral, pareciera que no hay distinción entre el Bien y el Mal, y que habría que recurrir a alguna suerte de moral natural supraindividual. Pero esto es absurdo porque ninguna moral puede ir más allá de cada sujeto particular. Aunque sí es posible que muchos compartan o coincidan en su estimación moral.
Creo que puedo hallar una lucecita que evite considerar el relativismo moral radical como una inmoralidad o como posible causa de inmoralidad.
Puedo admitir que Stalin o Hitler actúan según su propia moral, pero esto sólo significa que no puedo llamarlos inmorales o amorales y con eso dar por cerrada la cuestión. Lo que Hitler o Stalin piensen ha de darme igual, el problema no son ellos -los lobos sanguinarios- sino yo mismo que he de hacer valer mis propios principios morales frente a ellos.
Lo más grave no es la existencia de Lobos ni su maldad, sino la de los corderos y su ceguera y cobardía.

Todo el mundo tiene derecho a sentirse como un Lobo, y, para ellos, la obligación de ejercer como tal, pero todo el mundo tiene también el derecho de acabar con esa peste que son, previa conversión del cordero en hombre. ¡Cuánto queda aún por andar!

Pausa

No estoy de humor ni tengos fuerzas para gran cosa. Pesadumbre ante el puente que se avecina. Sigo disfrutando de la lectura de Lichtenberg y de Solzenisri. También empecé algo de Sontang, y me resulta inevitable no releer a Ángel González. Poco más puedo pensar y decir ahora.

Me palnteo, la cuestión es recurrente, el sentido de este Cuaderno. Sin comentarios.

Pienso, con más rabia de la que el tema merece, en la situación política; si fuese Pérez Reverte o así, gritaría que este país, desde siempre pero especialmente en estos cuatro años, es un bochornoso circo ramplón, una grandísima m... quiero decir. Que la mentira se ha institucionalizado con la bendición de los medios y de la farándula. Pienso que esta suciedad política sólo es posible si se cumplen dos condiciones: que la sociedad se encuentre profundamente ausente y amerced de los mayorales, y, en segundo lugar, y esto da miedo, que los mayorales se crean en posición de una Verdad por encima de las verdades. Esto está ocurriendo ahora mismo en España.

Pienso también, y supongo que es influencia de mí mismo, en la maldad-mediocridad de demasiados cuadrúopedos implumes. Pienso, por pensar que no quede, en mis vísceras (será el alma o el páncreas) que todavía se engañan algunas veces al contemplar...

Sigo descreyendo del Cielo, pero de existir debiera ser el Jardín con una inmensa biblioteca y los amigos cerca. El Jardín es inabarcable, por lo que no hay peligro real de cansar a los amigos.

Imagino argumentos de pequeños relatos... disfruto con tales minucias pero me horroriza como si fuese una profanación la idea de ponerme a escribirlos y robarles el encanto.

Más cosas pienso y siento... o tal vez no, y sólo creo pensarlas y sentirla cuando las escribo.

Bilhana

De los cincuenta poemas del amor demencial de Bilhana (India, sobre el s.XI) sólo destacar que en la edición de Óscar Pujol de Hiperión aparece la grafía sanscrita y su forma fonética. Adyapi tam; aun hoy... Para un disfrutador de largas y muy variadas poesías, que es mi modesto caso, no resultan los cincuenta poemas especialmente llamativos ni extraordinarios; ni más ni menos hermosos que otros del tipo. Lo repito; quizá la grafía y sonido sanscrito es lo más importante. Si acaso un pequeño verso:

...los labios de tu vulva me protegen de la insolación
del deseo y me mantienen así con vida...

¡A escasos 30 pasos del empalamiento! ¡Qué romántica decisión ha tomado el enhamorado que prefiere la muerte a una vida sin ella! ¡Qué más auténtico lugar para el sentimiento absoluto que la bella vulva de una mujer! El poema 27, habla del arrebatado amor sexual a pesar de la horrenda y certera muerte que llega. Quizá, sin embargo, se refiera también al frenesí poético en que el amante castrado destila su última voluntad.

¿Qué voy a hacer?
Aún hoy mi propia mente me asombra,
pues aun sabiendo
que a cada instante se acerca
el momento de la muerte,
a la fuerza abandona
el culto a los dioses
y corre decidida tras mi amada,
mi señora,
la más querida.

lunes, 25 de febrero de 2008

Una grata afinidad

En una entrevista que Christian Bussy le hacen a Cioran en 1976 reconoce éste su admiración por Borges. Por su universalismo, por su escepticismo irónico y juguetón, por su nomadismo. Por su delicado pero infatigable vitalismo. Por su falta de gravedad... o por su elegante ocultamiento de la gravedad. En definitiva, que no es Borges un esteticista de éxito, sino un inteligente y sentido ser humano en continua experimentación de la realidad posible. El YO, inexistente por supuesto, pero "del que todo emana y en el que todo acaba: comienzo y fin que puede, soberanía de lo arbitrario."

Les reproduzco la entrevista casi entera.

"París, 10 de diciembre de 1976
Querido amigo:
El mes pasado, durante su visita a París, me pidió usted que colaborara en un libro de homenaje a Borges. Mi primera reacción fue negativa; la segunda también. ¿Para qué celebrarlo cuando hasta las universidades lo hacen? La desgracia de ser conocido se ha abatido sobre él. Merecía algo mejor, merecía haber permanecido en la sombra, en lo imperceptible, haber continuado siendo tan inasequible e impopular como lo es el matiz. Ese era su terreno. (...) Creo haberle dicho un día que si Borges me interesa tanto es porque representa un espécimen de humanidad en vías de desaparición y porque encarna la paradoja de un sedentario sin patria intelectual, de un aventurero inmóvil que se encuentra a gusto en varias civilizaciones y en varias literaturas, un monstruo magnífico y condenado...
Es ahí donde aparece la superioridad de Borges, seductor inigualable que llega a dar a cualquier cosa, incluso al razonamiento más arduo, un algo impalpable, aéreo, transparente. Pues todo en él es transfigurado por el juego, por una danza de hallazgos fulgurantes y de sofismas deliciosos.

Nunca me han atraído los espíritus confinados en una sola forma de cultura. Mi divisa ha sido siempre, y continúa siéndolo, no arraigarse, no pertenecer a ninguna comunidad. Vuelto hacia otros horizontes, he intentado siempre saber qué sucedía en todas partes. A los veinte años, los Balcanes no podían ofrecerme ya nada más. Ese es el drama, pero también la ventaja de haber nacido en un medio ``cultural'' de segundo orden. Lo extranjero se había convertido en un dios para mí. De ahí esa sed de peregrinar a través de las literaturas y de las filosofías, de devorarlas con un ardor mórbido. Lo que sucede en el Este de Europa debe necesariamente suceder en los países de América Latina, y he observado que sus representantes están infinitamente más informados y son mucho más cultivados que los occidentales, irremediablemente provincianos. Ni en Francia ni en Inglaterra veía a nadie con una curiosidad comparable a la de Borges, una curiosidad llevada hasta la manía, hasta el vicio, y digo vicio porque, en materia de arte y de reflexión, todo lo que no degenere en fervor un poco perverso es superficial, es decir, irreal. la condición de Borges, destinado, forzado a la universalidad, obligado a ejercitar su espíritu en todas las direcciones, aunque no fuese más que para escapar a la asfixia argentina. Es la nada sudamericana lo que hace a los escritores de aquel continente más abiertos, más vivos y más diversos que los europeos del Oeste, paralizados por sus tradiciones e incapaces de salir de su prestigiosa esclerosis...
La curiosidad universal es signo de vitalidad únicamente si lleva la huella absoluta de un yo, de un yo del que todo emana y en el que todo acaba: comienzo y fin que puede, soberanía de lo arbitrario, interpretarse según los criterios que se quiera...
Una vez más, no podemos sino deplorar que una sonrisa enciclopédica y una visión tan refinada como la suya susciten una aprobación general, con todo lo que ello implica. Pero, después de todo, Borges podría convertirse en el símbolo de una humanidad sin dogmas ni sistemas, y si existe una utopía a la cual yo me adheriría con gusto, sería aquella en la que todo el mundo le imitaría a él, a uno de los espíritus menos graves que han existido, al último delicado."

domingo, 24 de febrero de 2008

Un libro de PacoLuis

Tras una indiscutible sensibilidad y capacidad poética, a veces se esconde un optimismo tierno o militante difícil de asumir. Ciegamente, social o geneticamente impuesto, esta 'buena voluntad' termina negando aquello que cree posibilitar o iluminar; la poesía misma y su misión 'autentificadora' del Universo y el Sujeto. El puro optimismo siempre acaba negándose por su incapacidad de pelear el Universo.
Hay algunos muy buenos libros de poesía que incurren en este error de 'lesa ingenuidad'. Mentalmente, sin quererlo, el lector cambia algunos sustantivos, escarba y remodela, hasta dejar a la luz lo más esencial.
Es más, por lo tanto, una cuestión de fondo que de forma, lo cual en absoluto invalida el valor poético de una obra. Hay sensibilidad y juegos de palabras, amor a los pensamientos y a los versos que salen, así lo podemos imaginar, juguetones de la mente y del corazón del poeta. Algunos versos son verdaderamente magistrales:

…me quedan cien mil mundos aún por descubrir,
frente a mí, seductoras, pasan las esencias una a una,
me cogen de la mano y me llevan galopando al infinito.

Dan ganas de nombrar una a una las esencias; ponerles nombres de bella mujer, y de adolescente tímida y voluptuosa, todas hermosas y limpias y deseosas del amor. Igual son otras las esencias de las que PacoLuis nos habla, y nos ponemos a pensar y a imaginar viejes a países lejanos, inmensas bibliotecas, noches de poesía y filosofía al azar del vino; quizá incluso sean estas esencias los grandes interrogantes y los grandes retos de todos los tiempos (el enigma de la esfinge).
¡Pero al final, galopando al infinito se nos aleja el joven poeta de entonces! En ‘Como una perdiz’ y ‘Tal vez sea’ es el aún casi adolescente quien, entre espantado y conforme, da cuenta de la inexistencia de un Yo claramente delimitado.
De otra índole son ‘La gota marrón’ y ‘La filosofía contemporánea’, verdaderas declaraciones estéticas. Precisamente porque la sensibilidad y la inteligencia habitan en PacoLuis, no es posible una poética de la felicidad, ni posiblemente una inocente vida a la sombra de ésta. No sé si los años me dan la razón. Espectador fiel de su propia subjetividad escurridiza en un mundo o escenario desdibujado; esta podría ser la virtualidad de ‘El Devenir’, y podría ser también un acertado norte poético para muchos nuevos poetas.

Para acabar esta reseña, imprescindibles, algunos versos de Francisco Luis García, Paco Luis, de su bello libro 'El Devenir'.


En mis versos va la esencia de mi mundo,
su nostalgia y su ingenua melodía,
en mis versos va la esencia de mi vida,
su equilibrio y su partido devenir.
Empieza un mundo nuevo tras el muro,
despoja tu desidia contra el viento,
que mis lágrimas no caigan sobre el mar…


Filosofía contemporánea

Yo solo delante del muro
me avergüenzo,
porque lo miro
y no lo entiendo,
es frío,
es raro,
es sabio,
pero no lo entiendo,
es mío,
soy yo,
es mi antepasado
pero no lo entiendo…


Como una perdiz

Por entre mi cabeza
pasan miles de ideas,
y sólo algunas
se quedan;
con ellas
lucho por construir un yo más fuerte,
que se desvanece,
como el fósforo de una cerilla,
con el simple roce
con otra superficie,
y me pregunto si cuando deje de arder
habré envejecido.



Tal vez sea

Esta es la noche de la reflexión,
…anhelo el sol,
que antes brillaba tanto,
y ahora melancólico y triste
llora en los brazos de su madre,
que es la luna.
Anhelo los peces,
que antes, felices y hermosos,
nadaban en el mar,
mi mar,
y que ya no están
porque un barreno acabó con ellos,
anhelo a la gente,
que antes se levantaba de su letargo
dando un grito intempestivo,
y ahora entumecidos en su sillón,
cambian de canal,
y me anhelo a mí,
que antes era sustancia consistente y feliz,
y ahora soy disgregado y puro flujo,
y no sé
donde están los límites de mi devenir,
no sé qué soy
ni sé para qué soy
ni siquiera sé si soy,
tal vez sea.

sábado, 23 de febrero de 2008

Más citas

De Lichtenberg:

"Cada vez que tenía que utilizar su inteligencia se sentía como alguien que, acostumbrado a usar siempre su mano derecha, de pronto tuviera que hacer algo con la izquierda." (Afor. 1 de 'Jocosería')

¿Una simpleza, un gracejo o juego de palabras, simplemente lo que textualmente dice, acaso una premonición del 'Artista del hambre'?: "No le apetecía nada, pero comía de todo." (Af. 3)

¿Ilustrado o romántico?: "En el Spectator se dice: 'The ehole man must move together'. [Todo en el hombre ha de apuntar a un único objetivo final.] (Af. 31)

"No sé a qué se deberá, pero la palabra 'jónico' expresa para mí mucho más de lo que dice el diccionario." (Af.154) Que cada cual busque sus propios conceptos clave y los mastique.

El error de los filósofos: "Un ser humano concreto sería siempre lo mismo a los ojos del filósofo, ya sea fabricante de pelucas o ministro, así como el mármol seguirá siendo el mismo aunque la estatua represente a un capuchino o a Apolo, y nunca será bronce no gres." (Af. 194)

"Se movía tan lentamente como un horario entre un montón de segunderos." (Af.258)

De los límites de la pedagogía: "como ya le había salido una vez mal a su padre cuando lo procreó, ningún grabador en cobre se atrevía a probar nuevamente fortuna con él." (Af.217)

"Discurso de un suicida, escrito poco antes del acto. ¡Amigos! Heme aquí ante la cortina, a punto de descorrerla para ver si detrás de ella habrá más tranquilidad que aquí. No lo hago movido por un arranque de desesperación, demasiado bien conozco la cadena de mis días por los pocos eslabones que he vivido. Estoy cansado de avanzar; aquí quiero extinguirme o, al menos, pasar la noche. Ven, naturaleza, recoge ya mi envoltura material y vuelve a mezclarla en la masa de los seres, haz de mí un arbusto, una nube, lo que quieras, incluso otro hombre... pero ya no a mí. Le doy las gracias a la filosofía por impedir que el curso de mis pensamientos se vea interrumpido por piadosas bufonadas. Basta, pienso que no le temo a nada, ¡descorramos la cortina!" (Af. 209)

Algunas citas

En 'Archipiélago Gulag', y no es una metáfora:


"Los arrestos se propagaban por calles y casas como una epidemia. Del mismo modo que la gente se contagia entre sí sin saberlo -al estrecharse las manos, con el aliento, al entregar objetos-, cuando se estrechaban las manos, por el aliento, al encontrarse por la calle se contagiaban sin saberlo la peste de un arresto cierto. Porque si tú mañana te ves obligado a confesar que has formado un grupo clandestino para envenenar el suministro de agua de la ciudad, y hoy te he dado la mano en la calle, entonces yo también estoy condenado."


Algo evidente, clarificador y terrorífico, cuando caes en la cuenta de ello:


"¿Merece la pena volver ahora a todo cuanto hemos dicho para explicar que encarcelaban a inocentes? ¡Pero es que hemos olvidado decir que el concepto mismo de 'culpa' había sido abolido ya por la revolución proletaria, y que al principio de los años treinta había sido proclamado 'oportunismo de derechas' De modo que ya no podemos especular con conceptos tan obsoletos como culpabilidad e inocencia."


"Las víctimas de los bolcheviques desde 1918 a 1936 nunca fueron tan pusilánimes como los líderes bolcheviques cuando la tempestad cayó sobre ellos. Si se examina en detalle toda la historia de los encarcelamientros y procesos de 1936-1938, se siente repugnancia no sólo por Stalin y sus adláteres, sini también por la repulsiva mezquindad de los acusados, asco mpor su bajeza espiritual despues de tanta soberbia e intransigencia."

El mejor e imposible consejo una vez has entrado en el Infierno: "Debes ingresar en la cárcel sin dejar que te agite la vida cómoda que dejas atrás. En el umbral tienes que decirte a ti mismo: la vida ha terminado, un poco pronto, pero no hay nada que hacer. Nunca más volveré a la libertad. Estoy condenado a desaparecer, ahora o un poco más tarde, pero más tarde será más penoso, es mejor que sea antes. Ya no tengo bienes. Mis familiares han muerto para mí y yo para ellos. A partir de hoy, mi cuerpo me resulya inútil, es un cuerpo ajeno. Mi espíritu y mi conciencia son lo único que aprecio y me importa. ¡Ante un detenido así, la instrucción sumarial se tambalea! ¡Sólo triunfará aquel que haya renunciado a todo! ¿Pero cómo hacer de tu cuerpo una piedra?"

Otro texto de 'Archipiélago...', de mucha mayor actualidad, o de una actualidad más evidente:

"Una concepción del mundo cómoda [autosatisfecha] engendra también un término jurídico cómodo: 'profilaxis social'. Se introduce, se acepta, y en seguida resulta comprensible para todos. (Bien prontop podremos oír decir a uno de los directores del Bielomorstrot, Lazar Kogan: 'Creo que, personalmente, usted no es culpable de nada. Pero siendo usted una persona culta, debe comprender que se está llevando a cabo una amplia profilaxis social)."


Aclaración útil

Estaba yo pensando, créanme, y caí en la cuenta. ¿No será...? Les explico. Dos grandes males, y no es ahora el momento de indagar su origen ni de pronosticar futuribles, dos inseparables enfermedades aquejan a nuestras sociedades actuales. Por lo menos, a las que más a mano tenemos.
Por un lado, el simplismo mediocre e interesadado de una gran parte de la sociedad, que a todos nos salpica y a algunos nos duele. Por el otro, el riesgo, quizá cumplido, de un pensamiento único de tintes totalitaristas con su consiguiente institucionalización. En ambos casos, y por utilizar una clave semántica, se trata de la no realización, o de una fraudulenta realización de lo que en sentido amplio podemos designar lo Ilustrado; razón y libertad.
Algunos críticos de esta situación, que somos legión dispersa y dispar, entienden que el peligro mayor viene por lo del totalitarismo, y debe darnos igual que sea de guante blanco. Para estos, todo esfuerzo por superar el estado de feliz coma espiritual que se padece es algo secundario, aunque no sin importancia, por cuanto las posibles estrategias para superar tal, citando a Kant, domesticiodad animal, tal ajusticiamiento de lo excelente, pasarían por una revitalización desde adentro del espíritu de la mayor cantidad posible de individuos. Pero tal reconconquista de la propia racionalidad y dignidad pareja, y aquí es donde estos defensores de lo Ilustrado se asustan, requiere una aceptación de las propias entrañas en su totalidad y no sólo de los aspectos más racionales de éstas. Las raíces humanas de la razón que se hunden en el sentimiento y la voluntad. Esta irracionalidad les resulta, hoy en día, inasumible, pues creen, desde su minimalismo, que revertiría en un mayor oscurantismo.
El otro grupo Ilustrado, sin aceptar el totalitarismo, ven escasa y artificial la estrategia anterior; llamémosla 'dialógica', ¿multilógica?. Sin una verdadera conciencia individual Ilustrada no es posible ninguna acción, ni ética ni política, Ilustrada. Estos pensadores, o más bien literatos, están empeñados en la noble tarea de rescatar sus propias y particulares visceras humanizadas. Es una labor inevitablemente individual. Y entenderlo así es fundamental. Una sociedad de hombres conscientes y responsables no sería presa tan fácil del totalitarismo.
En verdad, ambos grupos buscan lo mismo, y ninguno aboga, ¡sálvenos Dios!, por un Estado que Ilustre 'desde afuera' a los ciudadanos. Esto es imposible y sería la coartada de nuevas formas mediocridad y totalitarismo.
Desde este tronco Ilustrado común han de entenderse mis críticas a otros Ilustrados.

jueves, 21 de febrero de 2008

Aclaración (innecesaria)

Por favor, que nadie confunda a Descartes con Rimbaud, ni mi pobre existencia con la del Sujeto Sujetante (perdón, Fundante). Que no es eso. Es esforzarme por ver las cosas más modesta y sinceramente, racional y sentimentalmente. No se pierde la inteligencia, sino que intenta invertirse en este pobre proyecto que es uno mismo, o para ser más exactos, que consiste en aclarar un poquito (pero que muy poquito) el sinsentido de mi propia existencia.
Supongo que ya en las cavernas, y entre los sumerios y demás, quiero decir que mucho antes de los griegos -los buenos y los malos- y del cristianismo y de Descartes, ya había gente así de confusa. Recurden que la poesía es de mucho antes que la filosofía, y que el cerebro depende de un hígado y un corazón.

¿Narcisismo?

"Por esta razón, quien ha encontrado, y debería bastarle, la verdad absoluta idéntica a la nada de su sentimiento, necesita el mundo externo, los espejos y los ecos: el agua del río para mirar y enorgullecerse de su certeza de narciso."


Sí y no. No es que se necesite el mundo externo para disfrute narcisita de la propia nada. Es que es inevitable la experiencia del mundo externo. Las fuerzas no las saca el poeta de su narcisismo maquiavélicamente extrovertido, sino de un acto ciego que consiste en el empecinamiento -posiblemente localizable a nivel del hipotálamo; una especie de lealtad o valentía... mientras se aguante. Ni narcisismo ni humildad; sólo hombres conscientes de lo extraordinario y letal, la vida, que necesariamente, y aunque algunos no quieran verlo, o se lo reserven, no es experimentable más que por uno mismo. De hecho, es lo único experimentable.


Algo más. El verdadero solipsismo poético, que es de lo que hablamos y no de un Descartes o así, se queda siempre en casa, o en el Jardín (donde por cierto existe el derecho al suicidio), y no sueña en derrumbar y levantar ciudades...

Sobre el peridismo

Sobre la metafísica del periodismo, por si me aclaro.

"Que la prensa es el gran poder lo han dicho muchos, desde hace mucho tiempo. Los profesionales de las apariencias, los órganos de la opinión, los manipuladores de lo aparente han sido vistos desde hace siglos como los verdaderos regentes. Pero que el periodismo reine también en el clima del arte, la música, la literatura es una aseveración más grave..."


"...más inquietante aún que la que expresa la vieja querella contra el Único Poder. Para Steiner, el periodismo es un caldo espeso que llena cada grieta de nuestra conciencia con su trivialidad, su ética de lo desechable y su rencor." He partido la cita para mayor claridad. Amabas afirmaciones son ciertas, y algunos sentimos hervir y helarse la sangre de indignación ante tamaño dislate. El triunfo de lo ramplón y colorista.


Continua Jesús Silva; se trata de un problema Metafísico, pues determina nuestra Epistemología y Ética. La "instantaneidad igualadora" que empobrec, desvaloriza y aturde. Este papel absoluto y de opereta trágica, lo comparte el periodismo, según nuestro autor, con la forma democvrática actual.


"El periodismo se enrama así con los apremios y las miserias de la democracia. Frágiles sustentos de la civilización, la democracia y el periodismo viven en el tiempo presente, sólo en el presente, apenas para él. Por eso ambos favorecen lo efímero, lo precario."


Tal para cual, en complaciente dialéctica. Pero hay más: el periodista es un justiciero, el azuzador de públicos linchamientos. "Si el periodista antes buscaba acceder a la información para difundirla, ahora la busca para imponer un castigo. Pasea con pose de neutralidad, pero se ejercita a diario en la gimnasia de la indignación: denunciar las torceduras del mundo es la misión del periodista. De este modo, la agresión se ha convertido en una especie de imperativo ético del gremio."


Termina Jesús Sila: "La coloratura de la política contemporánea proviene del reinado periodístico." O a la inversa, que lo mismo da.


Para mí, y ahora sí he entendido lo del periodismo, que tenemos la democracia y la prena que satisfechamente merecemos.


Posdata. ¿Podría alguien informarme sobre qué dice la 'Dialéctica del Iluminismo' al respecto?

Filosofía Compartida

Desde adentro de la Ilustración, con sus enemigos vencidos pero insatisfecha de sus fríos logros, el hombre íntegro (the whole man) del Strun y del Romanticismo comienza a sentar sus dominios, a creer en la posibilidad de una razón síntética.


"La gente expresaría de otra forma hasta las cosas más comunes y generales si quisiera seguir su propio sentimiento individual." (Lichtenberg, aforismo 292 de 'El cuerno de Amaltea')


"En vez de cada palabra aislada podrían crearse seis; expresamos demasiado con una sola palabra." (af. 297)


"El momento, creo yo, en que nos sentimos lo suficientemente fuertes como para reprimir uno de nuestros impulsos básicos, el que nos impele a actuar con eficacia, es el momento en que quizá seríamos capaces de emprender las cosas más grandes y extraordinarias."


Sin embargo, no nos engañemos, Lichtenberg, como Kant, es un Ilustrado, que aún entiende la racionalidad exclusivamente como Pensamiento compartido o compartible.


"Ganar en sabiduría significa reconocer cada vez más los fallos a los que puede estar sometido ese instrumento con el cual sentimos y juzgamos. Precaución en el juicio es lo que hay que recomendar hoy en día a todos y a cada uno." (Aforismo 137 A)


"La filosofía humana es, en general, la filosofía de un individuo cualquiera corregida por la filosofía de los demás, aun la de los locos, y esto según las normas de una evaluación racional de los grados de probabilidad. Aquellos principìos sobre los que los hombres están de acuerdo son verdaderos. Si no lo fueran, no tendríamos verdad alguna. A considerar verdaderos otros principios nos obliga a menudo la palabra dada por quienes son autoridades en la materia, y todo hombre que se encontrase en las mismas circunstancias así lo creería. Cuando no es éste el caso, estamos ante una filosofía particular y no ante una establecida con el concenso de los hombres. Incluso la superstición es una filosofía local, y da su voto." (Af. 136A)


¡Qué triste, para júbilo de Ilustrados, es la última...! La Opinión Pública, la Humanidad Pensante y Libre, el Sujeto Trascendental... ¡cuántos nombres y tan poderosos contra el escuálido poder que un individuo particular, con su particular filosofía, pueda oponer!

miércoles, 20 de febrero de 2008

Epistemología

"Es un fallo absolutamente inevitable de todas las lenguas el que sólo expresen 'genera' de conceptos y raras veces digan con la suficiente claridad lo que quieren decir. Pues si comparamos nuestras palabras con las cosas, veremos que estas últimas se mueven en una línea totalmente distinta de la de aquellas. Los atributos que observamos en nuestra alma se hallan tan estrechamente imbricados que no sería fácil trazar una línea divisoria entre dos de ellos; no es éste el caso de las palabras con que los expresamos, y dos atributos y que se siguen uno al otro expresados por signos que no nos revelan ninguna afinidad. Se debería declinar filosóficamente las palabras, es decir, poder señalar su parentesco colateral mediante alteraciones..." (Lichtenberg Aforismo 118A)


Se condensan en el texto la noble tradición escéptica y lo mejor del empirismo. También recordamos a Kant, a Nietzsche, a Wittgenstein. La complejidad no objetivable del alma, que es más que entendimiento o imaginación, es uno de los motivos que nos hacen afirmar la imposibidad del realismo. No sólo hay una desconexión -no necesariamente absoluta si se quiere- entre el pensamiento y la realidad, sino que el mismo pensamiento es incapaz de reflejarse cabalmente en su discurso lingüístico. La propuesta de declinar filosóficamente las palabras debe significar que debemos ser muy cautos en su uso, más cuando pretendemos mediante ellas reconstruir el Universo o la subjetividad. La ruptura del binomio sentido/referente. La dimensión pragmática el lenguaje aclara algo la cuestión, pero no del todo ni lo más importante; la inapresabilidad del propio pensamiento. El uso, por decirlo de algún modo, 'poético' del lenguaje podría ser otro paso más en la dirección antirealista y antidogmática.



Otra más, en la misma línea. Aforismo 114A: "La disputa sobre 'significar' y 'ser', que tantos males ha causado en el ámbito de la religión, habría sido quizá más saludable si la hubieran aplicado a otras materias, pues para nosotros es una fuente universal de desdichas el que creamos que las cosas son realmente lo que sólo significan."


Toda la inteligencia y valentía que se ha mostrado en la crítica y en la humanización de la teología y la religión, deben ponerse también en la crítica y humanización de nuestra capacidad de conocer y expresar. Los desdichados y artificiales laberintos empobrecedores en que nos metemos por ser excesivamente ingenuos en lo referente al conocimiento y lenguaje humanos.



Lo comentado es muy básico, quizá de más para alguno. Las interesadas derivaciones sociológicas y políticas de un mal entendimiento de nuestras propias capacidades son evidentes: demagogia e hybris. Tampoco hemos dicho nada sobre esa complejidad en que el propio alma consiste... en esta cuestión más de un críticista preferiría no haber entrado.

Aforismo 126-A

¡Por fin, y ya habíamos llegado a la página 42, algo realmente valioso de Lichtenberg! ¡He hallado una cita de Cioran plagiada por don Cristobal! En el 126 del primer grupo de aforismos:


"Sólo el señor Ljungberg sabe que uno de mis pensamientos predilectos es el de la muerte, y que a veces esta idea se apodera en tan alto grado de mí que más parezco sentir que pensar y las medias horas se me van como minutos. Esto no es para mí una penosa autocrucifixión a la que me somete contra mi voluntad, sino un placer espiritual del que, contra mi voluntad, disfruto parsimoniosamente, pues a ratos temo que de él pueda surgir aquel melancólico y noctívago amor por la contemplación."

martes, 19 de febrero de 2008

www.autoficcion.blogspot.com

www.psicocamaleones.blogspot.com

Autobiografía

Autobiografía, necrológica y sentido. La conciencia como caprichoso desvelamiento/ocultación mortuorio. Pues claro; ¿qué si no es la vida consciente que la experimentación de la finitud y el desasosiego, su áuerea y fría sombra? El sentido de la autobiografía (y en mi ignorancia incluyo en el género incluso los 'Elementos' de Euclides) es ella misma. No hay punto arquimédico que haga del relato visceral una explicación de nada. Supongo que me atraen más las apuestas expresionistas que las descrptivas o explicativas.
A veces el poeta se siente vacío de su propia poesía y huérfano del deseo y la inspiración. No creo que se trate, como alguien me dijo, de que la expresión requiere, antes o después, y aunque no se quiera, convertirse en explicación, y aunque sea momentáneamente. No creo que sea eso, o no sólo eso ni eso principalmente. El verdadero movimiento no va del explicar al expresar, y vuelta, sino del expresar al sentir... hasta las últimas consecuencias. Cuando la expresión se vacia y su torturador sinsentido se vuelve casi insoportable es el momento de dar otra vuelta hacia el interior de las propias entrañas. Es el momento del heroico plantarte absolutamente a solas con el Ser, con la Nada. Tus propios sentimientos se vuelven entonces formas nimias de la verdad (inexplicable y casi inexpresable) que ahora casi rozas. Sacar o no sacar fuerzas a partir de este instante es algo que no éstá en tus manos ni tiene importancia.




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De Lichtenberg (afor.25): "...uno se pregunta por qué a los hombres suelen crecerles miembros o excrecencias que no responden a intención alguna." El deseo, el alma, el apéndice, la conciencia, la voluntad...
En el aforismo 33, y Freud no lo hubiese dicho mejor: "De los sueños de los hombres, si éstos los contasen con precisión, podrían tal vez sacerse muchas conclusiones sobre su carácter. Pero no bastaría con unom solo, sino que haría falta una gran cantidad."
Un clásico de siempre, de mucho antes de L. y de mucho después; Aforismo 40: "El miedo a la muerte que se inculca a los hombres es a la vez un gran medio del que se vale el cielo para impedirles cometer muchas fechorías."
Lichtenberg, clarividente y románticamente ingenuo, en el afor. 86: "si el género humano sigue aumentado, habrá que tener más de dos o trtes nombres para evitar la confusión."
Aforismo 110: "La medida de lo maravilloso somos nosotros. Si buscásemos una medida universal, lo maravilloso dejaría de existir y todas las cosas serían igual de grandes." Horror al universal abstracto, asesino del alma eexcelente, irrepetible y extraordinaria, y amamantador de las masas; cebador de masas para el matadero; Gulag, Treblinka.


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Solzhenitsyn, 'Archipiélago Gulag': "Por aquel mismo asfalto que de noche recorrían los 'cuervos' pasaba de día la juventud con banderas y flores cantando alegres canciones." La noche mal iluminada, sórdidas calles vacías entre edificios ausentes, como para no llamar la atención. La tragedia de miles de alientos contenidos y la arbitraria maldad como una plaga de Egipto. Más terrible, pues se repitió no una sino miles de veces. Una escena; los cuervos que mecánica e indiferentemente conduce a unos desgraciados hacia la muerte. El día luminoso. Falsamente coloreado por cánticos, alegres jóvenes y banderas de vivos colores... artificiales. Ojos sin vida y rostros maquillados de polichinela o puta de película. Tan real el día como la noche. Miedo en el sielncio y miedo en las risas, pero sin llanto; el absurdo y canalla destino que ha roto los resortes de la vida.
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"Incluso en el peor momento de la epidemia de detenciones, cuando al salir a trabajar los hombres se despedían de sus familias cada día, pues no podían estar seguros de volver por la tarde, incluso entonces apenas se registraban fugas (y menos aún suicidios). Así tenía que ser: de la oveja mansa vive el lobo."
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"...las personas que caían casualmente en una redada, o en una vivienda rodeada por agentes, y tenían la valentía de huir en aquel mismo momento, antes del primer interrogatorio, nunca eran capturadas ni citadas a comparecencia. En cambio los que se quedaban a esperar justicia recibían una condena. Y casi todos, la aplastante mayoría, se comportaban con pusilanimidad, indefensión y resignación."
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lunes, 18 de febrero de 2008

Monstrum in fronte...

...monstrum in animo, decía Nietzsche refiriéndose a Socrates, cuya acomplejada fealdad le llevó a la maldad. Para Lichtenberg los infinitos grados de la belleza y fealdad física humana son reflejo, o al menos van parejos, con la infinitud de temperamentos. Pero todo esta caótica multipliciadad de caracteres es reductible, como los colres primarios, a la genialidad, la locura y la maldad. Todo hombre es una particularización irrepetible de ellas. Esto lo dice más bellamente L. en su aforismo 4:

"...habría que pasar revista, en las distintas naciones, a los grandes hombres, las cárceles y los manicomios, porque estos tres campos son, por así decirlo, los tres colores básicos de cuya mezcla surgen generalmente los restantes."


"El esfuerzo por encontrar un principium universal en algunas ciencias quizá sea a menudo tan infructuoso como el de quienes querían encontrar, en la mineralogía, un primer elemento universal cuya composición hubiese dado origen a todos los minerales. La naturaleza no crea genera ni species, sino individua, y nuestra miopía ha de buscar similitudes para poder retener muchas cosas a la vez. Estos conceptos se vuelven tanto más inexactos cuanto mayores son los géneros." (Afor. 9)

Nuestra inteligencia funciona necesaria, inevitable y eficazmente, al menos desde el punto de vista de nuestra supervivencia, esquematizando, empobreciendo, simplificando la realidad. Pero esto no es lo llamativo, sino que cuanto más inteligente y sutílmente describimos y nos explicamos la realidad, más pobre es la imagen que de ella alcanzamos. Un ejemplo: el mapa ideal, el más perfecto y verdadero, sería aquel en escala 1:1. Tal mapa es imposible e innecesario, pues requeririamos otro mapa para entender el mapa. Para que un mapa sea tal ha de empobrecer un tanto la realidad. Nuestra inteligencia empobrece necesariamente la realidad, pues no hacerlo no sería inteligente. ¿Qué conclusión podemos sacar? Que las verdades son siempre humanas, pequeñas, relativas, discutibles, revisables... ¡y que quien, por lo motivos que sea, pretenda otra cosa nos engaña y empobrece al negarnos la posibilidad de nuevos y variados mapas de tamaño humano!


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Me prometí descansar unas semanas de estalinismos y similares. Llevo tres páginas del 'Archipiélago Gulag' de Solzhenitsyn, y también tengo suyo 'Un día en la vidad de IvanDenisovich' (en una edición relativamente antigua). Pero claro, también está el Ribakov ('Los hijos del Arbat'). Si a esta gula indigerible le sumo el ensayito de 200 páginas' Cioran o el laberinto de la fatalidad' de J.M. Marín (Valencia, 2001), y a todo esto le sumamos... ¡Ya veré qué hago! Creo que habiendo leído las tres primeras páginas de un buen libro, dejarlo es un crimen.

Lichtenberg

Mira que están pesados, Cioran y Nietzsche, con que si Lichtenberg por aquí y Listenberg por allá. Pues nada, a catar a don Jorge Cristobal Lichtenberg. Por suerte Edhasa ha sacado una bonita edición de bolsillo, colección diamante, de 10 euros. Sólo voy a probar, con la mejor voluntad, pero un poco receloso porque hace dos o tres años cogí a La Rochefoucauld y la verdad es que no me pareció gran cosa. Si esto de Lichtenberg sale bien, habrá que darle otra oportunidad a La R.

De la Güiquipedia: Alemán,1742-1799, el menor de 17 hermanos (¡ algo significará tamaña monstruosidad !), irónico, escéptico y anglófilo (enfermedad actualmente casi extinta).

Aforismo 1

"El gran artificio que consiste en considerar ciertas pequeñas desviaciones de la verdad coomo la verdad misma, sobre el cual se ha edificado todo el cálculo diferencial, es a la vez la base de nuestras ideas ingeniosas, y a menudo todo fallaría si tomásemos esas desviaciones con un estricto rigor filosófico."

Que la verdad es un concepto, o un supuesto, vacío y útil, orientativo y heurístico más que verdadero en sí y con contenido. Que su flexibilidad, como en cierta medida la de nuestro entendimiento y las realidad misma, permite la ingeniosidad, la creatividad... ¡pero que nuestro modo de ir haciendo la verdad (las infinitas verdades matizadas) no pueden relativizarse hasta el punto de no tenerlas por verdaderas.

O tal vez sólo quiere decir que el 'rigor filosófico' mata y deseca nuestra capacidad de pensar e imaginar. ¡Gracias a Dios, desde hace siglos ya nadie, en su sano juicio, cree en el rigor filosófico!

domingo, 17 de febrero de 2008

Educación

Yo estoy pez en esto de la informática. Aprendo cuatro pasos, los imprescindibles, y ya está. Hoy me reprocho mi desinterés técnico. Me gustaría mandarles con un solo clic al cuaderno de autoficción, pero no sé cómo se hace. Pues eso, a mano, que vayan al cuaderno de MLL, autoficcion. Les cuento sobre sus últimas dos entradas.

Lo de los objetos cúbicos foliáceos y desplegables está muy bien. Los del calvinismo contable también. Lo mejor, la acertada idea de que la educación, para las derechas y las izquierdas, consiste en una técnica laica para salvar almas. Una sola consideración. No creo que su objetivo sea 'salvar' (o simplemente mejorar, o ayudar a superarse) las mentes y los corazoncitos ciudadanos. Su objetivo es el de volver lo más dóciles y dependientes a los ciudadanos (o por mejor decir, mimados subditos).
El objetivo de tamaña empresa es evidente. Perpetuar el sistema político y social que a los gobernates y a su legión de cortesanos hace ganar mucho dinero, prestigio, poder... Los acolitillos no están sólo en las sacristias ni en los partidos políticos -estos últimos en peligrosa confusión con el Estado- sino en las cátedras, los periódicos, las artes...
Además de mi sentido convencimiento de lo que digo dispongo de un argumento que lo corrobora. La perversidad, o la falsa e hipócrita bondad, y el espíritu antiilustrado del sistema educativo es reconocible por cualquiera; no hay que comparar más que lo que se dice que se pretende y lo que de hecho se consigue. Pues bien, si a pesar de ser conscientes de la incompatibilidad entre la actual forma de entender la educación y el tipo de sociedad y ciudadano que dicen desear, se insiste en este paradójico sistema es porque con él algo ganan quienes podrían cambiarlo. Y vuelvo al inicio: el sistema educativo nuestro -y supongo que de medio Occidente- fomenta el poder y el prestigio de las clases dirigentes, haciendo a los ciuadadanos (ya saben, mejor súbditos malcriados) cómplices felices de la interesada pantomima.

Posdata. Hay otro blog bastante válido. Es de metabolismo más lento que autoficcion pero igual de crítico. Buenos comentarios de música y de literatura negra norteamericana. Se llama psicocamaleones.

"Pliegues de la razón moderna"

"Pliegues de la razón moderna; de Descartes a Cioran" es el título de un libro prometedor de José Luis Rodríguez editado por Mira en Zaragoza en 1993. Lo constituyen diez artículos: sobre el dualismo antropológico caertesiano, sobre la filosofía política de la Ilustración, sobre Schopenhauer, sobre Althusser, sobre Sartre y sobre Cioran. Sólo he leido por ahora el último, 'Las claves de Cioan', y que más bajo les explicaré brevemente. Prometen el número 4, 'Luces y sombras del discurso jacobino', el 6, 'Schopenhauer en el espejo' y el 7 y 8 de Sartre.


'Las claves de Cioran' (1991).

Comienza con un reconocimiento a F. Savater por pelear partisanamente por dar a conocer a Cioran al comienzo de los 70. Su ‘Introducción a Cioran’ es de 1974. Las referencias del ‘Viejo topo’ a mediados de los 70 también son recordadas por José Luis Rodríguez.

Se sorprende nuestro comentarista de la más que aceptable recepción que tuvieron las primeras ediciones de Cioran en España. Publicación cronológicamente muy despareja, pues faltaban sus primeras obras.

“Eran otros tiempos: los años de la culminación polémica entre analíticos y dialécticos, la hora de un crepúsculo que diagnosticaba la ‘nouvelle philosophie francaise’ y en la que la sombra de Habermas comenzaba a ser alargada. Por esto, resulta sorprendente que Cioran se aposentara teóricamente entre nosotros: no importa que lo hiciera como un autor marginal, como escritor de una literatura que habría de merecer más atención en los ociosos e intempestivos encuentros que en las tribunas o tribunales académicos...” (p.196)

¿Qué podía atraer de la literatura de Cioran? Y responde J.L. Rodríguez citando a Savater (‘Viejo topo’ nº4, de 1977): “una voz que se alza desde el nítido desgarramiento de la lucidez, desde el hundimiento de las razones tranquilizadoras: una voz apasionada, pero que no cede a la seducción del confuso balbuceo: un clamor martirizado, pero en el que siempre está presente el humor; una inclinación por el más tenebroso misticismo que se realiza en la exasperación del sentido común.” (p.197)

Contra el sentido común, contra la placidez y el pacto rápido con la existencia. Un estímulo para la radicalidad frente al conformismo. Vitalidad al margen o enfrentada a una cansina cultura de laboratorio. Más específicamente Cioran también representó y representa la libertad crítica frente a la herencia Ilustrada. Dice JLR: “... la crisis teórica de los años ochenta y el creciente imperialismo de una ética pragmatista (re-)inauguradora de los vigentes valores llama la atención sobre perspicaces observaciones, presentes y constantes en la literatura de Cioran.” (p.197)

Después de esta introducción el artículo se divide en dos epígrafes: 1. El lugar de E.M. Cioran en la trayectoria del pensamiento postilustrado, y 2. Historia versus Eterno Presente.

(1) El lugar de Cioran en la historia del pensamiento. La Ilustración representa el triunfo de la Razón contra la superstición, y de la libertad frente al servilismo. El profeta del sentir Ilustrado es Hegel, dice JLR, pero también habría que incluir a Kant, a Comte, las revoluciones liberales, el economicismo del libre mercado, los avances científicos, la secularización religiosa... Esta ‘visión del mundo’ Ilustrada se ha desplegado muy eficazmente durante estos últimos doscientos años. Ocurre sin embargo, que algunos espíritus más sensibles y críticos han ido denunciado, también desde hace doscientos años, los peligros que el Ilustracionismo –y disculpen nuestra expresión- nos hacía y hace correr. Por eso, y dentro del campo del pensamiento y la literatura, además de hablar del despliegue de la razón Ilustrada hay que hablar de su repliegue. Los orígenes del Idealismo Alemán (recuerden que en el ‘Fragmento del sistema’ se ataca frontalmente la ceguera arrasadora y empobrecedora de la razón Ilustrada), los románticos y su apelación a lo prerracional y al valor absoluto del yo particular, la metafísica y epistemología partidas de Schopenhauer y su derrotado cristianismo, la descripción nietzscheana de la vida como voluntad de poder, el aun más tenebroso descubrimiento de Freud. Etc.

Resultados inapelables de la crisis de la razón Ilustrada son el fin del Sujeto Trascendental platónico-cartesiano, el fin de la Historia como escenario ‘racional’ del Sujeto Racional y la fragmentación consiguiente del relato, el triunfo de formas expresivas no explicativas, como el aforismo o la autobiografía. El lirismo de Cioran condena todos estos aspectos: “[el] verdadero valor consiste, precisamente, en no ser más que sangre, sinceridad y llamas” (‘En las cimas de la desesperación’ p.17)

(2) Sobre la Historia y la ‘caída en el tiempo’, el Eterno Presente. Creo que esta es la parte más conseguida del artículo. Al igual que Susan Sontang, a quien también se cita en el capítulo, JLR, siguiendo la tesis de Savater, afirma la centralidad del tema de la Historia y de la Utopía como el tronco del pensamiento de cioraniano. Una cita del ‘Ensayo sobre Cioran’ de Savater da comienzo a la explicación: “tras la revelación de la inanidad del ser, tras la desaparición de los últimos jirones de la ilusión naturalista, disminuidos los prestigios del dios maldito, queda, inevitablemente, la historia [porque] toda noción de sentido, de finalidad, de movimiento ineluctable se ha refugiado en ella: si las cosas siguen siendo, en alguna tímida medida, explicables, lo son gracias a la historia.” (p.202)

Dice JLR: “creo, en consecuencia, que la literatura de Cioran resulta de la confluencia de dos campos teóricos, dispares y complementarios: por un lado, pensamiento sobre la constitución occidental de la idea de Historia y, por otra parte, pensamiento sobre la ipseidad del sujeto.” (p.203)

La temporalidad, la conciencia de la temporalidad, como único escenario posible para la existencia humana desfragmentada, que es la única humanidad pensable, decible, experimentable, sea individual o colectivamente. Esto que afirma JLR está bien dicho y es verdad. Mucho más discutible, aunque también de muy poca importancia real, es cómo continúa la cita anterior: “Así, desde ningún punto de vista debiera negarse ‘sistematicidad’ a los esfuerzos de la voluntad aforística de su formalidad fragmentaria: se trata, por el contrario, de una prueba de extremada coherencia,” (p.203) No tiene importancia, pero Cioran no es sistemático (sí profundamente monótono) y en absoluto coherente. ¿Qué sería ‘coherencia’; acaso la de la lógica, o la que imponen los formatos académicos...? Este academicismo que en Cioran nosotros no apreciamos y que JLR le supone, va a ser el punto más débil de la interpretación que hace JLR de Cioran. Al final de su artículo nos hablará la utopía negativa y trágica como la verdad del sistema (‘sistematicidad’) de Cioran. Estos comentarios son acertados e iluminativos mientras no se pretenda encorsetar a Cioran en estas fórmulas y esquemas académicos.

“La historia no resuelve nada porque no hay nada que resolver”, afirma Cioran en ‘Desgarradura’. Según JLR la ofensiva conducida por Cioran contra toda filosofía de la historia se asienta en su crítica al pensamiento utópico. Algunos de los calificativos sobre la utopía de Cioran, de su libro ‘Historia y utopía’. ‘Boberías’, ‘debilidad mental o mal gusto’, ‘ingenuidad o locura’, ‘el más eficaz de los vomitivos’, ‘aberraciones’...

La Utopía, fruto de la pérdida de la verdadera eternidad, “es hostil a la anomalía, a lo deforme, a lo irregular,, tiende al afianzamiento de lo homogéneo, de lo típico, de la repetición y de la ortodoxia” (cit p.205)
Amén de constituir la Utopía y la Historia un sucedáneo del Ser desgarrado; es el síntoma y la causa de la pérdida de la conciencia del absurdo de existir, conlleva la desaparición del yo frente a un abstracto y asfixiante Nosostros.

Sin embargo no es la defensa de la propia e indigente individualidad lo que lleva a Cioran a la negación de la Historia y la Utopía. La verdadera individualidad e intimidad conlleva la experiencia del Eterno Presente. A partir de la experiencia de la propia conciencia truncada y de su conciencia de la realidad igualmente quebrada es posible la intuición poética, casi mística, de la “banalidad radical”. La lúcida conciencia de la banalidad radical. Es la trascendencia del yo, hacia su no verdad, el éxtasis a que el hombre es capaz de aspirar. Como JLR concluye, la literatura de Cioran es una “utopía negativa y trágica”. (p.209)

Una caso real

Un caso real

El neurólogo me remitió al psiquiatra.
El psiquiatra, al alergólogo, a la farmacia
y por último al psicólogo, a uno que él conocía
de su comunidad de vecinos. Mejor referencia
es imposible. Después, previo paso por el naturópata,
me despacharon al cura, aunque esto
fue por grados; primero a un medio tibetano argentino
de honda espiritualidad (así me lo pareció al principio),
para terminar en la sacristía y después en el confesionario
católico de mi barrio. El buen sacerdote hizo lo que pudo
y al final recomendó más vida familiar y hasta me puso
en contacto con una exnovia de la infancia que andaba
muy metida entre sotanas pero que era todo corazón,
y que tenía sobrada experiencia en casos difíciles.
(Les diré confidencialmente que ese inmenso corazón
fue lo que me hizo huir de ella hace 30 años. Pero esto
no viene a cuento ahora. Así, tan talludita y beata, perdía
mucho... pero es otra historia).

El neurólogo me hizo estar quieto y callado.
El psiquiatra se interesó por mi estómago y mis alergias.
Del alergólogo nada he de decirles pues estaba de vacaciones.
El psicólogo me hizo hablar y hablar, y más bla-bla y bla-bla;
no sé lo que le conté, pero creo que él tampoco.
El naturópta quiso que dejara el tabaco y que revisara mi hígado,
recomendándome tomar mucha soja y practicar algún deporte.
Era simpático, las cosas como son, pero en un momento dado
decidí escapar de tan bondadosa y agotadora terapia.
Al despedirnos, y mostrando su buena voluntad, me regaló
una mata de perejil antártico que es de lo mejor para recuperar
el equilibrio y el hígado. También me recordó lo del tabaco.
En internet no leí que tuviera efectos secundarios. El perejil
antártico, quiero decir. Entonces fue lo del chamán medio argentino
y medio tibetano. Más soja, más meditación, muchos libros
del yin y del yan, pero poco más. Dando un fuerte portazo
lo dejé cuando quiso que me afeitara la cabeza.
El cura, don Gregorio, me hizo rezar y hasta confesarme.
Mis pocos y mediocres pecados lo defraudaron, y fue cuando
habló a Paulita, mi exnovia de la infancia, de mi caso.
Pero como ya les he dicho, Paulita había perdido mucho,
y me volví a casa, donde estaba mi familia. Los tengo
muy vistos, me dije en un momento de brillantez, y entre
besos y brazos los abandoné para hacer un largo viaje
del que, ellos no lo saben, no pienso volver.

Esto del internet y la aldea global me da licencia
para informarles que vivo con una tribu bosquimana
desde hace cuatro años, que las cosas me van bien
pero que los síntomas primeros que me llevaron al neurólogo
aún no han desaparecido. Desde el corazón del África
les remito este testimonio egográfico.

Para acabar y a modo de posdata.
Mi mal incurable, y ustedes son testigos de mi esfuerzo
por superarlo, consiste en que todas y cada una de las noches
sufro de terribles pesadillas por lo que el despertar y retornar
la conciencia constituye un alivio. Esto, para mí, y no sé
cómo lo verán ustedes, es preocupante.
Por si alguno está interesado puedo pasarle la dirección
y las tarifas de mis compañeros de poema.
No me pidan la localización exacta de esta indómita tribu

porque a buen seguro les mentiría.


***

sábado, 16 de febrero de 2008

Me gusta el budismo


Me gusta el budismo,
pero me gusta de aquella manera.
No le tengo fe ni pretendo
esforzarme en ninguna de sus enseñanzas.
Los aprecio como a los antiguos griegos,
a distancia, y siempre con papeles
y escoliastas de por medio.
Un Universo absolutamente incomprensible,
pero digno porque no necesita de ningún dios
para existir. Eso está bien.
Tampoco el hombre oriental o el heleno
exigieron ninguna inmortalidad.
Esto, y lo digo en un medio suspiro,
está mejor.

No me gustan las túnicas azafrán
ni las esotéricas y absurdas magias
ni las cabezas humanas afeitadas
ni los monótonos y pretenciosos cánticos.

Es dulce a mis heridas su dulce metafísica
en la que todo cabe –según dice el XIV Dalai,
incluso la física cuántica-, todo, salvo cerrar los ojos
y mentirte a cualquier precio.
***

A Autoficcion; más comentario que respuesta

De acuerdo: salvar la posibilidad de decir NO.
De acuerdo: El Estado, ni ninguna otra tribu caníbal, puede llevarme del es al debe. No sólo porque normalmente se trata del paso del ser al no-ser, sino porque el salto -saltito- del ser al deber es una cuestión estrictamente personal (lo cual, de acuerdo, no significa, sería absurdo, que se haga sobre el vacío).
Pero te digo: Todos los totalitarismo y algunas formas Ilustradas, democráticas por supuesto, truncan, evitan y perjudican ese derecho personal de vivir e ir tanteando tu propia existencia en libertad. Te pregunto: ¿qué otras vías me dejas entre los totalitarismos asesinos, sean en el nombre de quien sean, y las formas perversa y necesariamente (y subrayo esto mil veces) superficiales, indolentes, estupidizantes, engreidas, autosatisfechas y dolorosamente felices de las sociedades occidentales actuales? No creo que baste con decir que hay que trabajar y profundizar en lo democrático Ilustrado, pues las mismas democracias (que se dicen Ilustradas) no ponen, ni hay motivos para suponer que alguna vez lo harán, los medios que evitarían tal pacífica y domesticada animalidad. Recuerda, pues lo tengo en mente, los primeros párrafos del 'Qué es Ilustración' de Kant.

Susan Sontang y Cioran (2)

Siento el excesivo espacio que ocupa el comentario.

Susan Sontang, ‘Pensar contra sí mismo: reflexiones sobre Cioran’, del libro ‘Estilos radicales’. Debolsillo Barcelona 2007. El original inglés es de 1967.

El abrazo asesino y suicida de la conciencia que lo reduce todo a términos históricos. Todo es comprendido –sentido, experimentado- en y para la conciencia como transitorio y radicalmente vacío. La mente, el corazón, la maquinaria historicista, socava sus propios logros y esperanzas. Así comienza Sontang su artículo. En este historicismo desertizador sitúa el lirismo de Cioran. El devenir del hombre es la historia del agotamiento de sus posibilidades; en esto coinciden Cioran y su tiempo. La filosofía o literatura, el lirismo, de Cioran es una reacción brava y personal, o más bien la consumación pero no la superación, ante el envite de la lucidez bloqueda.

Esta conciencia historicista, sin embargo, no puede inocentemente relativizar su propio descubrimiento, “No se puede eludir el demonio de la conciencia histórica mediante el recurso de clavar en él el ojo corrosivo del historicismo” (p.98) La lógica inherente al advenimiento de la Historia a partir del s.XIX lleva al Sujeto moderno, que se creía capaz de una reconstrucción clara del mundo y la acción humanas, al acabamiento definitivo. “Cogito ergo ¡bum!”, como tan gráficamente escribe la autora americana.

La única posibilidad abierta, o más bien pendiente de experimentar, es la de la vuelta a la intimidad. “Mantener la supervivencia individual en una era de Apocalipsis permanente” (p.99) Se trata, no obstante, de una imposible o muy fugaz reclusión, pues al margen del tiempo y de la existencia no se puede respirar más que por unos instantes, para volver una y otra vez, infinitas veces, a esa desorientada cáscara que es el propio yo desde las entrañas vacías del Ser y el Pensar; por supuesto que tampoco son Dios, la Sociedad o la Historia el camino de la salvación y trascendencia posibles. Trascendernos negativamente en nosotros mismo. Sólo el pensador maldito es capaz, por muy breves instantes, de superar la Nada constituyente, precisamente asumiéndola al margen de las engañosas formas y de las Formas verdaderas. Tal misticismo negativo, sin felicidad ni libertad como recompensa, es el único premio a que podemos hacernos acreedores. Tal vez, que no es nada pero no es poco, hayamos ganado en autenticidad e independencia estrictamente personales.

Para orientar estas líneas, para mejor situar a Cioran, valga esta cita de Sontang sobre lo que sería el argumento de un ensayo típico de Cioran. Damos por bueno el esquemático ejemplo: “... un entramado de proposiciones para pensar, junto con la pulverización de las razones que inducirán a seguir sustentando semejantes ideas y, cómo no, de las razones para ‘actuar’ guiándose por ellas. Mediante su compleja formulación intelectual de atascamiento intelectuales, Cioran construye un universo cerrado –de lo difícil- que es el tema de su lirismo.” (p.106)

Sobre el fin de la filosofía clásica, o del platonismo como lo entiende Nietzsche. “Desde la época de los griegos, la filosofía (fusionada con la religión o concebida como un saber alternativo, secular) había sido en general una visión colectiva o suprapersonal. Con la pretensión de dar cuenta de ‘lo que es’ en sus diversos estratos epistemológicos y ontológicos, la filosofía insinuaba en segundo término una norma implícitamente futurista de cómo ‘deberían ser’ las cosas, bajo la égida de criterios tales como el orden, la armonía, la claridad, la inteligibilidad y la coherencia. (...) La autoridad de la filosofía ha descansado siempre sobre este discurso abstracto, atemporal, que reivindicaba la capacidad de describir los ‘principios universales’ no concretos o las formas estables que apuntalan el mundo cambiante.” (p.99)

Cuando la Historia, a principios del s.XIX, usurpó el lugar que ocupaba la naturaleza como marco decisivo de la experiencia humana, el hombre empezó a reflexionar sobre su experiencia en términos históricos, y las tradicionales categorías ahistóricas de la filosofía quedaron vacías de contenido.” (p.100) La filosofía de Hegel, dice Sontang, es un intento patético y pueril de aunar ambas dimensiones.

La incapacidad de la filosofía abstracta, o clásica, o naturalista, o platónica... para dar cuenta de la nueva realidad cambiante hizo transformarse al relato discursivo y abstracto en autobiografía, aforismo, lirismo, sospecha, fragmento. Novalis, Lichtenberg, Kierkegaard, Nietzsche, Rilke, Kafka, son algunos de los compañeros de Cioran. La filosofía ya no puede dar cuenta ni del Ser ni del Pensar, ni de la Historia ni de los sentimientos, ni de las nuevas formas de intuición y éxtasis metafísico que Cioran se dispone a explorar.

Nosotros nos preguntamos, a la contra de Sontang y otros intérpretes, si es realmente el historicismo quien hace derrumbarse a la gran filosofía. Encontramos otros motivos posibles, relativos a la libertad y el sentido existencial. La irrupción de la Historia ha sido posible, para lo bueno y para lo malo, porque ya estaba fertilizado el suelo del alma occidental con la semilla de la crítica y la honestidad. Para entender esto bien habría que reconstruir la historia de la quiebra de la razón occidental en otros términos más amplios, en el tiempo y en su significado, que como lo hace Sontang. No negamos su descripción pero la consideramos un apéndice, el antepenúltimo paso, de un proceso más hondo y que viene de más atrás.

Es la voluntad de sentido lo que justificó durante milenios el optimismo metafísico y epistemológico. El dualismo platónico, cuyas raíces van más allá de los griegos y de cualquier cultura concreta, ha quedado truncado cuando la voluntad de sentido se ha mostrado indemostrable y hasta perjudicial. Cuando las venerables construcciones occidentales perdieron la capacidad de ser soportes y guías de la libertad humana, comprendió el hombre la imposibilidad de un Cosmos decible y acogedor. Cuando el Orden quedó estrecho al ansia humana de libertad, de emancipación –más o menos ciega- y creatividad, éste se derrumbó inapelablemente. Los Sofistas, algunas Escuelas Menores, el fideismo cristiano, el dogmatismo platónico medieval, los críticos medievales del constructo medieval, los Renacentistas, los empiristas... el idealismo alemán anterior al sistema hegeliano, el Romanticismo, la leyes Kantianas del pensar, la filosofía de la Voluntad de Schopenhauer...
Se trata de un proceso de maduración y agotamiento inevitable. No sólo el Ser es denso y opaco, sino la propia racionalidad se vuelve ignara para sí misma.
No digo, que no lo sé, que la historia se haya acabado, sino que el futuro, siempre renovado y repetido con cada alma, tendrá en cuenta lo quiera o no dicho sentimiento de modestia y escepticismo, de indigencia intelectuales. Lo que me parece menos viable es reintroducir viejos valores, ahora vacíos e imposibles de experimentar individualmente, bajo el ropaje dulce de un relativismo de salón, o de un neovitalismo desdramatizado. La voluntad Ilustrada, por supuesto, también permanecerá indiscutiblemente en nuestros corazones, pero habrán de ser otros los modos, más íntimos y heroicos, y hasta trágicos, como se piense y se realice. Se trata de un proyecto imposible, pero al que no podemos ya renunciar, como no podemos renunciar a la conciencia fragmentada o al escepticismo y la poesía; proyecto que con cada generación cada hombre en algún momento de su intransferible periplo intentará, infructuosamente, revitalizar.

Vuelvo al texto de Susan Sontang. El honesto “atascamiento de la mente especulativa”, se paraliza ante un Universo y un sí Mismo inapresables. Al pensador, al lírico, sólo le queda el propio empeño y la honestidad como criterio de acción y pensamiento. “La filosofía, dice Sontang, se concibe como la misión personal del pensador. El pensamiento se trueca en ‘pensar’... el pensar se redefine como algo que carece de valor si no constituye un acto extremo, un riesgo. El pensar se vuelve confesional, exorcizante: un inventario de las exacerbaciones más personales del pensar.” (p.103)

Expresiones de Sontang; la mente es un mirón que no mira al mundo sino a sí misma, la mente libre es aquella que se repliega sobre su propia intimidad vacía, el pensar es torturador y se devora a sí mismo. “[El pensador] es simultáneamente el martirizado Prometeo y el águila despiadada que devora sus entrañas permanentemente regeneradas.” (p.105)

No sólo el universo y la mismidad son aporéticas y contradictorias en sí mismas, y no sólo el pensador/poeta hace uso de la paradoja y la contradicción para mostrar este Ser y Pensar inexistentes e impensables, sino que Cioran, como Nietzsche y los demás fragmentarios, parecen contradecir su hacer vital con lo que en sus escritos nos enseñan. Pareciera que el rechazo a lo racional –en el sentido más amplio posible- frente a lo vital, que es lo visceral primitivo e indomable, debería llevar a nuestro pensador a un retorno a la vitalidad más inocente, incivilizada y ágrafa. Por lo menos a buscarla. Pero no es el caso. Como dice Cioran en ‘De lágrimas y santos’, se trata de vencer a la enfermedad de la conciencia con otra enfermedad, la de la conciencia quebrada. Trágica y heroicamente apurar el cáliz de la existencia. A ésta nunca renunciaremos, un diabólico pacto nos mantiene fatal y voluptuosamente en vida. Cioran nunca renunciará al “apasionamiento fáustico y occidental” (p.104)

A este respecto dice Sontang: “¿Una contradicción? no precisamente. Sólo se trata de la conocida doble escala de valores que sustenta la filosofía desde su hecatombe: postulando un patrón (la salud) para la cultura en general, y otro (la ambición intelectual) para el filósofo solitario. El primer patrón exige lo que Nietzsche llamó el sacrificio del intelecto. El segundo exige el sacrificio de la salud, de la felicidad mundana.” (p.106) Desde esta actitud rigurosa, ascética, casi mística, ha de entenderse el elitismo y la arrogancia, que no complacencia, del poeta rumano. Su tragedia y laberíntica apuesta por la honestidad intelectual, y también su pudor y refinamiento, su indómita intimidad. Su profunda monotonía es también signo de su ‘mesianismo’ (vacío y para sí) romántico. Como Nietzsche, como los poetas malditos de todos los tiempos, un pregonero de la propia muerte, un panegirista de la agonizante Europa.

Es muy discutible la gran diferencia, aunque sean más las similitudes, que encuentra Sontang entre Cioran y Nietzsche. Lo que falta en Cioran, dice nuestra escritora, es el esfuerzo de Nietzsche por dar un valor positivo real al nihilismo; el nihilismo activo y el Superhombre. Este optimismo nietzscheano, que igual no lo es si recordamos que la verdad del eterno retorno hiela y paraliza cualquier trascendencia incluso histórica o personal, esta inocencia o dimensión Ilustrada del penador alemán es achacada por Cioran a la juventud de aquél. Pero retornamos al argumento de Sontang. El dualismo platónico, dice la autora norteamericana, permanece en Cioran en la forma de una trascendencia personal, en la posibilidad del éxtasis y la momentánea y escurridiza contemplación del residuo de la intemporalidad, la eternidad posible, oculto bajo las vibraciones del yo. La envidia cioraniana del misticismo es explicada por Sontang desde un ‘platonismo’ del que Cioran no sabe ni quiere desprenderse. Esto, pensamos nosotros, es muy discutible. Dice Susan Sontang: “Todos los venerables dualismos platónicos resurgen en los escritos de Cioran, quien los utiliza como vehículos esenciales de la argumentación sin algo más que un atisbo ocasional de reticencia irónica.” (p.118) Me parece una definición excesivamente amplia, y no coincidente con la que al principio del artículo aparece, del platonismo, que queda ahora identificado, casi sin más, con la lucidez –quebrada o no- y la honestidad –feliz o perdida-. Desde este punto de vista, si Sontang hubiese sido coherente hasta el final, cualquier pensador de cualquier tipo en cualquier época y cultura, por cuanto es consciente de su propia conciencia, queda ipso facto convertido en platónico. Pero nos preguntamos; ¿acaso es posible una inocencia más allá de la comprensión de la propia médula y sus innúmeros diablos y dioses? Sontang, como al final veremos, está pensando en John Cage, el verdadero pensador, dice ella, de después de la defunción de nuestra civilización. Habrá que ver si tal alternativa es algo más que superficialidad, vitalismo artificial, o un mero desideratum, o si incluso, de ser factible, es preferible. ¿Hemos agotado realmente todas las posibilidades que nuestro Ocaso nos exige experimentar? ¿Realmente es posible inaugurar una nueva historia al margen de nuestras propias vísceras?

Es indiscutible el romanticismo y el malditismo de Cioran. Su misticismo ateo para consumo exclusivamente privado, como respuesta a la metafísica del Ser(nada). Lo que me resulta ininteligible es la definición de Sontang como un católico de derechas que no ejerce como tal por su tendencia romántica y su lirismo de la vacuidad.

Tres cuestiones nos quedan por señalar del capítulo de Susan Sontang. Cioran como crítico de la Ilustración, la crítica de Cioran a la Historia y su concepción de la ‘caída en el tiempo’, y la comparación a que lo somete la escritora sajona con John Cage, y de la que el rumano sale perdedor.

Contra la Ilustración: un exceso de lucidez significa la pérdida de lo vivo y lo medular. Una razón al margen o sobre la vida y sus pulsiones termina agotando y vaciando esa vida, ya sea individual o colectivamente. Citando Sontang a Cioran: “una cosa es actuar, y otra es saber que actuamos. Cuando la lucidez encauza la acción y se insinúa en ella, la acción se anula y, junto con ella, el prejuicio, cuya función consiste, precisamente, en subordinar la conciencia a la acción, convirtiéndola en su esclava.” Se trata de la tesis nietzscheana de una razón, la griega que es la nuestra, que quiere anular los instintos y que acaba perdida e incapaz de insuflar ánimos y sentidos al hacer humano. Dice Cioran: “ desde la época de la Ilustración, Europa ha minado incesantemente sus ídolos o ‘prejuicios’ –ficciones orgánicas de una civilización- aseguran su perduración, preservan su fisonomía. Debe respetarlos.”

Pero no sólo es el agotamiento posible de una civilización o de un individuo lo que lleva a Cioran a rechazar los racionales y racionalizadores ideales Ilustrados, sino que es la propia subjetividad y autonomía individual de cada conciencia lo que está en juego. Los ideales Ilustrados y su derivación liberal y marxista, y fascista, disuelven al yo-nada-pero-siempre-individual en un extraño y agotador Nosotros elíptico. Esta perdida de la vitalidad y la individual no es sólo provocada por la Ilustración sino también por el historicismo. Cioran, como Sontang, sabe que el historicismo anula lo propio y específico de cada individuo y cultura. “La historia es sólo una manera de ser insustancial, la forma más efectiva de nuestra infidelidad a nosotros mismos, una negación metafísica.” Otros autores han explicado mejor la crítica de Cioran a la Historia y a la Utopía.

Si Cioran es manifiestamente antihistoricista, como Sontang nos dice, ¿cómo es que la autora norteamericana afirma al final de su texto que Cioran incurre en una suerte de historicismo? Para explicarse, Sontang compara la obra de Cioran con la de John Cage.

Cita Sontang a Cage: “Es sencillamente irritante pensar que nos gustaría estar en otra parte. Ahora estamos aquí.” Si queremos leer la frase contra Cioran, vendría a decir algo sí como que Cioran reconoce la enfermedad y no quiere (aunque podría) salir de ella; Cioran es prisionero de su tiempo, de su Historia. Por eso afirma Sontang, pero creo que utiliza los conceptos en un doble sentido, que aunque Cioran diga negar la Historia y el historicismo no sale realmente de ellos.

“El universo del discurso de Cioran está ocupado por los temas de la enfermedad (individual y social), el atascamiento, el sufrimiento y la mortalidad. Lo que ofrecen sus ensayos es un diagnóstico y, si no una terapia, sí al menos un manual de buen gusto espiritual que podría ayudarnos a evitar que la vida se convierta en un objeto, en una cosa”. (p.119)

Ni Cage ni Sontang están dispuestos a admitir esta quiebra de la razón y de la propia vida, sobre todo esto último. Cioran les parece prisionero de la voluntad de muerte, de angustia y de la irresoluble complejidad a que hemos llegado los occidentales tras milenios de dulce y agria maduración. Al menos los más honestos –los menos inocentes e ingenuos- y lúcidos.

Acaba Susan Sontang el capítulo dedicado a Cioran con un suspirante anhelo de, en mi opinión, inmadura y casi irritante vitalidad. “Es posible que para encontrar alivio debamos renunciar al orgullo de saber y sentir tanto.” (p.121)
¿Realmente vale la pena mis bienintencionados amigos de la alegría universal, me pregunto yo para acabar, tan alto precio, tan traicionera voluntad? De todos modos, ¿dónde se encuentra ese santuario del olvido?

Susan Sontang y Cioran (1)

Acierta Susan Sontang al situar a Cioran en la estela de Nietzsche y del pensamiento lírico romántico, maldito y antirracionalista. Se confunde cuando afirma que el historicismo, el triunfo de la Historia como marco inevitable e insuperable del pensar, sentir y hacer humanos, es la causa de la metafísica de la vacuidad de Cioran y otros. Posiblemente sea a la inversa. No repara Sontang en los primeros y en los últimos escritos del poeta rumano, donde aparece el tema de la Nada y la orfandad, la teología y la metafísica, como claves y motivos de su pensamiento. También olvida la autora norteamericana las referencias biográficas, su nomadismo y escaso europeismo balcánico, como raíces más posibles de su crítica a la Historia, a la Gran Historia. Textos como ‘En las cimas de la desesperación’, ‘De lágrimas y santos’, ‘Breviario de los vencidos’, ‘Breviario de podredumbre’, ‘Silogismos de la amargura’, ‘Ese maldito yo’, ‘Ejercicios de admiración’, ‘Desgarradura’, etc. colocan su producción de los 60 y mediados de los 70 –‘Aciago demiurgo’, ‘Historia y utopía’, ´La caída en el tiempo’...- como interesantes conclusiones que se derivan del tronco central de su obra, pero que en absoluto pueden ser la medida de ella. Cioran no es un esencialmente un sociólogo, ni un politólogo, ni siquiera un crítico de la cultura, sino un poeta solitario y lúcido, un arrebatado agonizante de su propia e intransferible existencia personal.
Otro valor u otro sentido ha de tener el esquema de Susan Sontang. Creo que lo que de verdad busca nuestra pensadora es señalar la propuesta de John Cage como una vía posible y hasta deseable para salir del callejón sin salida de la conciencia madura y “atascada”. Cioran afirmó que había que superar la enfermedad (de la conciencia racional impotente ante el sentido y la realidad) con la enfermedad de la conciencia fragmentada enroscada visceralmente en sí misma y que experimenta valientemente su ocaso. No es una simple combinación histórica la que nos ha llevado a saber indiscutiblemente el absurdo radical de cualquier idea o sentimiento, así que ninguna nueva combinación histórica ni ningún voluntarismo podrá hacernos olvidar nuestro coqueteo y nuestra complicidad con la Nada. De todos modos, aunque soy escéptico al respecto, es necesario leer a John Cage, para ver qué y cómo dice realmente.

Mesianismo y 'doble verdad'

El fanatismo o el mesianismo religioso o político es inhumano porque empobrece, animaliza, asesina a personas inocentes. Muy humano, muy nuestro, pero antihumanista. Son múltiples las formas y los mecanismo como los demiurgos sagrados destruyen aquello que pretenden salvar. A uno de estos peligros podríamos llamarlo la teoría de la doble verdad. Nada que ver con Sigerio de Bravante.
Un iluminado, un mesías, puede mentir conscientemente y al mismo tiempo estar creyendo la verdad de su mentira, que se torna buena y bella por el fin aúreo que persigue. Se falsifica la realidad, a sabiendas, tornándola verdadera, esto es, acercándola al Paraíso buscado. Los límites sagrados del respeto al hombre, a cada hombre, igualmente son mendaz y bondadosamente sobrepasados en nombre de ese hombre nuevo que estamos a punto de culminar. Que este nuevo Edén se halle en la tierra o el cielo no tiene importancia.
Esta 'doble verdad' no consiste simplemente en un uso estratégico y demagógico del lenguaje, ni es simplemente un ocultamiento de la verdad. Es aceptar la Verdad de la mentira, y la Mentira de la verdad.
De aquí se siguen otros inmorales y mendaces principios de acción. El iluminado no lo diría así, evidentemente. El esfuerzo por ese absoluto religioso o político mostraría su letal desnudez y su inutilidad si no hubiese, y por la mismo siempre debe haberlo, un enemigo, un culpable, un chivo expiatorio, al que sacrificar. El dogmatismo militante requiere sangre humana para mantener la ilusión de su proyecto y ocultar el fracaso del mismo. Un Estado totalitario o una Religión fundamentalista siempre asesinará aunque no haya motivos objetivos para ello. Los asesinatos de Estado -terrenal y divino- son siempre injustos, y las víctimas siempre inocentes.
Dentro de este ambiente teológico-festivo-inquisitorial, no cabe la crítica; cualquier disidencia es siempre culpable y reaccionaria. Herética, contrarrevolucionaria. Lo progresista es entonces militar a marcha martillo en ese dogmatismo ciego. Incluso apagado el primer impulso revolucionario, la racionalidad y la compasión, la rectificación y el pedir perdón, son imposibles, pues esa bestial maquinaria cuasidivina ha creado sus propios mecanismos de perpetuación independientes del Absoluto prometido. Los medios inhumanos se convierten por tiempo indefinido en los fines, ciegos e indiscutibles, del pensar y la acción.

Esto que decimos no afecta a una consideración más sentimental y volitiva de la pura racionalidad. Quiero decir que no creo que un proyecto Ilustrado sea la única alternativa a la tenebrosa sinrazón. Casi diría más; una Ilustración que se quede en sus propios principios vacíos puede convertirse en un totalitarismo de lo superficial e indolente. Se trataría de un humanismo muy pero que muy devaluado. En nuestras sociedades actuales puede estar ocurriendo algo en este sentido. Unas sociedades, supuestamente libres y críticas, que desprecian gustosamente su propio derecho a la libertad y a la crítica están plantando el dogmatismo y la sinrazón futuras. Están renunciando a su propia libertad y racionalidad.
Tampoco incluyo a ciertas formas de espiritualidad y a ciertas morales religiosas abiertas en mi rechazo al fundamentalismo y al mesianismo, pues se trata de religiones y espiritualismos para este mundo, y sólo para éste.