lunes, 31 de marzo de 2008

A partir de un verso de L.M.Panero

Oscuro es el secreto del lobo
secreto solo de sus dientes
perfección de su boca, labio para el viento
labio para la nada y la sombra,
labio cruel del viento.



El lobo derrotado. La vida hiere. Hiere mortalmente. A veces nos asesina el amor, a veces el odio. Es la vida misma encrespada que nos ondea juguetona. O simplemente nos arrastra indiferente, lo que nos escuece aun más. Nos duele la vida, nos duele el alma de infinitas formas, como dijo Unamuno. El poema, el poema también hiere y retuerce las retorcidas crujías del naufragio. Y si el poema y el amor matan, ¿qué no lo hace? ¿Qué no es tristeza cuando lo piensas? Una historia universal de la tristeza ha de ser más espeluznante que la de la infamia, seguro.

Respuesta a Autoficción.

Filosofía de Autoficción

Te digo:

No estoy seguro de que la 'negación de la sustancia' sea la muerte. Otra cosa, de la que tampoco estoy seguro, es si a esa sustancia -como a una fruta picada- podemos cercenarle su pudrición.

Conforme. La línea del progreso apunta al propio arquero feliz y desprevenido. No estoy seguro de que dé en el blanco.

'La muerte de la moral'. Creo (pero no estoy seguro) que la moral/eticidad siempre estuvo muerta y que es una ficción de los filósofos y los magnates. La moral sin más no requiere más que un hombre dispuesto a renunciar a algunas o muchas cosas. Dos mejor, así podrán hablar.

El peligro eterno de las tiranías consentidas. Tienes razón: ¡no hay antídoto eficaz contra la barbarie! A los bárbaros declarados, mientras se pueda, ¡candela! a los otros bárbaros, los que se falsamente escandalizan de la barbarie, a esos, con esos, me temo que no podemos. Tranquilo: ¡siempre nos quedará un inmenso Jardín con forma de biblioteca!

La lucha contra el integrismo. Lo dicho, que me apunto desde mi socratismo cínico-anarquista nada tibio.

El artículo de Tertch ya lo leeré.

Bukoswki

'Vida de vagabundo', en 'Hijo de Satán' (Anagrama)

Casi una crónica periodística. El alcoholismo asumido y la consiguiente vida de vagabundo, contadas con objetividad (en última instancia conseguir la cerveza o el güisqui determina toda decisión de Harry, independientemente de sus reflexiones y sentimientos) y vivida por el personaje con absoluta naturalidad. No hay belleza o fealdad en Harry, ni tampoco juicios morales sobre él. Así de simple.

Harry, no obstante, es capaz de algunos pensamientos profundos, que el rápidamente aparta porque le causan dolor de cabeza.

"Ninguna sensación de eternidad, ni de Dios, ni siquiera del Diablo. Pero uno tiene que encontrar primero a Dios y luego al Diablo. Va en este orden."

"Una vez se puso nervioso un instante, pareció que algo le preocupaba y durante unas décimas de segundo el terror se reflejó en sus ojos. Luego aquello pasó, rápidamente..., como una mosca que se hubiera posado... y luego saliese disparada hacia tierras más prometedoras."

"No hay que jugar con la locura, la locura no juega."

"El tráfico de las primeras horas de la noche comenzaba a llenar de coches la avenida. El sol se estaba poniendo a sus espaldas. Harry observó a los conductores de los coches. Parecían desgraciados. El mundo era desgraciado. La gente estaba en la oscuridad. La gente estaba aterrada y desilusionada. La gente había caído en las trampas. La gente estaba desesperada y a la defensiva. Se sentían como si estuviesen malgastando sus vidas. Y tenían razón.
Harry echó a andar. Se detuvo en un semáforo. Y en ese momento tuvo una sensación muy extraña. Le pareció que él era la única pérsona viva en el mundo.
Cuando la luz se puso verde se olvidó completamente del asunto. Cruzó la calle hacia la otra acera y continuó caminado."

León Felipe y el Viento

De un artículo del mismo nombre de Miguel Galindo (Letras Peninsulares Otoño/Invierno 2005-2006)

Viento es una fuerza, es la vida biológica y la del espíritu. Es la realidad posible y es azar. A veces es Dios. Viento es también la conciencia del poeta. Es la libertad del poeta y del Hombre, y es el destino y la necesidad históricas, no siempre nobles y libertarias. El inconsciente colectivo y la tradición. Viento es llanto y esperanza. Fuego, rebeldía. Viento es el Reino Prometido. Viento somos y al viento nos enfrentamos, como Prometeo o Don Quijote. Somos viento (viento de adentro) y el Universo y la Historia son viento de afuera con el que el poeta lucha para dar forma y por alumbralos y lanzarlos al futuro. A un futuro mejor... ¡pero todo -¿todo, siempre?- se repite! Porque el viento, tantas veces, también es el silencio triste y la soledad del hombre.

El artículo de Miguel Galindo es muy bueno. Sintético e iluminativo en ocasiones, y en ocasiones analíticamente filológico. Nos señala más de cuarenta significados y matices distintos y hasta paradójicos del Viento para León Felipe. Espero haber sido fiel en el breve resumen que arriba he expuesto.

Nos habla de tres etapas en la obra de León Felipe: antes de nuestra Guerra, más doméstico y popular; el poeta que vive la Guerra y su inmediato exilio, más histórico y pesimista; y el poeta desde finales de los cuarenta, el esencial/existencial, que se presenta como Profeta del nuevo Reino de la justicia y el amor, del nuevo Evangelio del hombre. En esta tercera etapa el poeta es el portavoz de la humanidad, y su personal individualismo queda relegado.

Por último, piensa Miguel Galindo que son dos los acontecimientos que posibilitan esa evolución del poeta popular al poeta universal: la Guerra Civil y la amistad e influencia poética y personal de Juan Larrea que enseña a León Felipe el futuro mejor como la patria posible.

Una sola crítica al artículo. Creo que no es posible interpretar toda la fuerza, luminosidad y honda humanidad castellana de los poemas de León Felipe a partir sólo de la imagen del viento. Es forzar un poquito las cosas, es dejar fuera grandes poemas, es olvidar las otras grandes imágenes del poeta zamorano: la estrella, el barro, la luz, Dios, el violón, la sed, la rabia... Para mí, imágenes esenciales de la tristeza e impotencia honda, honda, del poeta y del ser humano.




Y en el viento grita y pregunta el hombre: "¿Quién
soy yo?" Mas el viento no responde. Ni responde Dios.
Ni responde nadie. El viento es el silencio.
*
La Historia y la Poesía las hace el Viento... Y las antologías también,
claro está. El hombre trabaja, inventa, lucha, canta...
Pero el Viento es el que organiza y selecciona las hazañas, los milagros,
las canciones. Contra el Viento no puede nada la voluntad del hombre...
*
Y lo que se cumpla, será por voluntad del Viento y por el ofrecimiento
sumiso y doloroso de la carne del hombre. Dios pondrá la luz
y nosotros las lágrimas.
*
No los cita Galindo, pero os paso para acabar dos bellísimos poemas de León Felipe, que son más que Viento; son Rabia y Perplejidad.
.
¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran las mismas cuestas,
las mismas praderas, los mismos rebaños,
las mismas recuas, los mismos pueblos,
las mismas ventas!...
¡Qué pena si esta vida tuviera –esta vida nuestra-
mil años de existencia!...
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protestas?...
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?...
Los mismos hombres,
las mismas guerras,
los mismos tiranos,
las mismas cadenas,
los mismos esclavos,
las mismas protestas,
los mismos farsantes,
las mismas sectas
y los mismos,
los mismos poetas…
¡Qué pena, qué pena que sea así todo siempre,
siempre de la misma manera!
.
Balbuceos

Sé muy pocas cosas…
No he leído los libros cabalísticos…
mi cerebro es muy corto…
No entiendo nada. Soy viejo
y todo me parece un gran enigma.
La filosofía y las profundas especulaciones
me paralizan y aturden.
Físicamente me destruyen.
Hay muchas puertas por las que no he podido entrar…
¡Cuántas veces me he quedado llorando a la puerta cerrada del Dios!
Sólo alguna vez, por el resquicio de mi llanto,
he vislumbrado no sé qué lucecillas… y me he dado a soñar.
Luego me he puesto a escribir.
Así han salido mis versos… desgarrándome, con ansiedad y con dolor…
lenguaje infantil y primario…
¿Cuándo comenzaré a hablar?...
¿Cuántos siglos tendrán que transcurrir todavía
para que pueda pronunciar las palabras esenciales
cargadas de conocimiento, de amor, de luz…?

domingo, 30 de marzo de 2008

Erección del labio...

De 'Erección del labio sobre la página' de Leopoldo María Panero. El libro es denso, muy denso. Ideas y sentimientos muy distintos te asaltan al leer. Aparentemente son unas pocas imágenes -el color azul, el ciervo, el lobo, escupir, la muerte...- las que se repiten. Yo creo que en más de una ocasión se trata de falsas repeticiones porque la imagen va adquiriendo significados muy dispares. El ciervo, Dios, la muerte, la página en blanco... son ejemplos muy claros.

El no sentido de la existencia y la poesía como aullido lúcido e impotente, tal vez, sean el tema del libro. Sólo tal vez. 'Flor única para Hölderlin', que ponemos al final de esta reseña, es uno de los poemas más conseguidos.


... Porque la flor es símbolo de la desdicha
Y la desdicha, símbolo de la página...


... Cuando el hombre calla amanece la vida
Vida que nadie sabe por qué existe
Y que es tan sólo un cuento de brujas
Un hechizo para beber tan solo
Para hablar con el sol
Y escupir sobre la página muerta
Oh palimpsesto, oh escriba sentado
Oh poema cursi, oh silencio

Pero el silencio no es posible, ni la vida. El poeta no calla, y la vida y la muerte juegan al escondite tras el dolor. La única verdad es la página desierta, la página en blanco y el temblor del poeta que sabe que inevitablemente va a cometer una felonía.


... Escribo estos versos como los últimos versos
del pirata en la tabla
Rezando una oración al mar
Para que sea cuna del diablo y de la idea
La idea de la muerte abrazado a la nada...
... luz del hombre hecha nada
para que, como una espada brille
sobre el hombre, anunciando su fin...



Flor única para Hölderlin

Oh tú misterio del hombre y de la idea
Enigma en pie de la locura que es flor que el sapo acaricia
Flor de nada y de ruina
Olas del alma que baten contra la roca
Olas que baten contra el alma,
silencio y nieve de la idea
Lluvia contra el hombre
Ah flor hecha de ideas de inmunda saliva de una ría
Ah flores que crecen contra la idea
y que se despojan de sí mismas
En el acto cruel de la desnudez
En donde sólo el verso de mi falo
Sacia el hambre y la necesidad de la idea
La necesidad terrible del poema inexorable as
the thougths of the tram driver
Inexorable como la realidad que no existe
Como el terrible momento de no tener
ya nada que escribir,
de estar flaco y desnudo frente a la página
en blanco.
En el principio fue la masa, no el verbo
En el principio fue el terror del poema frente
a la página desierta
De la página que sólo es cierta
frente al ser mudo, frente a la cosa que no habla,
frente a la realidad que conspira contra mí,
que conspira contra el hombre
y queda sólo en el poema
el despojo de un viejo y raído traje de mujer.
El poema sirve para enamorar a las mujeres,
Como fauno contra el hombre, última saliva
contra la nada
Bala de pistola como un esputo último
apostando más por el mal que por la nada.
Pronto llega el terror del sueño, pesadilla creada por la vida
La chair est triste et j’ai lu tous les livres
Pero tengo miedo, Oliva, de morir sin ti.
Ah tú, simetría del poema, único dios
Perfecta simetría del poema donde acecha el tigre,
el tigre de la locura que ruge aun contra el pensamiento
Cae del culo semejante a un excremento que sobre el poema se deslizara
Oh tú, única anaconda
Que te acechan queriéndote las dos nalgas.
La erección de mi yo misterioso
Que reza aun a la página de rodillas ante el excremento
De rodillas llamando al diablo
Oh, Montague Rhode james, este suplicio no se acabará jamás.
Aquí es donde el excremento se viste con manto de púrpura
Amor, lo dijo Yeats, es el lugar del excremento
Que a la nada se enreda
Para formar un verso
Rostro azul de la nada, oh William Wilson
Oh tumba donde el deseo se parece a una flor
donde llenan de flores los hombres
Y cantan loas e himnos al excremento.

sábado, 29 de marzo de 2008

Cacofonía

Un mundo sin palabras, sin ruido, sin personas. Una bella falsificación o una utopía que es mejor no intentar. Sin comunicación ni significados... igual ya vivimos en él. Creo que es así, y descubro, ya sin capacidad de asombro u horror, que todo sigue igual. Que la ausencia de significados y ruidos es altamente ruidosa y significativa. Comprender es no comprender. Un nuevo ideal del sabio se cierne sobre las más honestas y derrotadas almas.

viernes, 28 de marzo de 2008

Qué formas de la lengua hay que desarrollar para que puedan surgir los conceptos filosóficos (virtud, logos...) y científicos (materia, movimiento, arché...).El artículo determinado crea un concepto, un nombre abstracto, a partir de adjetivos y verbos. Un nombre abstracto no es ni un nombre propio ni un nombre común. Ni Homero ni Hesíodo lo hicieron. Tal uso del artículo determinado aparece muy gradualmente en la última lírica y los primeros ‘físicos’, pero puede decirse que se usa ya habitualmente en Esquilo y Heráclito.

Saber esto, o saber que alguien lo sabe (Bruno Snell, cap.12 de 'El descubrimiento del espíritu') no es imprecindible, pero tampoco está de más.

Lobsang Rampa

La autobiografía del Lama tibetano Lobsang Rampa (1910-1981). Esta obra ha sido duramente criticada. El autor fue en verdad un inglés, Cyril Henry Hoskin, que jamás pisó el Tibet ni tuvo más conocimiento de aquello que sus lecturas e imaginación. Se trata de una recreación literaria y no de una autobiografía. Como tal hay que leerla. Una pequeña introducción novelada al mundo de los monjes tibetanos. Los conocimientos 'espirituales' que transmite son muy escasos y básicos, y en este sentido no son criticables.
Lo más conseguido de la 'novela' es el espíritu rebelde (antioccidental, experimentador) y cansado (asume fatalmente la pérdida de su propia libertad por mandato religioso) a un mismo tiempo del niño Lobsang.

El título del libro, al menos para el lector español, tampoco ayuda; 'El tercer ojo' nos suena demasiado a ciencia ficción o esoterismo de baratillo. Al leer el libro descubres no hay nada, o casi nada, de eso. Es, como antes dije, más bien parco en esoterismos y magias.

Con otro título y mostrado como novela no hubiese recibido tantas críticas. De todos modos, pero es otra cuestión que más tiene que ver con la sociedad occidental y sus carencias que con el lama Lobsang, es un éxito de ventas desde hace cuarenta años.

Autocrítica

De Arthur Host

Autocrítica

No merecemos más,
no nos engañemos.
No alcemos las banderas
que ayer vendimos o arriamos.
Ahora, ahora, hablamos de dignidad
y hasta hoy mismo, gustosamente,
andamos plegados y besando
negras botas de cuero reluciente.
Nunca hemos sido tantos...
Nos trajeron felices y en paz
y pacimos satisfechos
y nadie alzó la mirada.
Nunca fuimos tantos
ni hubo tantas bovinas miradas
paciendo y mugiendo en dulce armonía.
Nunca, nunca hemos sido tantos
y hemos hecho tan poquito.
No nos engañemos, lo saben;
es lo que podemos.
No nos engañemos
que no merecemos más.

jueves, 27 de marzo de 2008

Lenguaje y subversión (de a.Host)

¡Hay tantas cosas subversivas... y después nada!
Las palabras,
Dios,
la rabia,
el amor,
el egoísmo,
la mentira y la verdad,
un golpe de suerte en la lotería,
una pesadilla,
las palabras, las palabras
que todo lo acaparan subversivamente
y después nada.
Subversivo porque me gusta,
porque me llama la atención,
porque lo dicen los culturales,
porque me creo diferente,
porque es incomprensible,
porque es una quimera seriamente expuesta,
porque lo confunde y lo comprende todo,
porque me creo subversivo.
Y después nada.
Nada, sólo azar, que como queda demostrado
nada tiene que ver con la subversión.

.

Acertijo

Acertijo doloroso y sin perdón posible.

Un peso leve
sobre las piernas y sobre el alma
con olor a paraíso.
De A.Host


Estoy cansado,
demasiado cansado para decir
la verdad.
He arrojado de mi espléndido
palacio los mullidos sillones,
las flores de vivos colores,
los espejos –otrora renombrados-
y las antiguas fotos.

Quiero pensar,
con más poesía que filosofía,
que no hay término medio
entre estar de pie y estar tumbado.
No, no hay superación dialéctica
ni poética.

Con los ojos abiertos y vítreos
escucho impaciente pasar los segundos.

Estoy cansado,
demasiado cansado para mentir,
y sólo deseo la paz, que no alcanzaré
mientras siga creyendo
que aún es posible
antes de la última tierra.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Cartas marcadas

De 'Poesía con rabia' de A.Host


Cartas marcadas

Hubiera sido de otra forma
si las cartas no viniesen marcadas.
Los triunfos siempre insuficientes
y escasos nos hacen soñar con hacer
saltar la banca
que guarda siempre un as para el final.
Quien reparte juego sabe demasiado
y no tiene corazón.
Ignorantes de las reglas
apostamos inconscientes sin mirar
pérdidas y ganancias
y siempre es tarde cuando empezamos
a sospechar.
Cuando queremos tomar el asunto en serio
la banca impaciente e implacable
en tres manos nos hecha de la mesa
y un nuevo jugador ocupa nuestro sitio.

***
A los cincuenta y dos años de mi edad
he renunciado a comprender algunas cosas,
que igual son importantes pero que han de saberse
como muy tarde a los veinticinco o treinta.

Las extrañas reglas que parten el verso libre,
el color de tus ojos cuando te enfadas,
el amor cainita que une a varios miles
de millones de bípedos insomnes,
los secretos de la física
y las obscenidades de la moral.

He desistido, solemne, cansado, a saber de todo ello.
En fin, perplejidades e insondables dudas
que al cabo de cincuenta y dos años
me hacen encarar la cercana vejez
con la tranquilidad de no saber demasiadas cosas,
posiblemente muy importantes.

martes, 25 de marzo de 2008

Memoria

Para MLL

De Arthur Host, de 'Poesía con rabia'.


De cristal,
toda el alma,
la memoria,
como hielo derritiéndose,
todo el universo gota a gota,
frágil y ciega,
la rabia,
tristeza encharcada,
la culpa –que dijo Vallejo-
un mohín,
engreído fósforo, Tenesse Willians,
broma de la química y el vacío,
mueca de Apolo y Dionisos,
semen inconsciente de la especie,
literatura inconsciente y monótona,
infértil pozo arrojada al tiempo,
arrojado del tiempo.

Luminoso, el templo luminoso,
ciego, sin dioses,
sin palabras, ciego,
sin hombres,
imposible siempre la memoria
al otro lado del cristal,
sin tiempo,
gota a gota derretido
en charco de viento.

lunes, 24 de marzo de 2008

2 poetas arcaicos

De Íbico de Reggio (530 aC)



En primavera los membrillos,

regados por las aguas corrientes

de los arroyos, allí en el jardín

intacto de las Vírgenes florecen,

y rebrotan y crecen los racimos

bajo los tallos umbrosos de los pámpanos.

Mas conmigo el amor no reposa en ninguna estación.

Sino que, como el tracio Bóreas,

encendido por el rayo, precipitándose

desde la casa de Cipris, con abrasadores delirios,

oscuro e impertérrito asedia

con fuerza y desde el fondo

mi corazón.

(‘El amor y el tiempo’. Fr. 6D C.G.Gual)


***

“Eros, de nuevo, bajo sus párpados azuloscuro,

me examina con ojos de lánguido mirar,

y con toda clase de hechizos

a las inmensas redes de Cipris me lanza.

En verdad que tiemblo al verlo cerca,

como un caballo de carreras,

ganador de trofeos antaño,

que, pesaroso, bajo el carro veloz

se ve uncir para otro certamen.”

(‘El amante viejo’. Fr.7D C.G.Gual)

*

De Mimnermo de Colofón (640 aC)

Nosotros, cual las hojas que cría la estación florida

de primavera, apenas se difunde a los rayos del sol,

semejantes a ellas, por breve tiempo gozamos de flores

de juventud, sin conocer por los dioses ni el malni el bien.

Pero al lado se presentan las Ceres oscuras,

la una con el embozo de la funesta vejez,

la otra con el de la muerte.

Un instante dura el frutode la juventud,

mientras se esparce sobre la tierra el sol.

Mas apenas ha pasado esa sazón de la vida,

entonces resulta mejor estar muerto que vivo.

Muchos males entonces asaltan el ánimo.

Unas veces el hogarse arruina y vienen

los duros acosos de la miseria.

Otro, en cambio, carece de hijos,

y con ese ansia extremaemprende bajo tierra

su camino hacia el Hades.

A otro le apresa una angustiosa enfermedad.

Ninguno entre los hombres hay a quien

Zeus no le dé muchos males.


domingo, 23 de marzo de 2008

Divagación

Estamos demasiado prisioneros de la gramática. Ya lo han dicho algunos, muy acertadamente. Saberlo, y además conocer algunos de los mecanismos lingüísticos parecería el primer paso para alguna liberación, al menos intelectual. Serán cosas de la edad, cierta esclerosis espiritual, pero a mí me ocurre lo contrario. Un ejemplo muy concreto es el capítulo 12 del libro de Bruno Snnell, donde habla de la formación de los conceptos científicos. Las páginas valen la pena, y no resultan difíciles aunque sí requieren una cierta atención. De lo que Snell dice ya os contaré en otra entrada.

Para que sea posible la discusión racional sobre la virtud o sobre el movimiento o el sentido de la existencia, es preciso que nuestro lenguaje cuente con la capacidad del artículo determinado aplicado a verbos y adjetivos. Que además de nombres comunes y nombres propios existan los nombres abstractos, que se convierten así en el objeto de la investigación. Cierta conciencia de la coherencia lógica también es necesaria. Pues bien en Grecia, cuna de la ciencia y la filosofía, ambas cosas no se dan realmente, con algún leve antecedente discutible, hasta los Presocráticos y la Tragedia. Ni Homero ni Hesiodo, ni los Líricos, contaban con nombres abstractos. Para ellos no era un problema intelectual lo que no fuese diréctamente 'visible' o invisible pero particular (los dioses). Esta inocencia (sic) fue desmoronándose conforme fue descubriéndose inadvertidamente por los Líricos el alma y la subjetividad como algo distinto del cuerpo.
Una vez en posesión del alma, el griego fue exigiendose lo que el alma le exigía; libertad, individualidad, autoconciencia, coherencia lógica, etc. Entonces pudo aparecer la filosofía y la ciencia como dos nuevos modos de encarar el eterno problema de hacernos una idea (utilizable) del universo.
Mi desazón viene por la siguiente reflexión. Ya en las cavernas el ser humano sentía y entendía lo esencial del mismo modo que nosotros, experimentase esto del modo que lo experimentase. Por lo tanto aunque no hubiesen ocurrido la ciencia y la filosofía, tendríamos satisfechas las demandas de ellas. Quiero decir que igual no son tan importantes la ciencia y la filosofía, y que tampoco ha de tener mucho valor el usarlas para ser más libres, conscientes...
Sé que me contradigo un poco, pero es parte del argumento. Para qué la filosofía, la ciencia, el arte, la poesía, el mito, la religión... si de todos modos iba a haberlos aunque con otros nombres y otras lógicas. Para qué el hombre. Mejor dicho: la única pregunta, y es la que no tiene respuesta, qué importancia tiene el saber, el sentir, el creer, el llorar...

Domingo de algo...

Ya queda poco de esta Santa Semana, que al final ha salido como ha salido. Qué voy a decir. El Bruno Snell, que es más bien pesadito, me ha hecho compaña y se me ha quedado largo; me han faltado 120 páginas para el final. ¡Son 520! Las haré, ya no queda otro remedio, poco a poco. Mañana comprobaré mi renovado interés por los griegos...
Alguien me dijo, interpretando paganamente, que el jueves santo y el domingo de resurrección son las dos fases del eterno ciclo. No sé. Yo no estoy para ciclos. En el fondo todo, hasta lo abismal, es menos grave pero demasiado monotanamente constante. Supongo que exagero un poco, pero sólo un poco.
Freud, ese sí que sabe. Realidad y placer; la tortuosa frustración con uno mismo acrecentada, inevitablemente, por los demás. Y es que no somos buenos, a lo mejor ni siquiera malos, y con la mirada nos descuartizamos sin piedad.

Comparaciones en la literatura arcaica y presocrática

Del cap. 11 de Bruno Snell sobre el origen de la filosofía.

Las metáforas y las comparaciones son mecanismos naturales para comprender. El eco del mundo, de los demás y de los mitos que resplandece en nuestro interior y lo ilumina. Comparar al hombre con una soberbia y resistente roca, o con un fiero león, o con la tormentosa vida interior de Penélope o Edipo, no son sólo bellas y vagas ilustraciones. Realmente, gracias a las metáforas, podemos reconocer ese aspecto nuestro oculto que compartimos con el resto del universo, y que tan necesario se hace en tantas y tantas ocasiones en que estamos más hundidos o derrotados que de costumbre. A pesar de que es el hombre el más débil de los animales, y de que las embestidas del destino son impredecibles, podemos conocernos y hacernos más nosotros mismos a partir de las enseñanzas de la mitología y la literatura. Antropomorfizamos el mundo, y al mismo nos hacemos más como ese envidiable mundo. Realmente es posible al hombre la fuerza del león o la resistencia de la roca, o la fidelidad sin solución de Penelope o el laberíntico destino de Edipo. "En ocasiones, el hombre puede ser igual a un animal o a un Dios". La épica y la lírica nos enseñan a ser hombres.

Pero hay algo más. Nosotros somos los que hacen la épica y la lírica. Podemos seguir avanzando indefinidamente en ese propósito de sobreponernos cada vez más humanamente a la impredecible existencia. El arte, que es más que arte, se imbrica con la vida, que puede ser cada vez más plena, contradictoria y espléndida.

Con el tiempo, en Solón ya aparece, se ira descubriendo la lógica que subyace al discurso literario. Se relacionaran como similares o como causas y efectos imágenes valiosas e iluminativas de por sí. En el lenguaje, descubrirán los griegos, está implícita una lógica. La coherencia irá abriéndose paso en medio de bellas y verdaderas imágenes míticas y poéticas. Terminará el pensamiento griego exigiendo esa coherencia lógica en sus narraciones. "Pero una vez descubierta [la lógica] y una vez que el hombre ha tomado conciencia de ella, el pensamiento humano cambia radicalmente, y este cambio es particularmente perceptible en las comparaciones, en las imágenes mediante las cuales el hombre se expresa."

Es Empédocles quien mejor ejemplifica el paso del pensamiento poético y mítico al filosófico y científico. Sus comparaciones, la de la linterna y el ojo, la del agua volteada que no se escapa, la del pintor o el panadero que mezclando elementos simples produce otros nuevos, etc, las comparaciones en Empédocles son explicativas porque no buscan siempre un tercer elemento común y abstracto entre los dos comparados. No pretende Empédocles 'iluminar' aspectos del mundo y del hombre, sino explicar procesos comunes no evidentes. Además, empédocles utiliza siempre ejemplos tomados del mundo artesanal, con lo que se pueden reproducir y hacer más evidente ese tercer elemento al que apunta la comparación.

Caso contrario es el de Heráclito, cuyas imágenes no pretenden explicar el movimiento observable ni la transformación de la materia. El interés de Heráclito no es 'físico' sino 'metafísico' y por eso sus metáforas no apuntan a un tercer elemento explicativo sino a una 'otra realidad' comprensiva. Las comparaciones heracliteas son aparentemente claras pero conscientemente oscuras, pues oscuro e inexplicable es la verdad de la existencia.

Andrés Nin

En la tercera del ABC de hoy, un artículo de Payne sobre el asesino asesinado Andrés Nin. Del POUM, Negrín, Stalin, trosquismos y todo aquello. Lo de siempre: las purgas y el odio que las ponía en movimiento. ¿Cuáles eran los ideales que defendía la izquierda revolucionaria? ¿Realmente la República se merecía esa vanguardia e 'intelligentsia'? ¿Dónde la palabra democracia en la España de la Guerra Civil?

Pd: Comienza Payne criticando el revanchismo de los defensores de nuestra 'memoria histórica', que ni recuerdan todo lo que no habría que olvidar ni son fieles a la historia. ¿Querrán repetirla?

Sócrates

Está bien, por novedoso, explicar a Sócrates sin recurrir a Protágoras y al problema de la democracia radical ateniense. Es lo que hace Bruno Snell. Superado el ideal homérico hace mucho por los intentos 'líricos', entiende Sócrates que éstos a su vez han sido sobrepasados por la filosofía parmenídea. La exigencia de autenticidad objetiva que Parménides propuso inutilizan las propuestas, ahora sólo personales y poéticas, de Píndaro, Tirteo, Mimnermo y otros. ¿Cuándo actúa el hombre/ciudadano de manera virtuosa? Hemos de encontrar una respuesta que sea válida para todos independientemente de la clase social u oficio, etc., que desempeñe.
El modo de la búsqueda va a ser el diálogo/dialéctica racional; buscar por inducción definiciones comprensibles y aceptables por todos. Aunque haya muchos modos, tantos como individuos o Ciudades, de realizar actos virtuosos, hemos de saber en qué sentido todos ellos lo son. Hemos de aprender a ser virtuosos, que después la vida nos hara desarrollar ese actitud de múltiples formas. Queda descartado, para empezar, el dogmatismo. Sócrates se niega a dar como norma su propio comportamiento. Del mismo modo que se niega a aceptar como verdaderamente indiscutibles sus propias convicciones.
Ya los trágicos, coetáneos de Sócrates, nos habían embarcado en el tortuoso camino de la reflexión y responsabilidad personales. Aclarar en común estas dudas, certeza y 'tensiones' es lo que se propone Sócrates.
Homero habló de la areté de 'los mejores', Hesíodo de la del justo paciente frente al injusto, los líricos nos dieron múltiples modelos de areté pero ninguna absolutamente válida para todos; la que vale al terrateniente con ascendentes guerreros no es la del comerciante 'burgués', ni lo que es válido en las costas asiáticas lo es en Beocia.
La novedad 'filosófica' de Sócrates está en el uso de la palabra 'episteme', cuyo significado preplatónico es el del saber-hacer del artesano. Artesanos de nuestra propia vida. Autoconocernos para poder desarrollar esa potencialidad que todos como hombres (o simplemente como griegos) portamos adentro del alma. El fruto de la virtuosidad así entendida será la felicidad (¿eterna? ¿la fama?).
Qué es el hombre independientemente de lo que las apariencias nos muestran e independientemente de lo que cada cual haya podido entender, 'acríticamente', hasta ahora. Aquí acaba la propuesta socrática, que será desarrollada, a su modo, por Platón y Aristóteles.
El optimismo racional, herencia de Parménides, y el optimismo antropológico, herencia de sí mismo o del orfismo, son los mimbres con los que Sócrates dejó a medio construir su teoría de la virtud humana.

De lo anteriormente expuesto no se deduce la teoría/experiencia subjetiva del daimon, ni tampoco el respeto incondicional por las leyes de Atenas. Estos elementos tan socráticos, tanto o más aprovechables que lo anterior, pertenecen al modo de ser propio -intransferible, inenseñable- del individuo Sócrates.

La filosofía frustrada de Sócrates se completa con una existencia auténtica y fiel con sus propias convicciones. La fuerza de su personalidad, creo que lo dijo Guthrie, es la debilidad de su filosofía. O como dijo Hegel, que Sócrates fue condenado justamente por haber introducido el virus de la propia conciencia soberana. El riesgo de la libertadad insolidaria, del anarquismo disolutor, del caos político y moral. Ya Platón se encargaría, a golpe de bisturí sobrehumano, de eliminar dicha posibilidad.

Resumiendo. Las propuestas filosóficas de Sócrates resultan insuficientes en sí mismas pero permiten reflexiones posteriores -absolutamente válidas en nuestros días- como las de Platón, Aristóteles o, fundamentalmente las Escuelas Menores. El ideal del hombre como proyecto teórico y práctico. Por otro lado, su actitud, filosófica; su confianza en el hombre, en sus capacidades y posibilidades, y su valentía incondicional, lo convierten en uno de los modelos en que nuestra civilización se asienta.

Pd 1ª: Hay que comprender a Sócrates y agradecerle sus propuestas y ejemplos de vida.
Pd 2ª: Hoy en día, el proyecto socrático está en quiebra, o como si lo estuviese. No sabemos cómo actualizar convincentemente los ideales de la racionalidad y el respeto humanos.
Pd 3ª: Sócrates puede ayudarnos a desenmascarar a tanto fariseo como nos encontramos en las tribunas y otros sitios influyentes.
Pd 4ª: Sigue en pie, aunque en retirada, el valor de la propia conciencia, soberana y dialogante. Algunos, más derrotados, no vemos más salida que la crítica y la reclusión; en la poesía, en la amistad, en el cinismo, en ciertos Jardines ('edenes' en griego).

sábado, 22 de marzo de 2008

Areté

Cap. 10 del libro de Snell. 'Exhortación a la virtud'

El ideal homérico. Válido para los héroes, para los mejores, para los aristócratas... ¡para nadie más que sepamos!
El Feliz (felicidad y abundancia material), el Virtuso (el aristócrata que ejerce como tal, sobre todo en la batalla) y el Bueno (la gloria y el honor reconocidos). En definitiva, lo correcto es lo Útil, lo que permite alcanzar esa felicidad, virtd y bondad/belleza (esplendor).

Crisis del ideal heróico. Siglos VII y VI aC. Tirteo (la valentía y el patritismo), Mimnermo (vivir el instante. Este Mimnermo promete), Solón (el derecho ciudadano, la paz y justicia políticas; albores del ideal del buen ciudadano). No hay, en definitiva, una Areté definida, sino que se multiplican las posibilidades. Durante este siglo, Lírico, se produce el primer florecimiento de la sujetividad.

El caso del ático Solón merece un comentario aparte. El derecho como necesidad histórica. La moral individual ya nunca dejará de estar referida al comportamiento hacia los demás... convecinos, amigos o no-enemigos. Los griegos nunca asumieron valores 'cristianos', como la compasión o el amor al prójimo.

El caso Sócrates. Lo más importante del capítulo, es un poco más difícil de explicar. Lo dejo para otra entrada.

El origen de la conciencia histórica

Cap.9 de 'El descubrimiento del espíritu' de Bruno Snell. 'El origen de la conciencia histórica'

Heródoto es el padre de la Historia. Heródoto distingue con espíritu crítico, rastreando la verdad, lo que él mismo ha visto, lo que sabe por testigos oculares y lo que sólo es rumor. Pero el pueblo griego está desde mucho antes en relación con la Historia, con el pasado no mítico: la 'Iliada' no es sólo una obra épica, sino que en ella se refleja cómo el griego desde la caída de Troya (s.XII aC) hasta los tiempos de Homero (s.VIII aC) se concibe a sí mismo como un gran pueblo venido a menos. Una nación que desde incontables generaciones ha tenido su enemigo potencial y real en el Oriente. La 'Iliada' no es sólo una obra de entretenimiento, ni una obra que habla de los dioses y los héroes humanos, sino que representa también el pasado y el presente 'político' de Grecia. Cuando empiezan las Guerras Médicas (s.V aC) los griegos creen estar repitiendo la expedición a Troya, y con ese argumento piden los espartanos el mando de la coalición helénica.

"El espíritu ilustrado que se abre camino en los versos de Solón y el despertar de la conciencia de la responsabilidad personal hacen más urgente la cuestión de saber por qué ha desaparecido el esplendor de la época heroica. ¿No tuvo que ocurrir algo horrible para que los dioses castigaran con tanta severidad el antiguo mundo de los héroes?"

Es evidente que las cosas graves hubieron de ocurrir en las casas de los príncipes, pues Grecia no ha sido invadida ni destruida por los Bárbaros. Las grandes ruinas lo son de palacios malditos... el de Edipo, o el de Atreo, por ejemplo.

"los griegos adquirieron conciencia histórica cuando creyeron que, tras un período de esplendor, les tocaría vivir una oscura época de castigo. Así aprendieron a guardarse de la hybris; el horror al terrible poder de los dioses vengativos les enseñó la sophrosine, la prudente moderación, que se convertiría en una virtud específicamente griega."

El mito de las edades de Hesído puede explicarse desde este punto de vista. La edad de plata fue castigada por los dioses por impiedad, pero la siguiente, la de los héroes, se destruyó a sí misma. Vivimos en la quinta, la de hierro, que es la peor de cuantas ha habido.

"Solón lo explica con mayor claridad que nadie: Zeus castiga la injusticia, aunque su venganza alcance a los hijos y a los hijos de los hijos; la diké sabe lo que ocurre y lo que ocurrió y exige la expiación en el tiempo." Las reformas de Solón son realizadas con una intención histórica. Los griegos empiezan a entender su historia como la de la diké; esto les hace superiores a los bárbaros.

Pero no hemos de creer que son los dioses los actores de la historia. La historia es humana, y no tiene marcado ningún fin por Zeus. Los dioses, eso sí, están vigilantes para castigar los actos de hybris y adiké. En la Historia de Heródoto caben la envidia, los errores humanos, el azar, etc. Sólo hay el límite metafísico de la 'envidia de los dioses' que prohiben al hombre lo que es demasiado grande.

Tucídides aclara más la propuesta de Heródoto. "Mientras los hombres sean como son, continuará sucediendo lo que aquí describo... Cuando los hombres tienen poder, ignoran sus posibilidades y confían demasiado en sí mismos: por eso se derrumban." Los hombres no aprenden nada de su historia.

Epistemología presocrática

'El descubrimiento del espíritu', de Bruno Snell, cap.8 'Saber humano y saber divino'.



No se tratade indagar el origen o el sentido de la inspiración poética, que en todas las culturas y épocas se reconoce. En la nuestra, por ejemplo, en la forma del genio artístico o del inconsciente o... sino que lo que plantea Snell es hasta qué punto, según algunos autores arcaicos y presocráticos, puede el conocimiento humano acrecentarse 'por sí mismo', ya sea en cantidad (Hecateo, Aristarco, Alcmeon, Empédocles, Tucídides...) o en calidad (Jenófanes -?- o Heráclito). Luego se llega Parménides quien aparentemente debe todo su conocimiento a la 'inspiración' de las Musas pero que en verdad es una 'inspiración' sólo adecuada para las mentes que se esfuercen en esa vía de la verdad.


El capítulo se cierra al final, tras un repaso breve de los fragmentos más conocidos de Jenófanes y de la crítica de Heráclito a los 'polimatios' y a los que quieren conocer 'hacia afuera', con la figura de Sócrates que niega la posibilidad de que ningún conociento sobrepase (ni siquiera humanamente) el ámbito humano. Sócrates niega el 'saber' de los poetas y el de los 'fisicos'. Sócrates intentará mediante la dialéctica un conocimiento humano basado irrefutablemente en el propio entendimiento y lenguaje del hombre: "Este pensamiento se funda en la idea de que el lenguaje humano puede reunir diferentes aspectos intelectuales y de que se puede intentar incorporarlos en una unidad consciente."

En muy pocas páginas repasa todo esto Bruno Snell. Quizá quedan más claras la posturas del médico Almeon y su método 'inductivo' progresivo, y la de Heráclito y su interiorismo esencialista; micro-macrocosmos, Logos común, apariencias/realidad.


De L.M.Panero

Hasta las palabras más habituales son siempre una onomatopeya del horror para el poeta. Su lucidez y su rabia (la vida entera sin ser nada, y el tiempo devorando las ilusiones). Pero el poeta es el hombre... aunque el hombre no lo sepa. Mi selcción de 'Guarida de un animal que no existe', de Leopoldo María Panero. Visor, 1998.



De lo negro sale el poema

de los pozos del alma inconfesables...

*

Me celebro y me odio a mí mismo

palpo el muro en que habrá de grabarse mi ausencia

mientras el poema se escribe contra mí,

contra mi nombre

como una maldición del tiempo.

Escupo estos versos en la guarida de Dios

donde nada existe

sino el poema contra mí.

*

Muere en la ausencia el ciervo [el poeta]

y su mirada queda vagando

carcomida por los dientes de la página...

*

...Mi memoria arde en el vaso

y Dios orina en mi vaso.

El templo se ha roto

cayéndose a pedazos en el tiempo...

*

...Porque sólo los libros hablan de Dios

mientras la mirada escupe

bestias feroces sobre el cristal de la voz

que se estremece cuando, una vez más la rompe el diente

para que rimemos otra vez el desastre.

*

La piel como el mapa

en blanco de la desesperanza

en la mano sin nadie

el verso sin mañana:

escribir para siempre

de que no hay mañana.

*

Mi memoria arde en la sombra

y quema: quema como la yesca

el martillo de mi memoria

que me dice que no soy, ni he sido,

que soy como alguien escupido

en los labios del presente.

*

El viento rompe mi cara

y el aire desdibuja mi figura

soy una bruja allá donde no hay nadie

sino un temblor en mis manos

cuando escribo el poema.

*

...Donde tiembla mi voz,

el comienzo del poema...

*

...dicen que los muertos dan asco

pero ser viejo es peor

que la muerte para el mundo

un ruido tan sólo en el cuarto

que escuchan riéndose los jóovenes.

*

No busquéis más, ya que no tengo ojos

pues el ojo es símbolo de Jesucristo y de Dios

y yo soy el cristal del infierno

el cristal para morir tan solo

para morir en la página delgada como el sufrimiento

como el sufrir más atroz que es el sufrir que no existe

el sufrir en la página

que no existe.

De este último. "...el sufrir más atroz que es el sufrir que no existe/ el sufrir en la página/ que no existe." Pero el más bello de todos estos poemas incomprensibles, certeros y dodecafónicos... la rabia del poeta siendo/haciendo nada, poesía rabiosa que no certifica sino que apuñala el dolor, no la esperanza, el más luminoso es este final que os paso:

El cigarrillo, dios de la vida

dios de los suicidas

cae al suelo como una flor herida

flor de ceniza

rostro invertido, flor de la nada.

Casa de la ceniza, en ti Dios humea

y la sangre busca su herida

maldiciendo el poema, hecho

de la frente que cae, y boquea.

La flor sucia de la vida

cae al suelo, y pregunta

a Dios por qué existió.


Guarida de un animal que no existe

Del año 1998, de Leopolda Mª Panero. Como tantas veces, dispar y genial. inevitablemente leo a este Panero desde la óptica de una 'metafísica cultural negativa': el sujeto está pero sin existir realmente, y la misma teoría del naufragio no es más que una honrada floritura lingüística. O algo así. Sigo pensando que su mejor obra es 'Erección del labio sobre la página'. Por ahora me he negado a leerle sus últimas cosas en colaboración.

De 'Guarida de un animal que no existe' (ni el animal ni la guarida, ni la palabra que los nombra):

Nomme du Diue

Ah, el fruto sin ojos en donde el alma no sueña
en donde los ángeles cabalgan a lomos de tortugas
y el animal más valiente es la rosa
en el límite atroz en donde muere el hombre caído
a los pies del poema.


Kafka

La luna y la locura
en este verso anidan
huyendo de los hombres,
del ladrido de los hombres
de su furia ajena al verso
en que se balancea el trapecio
de un artista del hambre.

(Este poema muestra la imposibilidad del arte para el artista del hambre; la anorexia existencial devora la letra impresa, y los poemas son tan estúpidos e innecesarios como los balanceos en el trapecio/paraíso/infierno de que Kafka nos habló.)

Aristófanes, Nietzsche y Eurípides

Cap.7: 'Aristófanes y la estética' (Bruno Snell)

Critica Snell la crítica de los Románticos y Nietzsche a Eurípides. Ya Aristófanes había dicho que la tragedia había muerto de socratismo, de un exceso de claridad lógica y la consiguiente pérdidad de contenido solemne, religioso y metafísico. De aquí deduce Aristófanes su segunda crítica a Eurípides; su obra fomentaba la inmoralidad al vulgarizar impúdicamente los personajes. Los temas cotidianos como asunto de la tragedia negaban el carácter moralizador de este arte. Los héroes dejan de ser referentes y son sustituidos por individuos normales sin gran ímpetu ni dilemas morales.

Los Románticos y Nietzsche, además, habían criticado la pérdida de lo dionisiaco en las tragedias de Eurípides, en las que el Coro ya casi no aparece. Pero la metafísica de la vida y la muerte cíclicas, responde Snell, nunca fue el asunto de las obras de Esquilo o Sófocles.

Da Snell la razón a Aristófanes: la tragedia acaba en filosofía socrático-platónica, en reflexión racional. Pero recuerda Snell que el germen de la reflexión sobre el alma y el comportamiento humano estaba inserto en la tragedia desde Esquilo, y que por eso fue tan bien acogida por los griegos de toda condición. Recuerda Snell, frente a Nietzsche, que la tragedia nunca fue entendida o experimentada dionisiacamente por los griegos, sino apolíneamente.

Afirma Snell que lo 'lógico' fue la conversión del teatro trágico en la discusión socrática sobre la virtud humana, solo humana, y en la reflexión platónica sobre el Bien y el Alma. Nos guste o no, este era el lugar natural para el acabamiento de la tragedia griega.

Acaba Snell matizando los comentarios negativos que desde hace milenios se hacen sobre Eurípides. No fue un autor superficial, y aunque el entramado muchas veces lo oculta, la reflexión sobre el 'deber ser' del hombre sigue apareciendo como tema principal en sus obras.

Queda en pié la crítica a Eurípides de que sus obras provacaban más el placer que la catarsis en sus espectadores. Snell no lo niega, pero tampoco lo critica. El lugar de la reflexión profunda y de la catarsis posible será ahora la filosofía.

viernes, 21 de marzo de 2008

Mito y relidad en Esquilo

Cap.6: 'Mito y realidad en la tragedia griega'

La relación entre mito y realidad que se da en Homero y en los líricos se rompe con la tragedia de Esquilo. La desvinculación, para el autor y para el público, de la tragedia de su origen religioso, por un lado, y por otro las propias exigencias escénicas que introducen la mitología sólo como excusa, lleva al pensamiento griego al nuevo concepto de lo verosímil. La verdad real, por decirlo de algún modo, queda en manos de la prosa científica y filosófica.

Hasta este momento, el mundo olímpico daba sentido y orden al humano, pero con la tragedia, cuyo tema es la investigación de los fondos del alma humana, el hombre se encuentra solo ante sus propias decisiones. En los textos trágicos estas decisiones resultan imposibles o heróicas, pero a ellas subyace algo que a todos los ciudadanos/espectadores atañe, que es la obligación de reflexionar para tomar muchas decisiones de vital importancia para cada uno.

No será hasta Sócrates que el tema del autoconocimiento tome una dimensión filosófica. Pero ya en Esquilo aparece la cuestión esencial. Sin entrar en la evolución desde Esquilo a Sófocles y Eurípides, piensa Snell que Esquilo ya ha planteado el tema del dualismo adentro de la propia intimidad del hombre entre su ser real (el derecho, que es real por ideal) y sus apariencias (la hybris, u otras excusas).

A los poetas líricos más intimistas, como Safo o Arquíloco, les faltó ese acto, desde Esquilo humanamente necesario, de la reflexión para la acción, pero en ellos entronca la motivación de Esquilo que, según Snell, tendrá mejor cumplimiento en Sócrates que en Sófocles o Eurípides.

La tragedia nos interesa, pués, en dos sentidos: como imposibilidad de la elección acertada (el héroe siempre sucumbe a su propia hybris), y como necesidad de meditación y autoconocimiento para cualquier ser humano. El primer elemento es prescindible, piensa Snell, pero no el segundo.

Píndaro

Bruno Snell, 'El descubrimiento del espíritu', cap.5: 'El Himno a Zeus' de Píndaro


Como Antígona o Edipo, Píndaro es de Tebas. Su 'Himno a Zeus' (del que conservamos 30 versos) es desde los alejandrinos su obra más importante.
Fiel a los datos de Hesíodo, Píndaro canta la soberanís de Zeus frente al resto de los dioses, así como el hecho de que desde que fueran vencidos los Titanes, la justicia, la mesura y la prudencia reinan en el mundo. En el divino y en el humano. Las poesía es explícitamente para Píndaro el modo de cantar a Zeus y su labor, sobre todo para que no se olvide el sentido y el valor de la obras divina. Píndaro se justifica a sí mismo y a su arte.

"De hecho, son numerosas las afinidades de Píndaro con la doctrina heraclitea de las tensiones vitales y de las relaciones múltiples que separan y a la vez unen toda cosa viviente. Al fin y al cabo, la idea de que las grandes gestas y la belleza del mundo necesitan ser cantadas y ensalzadas se basa en el convencimiento de que el individuo es limitado, imperfecto y está necesitado de complemento: la grandeza es efímera, pero el canto permanece siempre; la belleza debe manifestarse mediante el sabio. Y una parte de la misión del sabio consiste, evidentemente en mostrasr que la belleza se basa sólo en estas relaciones infinitas, en las correspondencias y las divergencias, que su esencia consiste en la relación entre sus partes."

Va más allá Snell al relacionar el espíritu de Píndaro y Heráclito:

"Cuando Heráclito pone de relieve las interacciones entre dioses y hombres, es más bien el resultado de un conocimiento teórico, mientras que en Píndaro todo desemboca en la práctica, en la vida activa. Además, para Píndaro lo divino es todavía visible, descriptible en su esplendor, perceptible como hecho mítico, mientras que para Heráclito es algo 'abstracto' que se distingue del mundo sensible. Le importa más la armonía 'invisible' que la visible. Pero ambos poetas tienen en común que buscan la unidad de lo divino, la cual ya no viene dada directamente por la tradición o la inspiración, sino que sólo se accede a ella mediante un trabajo espiritual personal."

"Heráclito reflexiona sobre lo divino y trata de comprenderlo; Píndaro piensa en ello piadosamente para ensalzarlo con tanto más esplendor. El uno es filósofo, el otro, poeta." Y ambos llegan a una visión del Universo muy similar; un Zeus/Logos justo y ordenador de todos los órdenes de la existencia.

"Ya para Píndaro el mundo de las apariencias empieza a ser cuestionable, ya no ve lo divino en él como algo evidente y natural, sino que siente la necesidad de la sabiduría [poética] para mostrarlo y demostrar su valor: sólo se puede llegar a él elevando el pensamiento, y de ahí procede el solemne empuje de Píndaro, que lo distingue de todos los demás poetas griegos de los tiempos primitivos..."

Píndaro que representa el canto del cisne de una época que se acaba es la gran excepción de la poesía arcaica:

"En los más de cien años que separan a Píndaro de Safo, esta particular religiosidad de la era arcaica que consideraba como divino el esplendor del mundo, va palideciendo en el resto de Grecia, y Píndaro se encuentra solo con su vieja [pero renovada] fe en un mundo cambiado."

Pero su actitud 'antigua' está mucho más cerca de la filosofía de lo que él mismo creyera:

"Píndaro no habla, como muchos líricos arcaicos, de sus sentimientos personales, de su afinidad personal con otras personas, no discute qué valores repudia, sino que se limita a exponer objetivamente lo que en el mundo le parece digno de alabanza, qué rasgos de lo divino percibe en él, cómo lo limitado participa de lo universal y permanente, lo humano en lo sobrehumano."

Café con parientes y yo pensando en mis cosas

Bruno Snell me está resultando un poco ladrillo, pero me hace compañía. Leyéndolo me apetece retomar a O.Gigon y a J.P.Vernat. Además, tengo de antiguo una antología de líricos (con una introducción medio académica que me hice) que quiero encontrar y releer. Algo es algo. Snell me ha citado varios poemas preciosos de Safo, pero yo recuerdo que me gustó mucho más Íbico. Ya veré. Me quedo con el descubrimiento de la individualidad (por ahora sólo sintiente) y con cierto distanciamiento del ideal homérico del héroe guerrero. Lo de las 'afinidades espirituales', la polis, las sectas y las escuelas, me suena más a los Sabios de Grecia; ¡releer 'Los siete sabios y tres más', de ¿Adrados?. No tengo mis cosas a mano, así que esperaré unos días... si antes no me he enfrascado con alguna otra cosa. El capítulo que viene ahora en el libro de Snell es el de Píndaro. Pues ala, a por él.

El despertar de la personalidad...

Cap.4: 'El despertar de la personalidad en la lírica' (Bruno Snell)


Centrándose en Arquíloco, Safo y Anacreonte, afirma Snell que la Lírica constituye el descubrimiento de la individualidad, del sentimiento y las circunstancias individuales. El poeta se posiciona como individuo frente a su existencia concreta y la tradición (sea de forma favorable o no). No existe aún el concepto del alma como lo radicalmente distinto al cuerpo, pero ese mundo interior en tensión empieza a vislumbrarse como una esfera fundamentalmente distinta de la corporal.


"...la ley de la eterna alternacia [en los asuntos de la vida]. Es también un nuevo descubrimiento de los poetas líricos, que sin embargo no se sitúa en la misma línea que el descubrimiento del sentimiento personal, sino que es su complemento: al lado del nuevo sentimiento, un nuevo conocimiento. Ambas cosas están estrecha y necesariamente relacionadas: el eterno subir y bajar es percibido a través del sentimiento y en él reconocido como tal. En este movimiento queda presa la vida viviente, pero esta ley no es capaz de contener la exhuberancia de sentimientos."


A diferencia que en Homero ya no son sólo los dioses quienes determinan el transcurso vital, sino esta extraña constatación de la alternancia entre lo lo feliz y lo infeliz: "Sin embargo, no ve en la acción humana una actividad personal. La conciencia del sentimiento humano conduce sólo al desamparo y al intento de encontrar una explicación racional de las circunstancias que rigen el mundo, la comprensión de la alternancia, no enseña a actuar positivamente, sino sólo a sufrir y aguantar."


El poema en que Safo recuerda su perdida juventud es un bello ejemplo. Comprende y se somete al destino infalible, pero no intenta dar un sentido al paso del tiempo y la llegada de la vejez


...pero ¿qué puedo hacer?

Un mortal no puede disfrutar

eternamente de la juventud...

Los griegos serán incapaces de pensar una humanidad mejor mientras no se planteen el tema de la justicia en el mundo. Tampoco serán capaces de experimentar 'los campos de la acción personal consciente' mientras no sean capaces de la tragedia. Pero el descubrimiento de la tensión interior permitirá la aparición de 'círculos de afinidades personales', espirituales:

"En la época de los líricos se constituyó la polis griega, la ciudad-Estado; la antigua vida feudal fue sustituida por la comunidad ordenada por el derecho. No es una contradicción el hecho de que la conciencia personal y el orden estatal de la polis aparezcan al mismo tiempo: ser ciudadanos es algo diferente a pertenecer a una masa de gente sometida; el derecho es el nuevo vínculo que une a los hombres. También en la vida religiosa de la época, los que comparten una misma mentalidad se asocian. Son principalmente las sectas de los pitagóricos y los órficos, que en esta época experimentan una gran difusión, las que desarrollan una esperanza y fe comunes, y si el alma humana es objeto de una atención particular, esta circunstancia presupone una concepción del alma que se forja precisamente en esta época. Finalmente, en este periodo las escuelas filosóficas empiezan a reunir a los hombres que comparten las mismas ideas. Para la estructura social de Europa tuvo una importancia capital el hecho de que, junto a los grupos tradicionales como la familia, la tribu, etc., surgieran otras asociaciones que no se basaban en tradiciones avaladas por la religión, sino en afinidades de espíritu."


Parientes...

Si me dejan mis ruidosos parientes, va a ser una gozada leer el siguiente capítulo de Snell; 'el nacimiento de la personalidad en la lírica' (50 páginas). Independientemente de mis ruidosos parientes, será un suplicio contarlo en una pocas líneas legibles. Este es mi noble y trascendente objetivo para el día de hoy.
¿Tiene alguien remedio factible para los parientes ruidosos, y perdonen la redundancia?

Hesiodo, de Snell

Cap.3 'El mundo de los dioses de Hesiodo'

1. Con más rotundidad que Homero, Hesíodo afirma que Zeus es el dios supremo, el más poderoso, en el que se funda el orden olímpico y el humano.
2. Preguntar por la genealogía es preguntar por el sentido, por la valía, por el 'arché'.
3. Las carácterísticas naturales de los dioses son resaltadas frente a las 'personales'.
4. Hesiodo propone un sistema comprensible para el hombre sobre los dioses, el sentido de la realidad y el comportamiento humano. Sin embargo no explica Hesíodo por qué los dioses han experimentado, bajo el poder de Zeus, un mejoramiento hacia lo ordenado y justo, mientras que la evolución humana (mito de las edades) ha sido la inversa.
5. Espíritu de veracidad. "Homero, cuando cantaba a los héroes y sus hazañas, podía ocultar, en este mundo luminoso, el lado oscuro de la vida. Hesiodo, en cambio, se propone mostrar lo que existe, lo que es real, y no puede hacer como si las sombras no existiesen; así, lo que amenaza a los hombres, lo informe y espantoso, tiene un papel mucho más importante que en Homero."
6. Se muestra una distinción entre lo que las cosas parecen (el reino de la injusticia humana) y lo que realmente son (el mundo justo y bello del Olimpo). Este dualismo como vía de comprensión de la realidad y existencia, e incluso como motivación ética, lo heredarán los poetas y filósofos posteriores.
7. Los poetas posteriores a Hesíodo buscarán de entre los dioses a aquel que mejor represente el objetivo ético del ser humano. Propondrán modos de superar o sobrellevar la edad de hierro e injusticia en que nos encontramos. Para Tirteo será la valentía; para Safo, el amor; para Solón la justicia; la Sabiduría para Jenófanes; Píndaro hallará el modelo en Zeus y Apolo; Arquíloco en Ares y la Musas, etc.

El nacimiento del espíritu, según Bruno Snell

Cap. 2 'La fe en los dioses olímpicos'

"Lo lógico y natural en la esencia de los dioses olímpicos no reside sólo en su intervención en los asuntos humanos, sino que su sola existencia ya da una imagen lógica y natural del mundo, y es esto sobre todo lo que ha influido en las épocas posteriores. Para los griegos los dioses dan un sentido a la existencia."

Los dioses griegos pertenecen al orden natural del universo, y por eso no dependen de fronteras nacionales. Tampoco pueden los dioses subvertir el orden natural al que ellos mismos pertenecen. Son la imagen 'metafísica' más perfecta del Universo. No se puede reducir el panteón olímpico a una realización artística, aunque es cierto que el arte y la religión están íntimamente unidos. El panteón homérico tiene valor 'metafísico' y 'ético'.

Los dioses griegos aparecen siempre para dar un giro o un impulso a los acontecimientos. Aparecen justo en el momento en que nosotros pediríamos su alejamiento para dejar que la voluntad y libertad humanas se manifestara por sí misma. Todo lo que para nosotros es 'vida interior' es experimentado por los griegos como intervención de los dioses. De todos modos, según Snell, pueden encontrarse en Homero indicios de esa 'subjetividad y autonomía' humana, que no aflorará realmente hasta más adelante; los líricos, algún presocrático y la tragedia. indicios que muestran el valor de lo humano junto a lo divino:

1. Los dioses no atemorizan al héroe, sino que le proponen, 'casi como un igual', que le haga caso.
El dios no humilla, sino que eleva al hombre.
2. El hombre es consciente (humildad y orgullo) de la inestimable ayuda recibida; existe el peligro de olvidar la condición meramente humana, el peligro de la 'hybris'.
3. No son los dioses sino los hérooes ls protagonistas de los poemas homéricos.

Los dioses olímpicos, de antepasados ctónicos y demoniacos, representan la racionalidad del mundo, la belleza intrínseca del universo. Esto, pasados los siglos, permitirá la confianza en las propias facultades humanas, la filosofía. "Cuando Platón define la verdad como perfección, la 'Idea de Bien', en esta afirmación pervive el pensamiento en que se funda la fe en los dioses olímpicos".

Además de este 'optimismo ilustrado' metafísico y epistemológico, el hombre griego siente el dolor y la melancolía del paso del tiempo y la muerte. El hombre griego es también profundamente pesimista. Contemplar la belleza y perfección de los dioses, o de las Ideas, saberse parte de un orbe bien ordenado, consuela al hombre de su finitud.

Los dioses no dan la inmortalidad al hombre, que sin embargo tiene como modelo de comportamiento elevado el de los dioses. Su claridad, su belleza y su vitalidad. Sin entrar en el tema de los dionisiaco, Snell parece reconocer el para nosotros extraño modo en que los dioses griegos insuflan el ánimo y muestran el modo humano de una existencia heróica.

Resumiendo: (a) los dioses olímpicos son la imagen metafísica del Cosmos; son verdaderos, bellos, perfectos... como el resto del Universo, en mayor o menos grado. El esqueleto metafísico de las Ideas de Platón y del panteón son muy similares. (b) Los dioses son modelos de vida elevada para el hombre, que sin superar la muerte y la tristeza por ella, encuentran un modo más vital y 'aristocrático' de vivir la existencia. Ambas ideas pasan al mundo del arte y de la filosofía clásicas.

jueves, 20 de marzo de 2008

Frío

Me gusta así, casi en el anonimato y la mediocridad. El exceso tecnológico no cambiaría nada. Quizá, más autenticidad y un mayor esmero con las palabras. Ojeo otros cuadernos y veo lo bien escritos que están. Pero eso es todo. Sin soledad real y sin contacto real con algún otro, esto tiene muy poco sentido y valor. No se trata de construir nada, o algo, sino de ir adelgazando el discurso para hacerlo más cálido y real. Entre tanto, demasiadas páginas ruidosas. Poco a poco, sí, pero sin perder de vista lo esencial. El frío y el afán por los libros y el rondar soberbio a la Esfinge. Soltar la hueca pesadez en la cercanía de lo esencial, que es monótono y hasta aburrido.

Jueves Santo

Semana agridulce, y aún no ha acabado: mis fantasmas y un malestar y ahogo inobjetivable. En unos meses todo habrá pasado, me digo, y sigo en mis cosillas, como una buena hormiga. No ser, no estar, es la solución... prohibida por los tristísmos e injustos daños colaterales que provacaría. No creo que sea cobardía sino amor, o puede que no lo sea pero las consecuencias me cierran esa vía.

Bruno Snell

MLL me ha prestado el libro de Bruno Snell 'El descubrimiento del espíritu', una historia de la prefilosofía griega. Original de 1946, con revisiones y un prefacio del 74. Más de 500 páginas, pero en Acantilado que es un aval. No lo estoy leyendo, sino casi estudiando... así que tendré que devolvérselo a MLL un poco manoseado... ¡o igual me lo quedo!.

Leído y subrayado el capítulo 1, 'La concepción del hombre en Homero'. Snell dixit:


Intentar leer a Homero con sus propias palabras y no con las del siglo V. Muchos vocablos homéricos han desaparecido para entonces, y otros que Homero no intuyó ni necesitó se han hecho imprescindibles a partir de la Grecia Clásica. Los vocablos olvidados de Homero conllevan una visión del hombre muy distinta a la de los filósofos. Qué quiso decir Homero, y no cómo entendieron a Homero los clasícos.

'Psyché' y 'soma' son los conceptos como la tradición griega ha entendido el alma y el cuerpo, ambos de algún modo enfrentados o claramente diferenciados. Pero no ocurre así en Homero. Por mediación de los líricos es Heráclito quien por primera vez distingue con claridad ambos términos. Homero carece de la idea del 'cuerpo en sí', y utiliza siempre expresiones como 'gyia' o 'melás' para designarlo. Son las partes del cuerpo, sus miembros. No tenía Homero el concepto de 'cuerpo' (frente a lo anímico) ni tenía necesidad de él.

Lo mismo puede decirse del alma. Tres palabras utiliza Homero; 'psyché' (álito vital), 'timós' (voluntad, sentimientos, carácter) y noos (inteligencia, entendimiento). Son funciones y órganos diferentes (aunque a veces el lenguaje de 'Odissea' e 'Iliada' los confunda) que residen en el órganos corporales. es verdad que la 'psyché' va al Hades tras la muerte, pero se trata de un reflejo pálido del hombre.

Hemos de esforzarnos por concebir al ser humano de esta manera. Un ser humano sin un cuerpo distinto del alma, ni ésta 'extraña' en este mundo. Tampoco se trata simplemente de un alma no platónica ni cristiana como principio autosuficiente y fuerza vital del cuerpo, porque para Homero las diferentes 'almas' no tenían esa capacidad o energía autogeneradora. Se trata de una concepción más 'natural'; la fuerza le llega siempre al alma desde afuera, gracias a los dioses homéricos. esto que parece un retraso no lo es tanto si lo comparamos con la visión mágico-demoniaca prehomérica. Los dioses olímpicos han sido concebidos ordenadamente, 'naturalmente', para aportar sin sortilegios dicha energía al cuerpo y al alma del hombre. Son dioses que anticipan la autonomía humana. Este punto me parece aún confuso. Espero que en los siguientes capítulos se aclare un poco.

Como antes dijimos, es Heráclito, con antecedentes en los líricos, quien por primera vez distingue el cuerpo (no ya sólo los miembros) del alma. La influencia heraclitea es esencial para el desarrollo del pensamiento griego y occidental. Son tres, según Snell, las características que Heráclito da al alma, al Logos, y que son indecibles e innecesarias para Homero:

1. La profundidad, infinitud del alma, frente a los límites corporales.

2. El alma es común a todos y a todo.

3. El alma se acrecienta a sí mismo. Es capaz de autodesarrollo. Sus leyes son distintas a las del cuerpo.

Todo el aparataje lingüístico que Snell usa, y todas las referencias que da, hacen imposible que valoremos sus tesis. Lo más llamativo para mí es intentar pensar al ser humano sin un alma radicalmente distinta del cuerpo y sin un cuerpo tal como nos han enseñado algunos presocráticos, Platón o Aristóteles. De todos modos, yo así lo he entendido desde hace mucho, de este 'alma' mortal separable del cuerpo encontramos reminiscencias en mucha literatura griega muy posterior a Homero. Algo se me escapa de lo que Snell dice.

La poesía y sus circunstancias

Un libro de artículos varios de Ángel Gonzáles, sobre la historia de la poesía española contemporánea y sobre su propia labor poética. La tercera parte es magnífica. Repasa el poeta su trayectoria, nos cuenta sus motivos y circunstancias, y nos muestra su 'ideario poético'. Esta parte compensa el mediocre y maniqueo capítulo de la parte segunda sobre la poesía y el exilio, y me permite moderar gustosamente algunas de las afirmaciones que al respecto hice.

Las intenciones y las circunstancias del poeta no agotan, por supuesto, al poema, cuyo valor las trasciende. El poeta, como hombre y como lector de sí mismo, puede dar su opinión sobre su propia obra atendiendo a los intereses y circunstancias sociales y biográficas por él vividas. Esto es lo que Ángel González hace.

Hijo de republicanos y de derrotados del 39 Ángel González se encontró con la poesía publicada e intuyó que ese era el modo como él quería expresarse y aclarar el mundo, esto es, su existencia, su Yo-en-la-Historia. A esto lo llama realismo socioexistencial. Del existencialismo, de cierto existencialismo más genuino, recogió el pesimismo o el sabor de la derrota. Nunca se exilió, aunque se sentía en lo que él llama el exilio interior. Abominó, casi tanto como del franquismo, de los partidos comunistas (desde el soviético al español; la primavera de Praga, maldecida por el PCE, fue el detonante) en donde militó un tiempo.

Sus primeras lecturas: el Juan Ramón más desnudo, el Machado intimista de 'Soledades', el Gerardo Diego más creacionista, y los poemas más líricos de Lorca y Alberti. Segundas lecturas:José Hierro, Celaya, Blas de Otero, Eugenio de Nora, César Vallejo y Neruda. Con quien más adelante compartió poesía y vida: el propio Celaya, Gil de Biedma, Hortelano, Barral, Alfonso Costafreda, José Agustín Goytisolo o Gabriel Ferrater.

Su primer libro es 'Áspero mundo' de 1956, donde aparece lo más aprovechable de us poemas de juventud y su realismo crítico, o social-existencial. Lo cotidiano que trasciende el dato sin despegarse de él, su imagen de sí mismo, del Yo, como un yo-de-todos, y su pesimismo existencial, son los temas del libro. O como él mismo comenta, que el tema es posiblemente el paso del Tiempo y estos sean los modos en que se manifiesta.
En esta 'etapa' cree en el poder transformador de la poesía -al modo de Celaya- pero entendiendo la transformación como simple aclaración del caos.

En 'Sin esperanza, con convencimiento' (1961) ahonda en su pesimismo, que ahora hace extensivo a la misma palabra poética. Descree de sí mismo como personaje creado/creador y busca escapatoria en los juegos del lenguaje y la más pura imaginación. 'Grado elemental' (1962), 'Palabra sobre palabra' (1965), 'tratado de urbanismo' (1967), 'Breves acotaciones...' (1969), 'Procedimientos narrativos' (1972), 'Muestra ampliada...' (1978). Si lo dice Ángel González pues gran parte de verdad tendrá, pero es innegable que el realismo crítico, a mí me ocurre cuando leo alguno de estos volúmenes, no lo ha abandonado. Tampoco es del todo cierto, como el mismo autor reconoce, que descrea absolutamente del poder de la poesía.

El gran hallazgo es ahora la ironía, y también ha encontrado su propia voz.
La ironía no es liviana ni un artificio sin sustancia, sino la manera como algunos poetas casi existencialistas vencen su pudor natural, y el modo como la tragedia de la vida y el tiempo no se convierte en un patético llanto. Además, la ironía le permite alejarse un poco del propio poema dejando así sitio para la belleza y la imaginación.
Su propia voz. Es el español que todos hablamos y entendemos pero usado y trabajado con rigor. Nadie escribe como habla, pero el habla es la misma. El arte poético consiste en desarrollar algunos mecanismos prescindibles del lenguaje coloquial y llevarlos eficazmente al poema; la enumeración, los juegos fónicos y acentuales, y todo aquello que además de denotar connoten sentimientos y grandes verdades. El lenguaje poético, y la expresión es maravillosa, ha de "ponernos al borde de la música"... o del éxtasis, o del enigma, o de la compasión...

John Cage

¡Al fin he leído algo de John Cage!, 'Escritos al oído', Una antología suya con textos de los ultimos 40 años. Alguno del mismo año de su muerte, en 1992 a los 80.

Tesis fundamental, más o menos: todo ruido es potencialmente un sonido, y todo sonido es música si se le aprecia u organiza así. La vida es variada, escurridiza, abierta, etc. La música, mejor que nada, puede representar esa realidad irreal, irrepetible y gozosa. Es posible y necesaria una música inabarcable por la lógica, la belleza, el tono, los instrumentos, etc. O como dice Cage, una música u organización del sonido 'micromacrocósmica'. La anarquización de la música, del lenguaje, de la política, de la metafísica... la desmilitarización de la existencia. La música como Vanguardia del nuevo no-orden.

La imagen más bella y clara de su concepción de la realidad y la música es la de asomarnos a una ventanilla del tren en pleno viaje; imágenes furtivas e irrepetibles, sin pretensiones divinas, sólo humanas, que muestren no la Verdad de Nada sino que estuvimos vivos.

Especialemente recomendables 'Conferencia sobre nada', 'Hablo de anarquía, naturalmente'.

Posdata respetuosa: he escuchado algo de Cage, y no me gusta, lo que no significa nada, o puede que sí. De todos modos, me ha pasado con su libro como con las Vanguardias, cuyos mejores frutos son son manifiestos.

27 euros

¡Y es que uno no escarmienta! 'Hesse para principiantes'... ¡para lelos! Después de leerlo atentamente no sé qué dice el librito ilustrado, ni creo que nadie, que conozca o no la obra de Hesse, se entere de lo que el autor (he querido olvidar el nombre) ha pretendido decirnos. Sólo se salvan las primeras páginas donde aparece la infancia y juventud pietista machacante del joven artista. De todos modos era tema conocido.
Lo dicho, que no escarmiento, que mala suerte, que vaya 9 euros tirados... ¡Lo peor es que de la misma colección también he comprado 'Bukowski para principiantes' y 'Borges para principiantes', 27 euros!

El hacha y la rosa

Hace buenos poemas Luis Alberto de Cuenca. Me gusta cuando parece una mezcla de Gil de Biedma, Ángel González y Borges. Pero son indiscutiblemente suyos; indiscutiblemente porque los reconozco y no los confundo con los de Gil de Biedma, A.González o Borges.
L.A. de Cuenca es un buen poeta, y me gustaría, sin ironía, poder perdonarle algún día su paso por el Viceministerio de la Cosa Escrita.

En un baratillo, ¡por 3 euros y en Renacimiento!, encontré y releí 'El hacha y la rosa' (1993). Os paso mi propia selección del librito:


Eterno femenino

Me psicoanalizaban unas chicas
guapísimas, muy altas y muy fuertes,
con pinta de valquirias o amazonas.
Iban todas con gafas y con blusas
muy blancas, gentilmente descotadas,
y faldas negras, mínimas, de cuero,
y pelo recogido, y labios gordos
que decían 'comedme' a cada instante.
Cuadernos y bolígrafos en ristre,
parecían atentas a la historia
banal que yo, implacable, les contaba,
emocionado ante su complacencia.
Les hablé de mi vida desde el punto
de vista que juzgué más favorable
para mí, como suelen hacer todos
los q1ue hablan de su vida, subrayando
las acciones heroicas y omitiendo
los vicios, las traiciones y los crímenes.
Concluido el ditirambo, comenzaban
a desnudarse cuando, de repente,
se me ocurrió que tanta maravilla
no era real, que en algo tan estúpido
y cruel como que alguien tome nota
de las jactancias y abyecciones
no podían tomar parte unas damas
tan guapas como aquéllas. De manera
que opté por escapar. Cerré los ojos,
me encomendé a mi madre y a mi novia
y, dejando el diván, salté al vacío.


Huelga general

Ha estallado la huelga general en Madrid.
Aprovechando el caso, las chicas de mis sueños
se han quitado la ropay han salido a la calle.
No respetan las normas de tráfico, las leyes
que rigen la conducta del ciudadano honrado.
Se dirigen adonde no deben, se comportan
fatal con todo aquel que les sale al encuentro,
por no hablar de los cortes de manga que dispensan
a los enardecidos líderes sindicales
que, en piquetes armados, gritan a voz en cuello
violentas invectivas contra los esquiroles.
Pero lo que me saca de quicio en estas chicas
es su marginación, su desdén por el mundo,
ese despredio olímpico que muestran por la huelga
y por los movimientos prerrevolucionarios,
como si las ideas de justicia y progreso
fuesen banalidades del siglo XIX
y la tensión social una antigualla estúpida.


El desayuno

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
'Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar coontigo eld esayuno'.


Insomnio

La vida dura demasiado poco.
No da tiempo a hacer nada. No hay manera
de reunir los suficientes días
para enterarte de algo. Te levantas,
abrazas a tu novia, desayunas,
trabajas, comes, duermes, vas al cine,
y ni siquiera tienes un momento
para leer a Séneca y creerte
que todo tiene arreglo en este mundo.
La vida es un instante. No me explico
por qué esta noche no se acaba nunca.


...Abre los ojos, mira: todo
lo que respira nace y muere.
Sólo el orgullo de los hombres
presume de supervivencias.
Cuando llegue mi última hora,
pisoteadme y maldecidme.
¿De qué le sirven las plegarias
al árbol roto por el viento?...

El humo de Birkenau

Después de algunas lecturas sobre el Gulag y los lager he reafirmado dos convicciones.
Que la Ideología (con mayúscula) y la Religión son fuente inagotable de dogmatismo, intransigencia y sufrimiento.
Pero que no es esto lo más grave. Que los mecanismos asesinos se expanden no por la Ideología y la Religión sino por la mezquindad y sadismo irrefutables de miles y miles de engranajes necesarios. Este sadismo latente (que es más que simple egoismo inconsciente) buscará siempre formas de manifestarse...
Posiblemente la Ideología (cualquiera de ellas) y la Religión (cualquiera de ellas) son más el efecto que la causa de la evidente maldad de que es capaz la especie, o incluso que necesita.

'El humo de Birkenau' es otro libro testimonio de la vida en los lager. Liana Millu nos cuenta 6 ó 7 historias desgarradoras de cuando su estancia en Birkenau. Leedlas. El libro está en Acantilado y es del año 2005. El prólogo es de Primo Levi. Un par de citas.

"No sentía miedo, sólo la tristeza de la muerte, y me atormentaba la cruel inutilidad de aquel paréntesis de existencia suspendido entre una nada y otra. Yo existía aún; mañana ya no estaría más. ¿Qué sentido tenía el sufrimiento encerrado entre esos dos plazos? ¿Había un Dios que me miraba desde lo alto del cielo? ¿Por qué me había hecho nacer si estaba destinada a sufrir y a desaparecer así? ¿No tenía compasión este Dios?"

"Llevábamos varios meses en el campo de concentración y nos habíamos ganado el derecho a mirar con desprecio y soberbia a las recién llegadas."

"...en el campo de concentración todo es idéntico sin piedad y sin remedio, cada hora lleva consigo los mismos gestos, las mismas órdenes, las mismas cosas, y al cabo de un tiempo, hasta los pensamientos terminan por discurrir por la misma vía y detenerse en los plazos obligados: la guerra, la casa, el regreso. Esta uniformidad sin remedio era un tormento casi dantesco."

domingo, 16 de marzo de 2008

Éxodo

Comienza mi via crucis vacacional. En fin, la queja de siempre. Espero que la Babel me haya traído lo que le pedí del tal John Cage. Si acierto con la lectura de estos días la semana no estará del todo perdida. ¡También me esperan mis cafeterías de allí, que aunque abren demasiado tarde me hacen el avío!
¿Es el momento de leer a Hierro, Valente, Celaya y Blas de Otero, mis grandes esperantes? Puede que no. Llevo años dejándolos de lado esperando el momento. Pero no llega; mis otros poetas -Gil de Biedma, Pessoa, Kavafis...- son inagotables.

'Caronte aguarda'

De Fernado Savater, de 1981. Una novela corta de trama político policial de mediana factura. Sólo aceptable.

Por referencias, no recuerdo dónde, me interesé por la obrita porque en ella alguno de sus personajes reproducía la figura de Emil Cioran, al que Savater había tratado personalmente en su apartamento del Barrio Latino.

Al principio uno se piensa que 'Cioran' es Amador, el personaje principal; el gusto por la música barroca, su antipatía por Séneca, su apatía y desinterés casi conservador por la política, su lógica no aristotélica, su rechazo de los foros y tertulias 'intelectuales', etc.

Más adelante aparece otro personaje, aún más cioranesco, Aquiles Popescu; rumano apátrida, pasado en la Legión Negra, pelo gris revuelto, fumador de galoise, aficionado al ajedrez (?), etc. Un 'extraño filósofo del poder', un intérprete muy personal de Nietzsche. Adentro del hombre no hay lo que habitualmente creemos o nos han enseñado a ver, sino una voluntad y un deseo de independencia -'de nos ser mandado por nadie'- que explica todos sus actos. A medio camino de Nietzsche, Sade y Freud, Aquiles Popescu, descubre a Amador la falsedad de la lógica armónica de los pitagóricos, que había sido hasta entonces el ingenuo y falaz argumento antiaristotélico de Amador.

Más allá de esto, la novela es la historia de cómo Amador se conoce a sí mismo a partir de una circunstancia excepcional, el asesinato de su hermana. Ese descubrimiento no será el de un ser abúlico y frío sino animalmente volitivo y vengativo. La dura verdad oculta de la especie más allá de los autohalagos y engaños en que vivimos. Por eso Caronte sabe que los condenados de verdad no son los malos, ni los buenos, sino aquellos que en su existencia nunca han optado ni por el bien ni por el mal, ambos irreconocibles para la conciencia y fruto de nuestras vísceras animales.


"La mayor parte del tiempo que tan largo y tan corto nos parece es puro relleno, monótono reintegro de lo apostado en la lotería en que no jugamos; sólo unos cuantos instantes tienen premio, aunque tan premio sea lo que nos vivifica como lo que nos mata. Bastan cinco días para romper la última y convencional familiaridad que nos emparienta con el desconocido del espejo. Después hay que aprender a vivir emboscado."

Aunque agridulce, la novela tiene un final casi feliz... ¡una lástima!

viernes, 14 de marzo de 2008

Vae Victis

En los campos de la muerte también, aunque en menor medida, se abrió paso la vida y la bondad. Viktor Frankl (1905-1997), superviviente de Auschwitz y Dachau, lo cuenta en 'El hombre en busca de sentido' (original de 1946).

"...aun en un campo de concentración es posible practicar el arte de vivir..."

La tesis fundamental de Frankl, a partir de su propia experiencia en el lager, es la de que cualquier tormento, cualquier infierno, puede ser sobrellevado si se le encuentra una finalidad personal, si se le considera como una oportunidad del destino para algo mejor. Es cierto, pero... no sé cómo decirlo... ¿significa esto que los millones de víctimas que murieron antes como hombres que biológicamente no supieron morir...?

"¡Pobre del que no percibiera algún sentido en su vida, ninguna meta o intencionalidad y, por tanto, ninguna finalidad para vivirla: ése estaba perdido!"

En el corazón más embrutecido, más acorazado o deshecho siempre hay lugar para la inesperada humanidad. Igual no se trata de una ley general, o simplemente es un mecanismo de evasión, pero algunas veces ocurre.

El sentimiento religioso, la necesidad del arte, el interés por la política o el altruismo, también se dieron en el humus del hambre física, la humillación, el vacío existencial, el miedo y la certeza de la muerte. La existencia desnuda es también una posibilidad para lo más íntimo y bondadoso del ser humano.

No se engaña Frankl sobre la prevalencia de la animalidad -en cuanto ciega supervivencia- y la ruptura o desintegración interior de la mayoría de los presos, pero quiere mostrarnos esas otras humanidades o momentos 'trascendentes' que en los campos, excepcionalmente, surgieron. El testimonio de Frankl, elaborado ya fuera del lager, es valioso porque reconoce que tal esperanza nacida desde el más inhumano/humano infierno es excepcional y que ni siquiera es experimentada enteramente como tal adentro del campo de la muerte.

"La profunda dignidad de sentirse un ser humano está tan arraigada en la dimensión espiritual del hombre que resulta imposible arracarla incluso en las lacerantes condiciones de un lager; sin embargo, ¿cuántos hombres, libres o cautivos, conservan una autoestima tan firme? (...) Las experiencias de la vida en un campo demuestran que el hombre mantiene su capacidad de elección (...) la actitud erguida del hombre ante su destino adverso, cuando la existencia le señala inexorablemente un camino."

¿Voy a sobrevivir?, ¿qué sentido tiene todo este sufrimiento?; son las dos preguntas, aunque casi siempre sea la primera la que nos hacemos, que todo prisionero, y todo hombre, se hacen.

"...sólo unos pocos prisioneros conservaron esta fortaleza de la libertad y aprovecharon los atroces sufrimientos para una madurez interior. Ahora bien, aunque sólo se diese un caso bastaría para demostrar que la libertad interior puede elevar al hombre muy por encima del destino adverso."

No se trata de un falso optimismo o de un vaciamiento de la conciencia y el corazón para no pensar en nada ni sentir nada, para no pensar o sufrir el cautiverio, sino que más allá de esto (ya de por sí imposible para la mayoría) Frankl propone: "Cuando un hombre descubre que su destino es sufrir, ha de acaptar ese sufrimiento, porque ese sufrimiento se convierte en su única y peculiar meta. Es más, ese sufrimiento le otorga el carácter de persona única e irrepetible en el universo. Nadie puede redimirle de su sufrimiento, ni sufrir en su lugar. Nada le sirve, ni el sufrimiento mismo... hasta que descubres las oportunidades de enriquecimiento interior que se ocultaban en él."

Más allá de la psicología y de los lager, citando a Spinoza, Nietzsche y Rilke, Viktor Frankl nos propone el 'sufrimiento como prestación'. La Religión, o la espiritualidad, aunque desde el ateísmo más radical creo que también es posible, como reverso del reverso de la vida.

Posdata: la zona gris. "El mero hecho de saber si un hombre fue guardia [o comandante de campo] o prisionero nada nos revela de su intimidad. La bondad humana [y la maldad y el sadismo] se encuentra en todos los grupos..."

Posdata segunda: final triste. Muchos, no dice Frankl la mayoría, pero sí muchos supervivientes se volvieron personas más embrutecidas después de su paso por los campos, y pasaron "de ser oprimidos a ser opresores".

2 poemas del gran A.González

De 'Otoño y otras luces'

QUISE

Quise mirar el mundo con tus ojos
ilusionados, nuevos,
verdes en su fondo
como la primavera.
Entré en tu cuerpo lleno de esperanza
para admirar tanto prodigio desde
el claro mirador de tus pupilas.
Y fuiste tú la que acabaste viendo
el fracaso del mundo con las mías.




ESTOS POEMAS

Estos poemas los desencadenaste tú,
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran,
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman.

Recomendación

'La poesía y sus circunstancias' de Ángel González. Un excelente libro de un más que excelente poeta. Seix Barral, 2005. Un repaso a la historia de la poesía española de los últimos cien años. Análisis certeros y claros de los grandes poetas (el de Juan Ramón es magnífico). No es un libro para expertos ni para historiadores de la poesía, sino para lectores medios interesados en el tema. Quiero decir que los escoliastas lo usarán como una fuente y no como un manual. Son casi 500 páginas, las cien finales sobre sí mismo.
Dos defectos, sin embargo. Para mí, sólo para mí, bastante graves, pero que no restan valor a este gran libro ni a este gran poeta.
No dedica un apartado especial a León Felipe, al que cita pero olvida frente a otros autores menores.Villaespesa, Alarcos, Álvaro Salvador, etc.
Por otro lado, en el capítulo conferencia 'El exilio en España y desde España' (páginas 249 a 266) cae en un maniqueismo político fácil (aunque muy sentido) entre los que ganaron y los que perdieron la Guerra Civil (denominación que se niega a usar, y prefiere la de golpe de Estado). En la República hubo mucho asesino e ignorante, al igual que en el otro bando, Don ángel. No todos los que se quedaron o volvieron pronto del exilio fueron unos cobardes o unos serviles, del mismo modo que alguno de los que no volvieron sí lo fueron. Comete otro error previo, posiblemente más grave, y es el de confundir política y poética; la adscripción política no es criterio de calidad literaria. Reconoce Ángel González no haber querido leer en un principio, por franquistas y no por otro motivo, a Panero, a Dámaso Alonso, a Cela, etc. y lo mal que asumió pasado el tiempo que entre ellos también había grandes escritores. Por último, cita sin hacer la justicia literaria necesaria las revistas Espadaña y Escorial.
Lo que más perplejo me deja, sin embargo, es que nuestro grandísimo poeta había nacido en 1925, y que por lo tanto tenía 11 años cuando la guerra, y nos habla como si él la hubiera hecho.
Por lo demás, y jamás me cansaré de decirlo, Ángel González es uno de los 7 u 8 grandes poetas españoles de los últimos dos siglos.

Pequeña queja

Siempre que me robas un beso
me echo a temblar de gozo y de miedo
porque sé que no tienes medida y sé
que dejaré el libro por ahí tirado.
Un beso, una mirada de esas,
apartarte el pelo con delicadeza,
otro beso más largo,
las manos bajo tu pantalón,
porque la blusa ya te la habrás quitado,
tendiéndonos lentamente a pesar de la ansiedad.
¡Qué miedo y qué placer!
Después me pedirás palabras dulces,
que casi no sabré decir,
y me pedirás, victoriosa, un poema.
No éste, éste no, que no acaba como esperas:
¿podrás alguna vez, amor mío, esperar, al menos,
a que cierre con cuidado el libro y lo ponga
en la mesita junto a mis gafas bien cerradas?
Te quiero y me gusta tu sabor
pero son ya demasiados, y no te enfades
que te pones más guapa,
los libros doblados y las gafas partidas.

jueves, 13 de marzo de 2008

Un recuerdo

¿Te acuerdas de aquel río
como de otro tiempo, con su iglesia
en la roca, sus aguas rápidas
y aquellos árboles excepcionales
que lo cobijaban y convertían
en una estampa imposible?

Lo recuerdas. Claro que sí.
El sabor terroso del frío torrente
sobre tu cuerpo escarpiado,
sobre tus aterridos y cálidos labios
que brillaban de mi saliva y del sol
y sobre tus pechos alzados
cuando te quité el bañador
y jugamos y jugamos hasta caer dormidos
en la orilla empedrada.

Fue la primera vez y me pediste que arrojara
lo eterno sobre aquel agua laberíntica,
y volvimos a besarnos, ahora
más románticamente.

Te prometí no olvidar ese día de abril,
y no lo he hecho, aunque hace ya algunos años
que esto no tiene importancia
y que son otros los labios y los pechos
en los que duermo.

Prisiones del alma

Esas llegaron después. Las prisiones de gruesos muros, ventanas embozadas e iluminadas alambradas vinieron después. Lás cárceles del cuerpo no fueron las primeras, sino las del alma, que también ha resultado que son las que mejor han llevado el paso de las generaciones. Dan la figura al espíritu recortando inmisericordes todas las peligrosas aristas y desmoronando las extrañas formas que el azar siempre impone a sus creaciones.

Estas cárceles son inevitables, lo sé. Y casi nadie las llama por su nombre porque desconocen su existencia. Mejor, mejor así, mejor desconocer el encierro porque no hay evasión posible.

Algunos libros y algunas vidas son bellos (y ya saben; trágicos) intentos de fuga. La Odisea, los mitos platónicos, el Jardín, el Quijote, el Fausto y Zaratustra, etc. Pero son ilusiones, dulces mentiras; pero son, además de la compasión, lo mejor de que somos capaces. ¡Desde la cautividad del alma brotan los mejores frutos del hombre! Y ya saben; ¡para nada!

Indiscutible paradoja: la esclavitud del cuerpo y la de la conciencia son inversamente proporcionales.