sábado, 28 de febrero de 2009

28 Febrero

Ya acabé 'El maestro y Margarita' de Bulgákov. No me lo puedo creer, pero de algún modo me han parecido pocas las más de 500 páginas del ladrillito. Lo de digo de veras, que una vez sumergido en el libro, en ese libro deshecho, una vez que has aceptado que no hay mensaje ni trama con desenlace, sino puro contar y contar ( a veces acertadamente y otras no tanto), que cuando admites que se trata de pura narración, a pesar de la infame traducción, quisieras que el libro no acabara y poder dedicarle esos momentos al día (por la noche en la cama antes que el lexatín haga efecto) de manera indefinida.

Temas posibles del enmarañado libro: una crítica a los intelectuales apesebrados, esto es, a los más ineptos y vacíos (¿les suena?); una particular y libertaria teoría del mal, la estupidez humana y Satán (que recuerda a Twain y su 'Forastero misterioso'); una extraordinaria (pero vomitiva, como todas) historia de amor; una reconstrucción de la figura de Poncio Pilatos... y seguro que algunas cosillas más. Por ejemplo, como buena novela costumbrista de la Unión Soviética de antes de la Guerra.

Empecé 'Corazón de perro', también del ucraniano Bulgákov. Es una novela corta y bastante más entretenida. Ya veremos. Sólo una cosa. Entiendo al pobre Stalin cuando decidió mandar al ostracismo a Bulgákov. De no morir el desesperado escritor de necrosis renal, seguro que lo hubieran fusilado. De todas maneras no descarto el envenenamiento. Critica la revolución soviética en su raíz: cómo van a mejorar nada los que de nada entienden ni nada desean mejorar y que sólo saben envidiar y vivir 'desorganizadamente'. Esta expresión es de Bulgákov y se refiere al vacío mental y falta de carácter y principios de los proletarios.

Pd: en la infumable Gr. encontré 'Corazón de perro' y 'Morfina' de Bulgákov. También las memorias de Sandor Marai: 'Historias de un burgués' y 'Tierra, tierra'. No estuvo mal. De Monterroso, nada.

Pd (2): felicidades, béticos, que es vuestro día. ¡Si Trajano y Séneca levantaran la cabeza! Seguro que Canal Bétis y el grupo Rapidez se las volverían a cortar.

jueves, 26 de febrero de 2009

26 de febreo (fiesta nacional en Zimbawe)

Pues claro, yo también Ich denke, pero cuando mi páncreas y otros preciado téntáculos de mi fantasmal alma me dejan. Y yo tan feliz. ¡Vamos! que no tengo suficiente con intentar saber si algo soy, y qué en todo caso, como para perder el tiempo peleándo, en incivil carnicería fraticida, en nombre del Dios Donnadie conmigo mismo. Que no, y que no. Que soy sólo lo que soy. Ser consciente de ello es labor más que suficiente, cansina, tristona e inacabable. Que al final termino asumiendo la muerte, o creyendo en Dios (sic), o 'encontrando' mi lugar en el mundo y el espejo, o nada de eso consigo, ha de darme igual. Honesto como Harri; fiel con uno mismo... Por suerte, como dice la canción, mi 'racismo' no me deja ver la televisión ni conformarme con el Corte Ingés... y así me ando a tumbos, con el híagado machacado de miedo e ilusión sobre un abismo al que soy indiferente pero al que yo no termino de acostumbrarme.

Pd: el Nietzsche de Zweig va resultando muy superior al pobre esquema de Papini (mi adorado Papini de 'Un hombre acabado' y 'El piloto ciego'). Pero de esto hablaré (necesito hacerlo, para justificar tan estúpido acueducto) otro día. Cuando pueda, cuando pille un ordenador a mano (recuerden que estoy recluido en la insoportable Gr.) y me termine el libro, que llevo lento pero masticado.

Pd (2): dime algo bueno de Marai además de sus Diarios. ¿Conoces las memorias de MOnterroso? Infórmame cuando puedas (en una o dos horas a ser posible). Te llamo desde la maladolescente Gr.

Pd (3): dilema moral: bueno, de esto no puedo hablar...

miércoles, 25 de febrero de 2009

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25 de Febrero

Siempre se nos escapa algo, como si se escurriese entre los dedos. Pensamos que es importante lo que nos huye, y quizá no lo sea, como el eco de la nada resonando en nuestro vacío interior. Tal vez, es cierto, se trate de algo realmente valioso, como una clave del cosmos y del microcosmos. Pero no lo creo. Cuando no estás en ningún lugar, cuando te trasciendes -leyendo, llorando- estás en ese mundo inexistente y preciado que crees anhelar. Estar sin estarlo realmente. Se te escapa de entre los dedos, como un vívido sueño se esfuma al despertarte e intentar apresarlo. Una insatisfacción es la causa, no el efecto (los filósofos confundís siempre lo último con lo primero) de tal desbordamiento el ánimo. Será la caótica evolución (pero entonces no se trata de ninguna evolución) del propio pellejo acosado por los vientos siderales el tema, el único tema de la poesía. El viento y la nada de carne y sangre contra la que se estrellan. Acción reacción. Pura ciencia, pura teología.

Su cuerpo se estremeció unos instantes
antes de que su alma se percatara,
y después el Universo justificó
tan extraordinario hecho
para que el pánico y la vergüenza
no fuesen la única palabra.
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Pero esta es sólo la forma
como lo dice el poeta, y la verdad,
ya lo sabemos, es más simple.
La vida, el Ser, tu y yo,
somos inocentes errores sin solución.

martes, 24 de febrero de 2009

Día agotador

Después de una agotadora jornada (en la calle desde las 5 y 20 de la mañana hasta hace una hora, con sólo hora y media de descanso, que ya está bien) en la que creo que he contribuido más que suficiente a mejorar el nivel general del país al tiempo que he dejado un poco más convencido a Dios de la chapuza que hizo, después de tal jornada infernal...
...he sido condenado a 5 días en Gr. ¡Algo malo habré hecho o maquinado! A mal tiempo, buena cara. Buscaré los 'Diarios' de Marai, 'Corazón de perro' de Bulgákov, y los diarios o memorias (no sé el título) de Monterroso. Igual encuentro algo. Necesitaría estos 5 días para estar en una isla desierta leyendo y pensando mis cosas... Desierta es desierta, sin ni siquiera mi sombra.
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lunes, 23 de febrero de 2009

Catástrofe bibliográfica

Querido diario: hoy me ha pasado una cosa terrible. Un libro inencontrable que el azar (ya sabes que no hay providencias) puso en mis manos se ha perdido. No había empezado a leerlo, aún estaba contemplando embelesado como un niño tan bello y único objeto. Ni siquiera lo había abierto para oler el perfume de los cosidos y papeles antiguos... un tesoro que agradecí de corazón. Pero hoy se ha perdido, se ha marchado; lo he estado buscando sin éxito durante el fin de semana y hoy he confirmado la tragedia. Creo que me lo han robado, que la vida, que es viento, se lo ha llevado a otro lugar. No quiero pensar en ello pero me resulta imposible. ¿Sabes, diario, que hacía mucho tiempo que no sentía frío sobre mi frío, ni tristeza de empañar los ojos y agachar vencido la cabeza? Lo hecho de menos.
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(Hace frío...)
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Para empezar bien la semana

Gota a gota
desagua la vida
en lenta correntía
hacia un gran charco
que dijo Vallejo.

Húmedo y cálido
chapoteamos como niños
en día de lluvia.

Húmeda y cálida
la esperanza,
fábula y psalmo
de las salobres lágrimas
que gota a gota
desaguan la vida

domingo, 22 de febrero de 2009

Un no poema

Yo no sé hacer poemas de amor.
Siempre terminan de sexo o de Dios.
Con lo fácil que sería...

Amor,
sonrisa,
infinito,
para siempre,
flor,
eterno olvido,
la vida y sus bellos atardeceres
en tus embrujados ojos color avellana
y miel oscuros,
los más nobles deseos
de perpetuarnos y confundir el yo y el tú
en la dulce melopea de un sólo corazón.

Pero no. Porque amor es dejarlo todo por amor,
y mi destino y mi pasión no lo quieren
(soy un prisionero de lo imposible,
o simplemente muy egoísta y muy viejo...)
y así se estropean los poemas de amor.
Con lo fácil que sería...

Pero la vida. me digo, es una nada estropeada,
como un estúpido y caro juguete,
el antojo de un dios malcriado,
puñales de sed tus miradas
y los poemas frustradas caricias.

El amor, te cuento, es para la vida,
su sustancia y su savia más
absoluta y verdadera.
Porque la vida es absoluta y de verdad,
y no como los dioses y la pasión,
inexistentes y compulsivos.
Y así, ya ves, cómo iba a escribir un poema de amor.

Yo no sé hacer poemas de amor y me lo pongo
muy difícil escalando las altas e inaccesibles esferas
de la teología y la libido. Tan difícil que no, que no.

Con lo fácil que sería: amor, te doy la vida...

Papini

En el último capítulo de 'El crepúsculo de los filósofos', 'Licencio la filosofía', Papini nos muestra su propia visión. El capítulo es muy corto, no llega a las 20 páginas, y muy claro -también muy discutible- de leer.
  1. Todo hacer del hombre está encaminado a aumentar nuestro poder sobre las cosas y sobre nosotros mismos.
  2. Todo es todo, incluidos la religión, el arte y la filosofía.
  3. Siempre se trata de imaginar otros mundos capaces de transformar éste.
  4. Cuando damos excesiva y opresiva importancia al mundo inventado, somos platónicos.
  5. Cuando nos negamos a inventarotros mundos, por imposible que esto sea, somos positivistas.
  6. Hemos, según Papini, de buscar la ecuación más perfecta posible entre ambos mundos enfrentados. Se trata de una labor inacabable y continuamente renovada a cada época y hombre.
  7. Por último, siempre según Giovanni Papini, hemos de aprender a inventar mundos realizables. "Hasta aquí hemos hecho lo que no valía la pena de ser soñado y hemos soñado lo que no era posible hacerse. Cuando el hombre haya llegado a ser verdaderamente señor del mundo la voluntad se transformará inmediatamente en acto, el sueño será fulminante realidad."

Independientemente de este épico (¿platónico, poético, impotente, ingenuo, místico, religioso...?) final del libro, me queda la duda -pero igual la excepción confirma la regla- de si todo lo que el hombre hace, lo sepa o no, busca 'dominar' el mundo. Sé de primera mano que hay corazones y mentes del fin de la guerra, de cuando ya no hubo Dios y la derrota fue firmada, que cambiarían todos los dominios del mundo por simplemente no terminar de desmoronarse. Y aun ni eso.

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Papini y Nietzsche

En el penúltimo capítulo de 'El crepúsculo de los filósofos' nos habla G. Papini de Nietzsche. Papini lo tiene claro: Nietzsche proclama lo que anhela, de lo que carece. Profesor y con mala salud, su ideal de hombre consiste en la superación del excesivo racionalismo y la recuperación de la salud. En sí mismo el mensaje no es malo, dice el italiano, pero incurre Nietzsche en el error de hacer pasar por filosofía lo que no es más que poesía. Mala filosofía y buena poesía. Además, afirma Papini, en absoluto es Nietzsche original: Calicles, Heráclito, Stirner, Guyau.

Dos errores, sin embargo, aprecio yo en la lectura de Papini. Dice Papini que el secreto sonrojante de Nietzsche es su propia flaqueza. Es posible, pero yo pondría la palabra 'finitud humana'. Pretende Nietzsche una nueva forma de asumir nuestra mortal y creativa condición. Por otro lado, piensa Papini que Nietzsche no ha sabido hacer una nueva pregunta ni responder a las antiguas. Pero quizá la pregunta de para qué la libertad, y hasta dónde creer sin caer prisioneros de nuestra propia tela de araña sean preguntas que Nietzsche nos lanza.

Nietzsche no es Zaratustra, ni Zaratustra el Superhombre. El hombre Nietzsche tuvo enfrente de sí como un muro insalvable su propia sombra proyectada... Recordemos que el Zaratustra acaba con el mismo Zaratustra luchando contra su propio corazón 'cristiano' que le insinúa la compasión para los grandes hombres que han perdido la fe, y que lloran desolados y paralizados en la cueva del profeta.

'Así habló Zaratustra' es una novela de formación/deformación del personaje Zaratustra. La novela acaba a mitad del proceso. La segunda parte de la novela, nunca escrita, es tarea de cada lector.

Varia

Próximo, inminente, microproyecto filosófico. Leer las obritas de Papini y Zweig sobre Nietzsche. Me fío más de estos dos que de todos los expertos y profesionales, enterradores bien pagados y ufanos del pensamiento, que pululan por las estanterías y las bibliografías especializadas.

Bulgákov... ¡pesadillas tengo con el librito! Ahora parece que el Demonio va a ser el Estado, y las víctimas pobres desgraciados apesebrados por él. Víctimas no víctimas, como quien dice, pero tampoco asesinos ni malvados. Demasiado vulgares y ruines para ser culpables de nada. ¡La de vueltas para llegar a esto! Y que igual no es eso, quién sabe. 'El maestro y Margarita'. El maestro ha aparecido, fugazmente, en la página 200. Margarita aún no.

Pd: al Papini y el Zweig hay que añadir el Thomas Mann.

Poema 4

A pesar de la poesía y de todas las filosofías...
La realidad, el Universo, está siempre
del otro lado de la calle. Que no quiera
reconocerlo nada significa. Ahí, a un paso
y un abismo, la verdad de la especie
y la cultura. Nouminosa y ajena.
Imposible en cualquier caso.

Es triste reconocer entonces que tu
cansada alma mal vive en los extrarradios
de la Ciudad del Hombre, en un insalubre
arrabal, y que eres absolutamente prescindible,
más de lo que tu fatigosa y frágil homeostasis
está dispuesta a reconocer, a pesar de todas
las poesías y filosofías que finges y te encubren.

Poema 2 y 3

La poesía es una tahona
de madrugada
sin horno donde cocer
y las manos hinchadas
de castrada levadura
como saliva en el desierto
o semen en las cañerías.


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*****

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De profesión, saltabalates.
No por vocación, ciertamente,
sino por vergüenza. Un cierto escrúpulo.
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Un incorrecto sentido del pudor
que me ha vuelto insoportables,
cabal y matemáticamente indeseables,
mi forma de ser y mis menguados poemas.
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Ambos parecen inevitables,
pero esto un absoluto justifica
lo que no tiene perdón.
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Poema 1

No se trasciende el poema.
Se exprime -con manos de endurecido
amasador- y todo se muestra
confundido en una indescifrable blancura.

No se desdobla el poema.
No se desdobla ni trasciende el poeta.
Un átomo no tiene partición
ni lugar donde ir en su insostenible caída.

Se desmigajan y empastan
los sentimientos y las palabras.
Se amasan ecos y sombras
en múltiples formas,
algunas, mágica y fugazmente,
más bellas y acertadas.

Es monótono. La verdad es monótona.
El poema es siempre el mismo baile
repetido, como un sacrificio ritual
que dice Panero.

sábado, 21 de febrero de 2009

Black Power (de L.M.Panero)

BLACK POWER

Aquí hay mucho catolicismo
sounded catolithismo y muy poca religión
así dijo el Padre José María Elizondo en 1919
y es que la hipocresía del catolicismo fue sanguinaria
desde el principio y además escuchan una música muy
aburrida y bastante funesta; están convencidos de que el
rockandroll es la música del diablo y no hay nadie más
satánico que ellos que propagan la castración física
y mental en nombre de no sé qué Dios.
Porque Dios no tiene nombre y habita en el abismo de la
página como un Dios sin nombre por el que los hombres
fueron despedazados para crear otros hombres más fuertes
aún que el anterior según Darwin pero despedazados
también, ya no somos hijos del ángl sino de un híbrido
de ángel-simiesco.
El otro hombre que es también el proletario, la psiquiatría
y la alteridad de lo humano, yo creo en las comunas
terapéuticas norteamericanas, crearemos en nuevo
Mau Mau, un nuevo Poder Negro con cuyo saludo me despido,
no como se verá para extender la mano a nadie.

Carta al padre (de L.M.Panero)

CARTA AL PADRE
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La corporeidad total del desastre
de la sima en que vuelan los pájaros
troces de la Nada
como una resina para morir tan sólo
arrojo mi bilis negra en sacrificio
para alimentar a los perros de la Nada
a los lobos atroces que he visto en la calle
comer de mi cerebro, cual gusanos
que nutriera mi cadáver
y mi cuerpo emana fluidos muertos al cielo
con algún objetivo del que ríen los hombres
señalando al cielo con una mano muerta
sobre la que vuelan los pájaros
entonando himnos a la ruina y celebrando el desastre
como si la mano de un muerto me acariciase
así es el poema.
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'Escribir como escupir'

Es el Panero de siempre... y no puede ser otro. Porque siempre, no sólo en 'Escribir como escupir', para Panero los poemas son Gesto antes que idea o sentimiento. No es sólo que el tema sea el acto del poema, sino que tal tema se esconde tras palabras vacías y monótonas para intentar mostrar con rotundidad el acto desnudo y puro. Puro y hediondo. Es el de escribir, el de reír, llorar, orinar, rezar, etc. Es Panero. Él, su sentir y ser y pensar y estar patéticos, como única cuestión. El escenario vacío y la inercia de siglos de cultura desquiciada. Toda cultura, todo hombre, siempre, es desquicio. La Nada como objeto de la vida y el poema, porque Nada es la realidad, Nada el poeta y Nada sus creaciones. Ceniza de un cigarro ya apagado es la vida.

La Nada -Todo- y el Viento, que es su absurdo y doloroso crujido en el alma el hombre. Se reza, se piensa, se escupe, se procrea, ante el altar del Desastre, de la Nada.

En el Reino de la Nada, la muerte y el dolor, todas en infinitas formas absurdas y cambiantes, en el Desierto o en la Infinita Luz de la Nada, ¿por qué no la Compasión? ¿Para qué otra cosa? ¿Para qué más mentira y cansancio?

Las palabras, las lágrimas, la Locura (que es lúcida y por eso Cobarde) son la mayor atrocidad de la Nada. Y la Nada engendra monstruos contra el hombre cuando sueña, cuando ama, cuando escribe, porque somos el espejo más fiel de la Realidad y de Dios.

Dios murió y nosotros apestamos a cadáver. Somos el cadáver insepulto de Dios, y celebramos la muerte, sin quererlo realmente, porque la muerte es la vida -¿quién sabe distinguirlas?- y porque nunca estamos vivos, porque la Vida es un Imposible metafísico.

Pd: los mejores poemas de 'Escribir...' son 'Carta al padre' y 'Black power'.

De Panero

De Leopoldo Mª Panero, 'Escribir como escupir':
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...fuimos indios
hasta que nos mataron a todos
e hicieron ropas con nuestras pieles
y nos inculcaron un Dios vacío de hastío e ignorancia
Dios que es menos que Nada
Sobre la que vuelan los hombres...
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...Apropiacionismo absurdo de la vida
y el mundo creemos que está hecho para facilitar nuestras necesidades
¡He aquí el craso error!
Y que la ruina mida a los hombres por su estatura real y no supuesta
porque todo hombre cree que es bueno
y lleva en su frente la marca de la bestia...
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...cuando los hombres recen en vano
y sólo la muerte les responda
porque hablar es siempre en vano...
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...y al final de la película
resultó que nosotros éramos los muertos
y que la única verdad era la muerte
con la mayúscula atroz de la vida
que tiene por frente el dolor y por palabra la vida
la vida que no es vida como un gigante pñalido
cayendo sin ruido sobre los hombres.
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Escribo como escupo
como si tuviera el cadáver de Dios
hecho tan sólo de saliva...
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Dulzura extrema de un grito
que celebras mi Nada
mi corazón puesto al desnudo
como una rosa contra el hombre
contra el hombre y la Nada
porque el poema es un sacrificio ritual...
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Delirio perfecto de la mano
de la mano que escribe para que brille la ruina
mano amputada que todavía siento arañando el secreto
arando el desastre con los labios de la ruina...
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...porque la nada es un símbolo del espejo
y el espejo es el abismo que absorbía a Nietzsche
hablando a solas con el viento
hablando a solas del espejo...
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...una boca sin dientes insultando al espejo
y riéndose de todos los cadáveres
teniendo por escudo a la nada
y cercenando al espejo
con toda la mansedumbre del tembladeral
y el cielo será los valientes...
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...y poder contarte el espeso idioma de la carne
los misterios de la carne y la sangre
los misterio de la sangre y los misterios del espejo...
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...somos estrellas frías
cayendo sin cesar como la lluvia
sobre el Hombre
sobre el hombre Omega
que reza en silencio en la sombra...
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El cuerpo es esquizofrénico
todo acto repercutye en el cielo
y por ello la vida es prácticamente imposible...
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Sol negro de la melancolía
estúpida baba de la melancolía
la vida es un cuento dicho por un idiota
un cuento que nadie cree
una tempestad para nadie...
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La vida es sólo una estupidez y dichos de un idiota
de un idiota que solo sabe rezar
y de un mar sibn cabeza
hecho solo para caer como el viento
sobre el rito de la página,
de la página en blanco,
de la página.
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viernes, 20 de febrero de 2009

Filosofía III

No llego a aclarame. ¿Un poeta que mira hacia arriba? No termina de cuadrarme. Arriba y abajo son conceptos gastados por siglos de 'cultura', y que a mí, honestamente, créeme, nada me dicen (de mí mismo). Sí entendería mejor lo de 'más adentro' frente a lo 'más superficial'. Y esto con mucha prudencia, ya sabes, porque la superficie conscientemente experimentada y sus devastadores efectos sobre el alma son la única profundidad real. El poeta es entonces quien mira dentro, no abajo. Y el cuerpo es algo más que un pesado lastre del espíritu. Es el verdadero espíritu; un cuerpo irremediablemente viscoso, consciente e insatisfecho. ¿Qué y para qué entonces la gran filosofía?
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¿Crimen posible...? aidonandestanllu.

Filosofía II

Los filósofos confunden el deseo y la realidad. En cierto sentido bochornoso son unos grandísimos poetas, o como unos inmensos niños pequeños. Me explico, aunque no debiera hacer falta. ¿Puede algún kantiano explicarme, con la Vernunft en la mano, qué diferencia lo viscoso visceral y honesto de la sacrosanta Razón kantiana, que no es el entendimiento sino un incondicionado e indefinible y cambiante (y honesto) cúmulo de deseos y dudas y frustraciones y esperanzas de cada alma individual? No basta con la palabra 'Vernunt' para salvar lo racional de las garras de la vida y del propio alma fugitiva y agotada.

jueves, 19 de febrero de 2009

Panero

Un buen amigo -todos mis amigos son más inteligentes y honestos que yo- me ha puesto en la pista para releer el ultimo de Panero. 'Escribir como escupir'. Se trata, me ha dicho muy convincentemente, de considerar -olvidando el posible o los posibles mensajes- el poema como un intento de desdoblamiento o estallido del propio poema. Más todavía; captar tal explosión o trascendencia en sí misma, olvidando al autor y al lector (ambos prisioneros del lenguaje). El poema transmite un acto. El acto supremo del lenguaje; su inmolación, y su posible nueva vida.

Filosofía

El error no consiste en la razón sino en el uso impúidico que de ella hemos hecho. Ha querido fundamentarse a sí misma, como el famoso Barón cuando caía irremisiblemente. Conclusión: quedémosnos en los 'juegos del lenguaje' y la sociedad; dejemos la poesía -último vestigio del hombre entero- en los arrabales del espíritu.

Otra conclusión, nada imaginativa por cierto pero más decenbte: escóndete en ti mismo, también de tu ser más sanguinario -intelectual- y busca tu propio y minúsculo camino. Condición previa indiscutible: arroja la racionalidad lejos de tus entrañas, ponla a trabajar, aunque no esperes mucho de tan ruín objeto, para ellas. ¿Qué te importa el mundo? ¿Acaso eres valioso para ti mismo? No busques la paz, que ella sola se te irá imponiendo por los años y esa maldita bondad de ser -de simplemente querer ser y estar alegre por ello- que te atrapó al nacer.

Intimidad, calor, complicidad... con tu alma deshecha y honesta... y con unos pocos rostros hermanos. Salud, hijos del último hombre. Para todos vosotros:
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Sobre el kantismo

Para ser una persona decente, para no engañarte ni avergonzarte demasiado cada mañana ante el espejo, ¿necesito tener claramente establecido un código de comportamiento, a ser posible que conceda lo menos posible a la vitalidad -truncada, pero este es otro asunto- que en mí encuentro? Vitalidad en el sentido de no desear, en lo posible, ultramundos ni caer prisionero, en lo posible, del mundo y de uno mismo tal cual.

Mi respuesta es que no. La honestidad es una labor inacabable, y su único punto de toque es la propia conciencia con sus culpas y sonrojos. No es un 'dejar hacer' ciego, sino lúcido... y por lo tanto, esta es mi creencia, autoexigente e impredecible.

Pd: no he hablado ni de la Felicidad ni de la Libertad, de las que acaso conocemos sólo sus sombras o despojos. Cuánto valen, cuánta libertad y felicidad es posible en mí es un asunto importante, pero no el principal. Lo primordial es ser, ir siendo lúcida y honestamente... Repito: ego sum, ergo ego volo et nolo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

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Libertad vacía y fría. Infinita ternura
del llanto y la batalla perdida.
Humanidad, compasión,
muerte.

De libros

A durísimas penas avanza el Bulgákov, 'El maestro y Margarita'. Yo busqué 'Corazón de perro', que me lo habían recomendado como excepcional. Quién sabe. El título que encontré y ahora penosamente leo es, sin embargo, el que dio fama al novelista ruso. Llevo más de 100 páginas y sigo sin entender de qué va. La traducción, desde el proincipio, infame. No sé, pero me gustaría terminar el libro y encontrar 'Corazón de perro'. Pero es penoso y harto difícil cuando 300 páginas por delante te parecen un millón... y como si estuvieran en ruso.

A distancia, el Marco Aurelio sigue dándome satisfacciones. El caso Marco Aurelio; ¿de dónde la inteligencia y la voluntad para engañar a la inteligencia y la voluntad?

Releyendo, more poeta, 'Crepúsculo...' Insuperable... more poeta.

Más de lo mismo

El mito de las palabras,
el mito del sentimiento,
el mito de la voluntad;
el ‘yo mismo’ más certero y vacío,
el ‘mi mismo’ más cobarde y extraño.

Un Yo, un escenario acorde y digerible,
acaso algún vago y poco exigente Nosotros;
en torno, en bruma clara, lo nouménico redentor.

Y tú, quien seas, que igualmente reconstruyes tus tres palmos y así me alivias.
Me alivias porque me haces más fácil el olvido, o el no pensar,
o, al menos, permites que no tome demasiado en serio mis pensamientos.
Sé que no puedes ayudarme de otra forma, y comprendo que no podamos
recordárnoslo de continuo,
y sabemos que no constituye tu vida una prueba de la mía.
Tampoco tus palabras reafirman mis convicciones, pero me alivias…

El enigma, el secreto, el misterio… el Universo en su justo medio;
a la derecha los dioses y los miedos, a la izquierda los deseos y la esperanza,
en el centro, oportunamente erguido (rezando erguido, pensando erguido,
copulando erguido) el más oportuno centro, el más inoportuno Yo.

Monótono

En ocasiones, cuando la poesía da miedo, las palabras
se disfrazan con palabras y los sentimientos se disfrazan
con sentimientos. Con otras palabras y otros sentimientos
que no dicen la verdad, o insinúan otras formas más triviales
de lo inmenso y lo verdadero.

Quisiera siempre poesía del temblor y del infernal latido
a las sienes cuando la tristeza es la única lógica.
Del pecho encogido inerme cuando llueven recuerdos
demasiado dulces.
Poesía de qué es estar vivos, y de qué es entonces el estilo
y la felicidad sino unas rémoras desagradecidas y opacas.
De la vida y la muerte, y de nuestra vida y nuestra muerte,
en infinitas escalas, habría de querer siempre el poema.
Menos abstracta. Pulsional y sincera. Viscosa y opaca.
Sólo para mí, o milagrosamente para algunos otros.

Poesía con nombres propios, simplemente cinco o seis.
En mi biografía están.
No quiero poesía para el futuro; sí,
poesía para acabar y descansar después de la poesía.

¿Contento vacuno?

Quita hombre, que no es así. Agradezco a los amigos de Platón y Kant su repulsión a la vulgar animalidad, o sociabilidad. Les agradezco su advertencia: ¡que muchas, muchísimas veces, demasiadas, vas a sufrir por intentar ser más tú mismo, por ser honesto con tu viscosa sujetividad! He dicho, y bien dicho está, lo de viscosa... recuerden los ilustrados que la razón no es más que un medio para expresar y desarrollar (hasta donde se pueda, ¿contento vacuno?) la propia interioridad indefinible e irrepetible (y de ningún valor, evidentemente). Agradezco a platónicos, kantiano y demás ilustrados y neoilustrados sus sabias consejas, pero... Pero que nada de esto se consiga al margen y a costa de la propia vida, del propio cuerpo, del propio alma (que es más que razón) y al margen de algunos otros rostros que mágicamente nos acompàñan en tan bello naufragio.

Ego sum, ergo ego volo et nolo.
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(buena y repetida canción)

martes, 17 de febrero de 2009

Placer humano

Por un puñaillo de euros un Ecce Homo en español (del francés) de 1909, y un 'Pensamientos' de Pascal de 1910. Buena compra. He estado todo el día paseando los libros y enseñándoles el pueblo y la casa. A la hora del almuerzo (los dos volúmenes sobre la mesa, por supuesto) he dejado claro que son uno más de la familia, incluso más; que les tengo más cariño que al resto de los miembros humanos de la familia, y que cuidadito que no lleguen quejas sobre el trato que se dispensa a los dos angelitos. Son tan buenos y tan monos... ¡y no hablan!

Para no abusar. Para mí.

Eres pequeña, aunque sé que careces de tamaño –como todo
lo irreal-. Eres pequeña, sólo el alma de unos escasos palmos
de pesada biología y ciega historia.

Difícilmente mantienes a flote la imposible nave.
Hace años renunciaste a las brújulas.
Eres señora de un reino pobre y deshilachado.

No te temo ni me apiado en ningún sentido.
Ni quiero ni podría hacerlo a estas alturas de mi tiempo.

del amigo Host

Es un cansancio desdorado, un vago esplín invertido,
a medio venir de mis genes y los de mi raza.
Es un dolor, a la altura de la boca del estómago,
o entre ésta y la válvula mitral, que significa, esto
es indiscutible, que es imposible deglutir y dar forma
a la existencia de tan clara y obscena que nos ha asaltado.

Un raro, hondo y latido pretexto para todo lo que sigue,
que es más esencial y no entiende ni de almas ni de versos.

Me temo que ya pasó el tiempo de Rimbaud y de Verlaine,
y no menos lejana la era en que el viento y la noche
aullaban contra las brújulas y alguna inocente hoguera.

Un poema antiguo

Una geografía del alma de todos los hombres
y que a mí a ti nos incumba.
Una geográfica tardía que penetre brutalmente en los más
íntimas cavernas del deseo y la esperanza y que nos
traiga la ardiente verdad de la médula de la especie.
Una geología y una biología del alma acabada,
y del alma sin hacer a la que nada afecta.
Socavar al modo de los antropófagos nuestras intimidades
más vergonzosas para que sean festín, en noche de luna roja,
de los ciegos y los héroes.
Un alma del final de los días, otoñal, y que se haya medido
a todos sus tiempos, segundo a segundo, hasta llegar
al supremo instante de su vaciamiento, que como última hoja
deja morir bellamente la última promesa y el último verso.
.
(para mis amigos cartesianos y también para los pontificios)

Me habrá sentado peor la tila de media tarde

No sabría por dónde empezar, ni qué cosas poner, ni el tono o el énfasis adecuados. Si tuviera que llevar un diario de mis días no sabría hacerlo. ¿Contaría los adentros? ¿en qué clave? ¿explícitamente, casi pornográficamente, o por contra lo haría tan sutilmente que nadie lo entendiese? ¿Hablaría de los afueras, de las circunstancias, lo libros, otros rostros? Necesitaría que alguien me llevara el diario... yo soy incapaz de tomarlo en serio, como tal diario, y sólo prestaria atención, una atención obsesiva, problemática y desfiguradora, a ciertos detalles o acontecimientos. Soy el menos indicado para saber de mi vida. Se me escapa de continuo, y soy lo suficientemente honesto para engañarme.

Fragmentos, sólo fragmentos sin valor -hay reside su valor como diario- y sin pretender una progresión o verdad oculta tras los hechos y las palabras. Fragmentos fugaces y profundos -profundos porque han llamado a mi pesar mi atención- que ocupan un benevolentemente imaginado primer plano para estallar ante mis ojos... vacío, destello, vacío, destello... Y siempre sobrevolándolo todo las verdades indecibles de siempre -casi literalmente; ¡de siempre!- que ni aclaran, ni justifican ni consuelan en ningún sentido. Pero de esas verdades inapresables y siempre presentes no se hace un diario.Un testamento, tal vez, o un epitafio, o se escribe una carta a Lucilio o a Dios, o una novela de escenario inventado y a medida.

Tu vida más real e íntima, desconocida para todos y para ti, sirve como trampolín para evadirte de ella. Escapas, hagas lo que hagas, de ti mismo. Te huyes pero no hay lugar a donde ir ni escondite perfecto que tú mismo, antes o después, no encuentres con el rostro del asesino y de la víctima en un mismo gesto.

Ese gesto único, Esas verdades últimas... ¿qué son? ¿qué significan? ¿para qué las quiero?

Me habrá sentado mal la tila de media mañana

Mis verdades más íntimas y esenciales están siempre ahí. Mentiría si dijese que dependen de mí. Incluso cuando las callo, o cuando me las oculto a mí mismo y paseo y divago a mi propio alrededor, están ahí presentes e inmutables. Como un Dios Malvado -asesino y antropófago- del que sólo se sabe lo que no es y al que sólo nos referimos metafórica y pobremente. Mediocridad, cansancio, debilidad, miedo, frío, ilusiones patéticamente inevitables... sólo conceptos vacíos para referir lo que tengo más adentro del alma y la conciencia. Sé, siempre lo sé, que mis íntimas y esenciales verdades no son un límite ni un trono para descansar... no son una frontera para vivir cálidamente sin rebasarla. Son, eso lo sé siempre, y por eso estoy siempre alerta y cansado de mí mismo, son como un gélido e injusto abismo abierto siempre bajo mis pies.

lunes, 16 de febrero de 2009

Libro prescindible, o del Nirvana

Un volumen de más de 200 páginas donde varios autores comentan algunos textos importantes. De Platón, Gorgias, Protágoras, Descartes, kant, Montaigne, Unamuno, Nietzsche, Cioran, Pessoa... La lectura, amén de difícil, por la letra y la ortografía sobre todo, resulta descorazonadora. Platón dijo que para qué pensar, Ciorán que las matemáticas son esenciales, Unamuno que las intuiciones y los conceptos han de ir a una... ¡Qué sé yo lo que he leído y para qué! Se me olvidaba. Editorial Logse, O euros.

Vaya tontería de poema.

Reconozco que parece un poema.
No le es en absoluto. Creánme.
Mi imperdonable desconocimiento
de la gramática, la ortografía
y la puntuación, dan cuenta del equívoco.

Mi optimizada ignorancia también explica
mi absurda profesión. Cuentista afónico
y sin público. Grotesco, no crean que me engaño.

Comprador arruinado de sueños
y vendedor de trucos y trolas.
Así se andan los tiempos...

En esto hemos quedado,
sagaz amigo, en que esto no es un poema,
y que no podría serlo en ningún sentido.

Esto que usted lee es un sesudo e irrebatible
argumento sobre la inexistencia de Dios,
la operancia vergonzante del amor
y los riesgos para la salud de un colesterol alto.

Sí, pretencioso. La historia misma de la especie
con todas sus filosofías escritas y borradas.
Todas las canciones, todos los ritos
y todas las oraciones que el hombre ha inventado
e incluso las ininventables o las dichas sin palabras.

Comencemos.
Si Dios existe, nada más ha de existir.
Yo, escasamente en verdad, yo existo,
luego...

(Versión para intelectuales:
si Dios existe, la libertad es una quimera.
Yo quiero, escasamente en verdad, ser libre,
luego yo no quiero que Dios exista.

Del mismo modo que su existencia es un acto
de mi voluntad necesitante, su inexistencia
depende en igual medida de ella. Una especie
de empate ontoteológico o de antropismo negativo).

(Versión para ennamorados, y perdonen las molestias:
si Dios existe el amor divino niega la pasión humana.
Ésta es innegable, de donde se deduce con todo rigor
que Dios, demasiado frío y moralista, no existe).

El amor, en términos homínidos, es una ficción
necesaria que asegura un mínimo de pasión,
siempre fugaz. Fugacidad -simple probabilidad-
que pondría en riesgo la existencia de la especie.
El amor no es más que pasión o deseo disfrazados
e imprescindibles para la supervivencia y el placer
sin culpa o indolente que nuestros genes y congéneres
exigen para dormir y multiplicarse en paz y tontamente.
Amén.

Acabando el ensayo. Sobre el colesterol.
¡Aquí quería verte, caro lector!
Desde lo del Alfa y el Omega desconfío
de las ciencias naturales y la química
no menos que de las sotanas y los hemiciclos.
Lo del omega 3, quiero decir, me parece
un tosco sucedaneo de amuletos, magias
y sortilegios de viejos y monaguillos.

¿Qué relación puede haber entre ciertos
ácidos grasos polisaturados y mi salud física
y mental? ¿Cómo pueden determinar
mi existencia cosas como el ácido estearidónico
o el docosahexanóico, con nombres tan impresentables
y tan rancio olor a teología o ciencia ficción?

En definitiva. ¿Cómo va ha existir ningún Dios
cuando varios cientos de millones de neuronas
han precisado casi 30 minutos a pleno rendimiento
para tan ridículo ensayo, que al final más que un ensayo
va a resultar un imperdonable poema?

¿Creen ustedes, honestamente, que Dios permitiría
semejante derroche de aburrimiento, pasión y colesterol?
.
(a vuestra salud, cartesianos)
.

domingo, 15 de febrero de 2009

Marco Aurelio, Descartes y el Genio Maligno

Leyendo a Marco Aurelio termina uno pensando si el Racionalismo moderno, y en concreto Descartes, no serán un intento de 'estoicismo científico'. Ambos parecen tener claro que el gran enemigo del hombre es su naufragio existencial, individualista e impotentemente laberíntico. La confianza en la razón ('genio divino en el hombre') y su acomodación a un Universo acorde con ella, son los axiomas de Marco Aurelio y Descartes. La felicidad consistirá en el descubrimiento y aceptación de dicha concordancia metasujetiva, en una especie de saber situarse en el punto justo que corresponde a tu racionalidad humana (jamás individual). El tan manido tema de la parte III del Discurso (donde se citan autores paganos y no medievales, y donde se habla de felicidad humana y no de simple beautitud en Dios) puede resolverse considerando a Descartes más cerca del optimismo pagano que del pesimismo interesado cristiano.

Algunas citas de Marco Aurelio sobre esto:

"Abandona los libros que tan ávidamente devoras, mira que vas a maldecir la muerte algún día en vez de recibirla con alma tranquila y bendiciendo a los dioses de todo corazón."

"Si no ves nada más excelente que el genio divino que reside en tu interior, que ordena tus propios deseos, que examina el fondo de tus pensamientos, que huye lejos de los ataques de los sentidos, como decía Sócrates, que se somete por sí mismo a los dioses y que ama a los hombres, si todo lo demás te parece vil e insignificante en comparación con este genio, deséchalo, no sea que te impida conceder toda tu estima a ese bien particular de los seres de tu especie y el único que verdaderamente te pertenece."

"Si cumples tu cometido en el presente según la recta razón con cuidado, persistencia y serenidad, sin distraerte en nada extraño; si conservas en su pureza el genio divino que te anima, como si tuvieras que restituirlo en cualquier instante; si apegado a estos mismos principios no te ves atormentado por el deseo o por el temor; si te limitas a hacer lo que haces conforme a la naturaleza de tu ser ... vivirás feliz."

"¿Tener la imaginación impresionada? Eso le sucede incluso a las bestias.
¿Verse agitado cual un muñeco por las pasiones? Eso mismo les sucede a las fieras, a los hombres que sólo tienen de tal el nombre, a un Falaris, a un Nerón. (...)
No ultrajar nunca el genio divino que reside en tu corazón; impedir que sea atormentado por las múltiples quimeras de la imaginación."

"Tan extraño es uno en el mundo ignorando lo que hay como desconociendo lo que en él se hace. Llama desertor al que procura esquivar las leyes de la sociedad; ciego, al que tiene cerrados los ojos de la inteligencia; pobre, al que necesita de otro y no posee en sí mismo lo que contribuye al bienestar de la vida; tumor del género humano, al que se subleva y se niega a las condiciones de nuestra común naturaleza (...) y , en fin, aplica también esta palabra al que separa su alma de la de los demás seres racionales, porque en el mundo hay una sola y única razón."

Domingo

Acabados el Auster ('Palacio de la luna', con un final más bien mediocre, artificial), el Capec y un pequeño volumen de cuentos de Gogol (prescindibles). Empezado el Bulgákov, 'El maestro y Margarita'. Aún no pueo decir nada, sólo que en las primeras páginas detecté una infame traducción; esas veces que dices que es imposible que el autor escribiera tan agramaticalmente, con la mala intención de que no se le entendiera nada.

Entre manos, pero con mucha prudencia, el último de L.M. Panero ('Escribir como escupir')... lo he tanteado, y añorado el para mí su mejor libro ('Erección del labio sobre la página'). Leopoldo Mª es grande cuando es conciso, monótono y obsesivo. En poemas más largos se pierde. Al contrario que su hermano Juan Luis Panero que es mejor poeta cuando va lento e insinuando. ¡Lentas y obsesivas, geniales, algunas cosas de Pessoa!

Dos viejetes, de 72 y 83, entre ellos meros conocidos de toda la vida pero sin mayor intimidad, se han contado esta mañana sus vidas. Sin vergüenza y como si ya estuvieran fuera de ellas. En parte será cierto. Han recordado años pasados, amigos muertos, su tiempo de milicia (uno en las Baleares y el otro en Ferrol), mientras se convidaban mutamente a ponche y café. Unos cuantos han caído. Allí los he dejado, yo que he tenido una oreja en su conversación y otra en mis servilletas emborronadas. Algo me ha llamado de verdad la atención. Han repetido solemnemente en varias ocasiones la misma expresión, 'los años partidos', para referirse a sus vidas ya idas sin más. Lo hacían sin amargura, con gallardía u oficio; se reprochaban el haber vivido sin haberse dado cuenta de ello. Los años partidos es algo que a todos nos ocurre, y no tengo claro que saberlo ahora ayude de mucho. Igual hay que avenjentarse de verdad para adquirir esa mansa sabiduría que nos permita asumir sin más que la vida siempre, siempre, se ha ido.

sábado, 14 de febrero de 2009

¿Alas? para qué

Qué más da si es un desierto o arenas movedizas o un abismo lo que a nuestros pies tenemos. Más grave es que no tenemos ni podemos tener alas -y ni siquiera las queremos, por aquello de seguir siendo uno lo que es- que nos permitan escapar... ¡hacia otro desierto o abismo, no menos desértico y abismal, sobre nuestras cabezas! Esto es lo realmente grave, que no hay respuestas y que callar las preguntas no evitan el escozor. Al igual que el rey Midas, resulta que hagamos lo que hagamos, deseemos lo que deseemos, lloremos o riamos, todo, ¡todo!, cuanto nos rodea en las cuatro direcciones es inmediatamente convertido en un inabarcable e indomable Desierto.
.
Pues igual esa es la cuestión; escribir sin saber las respuestas. Muchas veces incluso dudas de las preguntas y de quien pregunta.

Poema no gracioso

Lloramos, dicen los poetas,
para no ahogarnos
y morir por dentro de agua y sal.

Gritamos, aullamos a las estrellas
que dicen los poetas,
para no reventar,
para que los pulmones no estallen
y se lleven el alma por delante.

Reímos, trabajamos, nos reproducimos,
nos aficionamos al tabaco y al café,
para no pensar,
como mirando para otro lado.

Palabras, obligaciones, neones
y dulces Jardines, para olvidar
que somos hijos póstumos de algún dios
que el Azar nació y murió a destiempo.

Por eso los poemas son siempre
una solemne comedia sin fundamento.

Poemilla gracioso

Dios, sospechosamente infinito,
la insana y milenariamente fértil
filosofía de Platón,
y tus caderas por besar,
comparten un atributo metafísico
bastante molesto. La ubicuidad,
que es como no estar pero estando.
Un quiero y no puedo,
o simplemente un deseo imposible.

Por eso desconfío de los dioses,
soy amigo de Epicuro,
y te hablo de cuantas cosas frías
y desapasionadas se me ocurren,
no fuera a ser, que todo es posible,
que exista el Infierno, yo deje de fumar
y tú me pidas un beso.

14 Febrero

¡Vaya mes! San Valentín, el día de la Bética y, evidentemente, Carnaval. Pero para un roto, un descosío. Acetilsalicílico, que agua la sangre y evita que el corazón reviente de amor. No se ponen de acuerdo los historiadores y los astrólogos sobre el sentido de la fiesta. Para empezar, nadie está seguro del verdadero nombre de este cupido bautizado. Unos dicen que fue un hombre muy valiente pero de escasa estatura, apenas 1.50. Otros, más razonables, opinan que se trató de un hombre de lo más normal, 1.70, pongamos, pero muy cobarde, muy poco valiente. De ahí lo de san Valentín, como con ironía. Yo creo que tal fechoría lingüística de seguro fue perpetrada por algún obispo o abad medieval, tierna y humanamente enamorado pero vil y humillantemente rechazado por alguna Dulcinea o Leonor. Pero me voy por las ramas. Que lo paséis como buenamente podáis, que todos llevamos de alguna manera esa cruz, y que mucho acetilsalicílico. Sales de frutas y jalea real, además, para los espléndidos y osados que vayan de cena y piensen aguantar hasta la madrugada.

viernes, 13 de febrero de 2009

Sur

Hay cosas que se saben de siempre
y sin embargo no se descubren hasta
mucho después. Soy del Sur.

Dicen que antes llovía más,
que los otoños eran abundantes.
Será cierto, o no.
Antes, eso sí, hasta los charcos
y la lluvia eran siempre tibios.

Antes, eso lo sé yo, las tardes
eran infinitas y de agradable calor
con olor a piedra fuerte y eterna.
Mi infancia es la Plaza de España,
de piedra antigua, y los juegos
arropados por una infinita inocencia
y un calor y luz infinitas. Es el Sur.

La felicidad, esta palabra la aprendí después,
era entonces, como la lluvia y la luz absoluta
de mi tierra, ardiente, inevitable y esférica.

Todo esto, no lo crean, se aprende
siempre demasiado tarde, cuando la nostalgia
y lo indecible. Cuando paladeas vacía
la boca con gusto a vacío, y nada sientes.
Cuando como una cuita a la altura del esternón
que te impide ningún disimulo.

Cuando va llegando la hora de no ser nada
descubro que soy del Sur.

Ahora que avanza el crepúsculo
anunciando el frío bello y estrellado
de la noche, descubro que fui del Sur.

Acaso sólo conservo su recuerdo.
Vivo e insolente. Del Sur.

¿Libro?

Me regalaron hace un par de días un extraño libro. La voluntad, la buena voluntad es lo que cuenta, me dije, y logré reponerme al título. "Hoy tengo ganas de ti", de Federico Moccia, en Planeta y por casi 20 euros. El bien intencionado regalo, sin embargo, iba acompañado del ruego fervoroso de que lo leyese antes del sábado 14. Quedaríamos para cenar y hablar sobre el libro... Yo, que soy muy bueno, un cachito de pan como se dice, no puede negarme. Anoche, el tiempo se acababa, me armé de 5 ó 6 cervezas y media caja de diazepan y me puse a leerlo. Lo terminé de madrugada.

Para más inri, el libro carece de ilustraciones. Todo letras, y blablá y blablá... El argumento: no sabría por donde empezar. Por el final. Termina bien, triunfa el apasionado y merecido amor, que a los buenos nunca ha de faltarle. Ambientado en Estados Unidos, en su América profunda y sabia. Ella, niña de capital provinciana, se enamora de él, chico de otra capital no menos provinciana, y se aman y se odian y sufren y se atormentan -siempre muy decentemente- hasta que al final se aman definitiva y metafísicamente hasta caer rendidos (ellos y el lector) por los siglos de los siglos.

Pd: ¿qué le diré a mi amigo mañana cuando nos veamos?
Pd (2), más profunda: 14 de febrero, san Pirulín; ¿no será muy arriesgada la cena de mañana, más con el fantasma del libro rondando, y no sería mejor dejarla -siempre pueden encontarse excusas creibles- para, digamos, el 28 de diciembre?

jueves, 12 de febrero de 2009

Verdad

La verdad está gastada de vieja.
No quieras saberla ni mirarla
que abres la herida de la memoria
y laceras una paradisiaca infancia,
ida para siempre. Para siempre...

Qué lejano suena el poema
dentro de un alma rota. Rota de años.
Unos decenios pueden ser suficientes,
y unos pocos años, y un sólo instante.

Ahora que dejaste muy atrás la juventud
recuerdas a aquella viejecita horrorosa
y de negro que de niño veías por tus calles,
y cómo te repelía y extrañaba su existencia.
Ahora sí reconoces su olor a yeso fresco
y su inevitable mansedumbre...

Ahora puedes decir que has visto la verdad
y tenido tu propia alma entre tus manos.

Migrañas

No me apetece escribir,
como tampoco respirar
o encender otro cigarro,
pero en esto estoy,
sin quererlo ni evitarlo,
sin nada que decir, intuyendo
escéptico la verdad definitiva
de pulidos ojos y oscuro brillo
que de antiguo conocemos
en mil formas, todas ya gastadas.
La ilusión, tu también lo sabes,
nunca termina de perderse.
Que si Bach,
o los Smith
(hoy Silvio es demasiado
claro y lo rehuyo)
que si Auster ('Palacio
de la luna')
y Karel Capec.
De Villena y Pessoa
(que me escribe a traición)
o Pavese...
No, no es el día para escribir.
Ninguno lo es,
pero éste especialmente.

Migrañas persistentes

Entre cientos de libros y kilos de polvo intentando poner orden en mi caótica biblioteca. No por nada, que por los suelos no me molestan y en su casa están, sino para intentar aclarar y ordenar un poquito el fin de semana. 'Engañarme' lo justito para leer y escribir alguna cosilla. Parece que no, pero el trabajo es ingente y descorazonador. Demasiados libros y desorden. En fin, tengo hasta el lunes para terminarlo.

Ahora me he parado para leer alguna cosilla de de Villena de su antología 'Honor de los vencidos'. Me gusta el estilo. Y el tema, porque es sólo suyo. También me gusta porque no es pretencioso, no intenta reinventar la poesía ni nada de eso.


Soy un ladrón de realidad
y creo bien que todo arte es rapto.
Por eso importa más el vivir,
finalmente. Y de una u otra manera,
el artista, señor, es delincuente.
.
Pd: hay narradores que padecen bulimia poética, y poetas anoréxicos. Los junto en mis entantes para que aprendan a reirse, y para que yo, de paso, no los tome demasiado en serio.

Migrañas a las 3 de la tarde

Hoy, por ayer, he estado a punto de destrozar mi último poema. Es, o era, no sabría decir, un poema sin palabras, una realidad sin hechos; un corazón osado y aterrido en busca, o en espera, de sí mismo y en mística complicidad con las sombras y su tierno calor. Será, o hubiese sido, no lo sé, un magnífico poema: real sin hechos, pero más vivo que muchas vacías realidades, y dulce e íntimo sin palabras escritas para profanarlo. No habría, o no hay, ¡yo qué sé!, poema propiamente dicho, pero es indudable que hay a la espera un lector y un escritor extraliterarios -de más allá de la literatura y la vida- y la ilusión de una memoria compartida de algo muy diferente que una vez ocurrió, que está ocurriendo, y que quieran los dioses inexistentes no acabe.

Migrañas a las 2 de la tarde

La mia es una profesión desprestigiada. Soy atunero, casi de los antiguos, y triste y amansadamente he llegado a esta conclusión. La eficacia de mi labor es directamente proporcional al grado de desprestigio, ineficacia y humillación que he de padecer. No puede ser de otro modo, y los entiendo a esos canallas de Petesburgo y Moscú, porque el atún ya no es necesario para la alimentación, si acaso como vestigio obsoleto y coartada de una insana pero rentable dieta 'mozambiqueña' tan necesaria en estos tiempos correosos y fatuos que nos ha tocado, a los atuneros, maquillar.

Migrañas a media mañana

Entre la Ansiedad y la Depresión se halla el Desbordamiento. La cuestión, el problema que no quiero reconocer, que no debo reconocer, es que sigo considerando mi actual Naufragio en términos metafísicos, no médicos. La pregunta y respuesta es claudicar; pero, ¿qué me diré entonces ante el espejo? ¿Qué de mi casi único principio de no engañarme ni avergonzarme demasiado?

¿Es indolencia o es rigor lo que me lleva a hacer ineficaz mi oscura lucidez? ¿Por qué no es lícito engañarse piadosamente... e ir tirando y 'aprendiendo a morir'? ¡Toda superación es una traición y un mezquino artificio!: ¿qué infernal y oculto placer siento en mi mediocridad insuperable?

Qué tortuoso y torturador 'yo mismo'. Qué impotencia para salir de sí. En lo profundo de mi vulgaridad hay un infierno infinito. Sólo mio e incapaz de sublimarse en ninguna dirección. No es falta de voluntad, sino voluntad de no voluntad. Un peligroso estar y mirar en cualquier dirección. ¿Dónde las sepulturas de mis dioses para llevarles flores y llorar 'fuera de mí' en su alargada sombra?

miércoles, 11 de febrero de 2009

Cosas como ésta justifican el internet y un páncreas romántico
.

Experiencia mística

Vengo del fisioterapeuta. Vuelvo más estoico, más reconfortado con el no dolor. La acrobacia espiritual ha sido fácil. Antes de tumbarme en la incomodísima camilla mentolada he situado mi alma entre el esternocloidomastoideo y la vertebrilla segunda, que no sé cómo se llama. El distensán, y que hoy estoy un poco avergonzado de mis límites, harán el resto. ¡Hijo del Dios por unas horas! (Y sin haber pasado por un privado de monjas o frailes) ¿Si doblo el distensán alcanzaré la divinidad misma? ¿Si pido perdón, siempre hay motivos para ello, también vale?

Poemilla

El sonido a hueco del alma

(Hay conciencia,
hay felicidad y dolor,
luego el alma existe.)

El atronador silencio de todas las almas
y el eco indomable del Universo,
una campana infinita de bruñido oro
hueca en su eterna soledad
absurdamente tañida.

Marco Aurelio

El mayor mal es la ignorancia y la pasión; desconocer los límites y la naturaleza del alma para caer en la laberíntica y autodestructiva trampa del infeliz e infértil existencialismo individual. Esto lo dicen Platón, Epicuro, Epicteto, Marco Aurelio... y la inmensa mayoría de los pensadores clásicos y modernos. ¡Qué lejos de mi fangosa y maloliente verdad!

No es su spinoziana inocencia metafísica, ni su racionalismo e intelectualismo desorbitados e insanos (o muy sanos e indolentes) lo que me atrae de los clásicos, de Marco Aurelio que ahora tengo en mis manos. El estoicismo de Marco Aurelio (por suerte Epicteto escribe peor) es diabólicamente tentador. La filosofía como tendencia feliz del hombre, como útil camino de una felicidad posible. La razón como algo más que un artefacto racional, sino como una tendencia liberadora, digamos, del corazón y la voluntad.

Esto es posible desde una unión y sometimiento nada fáciles (su dificultad es casi su único argumento) a un Universo Eterno y Racional, y por lo tanto, aunque ciegamente, Providente. A cambio, aceptemos la mortalidad individual y cercenemos cuanto de individual e irracional hay en cada uno de nosotros. No creo que el trueque sea de mi agrado; es demasiado lo que daría a cambio de una inteligibleble y perdonable muerte individual... desde antes incluso de la muerte biológica.

Los 'Pensamientos' es un libro aparemente fácil pero denso y profundo en muchos sentidos (esto también lo distingue del Epicteto); más parece un libro desordenado y poético para rumiar despacito que el testamento didáctico de un estoico.

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¿Descartes? No, Marco Aurelio:
"A todas estas reglas saludables debo agregar todavía otra, y es la de hacer siempre la definición o el examen del asunto que me venga al pensamiento, con el objeto de ver clara y distintamente lo que es en sustancia, considerado en un todo y en sus partes separadas, para poder decirme a mí mismo su verdadero nombre, así como el nombre verdadero de las partes que lo componen y en las que debe resolverse..."
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¿Spinoza, Schelling? No, Marco Aurelio:
"La naturaleza está obligada a hacer lo que hace por el bien del género humano."
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¿Borges? No, Marco Aurelio:
"Debo a mi bisabuelo materno el no haber ido nunca a las escuelas públicas, el haber tenido en casa excelentes maestros, y también el haber aprendido que para ciertos objetos es preciso gastar sin calcular."
Pd: ¡qué pesao el Marco Aurelio!

martes, 10 de febrero de 2009

Varia

Bastante acertado el comentario. No entiendo eso del agnosticismo, a no ser como una fina ironía no del pesimismo sino de lúcido optimismo/pesimismo ilustrado, ese maniático sí pero no. Lo de los poetas es así, que como lector no hay forma decente de entenderlos, que te afectan más o menos y eso es todo. Como poeta escribiente, se trata sólo de un desahogo, de un micro orientarse. LLevo mucho tiempo evitando a poetas extranjeros. Por lo de las traducciones. Hago la excepción de Pessoa, Pavese y Kavafis porque no me queda otra.

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Me da vergüenza reconocerlo (la verdad es que no me da ninguna, pero no quiero que mala influencia se entere) pero estoy leyendo 'Palacio de la luna' de Auster y 'Apócrifos' de Capec. Ninguno de los dos, cada uno en su estilo y formato, están nada mal.
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Reconozco que estoy bastante intrigado con eso de que ningún celtíbero ha entendido a Descartes. Necesito alguna pista más aparte de eso de interpretarlo heideggerianamente. ¿Inauguración de la Modernidad como proyecto óntico totalizador, adminiostrable y medible? ¿Acaso lo que se oculta al mostrarse la Modernidad? ¿Lectura existencialista del Genio Maligno? Deme usted más información. Gracias, muy agradecido.
Pd: a ignorante no me ganas tú, que conste.

lunes, 9 de febrero de 2009

(para confortar a los amigos,
y también, muy escasamente,
a mí mismo)

domingo, 8 de febrero de 2009

(canción de amor, de verdad o no)
.
.
(repetida pero preciosa
e imprescindible para más de 1.000 km
de carretera a solas con la propia sombra)

Otro poemilla (más perdones)

La garganta
quebrada
la tierra
monótona
la letra
quebrada
la figura
disuelta
la memoria
la música
la tierra
cíclica
la garganta
la página
el mordisco
la letra.

Un poema (con perdón)

Alba
blanca
la saliva
de esperma primero
viento
del alba
rota
la boca
de saliva
rúbea
el alba
seca
la risa
del viento
y del esperma primero.

A-l-b-a
e-s-p-e-r-m-a
b-l-a-n-c-a
sobre la barra blanca
del carnicero.

Pd: letra blanca sobre fondo blanco en un inhóspito lugar.

sábado, 7 de febrero de 2009

(canción de amor)

Sábado

De compras, en la nada bella y demasiado expandida ciudad de E. E. Tres cosas he comprado, aunque yo buscaba algo de Monterroso (mis libros de él los tengo 'prestados'):

De Karel Capec, 'Apócrifos'.
De Tristan Tzara, 'Siete manifiestos dada'.
De Bulgákov, 'El maestro y la margarita'. De Bulgákov buscaba 'Corazón de perro'.

Pd: he echado el día intentando evadirme, vía cafetería, de lo denso-cotidiano. Me he evadido, como buen abogado, demagógo y publicista, garabateando unas servilletas. Un abrazo.

Pd (2): sigo liado -en el buen sentido- con lo del estoicismo. Marco Aurelio es aprovechable. No en sus máximas, que son evidentes. No en su optimismo metafísico y racional, que es ingenuo e imposible. Vale la pena cuando muestra los fantasmas contra los que su 'divina' razón lucha; en una palabra, el absurdo, la tristeza, el miedo y las quimeras autodestructivas del alma.

Colli (3)

El argumento de Colli sobre 'República' como un proyecto humanista (de eros e individualismo), se basa en la evolución posterior de los escritos platónicos. A 'República' se le antepone el legalismo frío de 'Leyes' -donde las Ideas son ya formas pitagóricas- al que antecede el diálogo 'Político', en el que el gobernante ideal es sólo un individuo inteligente y honesto -no sabio en sentido estricto- y que es fruto del azar histórico más que de una planificada y fértil paideia. El pesimismo antropológico platónico, justamente lo que no ocurre en 'República', es total. Según Colli, erróneamente leemos 'República' con el espíritu de 'Leyes' y no de 'El Banquete'.

jueves, 5 de febrero de 2009

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Hijos de Rimbaud

Los hijos de Rimbaud. Sus malditos herederos. Malditas las formas y la rima. Maldita la sociedad y sus cálidas celadas. Maldita la vida, la del poeta, que no da argumento ni deja puerta alguna para una verdadera evasión. Maldito el corazón, y la inteligencia y el lenguaje en cualquiera de sus formas. La nada, el cansino, dulce y atroz vagabundeo sobre la nada o sobre uno mismo, que son indistinguibles. Maldita la amnésica Ilustración. Maldita la Ilustración acorralada, prietos los dientes esperando el embite final.

El mejor de los poemas de Rimbaud, 'Mala sange', maldita:

Sí, es un vicio que tengo, un vicio que cesa y vuelve a comenzar y rebrota y crece conmigo y, si me abriese el pecho, vería un corazón enfermo. En mi niñez, percibo sus raíces de sufrimiento plantado en mi costado: ahora ha subido germinado hasta el cielo, renace mucho más fuerte que yo, me sacude, me arrastra, me tira abajo al suelo.
Así pues, lo dicho, renegar de la alegría, evitar el deber, no llevar al mundo mi aversión ni mis traiciones superiores (ni mis…), la última inocencia, la última timidez.
Adelante, ¡la marcha!, el desierto, el fardo, los golpes, la desdicha, el hastío, la cólera. Seguramente allí el infierno, los delirios de mis miedos, que ilegible se dispersa.
¿A qué demonio estoy por acomodarme? ¿Qué animal hay que adorar?, ¿sobre qué sangre caminar? ¿Qué gritos hay que dar? ¿Qué mentira sostener? ¿A qué Santa imagen golpear? ¿Qué corazones romper?.
Evitar ofrecer la mano. La estúpida justicia de la muerte. Escucharé la endecha cantada hoy y antaño dentro de los mercados. Nada de popularidad.
La vida dura, el embrutecimiento puro, y luego alzar con un puño descarnado la tapa del ataúd, sentarse y ahogarse. No envejeceré. Ninguna vejez. Nada de peligros, el terror no es francés.
¡Ah! Me siento tan desamparado que ofrezco a cualquier divina imagen, sea cual sea, mis anhelos de perfección. Otro trato grotesco.
De qué sirven mi abnegación y mi caridad inauditas. ¡De profundis Domine! ¿Seré animal?
Basta. ¡aquí está el castigo! Ya basta de hablar de inocencia. En marcha. ¡Oh! los riñones se dasaferran, el corazón gruñe, el pecho arde, la cabeza está abatida, la noche gira en mis ojos, a pleno Sol.
¿Sé adónde voy? ¿Adónde vamos? ¿Vamos a la batalla?
¡Ah! mi alma mi sucia juventud. ¡Venga!... venga, los demás avanzan y remueven los aperos, las armas.
¡Oh! oh. ¡Soy la mismísima debilidad, la mismísima estupidez!
Vamos, disparad sobre mí. ¡O si no me rindo! herido, me arrojo boca abajo, pisoteado a las patas de los caballos.
¡Ah! Me acostumbraré a ello.
Ah, de esa manera, llevaría la vida francesa, y alcanzaría el Sendero del honor.

Lluvia

Hoy han hablado de la lluvia y los acuíferos.
Eran antes de las 6 de la mañana
pero la conversación estaba animada.
De las nieves en la de Gádor,
y del Andarax que ya parece un río.
De los perdiceros, que salen muy de noche
a la caza, hoy con el monte muy mojado
y muy peligroso. Casi tanto peligro
como en las Minas, abandonadas y hermosas,
pero más traicioneras que nunca.
De las fuentes, secas desde hace años,
que vuelven a la vida
porque la naturaleza es sabia
y los políticos -sic- no saben.
Hay que aprovechar esta agua.
Los almendros, ya lo veremos,
florecerán con fuerza.
Los invernaderos, sin embargo,
están en su punto de pudrición
y hay que orearlos y calentarlos
para que no se pique el fruto.
Habrá que sulfatar más,
que tanta agua llama las plagas
y es mentira que el sulfato sea malo
y que sabe Dios qué comemos
pero que no nos morimos
o nos morimos igual.
Hablaban como viejos sabios,
como cuando sí que llovía
y los inviernos eran de nieve y lumbre,
muy animados los paisanos,
pensando en lo que decían
o en otras cosas que no se pueden
decir con palabras y que tienen que ver
con la finitud y la muerte, con cierta
verdad eterna, la no verdad inapelable
y siempre presente aunque no lo sepamos,
que nos hace hablar con ilusión y vehemencia
y esquivamente de todo y de nada.

Colli (2)

Cuesta trabajo entender lo que quiere decir Colli cuando habla del Eros universal, cósmico... de más abajo de las Ideas. Implica suponer que cada individuo está llamado a realizarse (individual y realmente) ya sea cumpliendo con su cuerpo (ciertos artesanos, y en cierta medida los guardianes), ya sea con la parte volitiva del alma e incluso la irascible (que terminan, a pesar de la división tripartita, siendo una). Una vez atemperada la concupiscencia (aquí es imprecindible la educación musical y el rigorismo legal de Kalípolis) cada cual se realizará como sujeto de formas diversas. La fuerza del argumento de Colli está en suponer que el amor es universal, y que en el hombre siempre se manifiesta como deseo y necesidad de los demás. Koiné. Comunidad de los seres humanos -con cuerpo y alma-.

Por otra parte, Colli -siguiendo a los escoliastas clásicos; Gumperz, Zeller, Willamovitz, Ritter, etc.- 'descuartiza 'República': Libro I, de juventud, sin valor real; Libros VI y VII -los esenciales, y continuación del 'Banquete'; resto de los libros, que constituyen un añadido 'técnico' a lo dicho en VI y VII. No todos estos libros fueron escritos después de VI y VII, lo que explica algunas incoherencias y puntos difíciles de entender.

El 'Fedón', según Colli, es el último libro 'ascético'. Después de este diálogo, ya con 'Banquete, la visión místicas de las Ideas será sustituida por la dialéctica.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Colli

Según Giorgi Colli, Platón no entendió la verdadera enseñanza de Sócrates hasta mucho después de su muerte. Si en un principio critica Platón a su maestro la distancia insalvable que establece entre la justicia ideal y el individuo y Estado particulares, con el tiempo (según Colli después del Fedón, en el Banquete) descubrió el ya maduro Platón que precisamente esa distancia aparentemente insalvable era lo valioso del socratismo. Influenciado por su viaje a Egipto y por las doctrinas pedagógicas de los pitagóricos, terminó Platón haciendo realizable el ideal socrático de un Estado justo habitado por hombres justos (virtuosos). Esto lo pudo realizar convirtiendo los números pitagóricos en Ideas y confiriéndole a ellas el atractivo 'erótico' que toda alma humana, cada una en su justa proporción, anhela. Eros es necesidad de ser con otros sin dejar ser uno mismo (lo que uno mismo realmente es, y no lo que hasta el momento haya creído -¿sic?-), este amor se infunde desde la Idea de Bien hasta alcanzar más allá del resto de las Ideas a las cosas de este mundo. Así, un guardían o un artesano pueden ser felices y justos sin ser ellos mismos filósofos.

Según Colli, hemos de esforzarnos por ver Kalípolis como algo más que el lugar necesario para el filósofo-rey. En Kalípolis todos son justos y felices, en sus respectivas medidas. La paideia consiste en descubrir en cada individuo su 'areté' propia y obligarle/permitirle realizarla. Según Colli no es el Estado el sujeto de la propuesta política de Platón, si ni tampoco lo es el filósofo-rey, sino todos y cada uno de los ciudadanos.

martes, 3 de febrero de 2009

Digo yo

No es sólo la muerte final, inteligible desde el cansancio o la biología, sino la muerte absurda a cada paso. Y antes, el sabor del cáliz, el miedo. El miedo al miedo. No es a Dios, es a Román a quien Denissa añora infinitamente. Es lo irrepetible e íntimo de la vida. No he sabido decirlo. Román y Denissa no son ejemplos de ninguna ley universal del corazón humano, son sólo ellos. Yo compuse una pobres letras para decir lo que deseé sentir, no un sentimiento de Dios sino del hombre [Luis]. Quizá es el sentimiento de la inexistencia de Dios... pero creo que tampoco, que aunque creyese en Dios, lo de Denissa y Román no debiera ser asunto suyo.
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Paseo

A cada esquina está la vida,
monótona y por sorpresa,
y andamos desparejados
pegados a sucios muros,
como cuando un viento
voraz cambia la ciudad
de dirección, con la mirada
baja para no perder el sombrero
y para no tener que rendir
ninguna amistosa sonrisa.

Andamos lentos, a la deriva
pero en una única dirección,
como borrachos de viento
y de miedo, como no pensando
en que la calle se acaba
y una esquina inmutable
nos aguarda,
monótona y terrible.

lunes, 2 de febrero de 2009

Una escena real

Eran una singular pareja,
un padre y su hija,
Román y Denisa, digamos,
de unos 40 y unos 10.

Él era enjuto y alto,
de piel y pelo oscuros,
de ojos y facciones nobles,
al menos agradables.

Ella rubia y con grandes
dientes de niña, de bella sonrisa,
de una risa más grande
que toda su pecosa cara.

Era domingo muy temprano,
en donde Miguel, allí en la plaza.

Se les veía muy unidos.
Él serio -¿diré elegante?-
en su amorosa posición de padre;
ella, de chandal rosa, saltarina y jocosa
como celebrando el rato compartido.

La escena fue la siguiente:

Román echaba monedas,
muchas monedas, demasiadas,
en la ruidosa tragaperras
y Denissa le acompañaba
como en un juego.

Ella daba al botoncito verde
cuando cada moneda era tragada,
y preguntaba si habían ganado.
Él nada decía y miraba fijamente
la atracadora pantalla multicolor.

Yo sé, como lo sabía Román,
que eran muchas monedas,
demasiadas, y que no era un juego.

Pero no es esto lo que deseo contarles.

Pensé que la niña era feliz.

Cuando pasen muchos muchos años
y Denissa sea una viejecita muy vieja
con toda una vida en sus cansados ojos,
no recordará la ludopatía de Román
sino el amor y el infinito calor
de la cercanía de su padre, más cálidos
e infinitos en su tierno recuerdo.

Denissa no podrá ni querrá compartir
lo que sentirá porque nadie entendería
que su indecible secreto, íntimo y sagrado,
es la esperanza, de una niña y una vieja,
de volver pronto al regazo de Román.

Nietzsche

A cuestas con Nietzsche. Sintetizándolo más allá de lo intelectualmente decente. La individualidad frente a la masa y el Estado. La masa y el Estado como productos necesarios del resentimiento satisfecho y castrador. Nada nuevo bajo el sol; ya en las cavernas lo aristocrático y lo servil se enfrentaban en sana y lenta dialéctica.

Texto clave, heurístico: “La rebelión de los esclavos en la moral comienza cuando el resentimiento mismo se vuelve creador y engendra valores: el resentimiento de aquellos seres a quienes les está vedada la auténtica reacción, la reacción de la acción, y que se desquitan únicamente con una venganza imaginaria. Mientras que toda moral noble nace de un triunfante sí dicho a sí mismo, la moral de los esclavos dice no, ya de antemano, a una fuerza, a otro, a un no-yo; y ese no es lo que constituye su acción creadora. Esta inversión de la mirada que establece valores forma parte del resentimiento.” De 'Genealogía de la moral'.

domingo, 1 de febrero de 2009

Lluvia

Llueve, en los campos llueve y los hombres
alborozan en la madrugadora taberna
porque hoy no habrán de trabajar.

Salvo el borracho y el tabernero
todos ríen sólo por fuera.

Hay que trabajar,
por el salario y por la inercia
que aseguran (lejos la mujer
y los hijos) el coñac
y el aguardiente de la tarde.

La lluvia es mejor que el viento
dice uno de ojos grises,
porque la lluvia es de todos
y el viento de cada uno,
pienso yo, preocupado
porque arrecia y no llevo
paraguas para escapar.

Esta mañana es de fiesta
en la taberrna de los hombres,
eso parece, mientras piensan
como niños serios en el inmenso
día que se les echa encima.

El borracho, lo llaman Fermín
y se ríen de su sediento aspecto,
es ya mayor, más de 60, y le bromean
sobre su madre (Fermín no tiene hijos
y su madre murió hace ya mucho)
y él ríe, ríe bebiendo agradecido
el frío calor de la invitación.

Pero yo pienso en su madre,
tal vez es en la mía -no quiero saberlo-
en el amor y la vida perdidos
por aquel niño y aquella mujer...
pienso en que un Dios, irritado,
melacólico o ebrio en un inesperado día
de lluvia, nos embromó con una fina
ironía de más allá de los hombres,
que celebran ruidosos una lluvia
que nos cala el espinazo.

Psalmo para un pronto final

El avergonzado silencio de Dios,
el silencio culpable y cómplice
de su inexacta creación.

La más vasta heredad,
reseca de fuego y milenios,
en usufructo indefinido
hasta más allá del deseo
y la voluntad.

Los brotes y la simiente terrosas
y los ojos terrosos
y terrosos los corazones
que son polvo sin serlo.

El silencio fúnebre del tiempo
y el callado odio de la Luna,
blanca de luz sobre una Tierra
de negro carbón.

No hay viento que esparza
ni aliento que reviva la ceniza
de tan frágil hueso y honda memoria.

El silencio indescifrable de Dios,
su callar inmisericorde,
¿no lo escuchas, hermano?

Juicio Final

Aunque soy escéptico sobre su realización,
en el Juicio Final presentaremos cuentas.
Un inventario de las cosas innecesarias
y un inventario de las necesarias.

Lo primero parece fácil de hacer,
y suponemos dificultades no insuperables
para lo segundo. ¿Quién no sabe de lo necesario,
de lo íntimo y esencial, quién no se conoce,
quién no ha sido hombre alguna vez?

La mente y el corazón, estoy convencido,
se esforzarán en vano ante los impasibles
ojos del Juez. Estoy convencido de que ese
día ninguno sabremos qué decir.

Ambas columnas, por fin, las dejaremos en blanco.
Ese será nuestro delito y nuestra condena.
El Sabio Juez no podrá hacer nada por ayudarnos.

Yo quisiera la inocencia de llevar preparada
mi exposición, y quiero creer que seré capaz
de balbucear ante el Impasible algunas palabras.
Soy escéptico, y sé que no las escuchará.

La tristeza,
la nada,
el miedo
y la muerte.
El frío.
Algunos libros.

El amor,
que no es amor
sino pasión,
deseo,
piel.
Lo cálido.
La vida.

Pero soy muy escéptico,
y ese día no sabré qué decir
y menos que nada cuál
de las columnas es el Hombre
y cuál soy yo.

Monterroso (2)

Tiene Monterroso un Diario o unas Memorias, lo dice él en 'Vida y Literatura', engañoso título para tan ágil escrito. Si tuviera a mano su Diario, de seguro lo leería. En eso invertiría el día. Pero no es el caso, y sé que inevitablemente me desinteresaré por este autor que tan bien escribe y que es un placer de leer, como un oasis, pero que está demasiado alejado de cómo yo entiendo eso de la vida y la literatura. Para él, la vida insondable ha de vivirse en la superficie -en una digna y lúcida superficie- y de ahí su compromiso político y su hacer estético, que lo consuelan de la existencia. Claro que esto del consuelo lo digo yo, sin estar seguro de que don Augusto lo aceptara. En una fórmula breve y arriesgada: Monterroso huye del laberíntico y terrible mundo de la propia sujetividad dicente -pensante y sintiente. Pretende, de alguna forma que no sé bien cómo definir, ocultar lo terrible de la Literatura cuando ésta es algo más que una forma de vida para convertirse inapelablemente en la vida-no-vida de ciertas almas con tendencia a lo abisal.

En lo que es, Monterroso resulta magnífico. Conciso y epicúreo en el escribir (así lo dice él), un bálsamo para lectores sin fuerzas para algo más que rozar lo que en verdad son la Vida y la Literatura.

Del libro leído, especialmente recomendables los ensayitos sobre el cuento y el microcuento, y sus referencias y valoraciones muy personales a la historia de la literatura.