Sábado 16

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Intento no pensar en nada, y casi lo consigo, pero a costa de un frío y malestar inmensos. El patético bufón experto en tormentas y naufragios dentro de un vaso de agua. Alguna lectura, alguna conversación intrascendente... comiendo las horas. Vomitándolas después. El pecado original, el mal radical, la culpa, es el mediocre egoísmo que nos consume a unos cuantos fantasmas retorcidos e impotentes.
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Intento mantener alejados los más lúgubres y cobardes pensamientos, me escondo en la vaga y tibia idea de un futuro monótono y cálido. Veo rostros que como dulces cadenas me impiden escapar.
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Pd: ya son demasidas las semanas en este infernal frío devastador. Rozando los límites de la fortaleza y la cordura. Soy verdugo de la felicidad y también víctima.
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