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Un buen hombre, mi vecino, se ha ido. Demasiado pronto -casi siempre lo es- pero con la tarea bien hecha. Su persistente imagen en mi recuerdo, que se irá diluyendo. La extraña relación que establezco entre él y la correosa inocencia de ese niño... Es muy triste pensar que para el niño él nunca ha sido.
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jueves, 10 de junio de 2010
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