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Miedo, tristeza, vacío, rabia. Impotencia y humillación. Desesperación. El absurdo infinito hecho realidad. Una pesadilla sin alternativa. Así imagino que se sienten quienes caen en las garras del totalitarismo asesino. Nada puede hacerse para restaurar la confianza en el ser humano.
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martes, 16 de marzo de 2010
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