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La vida es pesada,
o como dijo Blas de Otero,
que a la vida llegamos
con la propia muerte al hombro.
El espinazo partido de Vallejo;
los andenes de la sangre
y la nostalgia de Egea;
el insomnio consciente y exacto
de Pessoa, siempre lúcido.
La vida, como la nada,
es pesada, excesiva,
y de ella nadie sale indemne.
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martes, 13 de abril de 2010
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