El mundo, la literatura, mi reducido hbitáculo, vosotros, hasta mi misma nimiedad, me quedan grandes, inmensa y cómicamente desproporcionadas e inasumibles. Por dónde empiezo el inventario de las cosas incomprensibles, que el de las otras ya está hecho. Fruto o causa de la inseguridad, como un miedo escénico, que me acompaña martilleante y destructora. Un espíritu insano en cualquier caso. La ironía, el escepticismo, y los demás placeres prohibidos que me permito, acaso sólo son un modo de engañarme y ocultar mi escaso tamaño. En relación a qué, me pregunto ilusionado. ¿En relación a tu propia autoestima y honestidad? Me temo que no van por ahí los tiros, y que éstos son también modos de la farándula para consumo propio que me gasto.
La vida... pero seamos honestos; yo, yo existo, pero saberlo no es necesario.
domingo, 5 de abril de 2009
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