Con Cervantes, Pidal y Papini ('El piloto ciego'; muy bueno hace tiempo, hoy demasiado mediocre. Mea culpa). Pero lo acabaré. Don Quijote y sus molinos. Don Quijote y sus malvados encantadores, sus particulares fantasmas invencibles. Don Quijote y Cervantes, de quien se nutre el personaje; idea ésta no tan descabellada si se lee una biografía seria de don Miguel, y creo que la Fernández Álvarez lo es. Una comedia melancólica. Una crítica melancólica a la realidad (española y particular) y a la propia melancolía, también nacional e individual.
Lo de Pidal es más jocoso. 'Berri' 'aranaitz', etkéteras, todos relativos a la ganadería y minería más primaria. Igual es cierto que la mente de un pueblo no es sólo su lenguaje, pero cuando una sociedad es incapaz de modificar su propia habla es que se encuentra autista del mundo y de sí misma, de su savia más íntima y olvidada.
domingo, 14 de junio de 2009
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