viernes, 16 de enero de 2009

Felicidad

En la vía de la infelicidad no se encuentra la felicidad... salvo que seas un farsante y no sea infelicidad lo que experimentas y sólo estés jugando, con más o menos oficio, con las palabras. Pero resulta que en la fórmula que nuestra cultura nos propone para la felicidad posible (llamémosla la fórmula de la sociabilidad, la bondad admitida y la suerte -siempre necesaria) tampoco se halla dicha quimérica felicidad. Además, intentar saltar de lo lúcido precario y sombrío a lo luminoso y feliz (lo verdadero, bello y bueno) resultaría, al menos para algunos, un acto de autotraición y vergüenza. En definitiva, que no es el deseo de felicidad lo que me va a apartar de mi melancólico estar sin estar.

Pd: intuyo que la felicidad ofertada social, política, metafísica o religiosamente es sólo un falaz mecanismo de acomodación social y de adormilamiento interior. Necesario, útil, acaso inevitable, pero vergonzante.

Pd (2): me han pasado de Rafael Conte 'El pasado imperfecto'. Me han dicho que sin ser una genialidad es muy disfrutable por las muchas referencias a autores y libros que hace.

Pd (3): gracias a Dios (cuya única excusa es que no existe, y nunca está de más recordarlo) sigo siendo bueno. Kantianamente bueno pero con un corazón e instintos esteparios.

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