Pues eso, amigo, platónicamente antiplatónico -pero sin mucho empeño, la edad, ya sabes- y aristotéico y moderado para ciertos asuntillos inevitables del siglo. De acuerdo, pero sin excesos... ¡fuera temas políticos y sociopedagógicos! Casi, casi un epicúreo heterodoxo.
Pd: si es cierto eso que dicen las malas lenguas, los kantianos son los Protestantes de la filosofía, y claro, ahí si que cabe todo... ¡pero la tristeza se atraganta!
domingo, 18 de enero de 2009
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