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Por fin en casa. Ya va bien desde las 6 de la mañana. Sin pensar nada, sin leer ni hacer nada interesante. Papeleos varios. Lo más interesante, la chincheta con la que me ido a la calle. La pincho en la pared de mi biblioteca. Para esta tarde debería ponerme con cuatro legajos (de escoliastas voluntariosos de la historia de la filosofía). No sé si podré hacerlo. Cansancio mental manda. Quizá un paseito hasta la cafetería noble. Quizá una película en el ordenador; de Lars von Trier o de W. Allen. Para después, Bioy.
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Perdido en mis certeza. En el lenguaje y sus fantasías diría algún Ilustrado desencantado. Y después de todo, que es nada, la nada, que lo empapa todo, hasta la mirada, y galvaniza los sentimientos.
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Jockeman de Dylan.
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Dos ibuprofeno 400. Un descafé. El ruido insoportable del mundo, el silencio demoledor del mundo; mi silencio y ruido neuronales. A un paso de tirar la toalla. ¿Miedo?
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miércoles, 12 de mayo de 2010
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