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Por los pelos,
un poema que casi no llega
y que llegando
lo deja todo más claro.
Despacio,
para no hacer daño,
para no hacer sangre,
dejando una perla
rasa y al aire.
Pelillos a la mar,
las cuitas y justas
con alcohol se olvidan
pero escuecen el corazón.
Hacia arriba
y hacia abajo,
que a ambos lados
se alcanza el esplendor,
la blancura más pura
y de más sabroso sabor.
Y si este poema
por los pelos allegado
de amor y profundo quisieras,
quisiera yo y mi mostacho
apelarte un libro regalado.
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martes, 11 de mayo de 2010
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2 comentarios:
Lamentable...
Hoy te doy la razón (toda tuya), pero que no sirva de precedente.
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