sábado, 14 de febrero de 2009
14 Febrero
¡Vaya mes! San Valentín, el día de la Bética y, evidentemente, Carnaval. Pero para un roto, un descosío. Acetilsalicílico, que agua la sangre y evita que el corazón reviente de amor. No se ponen de acuerdo los historiadores y los astrólogos sobre el sentido de la fiesta. Para empezar, nadie está seguro del verdadero nombre de este cupido bautizado. Unos dicen que fue un hombre muy valiente pero de escasa estatura, apenas 1.50. Otros, más razonables, opinan que se trató de un hombre de lo más normal, 1.70, pongamos, pero muy cobarde, muy poco valiente. De ahí lo de san Valentín, como con ironía. Yo creo que tal fechoría lingüística de seguro fue perpetrada por algún obispo o abad medieval, tierna y humanamente enamorado pero vil y humillantemente rechazado por alguna Dulcinea o Leonor. Pero me voy por las ramas. Que lo paséis como buenamente podáis, que todos llevamos de alguna manera esa cruz, y que mucho acetilsalicílico. Sales de frutas y jalea real, además, para los espléndidos y osados que vayan de cena y piensen aguantar hasta la madrugada.
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