Pues claro, yo también Ich denke, pero cuando mi páncreas y otros preciado téntáculos de mi fantasmal alma me dejan. Y yo tan feliz. ¡Vamos! que no tengo suficiente con intentar saber si algo soy, y qué en todo caso, como para perder el tiempo peleándo, en incivil carnicería fraticida, en nombre del Dios Donnadie conmigo mismo. Que no, y que no. Que soy sólo lo que soy. Ser consciente de ello es labor más que suficiente, cansina, tristona e inacabable. Que al final termino asumiendo la muerte, o creyendo en Dios (sic), o 'encontrando' mi lugar en el mundo y el espejo, o nada de eso consigo, ha de darme igual. Honesto como Harri; fiel con uno mismo... Por suerte, como dice la canción, mi 'racismo' no me deja ver la televisión ni conformarme con el Corte Ingés... y así me ando a tumbos, con el híagado machacado de miedo e ilusión sobre un abismo al que soy indiferente pero al que yo no termino de acostumbrarme.
Pd: el Nietzsche de Zweig va resultando muy superior al pobre esquema de Papini (mi adorado Papini de 'Un hombre acabado' y 'El piloto ciego'). Pero de esto hablaré (necesito hacerlo, para justificar tan estúpido acueducto) otro día. Cuando pueda, cuando pille un ordenador a mano (recuerden que estoy recluido en la insoportable Gr.) y me termine el libro, que llevo lento pero masticado.
Pd (2): dime algo bueno de Marai además de sus Diarios. ¿Conoces las memorias de MOnterroso? Infórmame cuando puedas (en una o dos horas a ser posible). Te llamo desde la maladolescente Gr.
Pd (3): dilema moral: bueno, de esto no puedo hablar...
jueves, 26 de febrero de 2009
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2 comentarios:
De Marai:
Las Confesiones de un burgués y Tierra, tierra!, que son las dos partes de sus Memorias. En Salamandra. No conozco las Memorias de Monterroso.
Muy agradecido, mesie.
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