Conforme a los escaparates literarios. Una mezcla entre postmodernismo vergonzoso, o habría que decir avergonzado, y sociología políticamente correcta. El carro tirando de los bueyes, y ellos tan felices. Sin metafísica y sin subjetividad. ¡El siglo XXI, tan posthistórico e Ilustrado, va camino de convertirse en la coartada de nuestros instintos más básicos!
Posdata optimista: en esto consiste la filosofía oficial, la que producen los felices, bien pagados e inocentes mentacatos oficiales. La que consumen placidamente los inocentes y mentecatos consumidores oficiales. La inquietud por el sentido radical y la experiencia de la propia y perpleja subjetividad, sin embargo, son de antes de los artilugios culturales. El enigma no se resuelve, a los dioses gracias, con ignorarlo y revestir la estúpida desnudez con beata sociología y palabrería postmetafísica.
sábado, 6 de octubre de 2007
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