jueves, 30 de octubre de 2008

Bodas

'Bodas' y 'El Minotauro o el Alto de Orán'. De antes de la guerra. Con un cierto ánimo lírico son legibles; ayudan sus pocas páginas. Ideas, sobre servilleta, a partir, entre tabaco y café, en la bella soledad de la barra de la cafetería amiga: Morir sin odios. Nos nutrimos de lo indiferente y lo leve, del Universo y de nosotros mismos que, ignorándolo, somo parte de la misma realidad. Hay muchos momentos en que la espiritualidad repudia de cualquier moral. No es más fácil alcanzar y vivir la nada que lo absoluto. Cita textual:

"Acaso me engañe. Pues en suma, fui feliz en Florencia y tantos otros lo fueron antes que yo. Pero, ¿qué es la felicidad, sino el simple acuerdo entre un ser y la existencia que lleva? ¿Y qué acuerdo más legítimo puede unir el hombre a la vida, sino la doble conciencia de su deseo de durar y de su destino mortal? Al menos así se aprende a no contar con nada y a considerar el presente como la única cosa que nos sea dada por añadidura."

Pd: el minilibrito de M. Zárate sobre Camus, en del Orto, es una guía y resumen muy fácil y bien escrita.

Pd (2): los intectuales de renombrón y la Resistencia. Tema vergonzante para la izquierda mantenida.

Pd (3): a ampliar. Lo de la disputa Sartre-Camus. Un abismo entre las dos personalidades, la de Sartre menos honesta: me explico: en sus escritos es Sartre más revolucionario (demasiado, demasiado dogmático), pero en su vida es Sartre más acomodaticio, a lo estatal francés y a lo estatal alemán.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Varia (5)

La trilogía del absurdo son 'Calígula', 'Sísifo' y 'El extranjero'. Eso dice Camus; a partir de ahí son, dice Camus, obras de la libertad. Leyendo a Lottman se entiende mejor la importancia de lo mediterráneo, de lo luminoso fortalecedor. La alegría del sur, que es también el sitio más mísero. Pero cuando el asunto inesquivable es la propia existencia, la propia miseria, la dimensión social y la política desaparecen. Esto se le ha criticado hasta la saciedad y yo no lo haré. Esta paradójica ´doble dimensión hacia afuera y hacia adentro está y es reconocida por Camus. Su solución es dar lo mejor de sí cuando se encuentra (eso no depende de él sino del azar) en una u otra disposición.

También se le ha reprochado al autor argelino su carácter español. También lo ha reconocido; 'castellano' dice él. Frío y distante, soberbio y orgulloso en el mal sentido. También es paradójico conllevar este carácter junto al extrovertido y bullicioso del habitante mediterráneo. Ambas cosas están en sus obras.

A él le gustaba referirse en sus diarios a 'El extranjero' como 'el indiferente', y creo que es un título más apropiado. La indiferencia sobrehumana de Merssault nada tiene que ver con la posesión o pérdida de ninguna patria. En todo caso, extranjero en todos los lugares. Cuestión abierta: veo mucho de Zaratustra en el hombre absurdo, un Zaratustra menos ingenuo y satisfecho pero el mismo hombre solo con 'su' Universo a sus espaldas.

Pd: tengo ganas (irrefrenables) de leer 'Consejos a un escritor' de Chejov. Cartas sobre literatura. Espero no empezarlo hasta acabar el Lottman.

Calígula

Se dice que el teatro no es para ser leído. De todos modos, soy un mal lector de teatro. Sólo expurgo algunos pasajes especialmente interesantes, como si sólo fuesen prosa (teatro muerto). 'Calígula' de Camus no ha sido una excepción.

El descubrimiento catársico de Cayo Calígula de que el Universo entero está vacío, que ni hay dioses ni el hombre, débil y mortal, puede poblarlo. Queda el camino de la libertad, la creatividad absoluta. 'Hacer lo imposible', lo que nunca se ha realizado, bien por falta de imaginación o valor o por prohibición moral. Es un hacer ciego y consciente, más bien un deshacer el mundo, el mundo cerrado y seguro al que tantos están aferrados. Libertad como antídoto a la soledad y levedad humanas. Libertad como superación y vida. ¡Pero cuidado! Ni la compasión ni ningún otro noble sentimiento heredado pueden hacernos desistir de esta lógica creativa/destructora. Coherencia, coherencia desquiciante y sin fin, sin marcha atrás (¿quién resucitará a los asesinados por Calígula?). Aterrador deseo de libertad, de dar un sentido a la existencia. El absurdo, que es la incongruencia de haber coincidido el alma humana en un cuerpo mortal y en un escenario sin Dios, el absurdo lleva a la libertad como solución contra el propio desfondamiento y rendición. Es la de la libertad una historia trágica. Cáligula, como don Juan, saben de su imposible futuro a pesar de su disparatadamente humano presente.

En el texto, Camus es Calígula, pero también el poeta Escipión, que canta a las bellezas de la existencia y la humanidad, y es Canmus también el endurecido y pragmático Quereas que ha pactado con los inexistentes dioses una existencia en paz a pesar de saber el secreto sangriento de la existencia.

El final de la obra, tras los desmanes y reflexiones de Calígula, Calígula muere de manos de los conjurados. Él mismo no desconocía este único final posible. Ninguna acción ni ningún pensamiento podían colmar su corazón 'de otro mundo'.

Algunas citas del texto:

"No abogues, porque la causa está ya juzgada. Este mundo carece de importancia y quien reconoce esto conquista su libertad."

"El caso es que no estoy loco, y te diré que nunca he estado tan cuerdo. Sencillamente, he sentido un anhelo imposible. No me gustan las cosas como son."

"Por fin entiendo la utilidad del poder. El poder brinda una oportunidad a lo imposible. A partir de hoy y en lo sucesivo mi libertad dejará de tener límites."

"No tengo tantas maneras de demostrar que soy libre. Siempre se eslibre a expensas de otro (...) Se muere porque se es culpable [de miedo e impotencia]. Se muere porque se es súbdito de Calígula."

"La única manera de igualarse a los dioses es ser tan cruel como ellos."

martes, 28 de octubre de 2008

El reves y el derecho (2)

Lo mejor, ya lo dije, el prólogo. Lo del amor, la miseria y la pasión luminosa de vivir. De vivir a lo Pessoa, sin metafísicas ni ideologías. De los artículillos el mejor creo que es el de 'La ironía', el de la vejez inclemente y sin mundo ni tiempo habitables. Vejez, vejez real y vejez prematura. También envejecimiento metafísico y poético...

Cosillas a partir del librito: Nadie sabe estar solo. Así opina Camus, y a ratos creo que tiene razón. Otra perla: muchas veces -parafraseo a Camus- no sabemos estar con los otros ni con uno mismo si no es huyendo de los demás y de ti mismo. Sí; desdoblamiento, conciencia, un estar no estando intelectual y sentimental. La última idea de Camus: el mayor sufrimiento es estar solos. En cierto sentido, a veces, es así.

Tres citas de 'El revés y el derecho':
"...me cuesta separar mi amor por la luz y la vida de mi secreto apego a la experiencia desesperada..."

"...al notarnos el alma enferma, devolvemos a todos los seres, a todos los objetos, su valor milagroso."

"Lo valiente de verdad es, bien pensado, conservar los ojos abiertos a la luz, de la misma forma que a la muerte." [adversus 'éxodos de la culpabilidad']

Hablando un rato...

Sin paraíso vamos a ninguna parte, efectivamente. Pero eso es ya inevitable; no el qué sino el cómo y para qué de la propia existencia. Y ni siquiera esto, que aún suena con demasiada rotundidad y confianza.
El sujeto necesita apartarse de sí y de la narración en muchas ocasiones, efectivamente. Pero sigue siempre ahí aunque sea mirando de reojo.
Lo del éxodo de la culpa... culpables por mediocres; no la especie o la cultura sino YO. El éxodo es entonces una mediocre escapada. ¿Qué es la culpa?

El revés y el derecho (1)

Al tiempo que el Lottman llevo algunas obrillas de Camus. He empezado por 'El revés y el derecho'. Su prefacio de 1956 -de veinte años después de la primera publicación- es más aprovechable que los propios relatos.

El Amor como fuente del arte, la filosofía y la vida. Amor es ser conscientes de la miseria (propia y ajena) a la luz de la no ingenua alegría vital que proporciona el Sol y carácter mediterráneos. La miseria, dice el hombre mediterráneo, no es, mientras haya vida y hambre de vida, la última palabra. Iluminar la gris existencia con su propia finitud e inmanencia luminosas.

La vejez es soledad, miedo y fealdad. Nunca es interesante y siempre anacrónica. El destino fatal de los años. El viejo habla y habla y recuerda lo remoto para creerse aún en el tiempo. Relatos tristes y duros sobre ello. Sin valor moral, o para otra moral. Vida y vejez se contradicen inevitablemente y nada puede hacerse al respecto.

Varia (4)

El inteligente y estúpido anarcopacifismo de Camus de septiembre del 39.

La vida alimenta el silencio. La algarabía se vuelve severidad.

El deseo sexual y la muerte. La idea de la muerte y después la experiencia de la decrepitud y de la enfermedad. Las vidas no vividas. La nostalgia neutra de la infancia. El horizonte vacío de cualquier voluntad. El bovarismo salvaje que nos acomete en los momentos de euforia. El implacable deseo sexual; el sexo como olvido y placer. También el sexo quijotesco y desencantado. Poco más.

La miseria, dice Camus, es un motivo para la vida. Apartar la vista es humillante.

Cuestión abierta. Muy abierta: no tiene razón Camus (y tampoco MLL) cuando exige de la obra de arte (o del pensamiento, de la narración en definitiva) decir lo menos posible de la propia experiencia. Nada que ver con el pudor o el estilo. Encubrir la propia existencia, es desfigurar el único objeto y sujeto de la experiencia. Igual se trata sólo de una custión de palabras. 'decir la propia experiencia' o 'decir a partir de la propia experiencia'.

Máxima mínima, sin contenidos positivos: esforzarse por comprender la imbecilidad ajena es el antídoto, por limitado que resulte, para descubrir y luchar contra la propia imbecilidad. A la inversa, la propia imbecilidad como ajustado rasero hacia los demás.

domingo, 26 de octubre de 2008

Trabajo acumulado

Lectura. no a tiempo parcial sino disperso. A tiempo disperso saco, dispersamente, ratos para el Lottman. No lo estoy estudiando ni sólo leyendo; lo leo con papel y lápiz. Pero voy retrasado a lo que había supuesto. Apenas 100 páginas por día. Aún no he llegado a la 300 y son casi 800 (en la edición bonita de Taurus del 78). Circunstancias, inclemencias, de la vida.

Además, mi mala influencia esotérico-espiritualista me ha regalado 'El filósofo y el monje', de Revel y su hijo frailón. He de leerlo inexcusablemente en los próximos pocos días. Se me apelotona el trabajo...

También me han regalado, autografiado, 'Cartas de un naufragio'. Novela corta y fácil, bastante bien escrita. Azucena Martín, la joven autora, sabe lo que hace y seguro que aparecerán más cosas suyas.

Varia (3)

Sí, el infierno está aquí. ¡Pero qué pocos lo reconocen y sufren! Habrá que buscar, via baculum, un ifierno más infernal, y así hasta el infinito, que a todo nos acostumbramos incluso sonrientes.

La Vida, dicen. Prepararse para la muerte. Prepararse para la felicidad. ¡Pero no hay preparación posible! Un lúcido deambular encogido y frío salpicado de instantes de olvido.

No se puede abominar de la ortodoxia y al mismo tiempo optar por la menos (aparentemente) nefasta. Todas lo son en igual grado. ¿De qué sirvió que Gide o Camus o Koestler denunciaran a mediados y finales de los 30 el stalinismo? Es más fácil y justificable (autojustificable) el espíritu de ortodoxia que el de soledad o libertad de pensamiento y acción. Los pobres (o los musulmanes argelinos, o las ballenas y los pingüinos verdes) como coartada Escolástica para la maquinaria asesino-purificadora religiosamente anhelada.

Vivir ensucia. Perfectamente expresado. ¿Y ahora qué?

No lo veo claro

Pues no termino de entenderlo:


"En efecto, pero sucede que a los cobardes pertenece el lenguaje: tienen que racionalizar su fuga del campo de batalla (que no de la guerra), y deben hacerlo como si su acto estuviera en la naturaleza de las cosas (una ley al estilo de la kantiana, universal o impersonal).Acaban estos sujetos borrándose del lenguaje, que más que lenguaje de tercera (persona) deviene en (ha de ser) lenguaje impersonal. Lo positivo del asunto está en haber ahuyentado del primer plano de la palabra a la primera persona (la ominosa), algo que sostenía Benjamin y de lo que se preciaba (oh paradoja)." (de MLL, Autoficción)

Sigo sin verlo claro. Entiendo y asumo las dificultades de la primera persona, pero no veo alternativa más honesta.

sábado, 25 de octubre de 2008

Varia (2)

Es una cuestión metafísica y epistemológica, pero me temo que también ética: unión y distancia sin desdoblamiento.

Experimentum Mundi: bella, irresistiblemente provocadora, morfinómana y nocturna: ¿Simone Hié, la Vida, acaso E.A?

Tercio excluso: Ulises o Simbad.

Sucia y mezquina es la vida. Algunas personas la encarnan en grado sumo, aplastando toda piedad e inteligencia propias y ajenas que podrían haber nacido de su simplicidad esencial.

No es la muerte propiamente dicha, ese grosero acto biológico, lo que nos hace temblar sino la agonía. Saber sin lugar a dudas que esa agonía es la esencia y el humus de la subjetividad posible en nada ayuda.

Cuestión incierta y tenebrosa: ¿será la culpabilidad [metafísica] la vergüenza de seguir vivos cuando podríamos habernos marchado ya de esta obra disparatada?

Ingenuidad y egoísmo querer estar solo. Ingenuidad y egoísmo querer estar con los demás.

El absurdo, inevitable, como motivo para la dignidad. Mejor dicho, como esencia de la honestidad. Mejor aun, como excusa para la compasión.

Varia

Sobre la enfermedad como cuestión metafísica. No sólo se trata de una causalidad inversa, el alma como enfermedad del cuerpo y el propio alma como remedio para el cuerpo, sino que cuando se experimentamos 'metafísicamente' la enfermedad es cuando más cerca del misterio de la vida nos hallamos. Se trata de una visión romántica -y por lo tanto bastante cierta- del hombre lúcido; el enfermo, el genio, el artista...
***

¿Es justo -inteligente, honesto- calificar de inmaduro al intelectual o al artista que se centra demasiado en sí mismo? ¿No será la trascendencia del propio yo existente, amén de imposible, un disfraz o una coartada para la cobardía?
***

Ciertamente, la esencia del pensar consiste en tantear o iluminar -un poquito, sólo un poquito- las emociones más básicas del propio individuo. Quiero decir, cada uno las suyas. La esperanza, el miedo, el deseo... Para superar lo cotidiano y vulgar no es preciso 'superar' el propio yo [vacío]; en este sentido acepto el arte como trascendencia.
***
De Camus, citado por Lottman, de una carta de juventud a su novia extraterrestre: "...la única respuesta que se nos dé será un frío silencio que nos levantará contra Dios y contra el mundo y tendremos que armarnos de mucha piedad a fin de vencer a Dios..." Casi el Sísifo de veinte años después. Aún es Dios el cosujeto de la experiencia, y aún es el lenguaje y la actitud del hombre demasiado belicosos.

viernes, 24 de octubre de 2008

Camus

Con el Camus de Lottman. De padre alsaciano y madre española. Su familia está afincada en Argelia desde principios del siglo XIX. De clase media baja, más baja que media, sus amistades y ambiente son pobres y casi analfabetos. Interés y pasión por el futbol, lo más importante para Albert durante su adolescencia. En estas circunstancias él es una de las pocas excepciones que el barrio europeo y proletario de Beaucourt produce: atento y frío razonador (con un corazón nada frío, sin embargo), elegante y carismático entre sus amigos, cumplidor en la escuela, etc. Con gran esfuerzo de la familia pasó de la escuela al lyceé, estudiando Humanidades, donde Jean Grenier fue su primer profesor de filosofía (de letras en general, diríamos hoy). A los 17 años la tuberculosis le hace hace abandonar el deporte y es la ocasión para descubrir el mundo de los libros... desde entonces son muchos los momentos de apartamiento, lecturas, soledad y hosquedad, pero que sin embargo no le hacen renunciar a sus deseos de vivir y a su ideal humanitarista y filantrópico que subyacen en todos sus escritos, incluso en los más fríos y extraños.

Pd: más interesante. Al igual que Bernhard, Camus experimenta lúcidamente su enfermedad que lo lleva a un rebelde estoicismo y a su compromiso literario. Más interesante áún: los dos escritores califican a su enfermedad como 'enfermedad metafísica'. La enfermedad como consecuencia de una causa metabiológica. El espíritu [demasiado distendido] como causante de la propia tuberculosis.

Otra pd, posterior: el lenguaje, con o sin el sujeto (abajo, adentro o...), con el sujeto ausente o presente (¿dónde?) es siempre, la narración, igual de inevitable e impotente. Incluso cuando se enreda, a sabiendas, en su propia sombra sin pretender cazar al obnjeto ni al sujeto. No es cómo o qué hacemos para mejorar el lenguaje sino cómo nos amoldamos a su luminosa vacuidad.

jueves, 23 de octubre de 2008

Para vomitar

Lecturas desaprovechadas:

2 de septiembre de 2008

1. ‘Contra los poetas’ de Gombrowitz
2. ‘Contra el fanatismo’ de Amos Oz
3. ‘De repente en lo profundo del bosque’ de A.Oz
4. ‘Platón’ de Emerson
5. ‘El banquero anarquista’ de Pessoa
6. ‘Viajes por el scriptorium’ de Auster
7. ‘El sótano’ de Bernhard
8. ‘El origen’ “
9. ‘El frío’ “
10. ‘El aliento’ “
11. ‘Un niño’ “
12. ‘Versos de muerte y vida’ de A.Oz
13. ‘Thomas Bernhard’ de M.Sáenz
14. ‘Una pantera en el sótano’ de A.Oz
15. ‘Borges’ de Estela Canto
16. ‘Borges verbal’ de Paoletti
17. ‘Teoría de la argumentación’ de A.Weston
18. ‘Trastorno’ de Bernhard
19. ‘La casa de los muertos’ de Dostoievski
20. ‘El hombre de la oscuridad’ de Auster
21. ‘Infancia’ de Coetzee
22. ‘Un instante de silencio..’ de I.Kertest
23. ‘Una historia de amor y oscuridad’ de Oz
24. ‘Un día en la vida de Ivan Denisovich’ de Solzenitsin
25. ‘Juventud’ de Coetzee

miércoles, 22 de octubre de 2008

Itaca

Me gusta recordar, a veces, algunos mágicos lugares del pasado. No es un ejercicio intelectual, o lo es sólo derivadamente, sino sentimental. Tontamente sentimental. Me encuentro allí de golpe, arrastrado por la marea de mi conciencia, mi memoria, mis pequeñas ilusiones y mis desengaños. Ítaca, mi dulce y pacífica Ítaca de otro tiempo. Es agrio el recuerdo, y también dulce; la nostalgia de un yo más inocente de algún extraño modo me reconforta levemente. Ni Troya ni Ítaca existen en ningún sentido, sólo la circular y laberíntica travesía en que consisten mis pasos. Aquel faro lejano que fue la soñada patria lo constituye hoy mi voluntad de leer y entender y actuar lo más honestamente que mi alma sea capaz. Sin compromisos, sin esquemas ni disfraces previos, sin intención de ganar nada.

Coetzee

Acabando 'Juventud' de Coetzee. Mucho mejor que 'Infancia'. Más creible, menos artificial. Comparten los dos volúmenes 'autobiográficos' el extraño y poco cálido personaje -el propio Coetzee- con sus complejos y contradictorias (y dañinas, muy dañinas) lealtades: a su familia, a su país, a lo intelectual... Estoy esperando 'El maestro de Petesburgo'... creo que hablará de Dostoievski.

Pd: siento la necesidad de acabar Coetzee y coger otra vez a Camus; 'El mito de Sísifo' y 'El hombre rebelde'. En este orden. Releer algunos poemarios... ¡Acabar Coetzee!

martes, 21 de octubre de 2008

Espejo

Ver la muerte ante ti cada mañana en el espejo, decía Pavese. Contemplar la calavera que ya eres, y sobre todo mirar y ver sólo un hombre. De mirada fija, de mirada contenida. Ver en tus propios ojos todos los demás ojos de hombre en su infantil y noble afán, en su temerosa alegría. Ver ante ti cada mañana ante el espejo la satisfacción lúcida y herida que la vida te ofrece.

Pd: La trágica hybris de los griegos provenía de querer ser como los dioses inmortales. Nuestra paupérrima hybris es vivir como si fuésemos eternos. No deseando metas eternas e infinitas, sino arrastrando nuestra mediocridad indefinida y ciegamente en este mundo publicitado. La devastadora ceguera de los engreídos ciudadanos occidentales. Además, nos hemos fabricado un 'maravilloso' y rentable mundo a la medida de nuestra vulgar y malgastada soberbia.

Humanidad

Como Sócrates. Una débil argumentación, todas lo son, junto a una férrea voluntad de justicia y virtud. De honestidad, de no desear a nadie el mal que para ti no quieres. De humanidad, de sufrimiento, de ver reflejado tu propio y absurdo dolor en el dolor del otro. De no avergonzarte de ti mismo ante el espejo. De saber que has hecho lo que has podido sin esperar ningún beneficio. Dejar de considerar la existencia como si fuese eterna y contemplarla -triste, lúcido y templado- como un absurdo escenario al que no le hace falta tu mezquindad ni tu mercantilismo sentimental. Que el mundo, la humanidad, sería más grosero si tú te guiaras por sus groseras normas egoístas y miopes. Que la nada es un poco más llevadera desde la bondad y la compasión.

lunes, 20 de octubre de 2008

Sociedad y humanidad

Una sociedad y una juventud que piensan sólo en términos de eficacia y de eficacia técnico-matemática, una sociedad de este tipo, por muchos y muy valiosos que sean los corazones y mentes que la forman, jamás será capaz de dar cuenta de lo indecible y aterrador de la vida. La bondad y la compasión serán siempre un asunto privado e inexistente en las relaciones humanas, y por lo tanto ausente en la política. Un vergonzoso e inútil fantasma irracional que habrá que aprender a evitar y neutralizar. ¿De dónde, entonces, las fuerzas para ser 'más humanos'?

sábado, 18 de octubre de 2008

Derrotas

No estoy seguro, o no quiero estarlo. La derrota, la grande y única, ante el propio tiempo por venir y el ya pasado, y todo lo que sólo ha sido posible y ahora golpea con remordimiento, la vida, digo, la derrota, no te hace esclavo más que de tu propia conciencia. En la victoria, pero qué será la victoria, la conciencia también te golpearía y esclavizaría. No estoy seguro, no, pero digo que el problema, lo que nos desfonda hasta la nada, no es la libertad sino la bondad y la paz infinitas, que es lo que realmente anhelamos y que sabemos, por supuesto, imposibles.

Infancias

Comparo las infancias [noveladas] de Coetzee (Sudáfrica 1940) y Oz (Israel 1939). Ambos son, a los ojos del escritor, niños no normales. Contradictorios y muy conscientes y reflexivos. El propio yo y su entorno familiar y social son analizados por estos relamidos mocosos de 8 ó 10 años. La vocación literaria y el saberse llamados a algo 'grande' también está presente en ambos. Bernhard, su infancia, su literariamente confesada infancia, también refleja en el personaje niño al adulto posterior. Sé que así son la Literatura, la memoria y la conciencia, pero quiero también pensar que mucho de lo que reflexionan estaba ya entonces presente. Si intento poner al niño que yo fui en una de estas autobiografía literarias, el sonrojo y la pesadez me invaden pero de de reconocerme que muchas de mis ideas y ficciones de entonces, no especialmente nobles y elevadas, continúan en mí con la misma certeza que entonces; sólo que ahora impregnadas de nostalgia y culpabilidad.

Sábado

Carretera. Carretera. Carretera. Niños, miles de niños en mi salón. Mi libro, 'Infancia', bajo el brazo, atónito. Un no libro. Malestar. Ruido. No vale la pena, me digo, también esto es vivir, busca, me digo imbécilmente, lo positivo, la alegría de los instantes. Explotar, gritar, mandarlo todo al infierno. Pero callo, sumiso, derrotado, pensando si no será esta triste y perdida mañana una feliz excusa para mi ineptitud y mediocridad.

jueves, 16 de octubre de 2008

Literatura

Vida y Literatura. La verdadera simbiosis es la literaturalización de la [propia] existencia. Ponerle las características de la narración lúcida [y cansada]. Dinamizar la existencia, desdoblarla, sumergirse en su superficialidad. No es posible ni deseable explicar la vida, pero sí podemos aprender a mirarla de otro modo, y hacer de esta contemplación una experiencia, si no única sí primordial. Distanciamiento y unidad. Pero no es tan fácil: la rabia, la tristeza, el cansancio... Hay que sobreponerse al propio yo, que es terco y sabio. Más que buscarnos nos huimos de continuo, y sólo somos capaces de tratar con un yo domesticado. En estos límites, más allá sólo la locura y el silencio, también las groseras animalidad y sociabilidad, en este límite es cuando la Literatura es más real y en demasiadas ocasiones parece imposible.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Leer (2)

Si dejase de leer... sería otro, en otro iría convirtiéndome. Muchas cosas poco valiosas y hasta molestas las hago sólo porque está la Literatura como referenciao o trasfondo. No las hago para hacer Literatura, no, sino que las soporto porque la Literatura me da la fuerza suficiente para hacerlo. Es el otro, el que no sabe de la Literatura, el que hace y padece esas acciones, pensamientos y gentes vacías y estúpidas, prescindibles. El otro del otro yo, acaso más yo mismo, pero ¡qué más da!, hace Literatura justificando así al mediocre y hasta repulsivo reflejo que se arrastra, como todos, míseramente. Sé que es muy egoísta lo que digo, y que insulto a otros y me engaño hablando de ese otro yo más querido. Es una ficción, si quires, pero absolutamente necesaria.

martes, 14 de octubre de 2008

Leer

Qué me pasaría si dejase de leer, de ocuparme, en sentido amplio y vago, de eso que llamo Literatura. No por gusto ni transitoriamente sino que forzada y definitivamente me apartasen de mis libros y de mis servilletas intempestivas y de mis ocasionales diálogos sobre todo esto. De qué modo me afectaría, en qué quedaría, hasta donde pueda imaginarlo, mi vida y sus rutinas, su calorcito y sus microproyectos. La respuesta que me dé, evidentemente, será de valor y uso exclusivamente personal, pero es de este modo tan sujetivo como entiendo la pregunta de para qué leer. Para qué lee la humanidad me parece una expresión disparata e inabarcable; cada cual leerá por lo que sea y sea capaz de imaginarse, y la Humanidad, así con mayúscula, más quema que lee libros.

Kertész

No tienen las víctimas el monopolio de la verdad y el sentimiento del Holocausto o del Gulag. Su experiencia es irrepetible y acabará cuando en unos pocos años no quede ningún superviviente. La Literatura sobre el nazismo y el estalinismo se nutre también de otras fuentes distintas a la de los testimonios. Los mismos supervivientes, con las excepciones magistrales de Levi , Amery y otros pocos, han aprendido a contar su experiencia a partir de esa Literatura 'artificial' (que no falsa) e inevitable.
La pregunta que hemos de hacernos es cómo mantener viva la memoria de las víctimas más allá de las propias víctimas. Cómo evitar que el recuerdo de Kolima o Austwitz se diluyan inócuamente en nuestro laxo y omnívoro historicismo.
La respuesta a esto sólo puede venir de aceptar que la 'irracionalidad' de la barbarie no puede significar que nada se pueda pensar sobre el cómo y por qué de aquello. Es una irracionalidad en parte iluminable. Sin embargo, no es la sociología, ni la economíao la política, sino la antropología filosófica (o quizá mejor, cierta poesía del alma) quien puede darnos perennemente alguna clave al respecto. Las posibilidades enfermizas del hombre existen y no son extirpables. Hemos de mostrarnos a nosotros mismos nuestra capacidad inhumanizadora: hemos de aprender a espantarnos y a llorar por el humillante dolor de que somos capaces de inflingir a los débiles. 'La vida es bella', piensa Kertesz, es un buen ejemplo de iluminación de lo profundo del alma (del espectador): el nazismo y el estalinismo habrían de ser un drama y tragedia personales antes que un acontecimiento histórico o una coartada política.

lunes, 13 de octubre de 2008

Oz

Nada, nada lo que buscaba encontré en supermercados Dalí (o Velázquez, o culaquier otro escritor). Cogí un par de cosillas (pequeñas y de letra muy grande) de Coetzee y Oz, pero no 'Infancia'. De Kertest tampoco había gran cosa. Compre lo que prometí no comprar; 'Una historia de amor y oscuridad' de Oz en bolsillo. Letra pequeña, pero no tanto, 775 páginas, y, lo mejor, 9.85 euros (a poco más de centimo por página).

Voy casi por la 300 y ni fu ni fa. Me gusta porque es como completar las novelas que de Oz conozco, pero, al menos hasta donde llevo, más que una autobiografía es una historia (bastante detallada y realista, incluso demasiado) de sus bisabuelos, abuelos y tíos. Más aparece Europa que Jerusalen, por ahora. Se lee bien, y para los lectores de Oz es un placer saber 'más cosas', pero como estricta reflexión a partir de los orígenes (familiares) queda lejos de otros, como Sebald.

Pd: una frase maravillosa de Oz, en la página 79. Podría ser de cualquier idealista romántico alemán: "...la caricia fría de los deseos ancestrales." Posiblemente no quiso decir Oz lo que yo he querido entender, sobre el yo oculto y biológico que tanto nos esforzamos, por motivos mezquinos -impuestos por ese mismo yo- de esconder bajo la alfombra de la cultura y la sociabilidad. Mi amigo Freud sabía lo que se decía.

sábado, 11 de octubre de 2008

Narrar

Por suerte no es una decisión que esté en nuestras manos. La de seguir narrando, sin principio ni final y con las leyes de la lógica siempre en entredicho. Es inevitable. Es un otro ser, más lúcido y retraído, quien mira el deformado espejo sin saber de qué lado se encuentra. Tampoco es una cuestión esencial... lo único esencial, porque es más íntimo, es el hecho de lo inesencial. No darle vueltas, ellas solas te revuelcan, ni buscar más allá, expresión sin sentido desde que el más acá lo perdió.
Se narra sin fe, como se respira o se deja uno llevar por el sexo o el alcohol. El hombre multidimensional; ¡qué expresión más acertada, vacía y falaz! Siempre, de alguna manera, en el otro lado, lo que significa que tampoco hay realmente una y otra realidad sino, cómo decirlo, el hecho de lo inesencial.

Bildung negativa

Un nuevo concepto de Patria; imposible. Hogar y Tribu. O hacemos un nuevo hombre -quién, cómo- o el futuro será un monótono discurrir mecánico sólo sobresaltado por instantes de barbarie. La Historia y la Sociedad determinan en gran medida la 'formación' del individuo; sí, por supuesto, pero sólo negativamente. Digo más; este pesimismo y solipsismo antropológico no fomenta positivamente ideales 'ilustrados', pero es el único que puede prevenirnos de los bárbaros Atilas por venir. ¡Oh, anciano Horkheimer!

Poesía

Intentaré encontrar esta tarde algo de Coetzee o de Oz, en bolsillo, en bolsillo barato. De Coetzee leí tres o cuatro cosas hace años y lo tengo desmemoriado... de Oz, tal vez, si está en bolsillo y sin la letra muy pequeña, 'Una historia de amor y olvido'.

Imre Kertész, 'Un instante de silencio en el paredón'. Hace unos meses leí los dos primero capítulos (conferencias o ensayitos); lo he empezado de nuevas.

A otra cosa: ¿por qué ha de callar la poesía?
Porque no hay nada que decir, porque la Literatura no explica ni señala, sólo narra, y narrar, en demasiadas ocasiones, es sólo un inhumano entretenimiento.
También ha de guardar silencio el poeta cuando se sabe repetidor de ciertos modelos, y se reconoce incapaz de superarlos.
Por último, el poeta guardará silencio cuando la Literatura no le sirva de desahogo personal, que en definitiva es su única misión.

viernes, 10 de octubre de 2008

Dostoievski y Solzenitsin

La mayor farragosidad lingüística y lógica de Dostoievski se debe en parte, aunque sólo en parte, a la mayor complejidad y enturbiamiento de su propia alma observadora y medio oculta. El objeto descrito, el lager o gulag y sus habitantes, resulta más, demasiado, complejo. Pero es más importante señalar la opacidad del propio espíritu de Dostoievski. Sin quitar su inmenso mérito a Solzenitsin, como escritor y como superviviente, me parece que es acertado decir que Dostoievski es 'mejor' escritor, a pesar de sus liosos textos, porque Dostoievski duda de sus propias observaciones. Esto quería decir al afirmar que la pesadez deshilachada y a veces contradictoria de Dostoievski se debe, en parte, a su mayor -no mejor- profundidad humana.

Ivan Denísovich

¡Ya apareció el Ivan Denísovich de Solzenitsin! Nada que ver con la casa de los muertos, aunque el escenario más o menos coincida, por el tema y la forma de contarlos. Será muy farragoso Dostoievski, hay párrafos que no sé qué dicen, pero la claridad y ligereza del Ivan Denísovich me parece excesiva. Sólo llevo 40 páginas, también es verdad.

Si todo va bien este fin de semana, expatriado y todo, terminaré este libro y otro de Imre Kerzset sobre el holocausto. No recuerdo el título ni cómo se escribe el autor.

jueves, 9 de octubre de 2008

Auster

Lo más difícil ya lo enseñan todas las tradiciones de todos los tiempos y lugares. Conocerse uno a sí mismo. Es lo más difícil y lo más doloroso. La mejor Literatura nuestra actual va de eso, y a veces sabe cómo hacerlo. Historias sin principio y sin final, de escenarios cambiantes e insignificantes. Jugar a duplicar o centuplicar 'la realidad', poniendo a prueba las posibilidades del propio sujeto/narrador. Enfrentándolo a los más básicos e insolubles dilemas morales y metafísicos. Ser narrador. Ser, simplemente. Simplemente, fundiendo la superficie y los abismnos de la vida.

De entre los clásicos del género, para mí, Hermann Hesse. Paul Auster, en los dos últimos libros que le he leído, 'Viajes por el scriptorium' y 'El hombre de la oscuridad', ha abandonado esta vía. 'Tombuctú' o 'A salto de mata' prometían mucho más. Creo que el proceso de Auster, desde esta perspectiva que señalo, ha sido a peor. Ha ganado, indudablemente en agilidad y capacidad de entretenimiento. Disfruta, se ve, ficcionando. Pero sólo hace eso; con buen oficio escribe doscientas páginas multidimensionales olvidando el asunto principal de la propia búsqueda (deambuleo) interior.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Dostoievski (2)

Se esfuerza Dostoievski en descubrir la bondad, la integridad y el altruismo inesperado, tras los más horripilantes rostros y gestos y los más criminales pasados. La culpa, la culpa callada e inconsciente del que se sabe vencido por su destino, se manifiesta como maldad para esconder el bello tesoro de la bondad posible. La culpabilidad atroz de no ser dueño de los propios pasos. Ambos sentimientos, la bondad escondida y la culpabilidad, anegan al observador arrojándolo del mundo y de sí mismo, y que sólo al final, como pírrica victoria, puede reconocerse en esa humanidad oculta, que no es merecedora de ningún Cielo y ningún Infierno, pero que justamente por ello es digna de amor.

Pd: ¿lectura cristiana del Sísifo de Camus? ¿Dónde el orgullo en el Sermón de la Montaña? ¿Qué humanidad...?

martes, 7 de octubre de 2008

Caverna (2)

Esta lección podríamos haberla aprendido: que la razón marca límites e impone exigencias procedimentales que entran de lleno en el ámbito ético. Una especie de liberalismo (quizá mejor libertarismo) moral y político. El dogmatismo religioso con pretensiones terrenales, y el ideológico con afanes divinos, quedan limitados, asépticamente encapsulados, por los derechos fundamentales del individuo. Por el derecho inalienable a no sufrir. El exceso cientificista, bien mirado, también se descubre como una ideología o religión dogmáticas y cercenadoras de la vitalidad. Esto es un mínimo formal (aunque no vacío) que podríamos muy bien asumir; para ello sólo hace falta no ser tan groseramente egoístas. La experiencia humillante de las víctimas humanas del hombre de todos los siglos también debiera ser un buen aprendizaje. Pero este mínimo que acepto, casi a la defensiva en este inhumano y fugaz mundo, es a su vez, y siento disentir con gentes de espíritu crítico y noble, un máximo. Ese mundo ilustrado posible, por insuficiente que resulte, es el mejor de los mundos humanos posibles, lo sé. Pero a mí -y no indago ahora motivaciones- me resulta tristemente frío y alejado, y en él sólo podría vivir en los márgenes. Mi alma siente como una derrota que esas sean las posibilidades de que acaso seamos capaces. Demasiado endurecido por los años, necesito un otro mundo adentro de mí o en un pequeño jardín medianamente compartido y que se rija por normas de otra época, de otro mundo. El absurdo radical de la existencia -¿por qué maldita razón o azar el ser y no la nada?- la necesidad de no desaparecer en la multiplicadora mediocridad, el imposible deseo de creer que algo que se haga es valioso por sí y no por su utilidad medible, etc. Cosas como estas me llevan al escepticismo político y social y a no tomar demasiado en serio los nobles esfuerzos Ilustrados.

Pd: ¡No encuentro mi libro 'Un día en la vida de Ivan...' de Solzenitsin! Después de 'La casa de los muertos', me hubiera gustado cogerlo. Entonces caerá 'Los demonios'.

domingo, 5 de octubre de 2008

In dubito...

In dubito pro veritate.
Ya, ya quisiera yo que fuese tan fácil.
El cerebero arruinado, pero no sólo él:
el hígado y el corazón también.
La vista, y demás sentidos, cansados y sin umbral.
Ocupar una ruinas (el yo y el no-yo confundidos entre tanto escombro),
sí, ocupar; hay quien a esto llama SER, o VIVIR... ¡juegos de palabras!
Pues eso, o casi eso, in veritas pro dubito.

Pd: para más y mejort información, pincha aquí.

sábado, 4 de octubre de 2008

Caverna (1)

Igual es una barbaridad lo que digo, pero pienso que el sentimiento y voluntad Ilustradas son preferibles a la barbarie. También pienso que la Ilustración no es posible sin convertirse en... quizá otro tipo más sutil de barbarie. Como Harri Haller, al margen pero en torno a la paz y orden burgueses, tal vez hayamos de contemplar lo político y lo Ilustrado desde una nostálgica distancia.

Güeston

Siendo absolutamente honesto, y sin pretender caer en ningún tipo de oscurantismo mágico, he de reconocerme que en las cuestiones realmente importantes para mí, incurro siempre en un razonamiento, sentimiento y comportamiento falaces. Reduccionismo, petición de principios, ad baculum, dramatización interesada, emotivismo... El amiguete Güeston me ha dado los nombres de mis inevitables pecados intelectuales. El más puro de los argumentos, el más desinteresado sentimiento y el más noble comportamiento, no son más que las formas admitidas (aquellas que mejor esconden aquella motivación que ellas mismas satisfacen; ¡o Ilustración!) en la Gran Falacia metafísico-moral en que nos encontramos.

viernes, 3 de octubre de 2008

Círculo Infernal

Describir un escenario infernal; innecesariamente cruel; absurdo, maquiavélico. O no tan destructivo; el individuo mantiene su capacidad y autonomía espirituales y puede dedicarse a observar para suponer profundidades del alma humana. Imposible reducir a ninguna tipología el maremagnun de caracteres y motivaciones.

El observador se cree, ¿por cuánto tiempo?, al margen de los casos más espeluznantes, repulsivos y grotescos. El castigo para el espíritu noble y elevado es preguntarse para qué y por qué. Sólo la propia animalidad o la más útil de las locuras pueden salvarnos. Pero, ¿para qué salvarnos, para qué constatar la infinita variabilidad de la imbecilidad y ruindad humanas?

jueves, 2 de octubre de 2008

Dostoyevski

He empezado a un tiempo, sólo por gula, 'Los demonios' y 'La casa de los muertos'. 'Los demonios', a dos manos, con las traducciones de Cansinos y de Morillas; creo que me voy a quedar con ésta. 'La casa...' en la traducción de Arce. Los tres, los tres traductores han pasado a imprenta párrafos casi ilegibles y muy mejorables; ¡será que Dostoyeski escribía así!. Realmente he de dar prioridad a un libro sobre otro, y voy a decidirme por 'La casa de los muertos'. Conforme leo, no sé siempre muy bien por qué, me acuerdo de Camus, de Solzenitsin, de Troyat y de Bernhard. No he terminado, me temo, de digerir 'Trastorno': un cerebro que se reconoce afín al universo que representa es un no cerebro, un no yo... y todo lo demás es comedia. No una tragicomedia, no, sino una tragedia que de puro trágica es, sólo puede ser, pura comedia.