martes, 28 de octubre de 2008

Hablando un rato...

Sin paraíso vamos a ninguna parte, efectivamente. Pero eso es ya inevitable; no el qué sino el cómo y para qué de la propia existencia. Y ni siquiera esto, que aún suena con demasiada rotundidad y confianza.
El sujeto necesita apartarse de sí y de la narración en muchas ocasiones, efectivamente. Pero sigue siempre ahí aunque sea mirando de reojo.
Lo del éxodo de la culpa... culpables por mediocres; no la especie o la cultura sino YO. El éxodo es entonces una mediocre escapada. ¿Qué es la culpa?

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