In dubito pro veritate.
Ya, ya quisiera yo que fuese tan fácil.
El cerebero arruinado, pero no sólo él:
el hígado y el corazón también.
La vista, y demás sentidos, cansados y sin umbral.
Ocupar una ruinas (el yo y el no-yo confundidos entre tanto escombro),
sí, ocupar; hay quien a esto llama SER, o VIVIR... ¡juegos de palabras!
Pues eso, o casi eso, in veritas pro dubito.
Pd: para más y mejort información, pincha aquí.
domingo, 5 de octubre de 2008
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