lunes, 13 de octubre de 2008

Oz

Nada, nada lo que buscaba encontré en supermercados Dalí (o Velázquez, o culaquier otro escritor). Cogí un par de cosillas (pequeñas y de letra muy grande) de Coetzee y Oz, pero no 'Infancia'. De Kertest tampoco había gran cosa. Compre lo que prometí no comprar; 'Una historia de amor y oscuridad' de Oz en bolsillo. Letra pequeña, pero no tanto, 775 páginas, y, lo mejor, 9.85 euros (a poco más de centimo por página).

Voy casi por la 300 y ni fu ni fa. Me gusta porque es como completar las novelas que de Oz conozco, pero, al menos hasta donde llevo, más que una autobiografía es una historia (bastante detallada y realista, incluso demasiado) de sus bisabuelos, abuelos y tíos. Más aparece Europa que Jerusalen, por ahora. Se lee bien, y para los lectores de Oz es un placer saber 'más cosas', pero como estricta reflexión a partir de los orígenes (familiares) queda lejos de otros, como Sebald.

Pd: una frase maravillosa de Oz, en la página 79. Podría ser de cualquier idealista romántico alemán: "...la caricia fría de los deseos ancestrales." Posiblemente no quiso decir Oz lo que yo he querido entender, sobre el yo oculto y biológico que tanto nos esforzamos, por motivos mezquinos -impuestos por ese mismo yo- de esconder bajo la alfombra de la cultura y la sociabilidad. Mi amigo Freud sabía lo que se decía.

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