miércoles, 17 de septiembre de 2008

Bernhard (1)

La juventud, siempre creadora, es muerta por el Estado, por la Cultura, la religión y la educación. Construyen sus sólidas y eficaces entelequias sobre el cadáver del espíritu, previa y necesariamente asesinado, que es implacablemente perseguido y aniquilado. El Estado es siempre sádico. También los amorosos padres sirven de amoroso instrumento, de muy amoroso instrumento, a ese sadismo idiotizante tan necesario.

Bernhard habla de su vida, de su Austria y Salzsburgo de este siglo, y por qué no, de cualquier humanidad posible.

La felicidad, la libertad formal, el bienestar material no son signo de la salud espiritual, incluso muestran los huesos corroídos de nuestra civilización enferma. Nietzsche dixit, atque Bernhard...

No hay comentarios: