Muy acertado, pero discutible en los puntos esenciales. Por partes. ¿X, Y, Z, la prima de Z, etc.? No. La realidad es que las variables, en la realidad real -la que no existe y permite cierta evasión- son absoluta e invenciblemente inavariables. INVARIABLES, palabra a su vez invariable y de potenciada (y cinética) eficacia defensiva. Como una defensa numantina o integral. Integral. Ahí está el asunto; Íntegro e integrista: ¿los principios al servivio de la vida -de la libertad y felicidad posibles, aunque no eternas- o la vida, en santa y dolosa donación, al servicio (inhumano, antropófago, masoquista) de los sacrosantos principios inoculados? Acuérdese el lector de ciertos dogmatismos filosóficos, políticos y religiosos, y de sus devastadores efectos.
Por otro lado. ¿Por qué a mayor deseo, mayor ímpetu integrista, y a la postre menor deseo, o mayor deseo frustrado? ¿Qué ley de la química, algún licenciado en químicas sabe realmente de la verdadera química, qué ley de la física, o de la religión, autorizan o fomentan tan triste proporcionalidad inversa entre tú y tú mismo?. He dicho.
viernes, 29 de mayo de 2009
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