Frío
el viento de otoño
afilado
de ocre tierra
sembrada de sí,
sueño entre múltiples
formas huidizas
y persistentes
para escapar
en cualquier dirección
sin buscar ni encontrar
el cálido sol
ni la inocente paz
de dichosos colores
en ojos dichosos
y miembros extendidos
al sol y la vida.
domingo, 17 de mayo de 2009
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