sábado, 23 de mayo de 2009

Poema

Tenía muchos nombres -Host,
Íbico, Heriberto y Noel- y no sabían
los allegados qué epitafio grabar.
Porque ninguno era su nombre, él
que no tenía voz propia y Odiseo
siempre le pareció un personaje
literario. Porque detrás (¿arriba,
abajo, delante, dentro, fuera?)
no había nada. Y Nada no es un
nombre. Porque nada podía
ni debía existir en modo alguno
si quería seguir, sin motivos pero
preso de ella, con su existencia
de chalupa y cabotaje.
Porque, y es la única sabiduría,
zarpar no es necesario pero sí navegar.

No hay comentarios: