De Vila Matas 'Una casa para siempre'. A trozos, sin ganas. Ninguna de las historias resulta ni original (esto es lo que menos importa) ni atractiva (¡leso delito en libro tan pequeño, 140 en holandesa y letra grande). Posiblemente una novela fallida. Para más inri, la contraportada, de quien sea, engaña y disfraza de 'hermosa, culta y literaria' este aburrido borrador. Tres perlas aprovechables, hecha la inversión, que el tiempo y el dinero menudean.
Las novelas de formación -incluso las de final no feliz- son todas falsas pues, dice Vila Matas, la experiencia nunca enseña nada. Contundente malabarismo lingüístico para decir, creo yo, que enseñan, precisa y exactamente, eso, Nada. El distanciamiento, el fragmentarismo (literario y vital) sólo es decente desde la formación/deformación. ¡Para estar de vuelta hay que haber estado de ida!. En fin, la frase de Matas, un exabrupto retórico.
Segunda lindeza. 'Cuanto más desgraciado es uno, más posibilidades tiene desarrollarse artísticamente'. Conforme, bien dicho. Pero inmediatamente hace Vila Matas el siguiente comentario, a modo de conclusíón lógica: ' esto demuestra que la creación es imperfecta'. Pienso que ambas afirmaciones, la segunda una tautología, están desconectadas y que así han de mantenerse, sino queremos incurrir o propiciar un desfondamiento o rendición explícitos de la Literatura. Recuerde Vila Matas que la alternativa a la Literatura no es el silencio comunicador, sino la barbarie burocrática y primaria.
Tercero. Aquí si acierta Don Enrique. 'Todo lo que pensaba me parecía inútil expresarlo, puesto que ya lo había pensado. Y para colmo perdía el hambre. Y no digamos las ganas de escribir'. Esto es cierto. Este agrafismo honesto siempre nos atenaza, y sólo unas líneas escapan, de cuando en cuando, de tan dura cárcel.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario