jueves, 17 de julio de 2008

Janouch

Sin entrar en la cuestión, por otro lado importante, de la cercanía y compresiones reales de Janouch hacia Kafka, pues era, como no podía ser de otro modo, infinita la distancia entre ellos, sin valorar, ya digo, el valor 'objetivo' de las (supuestas) 'Conversaciones con Kafka', dos cosas me han llamado la atención.

La distinción entre la Literatura, que es mero entretenimiento o fácil evasión, y la Poesía, referida a la esencia inaprensible y oscura de la existencia. Kafka despreciaba la Literatura. Kafka, Bernhard o Hesse, evidentemente, se encuentarn a años luz de los triunfantes personajillos de moda. La pléyade hispana de afortunados secundones es tan extensa...

Kafka entendía y experimentaba su hacer literario como un desahogo personal, como una gratificante y cruel expresión individual. Él era su primer y acaso único lector. El 'qué' opcaco e insolente de la vida, de su propia vida, era su demonio inexorcizable. Cualquier época, hasta las más claras y rotundamente felices, son para el individuo consciente un escenario absurdo en el que naufraga, más o menos lentamente, cada individuo, no menos absurdo.

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