miércoles, 30 de julio de 2008

Literatura II

El tema es qué es hacer Literatura. Por qué hacerla. Distingamos entre la literatura para entretener, que mejor que peor, que de todo hay, narra y cuenta, reconstruye, lo afuera de la conciencia, sin otra meta que el entretenimiento y el consuelo evasivo, ni persiste a cualquier precio. Su límite es la Belleza, la Felicidad, la Racionalidad, la Utilidad, etc. Esto por un lado. Del otro la Literatura como intento de apresar lo imposible de la propia existencia, el trágico intento de contar quién y cómo y para qué un YO en la vida. Esta forma, llamémosla poética, de la literatura no es entretenida, ni pretende justificar lo que no tiene justificación. Callando a veces, persiste incondicionalmente. Su objeto, interminable y doloroso (y no exagero un ápice) es la propia conciencia (llámala como gustes) en su nebulosa gaseosa de voluntad, memoria, inteligencia, sentimientos...

Descubres al final que no es posible la 'explicación' de tal engendro (tal vez un tumor o una cifra, posiblemente mero azar neutro) y ni siquiera su descripción (y esto es importante; no hay reposo ni avance). Vives, no puedes reconocértelo de otro modo, en un YO alquilado, ajeno, sin valor y sin fin. Descubres aterrado que no eres un mero expectador de tan injusto entuerto sino su impotente protagonista. Descubres que la obra no acabará nunca y que la Literatura -que en el fondo nada tiene que decir, pero que precisamente por eso es inevitable, para algunos- descubres que la Literatura es la postura menos absurda y dolorosa, dada tu estúpida lucidez, de afrontar las horas y los minutos.

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