No termino de entender/admitir la distinción de Camus entre reflexión y acción. Si la acción fuese una cuestión exclusivamente personal, de alcance exclusivamente personal... pero no, Camus se refiere a un hacerse en la lucha que ficciona (y que sabe que ficciona) la autotrascendencia.
Este punto de 'ingenuidad', de legítima y lúcida ingenuidad si se quiere, me hace recordar a Nietzsche y su inocente e imposible (indecible e indeseable) Superhombre. La lucidez y valor terrenos junto al vitalismo más inocente al que Camus nos impele también puede encontrarse, si se desea, en Nietzsche.
Por ahora, entiendo/admito la reflexión camuniana del hombre rebelde y su 'callada victoria' al hacer ennmudecer a los dioses, pero no puedo identificarme con el compromiso 'con la historia y el tiempo' (nuestro único reino) del existencialista francés.
domingo, 8 de junio de 2008
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