Una perversa ingenuidad consiste en pretender alcanzar un estado 'divino' por medio de alguna rocambolesca contraseña lingüística, que nos permita no sólo la felicidad sino también prescindir del lenguaje en absoluto. Esta cabalística epistemología y ética es más comun de lo que se pudiera pensar, y mucho más demoledora que la muy criticada sana ingenuidad de la mayoría.
En el arte más contracorriente, en todas las formas de la literatura y en los más escépticos y nihilistas pensadores anida esta enfermedad fatal y beatífica de la superación, aunque sea hacia abajo o hacia atrás.
jueves, 20 de septiembre de 2007
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