Resulta abrumador mi alocado afán de lectura. Quisiera ir más despacio y leer más provechosamente. Autores y títulos se me amontonan en el deseo. Tal vez un plan de lectura, o simplemente acotar algunos autores y libros. El placer de la lectura es inmenso. La desazón por cuanto no se leerá no es menor. lo que realmente escuece, he descubierto, es el convencimiento de no haber leído correctamente (y sabrán los dioses lo que esto pueda significar), de no haber leído de verdad, tanto y tantos grandes libros. El temor de no saber leer. El miedo a reducir la Literatura a un placer de unas horas al día, o simplemente de convertirla en una actividad vacía. esencial, ineludible y vacía.
Como la Vida, la Literatura es un ímpetu a ningún lugar. Una nada retorciéndose, burladora de sus amos, de sus esclavos.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
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