miércoles, 23 de septiembre de 2009

Miércoles 23

.
La vida imita a la filosofía. Desgraciadamente. Las piruetas de los filósofos, sus trampas conceptuales -su vergonzosa voluntad siempre escondida- y sus interminables y cansinas peroratas. Al límite de la filosofía se halla la poesía, y más allá el silencio. Como un plácido reproche a la existencia. Igual, lo digo ahora, no es mala tan enmarañada similitud. Quién sabe, igual aprendemos a callar y a asumir la derrota y la traición. Pero la verdad, hasta que eso llegue, ¡cuánta falsa, cuánta estúpida comprensión y religiosa absolución nos regalamos y mendigamos unos a otros, y a nosotros mismos!
.

No hay comentarios: