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Trivial, monótono, hasta la extenuación. ¿No es esa la meta buscada? Circular, lento, expectante de los días, todos iguales. Un resquicio, una falla, un error en la maravillosa maquinaria de la Nada. El sueño reparador, los sueños diabólicos, y un atroz miedo a los amaneceres y al discurrir del tiempo. No por su propio discurrir y acabarse, en absoluto, sino por la ruidosa parafernalia que acompaña al fúnebre cortejo.
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martes, 27 de octubre de 2009
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