domingo, 23 de mayo de 2010

Domingo 23

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Incansables, los progenitores y demás familia.
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Algo de la Canto (sobre Borges). Ella esperó a que él muriera para publicar. Él lo escribía a escondidas mientras mantenía (después de la ruptura) una gran amistad. ¿Cómo se puede tener de noviete -al menos así lo creyó Borges- durante 7 años y al mismo tiempo pensar (o decir que has pensado, más bien) eso de que "yo había oído que Borges no era exactamente buen mozo, que ni siquiera tenía un físico agradable. Sin embargo, estaba por debajo de lo que yo había esperado."?
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Me han regalado 'Conversaciones en La Catedral', de Vargas Llosa. Las circunstancias no me permiten leerlo ahora. Me apetecería. Como tampoco el 'Viaje al Japón' de Kipling. Otra vez será, o no.
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Demasiados libros a la vez. Dispersión. Necesidad (en lás últimas semanas) de pasear y bajar el ritmo de lecturas. A veces echo de menos las 8 ó 9 horas casi seguidas leyendo; pensaba menos, era más feliz.
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Hablo de mí; entre la hipocondría y la neurastenia media la neurocondria. Aderezada con demasiado tabaco y café.
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Empecé un Payne que alguien (no recuerdo quién) me prestó. Interesante, pero he de olvidarme de él por ahora. Quizá este verano, junto a República y el Zaratustra.
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En mi listado de únicos poetas del mundo mundial (y la historia universal) creo que olvidé a Borges. Imperdonable. Rimbaud, Trakl, Wilde, Rilke, Vallejo, Pessoa, Pavese, Kavafis, León Felipe, Machado, los dos Egea, Ángel González, Gil de Biedma, de Cuenca, los dos Panero, y Borges. 18, ni uno más.
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2 comentarios:

Martín López dijo...

Yo sí lo recuerdo.

Egoficción dijo...

¿A qué se refiere usted?