Ego dico:
Sé que el motor de la Historia es la felicidad, o la libertad, o la dignidad... pero sé que el mío es el miedo. No son la inteligencia, la felicidad o la libertad formas de combatir el miedo y el frío, sino sus modos esenciales. Terrorífico descubrimiento, posterior al del Eterno Retorno; he alcanzado un estado de vejez -palabra mucho más noble que la de madurez- al que Nietzsche no pudo llegar. Su último enemigo fue la compasión, el mío el espejo.
sábado, 10 de mayo de 2008
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