miércoles, 29 de abril de 2009

Miércoles 29

Es extraño cómo transcurre el tiempo y se suceden los acontecimientos. El tiempo, en ocasiones bastan unos pocos días, lima y orada las más firmes posiciones. Me pasa a mí, que soy poco de fiar, y les pasa a otros, que parecían tan convencidos de sus propias convicciones. Es de agradecer el proceso erosionador. Deja la vida en sus raspas. En lo que auténticamente es, al margen de nuestros sueños y sentimientos; que sí, que son necesarios, pero posiblemente más inutiles que la pura verdad al desnudo. Y la tristeza, me digo, es otro sentimiento, como el de sentirse traicionado sin otro motivo que ser tú tal cual eres. O la ilusión por un nuevo libro, o por un viaje a una ciudad mítica. El tiempo también los disolverá y los posará inactivos en tu alma, petrificada de humanidad y de años.

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