domingo, 5 de abril de 2009

¡Vaya perla!

Monterroso, páginas 174-175 de 'La letra E' (Alfaguara 2000):

"Leo las conferencias sobre Don Quijote que Vladimir Nabokov impartió durante un tiempo en la Universidad de Harvad, ahora publicadas en libro por sus herederos: 'Lectures on Don Quixote' (Harcourt Brace Jovanovich, 1983) y me sorprende la cantidad de tonterías que dice y repite satisfecho, lo que hace sin duda confiado en su bien establecida inteligencia.
Durante la lectura, que por momentos se4 me va volviendo repugnante, me propongo rebatirlo, demolerlo, hacerlo confesar su ignorancia y dejarlo vencido para siempre e incapacitado para cometer nuevos entuertos; pero pronto me doy cuenta también de que, precisamente, esa empresa sería una tontería, por una serie de razones entre las cuales puedo contar tres, o más bien cuatro; bueno, cinco: 1) pocas personas leerán ese libro; 2) menos leen 'El Quijote' y 3) muchas menos a mí; la cuarta es que finalmente el libro de Cervantes permanecerá igualñ con su desdén o mi simpatía; y la quinta, que Nabokov ya no puede defenderse (como si fuera a intentarlo). La inteligencia se casó una vez más con la tontería; y está bien, no le hace daño a nadie. Pero pienso en los alumnos de Harvad -que suelen no ser tontos- escuchando embobados al autor de 'Lolita', y en las autoridades de Harvad sonriendo complacidas."

Sin desperdicio. Vaya, vaya con el mesurado Monterroso: hasta los herederos y las complacientes autoridades con la cultura oficial (que por eso son herederos felices y autoridades) reciben y comparten de algún modo los calificativos descalificatorios que Monterroso (¡ad hominen!) lanza. Ignorante, presuntuoso, repugnante, acomodaticio, deshonesto (sabedor de su mentira, que no es un simple error), etc. Cobarde, ya muerto, que de seguro no se atrevería a responder al hidalgo guatemalteco.

En cuanto confirme en la güiquipedia quién es el tal Cervantes, me lanzo a buscar y leer tan prometedoras lecturas.

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