jueves, 16 de julio de 2009
Jueves 16
Realmente no tengo nada que decir. Casi, ni que decir-me. Enfrascado con algunos libros de mediano porte, haciendo tiempo en cualquier lugar, pues en ningún sitio aguanto más de un par de días. Esquivando ciertas cuastiones teológicas; el miedo, demasiado humano, es grande. Jugando a tostarme al sol... con mis habituales achaques, pero en un grado muy soportable. Leyendo la prensa y cafeteando... alguna servilleta que va llegando. En fin, algo tan mísero y estúpido que no cabe ni en un diario impublicable. ¿Escribir por obligación? Tal vez, para no perder el hábito, para conseguir unos instantes de claridad... no sé. Quiero decir, ya sabes.
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