jueves, 10 de enero de 2008
Alma
En la época de la ciecia y la tecnología, la muerte de sujeto, o más bien del hombre, ha de significar el triunfo del horror o de la imbecilidad. Por muy desfundamentable que sea el sujeto platónico o el cartesiano más allá de ellos sigue existiendo lo que antes de ellos ya existía, sigue habiendo la inevitable experiencia de cada alma, de cada existencia. Pero que el lenguaje no nos engañe. Se trata de una experiencia de otro tipo al platónico y al cartesiano, más cercana a la poesía y sus nieblas; sin dios ni atributos divinos que palneen por encima de la propia experiencia. Una humilde indigencia que nos trae de vuelta a la tierra y a la propia intimidad.
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