miércoles, 23 de enero de 2008

SIEG HEIL! (1)

De José María Álvarez. En Renacimiento del año 2007. Se trata de la historia política, de las luchas y pactos políticos, durante los dos últimos años de la República de Weimar y de cómo accedió el partido nazi a la Cancillería y a la Jefatura del Estado. Con ser esto interesante y acupar el 80% del libro, me ha resultado muy clarificador y actual el capítulo primero, más de filosofía política, y sus tesis tajantes, aunque no por ello menos válidas, incluso para hoy en día. Los temores de J.M. Álvarez al publicar son comprensibles, pues es bastante políticamente incorrecto lo que nos cuenta de nuestra simplista y engreida Democracia. Unas cuantas citas vayan por delante.

"Lo que pasó en Alemania no creo que fuese un paso más, ni otra forma de golpe de Estado: fue un paso más en la extensión del poder del Estado. No una hecatombe que cayó sobre el mundo, y que las 'Democracias' vencieron. Sino una de las cimas de la Democracia que había optado por la vía igualitaria. Y quizá el silencio sobre la verdad del Nazismo o sobre lo que yo creo que es su verdadero significado, no sea sino el despiadado aunque coherente discurso de esa vía democrática, que cargando todo el peso del horror sobre aquel régimen, parece volar sin trabas en la destrucción de las libertades y desde luego conduce igualmente al control de la sociedad."

"Ese Poder fue 'anormal' en cuanto fue extraordinario, desmesurado; porque Hitler y alguno de los suyos -como Goebbels- manifestaron un excepcional poder de seducción. Eso facilitó aquella situación abominable. Pero 'fue posible' porque existían -y existen- las vías que lo permiotieron. Porque existía -y existe- una aceptación social de/y una legislación que no impedían tales excesos, es más, que los posibilitaban porque eran su propia sangre."

"El sueño igualitario y revachista de las masas alumbradas por nuestra época se mixturaba a la perfección con una Ley que el Positivismo había convertido en el hacha capaz de destazar el Imperio de la Ley."

"Lo que sucedió en Europa en los años veinte y hasta su culminación en los desastres de la Segunda Guerra Mundial, no fue la lucha entre un poder bestial y los defensores de la LIbertad, sino la lucha entre dos formas de 'ilimitados' poderes, muy parecidos en su alma profunda en su intento de culminación de la Igualdad, ambos enemigos de la Libertad y del Estado de Derecho, del Imperio de la Ley."

"Y no es que la Democracia deba conducir a esas catastróficas situaciones. Desemboca inexorablemente ahí al no ser una Democracia Liberal, sino Social, envilecida de intervencionismo socialista, porque éste tiene en sus entrañas todos los bacilos del totalitarismo, totalitarismo que, insensibilizadas las masas por las promesas de ese sueño 'social' acostumbran a obedecer."

"Y conjeturo que el Nazismo fue la culminaciónb -según las circunstancias de aquella época- de la Democracia de masas basada en la negación de principios liberales, en su conversión en Social, y estructurada sobre la idea de que la voluntad de la mayoría es ilimitada."

"El extravío supremo y devastador se sutenta en el concepto de que la Ley es la expresión del mandato -del expreso mandato- de la voluntad popular, y que por lo tanto puede ser cambiante; esto es, que puede modificar el Imperio de la Ley -el Rechtsstaat-, que puede vulnerar la serie de principios, leyes y libertades fundamentales que no son el producto de ningún legislador, sino credas por la evolución de la Humanidad y que han de ser intocables como Derecho Natural."

"Para el Estado moderno y sus legisladores, la soberanía popular, por el contario, puede ser ilimitada. Y ese es el nido de los totalitarismos. Ya Montesquieu alertó sobre el inmenso peligro que supone confundir 'el poder' del pueblo con la 'libertad del pueblo'. Pero como muy bien escribe Hannah Arendt, los dirigentes totalitarios gobiernan y se afirman con el apoyo de las masas..."

"Como muy bien dijo Lord Acton: la más sublime oportunidad que alguna vez tuvo el mundo se malogró porque la pasión por la igualdad hizo vana la esperanza de libertad."

EEl mundo estaba infectado de la enfermedad letal que cree que es posible la Democracia sin Leges Legum (como advirtió Cicerón), sin darse cuenta de que sólo la defensa de la intangibilidad de las libertades impide la muerte de la Democracia, su conversión en Totalitarismo, y que esa defensa no admite otro camino que la barricada de un gobierno de la Ley y no el de cualquier ciudadano ni el de la mayoría de ellos con poder ilimitado."

"No es síntoma de debilidad democrática lo que sucedió en Alemania. No se resistió a la Tiranía porque era precisamente ese totalitarismo intervencionista lo que estaba en la sangre y en la médula de esa Democracia, y fue su culminación como Democracia Social.
La terrible pregunta: ¿Puede la Democracia limitar las libertades que permiten a sus ciudadanos elegir a un tirano y destruir la Democracia?, no pude contestarla la Democracia de Masas. O aún peor; la respuesta sería: No."

"En una Democracia es justo lo que la mayoría considera justo; el poder legislativo como expresión de la voluntad popular -del Todo- ejerce una soberanía total. No es de extrañar que este engendro encontrase tanto eco en los EE.UU. Esa voluntad puede cambiar leyes que han de ser intocables, y el propio déspota puede intoxicar al pueblo con un ideario que le será devuelto como Voluntad General."

"Cuando la sociedad olvida que la Democracia sólo es un medio de evitar la tiranía, de limitar y substituir un gobierno sin violencia, y que la única garantía de la Libertad es el Imperio de la Ley, el equilibrio de poderes y su moderación, y que la soberanía popular exacerbada no es sino otra Tiranía; cuando se olvida que no es la soberanía popular sino las instituciones con suficientes medios para impedir la tiranía, lo que garantiza la Libertad; cuando la Democracia se convierte, vía voluntad general, en la fuerza original de la Justicia, ésta está arruinada."

"Cuando un pueblo espera del Estado su protección, aceptará el crecimiento del poder de ese Estado, pues en él deposita sus esperanzas de felicidad."

"Era el triunfo absoluto de las masas pacificadas levantado sobre el odio a las clases altas y a la inteligencia basado en la liquidación de la Libertad y la excelencia."


En estas últimas citas está la clave. Los individuos hemos perdido el sentido y la responsabilidad de nuestra propia e intransferible existencia, confiando en el Dios Estado el deber de nuestra felicidad y de nuestra humanidad. Se ha perdido el sentido de la realidad humana, finita y sin precio, y se nos oculta, nos ocultamos, que la vida, la de cada cual, es una esforzada y agridulce batalla sin fin. Amansados y entontecidos experimentamos lo que el Estado -que se rige por sus propios motivos de perpetuación del poder y de las clases dirigentes- desconocemos lo que significa la individualidad y la libertad.

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