lunes, 30 de marzo de 2009
Lunes 20 y 10
Voluntad, sus restos al menos, no faltan, como tampoco deseo. La razón, en los momentos de verdad, nunca es un obstáculo ni un motivo. Me pregunto preocupado qué será eso distinto de la voluntad y la razón que me impide la fruición más inocente. Qué se remueve adentro de mí, o que fantasma surge del pasado, con mirada paralizante y que provoca un inevitable malestar. Innecesario, indeseable y altamente tóxico. Mi yo entero se siente acicutado o agusanado, injustamente carcomido por un no yo extraño. Contra lo que he luchado desde hace tanto y que pensé olvidado y que ya me causó infinidad de derrotas y que aquí vuelve insolente y criminal. Me acuerdo de Schopenhauer cuando decía que el carácter es eterno, inmutable, y que es infantil porfiar tu existencia en cambiarlo.
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