miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Soy un cuentista?

Sí, soy un cuentista porque cuento cuentos, normalmente prestados pero a veces propios. Sé que eso no está bien, que el Kinismo (vaya palabra fea) tiene mala reputación (como el dinero y los malos pensamientos) y que no se puede ir así por la vida. Pero, pregunto suplicante ¿qué significa no ser un cuentista? Quien no es un cuenta cuentos desesperado, ¿qué es? Hay cuentos muy lindos (tan falsos como todos, pero maravillosos) que hacen del cuentista un ser bellamente ruín, que hacen hermosas y necesarias algunas mentiras. ¿La verdad? ¿el no cuento? ¿el no cinismo?... para qué, doctos y poetas, para qué sin el hombre, sin mí, sin mis mentirosas y palpitantes vísceras. Yo pienso con el corazón y amo con el páncreas, y los besos más profundos (como queriéndome vaciar en esa boca) los llamo -¡menudo cuentista!- micro-microbesos.

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