Hoy, 10 de marzo, viene mi sombra vestida de cielo,
de cielo de noviembre. Embozado de cierta manera
se acerca mi espeso reflejo y lo puedo palpar,
y hasta olerlo. Tabaco y viejos libros. Café y destiempo.
Mi sombra, mi voz. El resto, un cuerpo sin puertas
ni ventanas, un eclipse de mi sombra. El sentimiento,
el poema, las luces, la inteligencia, un eclipse de vida.
Puede que sea este extraño otoño que dura ya tanto,
o tus fugitivos y generosos ojos o la ginebra de anoche,
puede ser, pero hoy, no puedo remediarlo, me persigue
con esperpénticas muecas mi sombra vestida de mí.
miércoles, 11 de marzo de 2009
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