Como soñando
recuerdan los viejos
siempre plena
una infancia lejana.
Sueñan los niños
en sueños imposibles
y demasiado bellos
para no cantarlos
y compartir su inocencia.
A otra edad, inciertas
la juventud y la vejez,
no se sueña.
No es que la vida
y su cotidiano ser
te hayan atrapado,
no, no es por eso.
Es que a cierta edad incierta
los sueños y los recuerdos
duelen, duelen de verdad.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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