Un 21 de diciembre,
por ejemplo éste,
es ideal para recordar
algunos grandes poemas
-aquel de Ángel González
sobre su amada y Dios,
o el de Biedma sobre
la juventud maldita,
o el de de Cuenca
pillado in fraganti...-
una fecha perfecta para
recordar pero no para
escribir poema alguno.
.
Porque nada se siente;
unos rayos de escaso sol
sobre mi otitis de fumador
son mi única sentimiento,
como una afección neutra.
.
Unos versos sobre la Nada...
no sé... lo de siempre.
Y tampoco quiero abusar de la ironía
y de los demás recursos antiéstéticos...
Describiré un bello paisaje, eso haré.
.
Con el perfil exaltado entre el blanco
invernal y el azul de un día sin nubes
y frío cortante, majestuosa, poéticamente
omnipotente, se alza en las pupilas
y el corazón la mastodóntica sierra.
La Alcazaba y el Mulhacén reinantes
sobre bellos y románticos puebluchos
y sobre la mesita con mi café y el Ducados...
.
...y recuerdo a Juan Luis Panero
disertando, en un magnífico poema,
sobre no sé qué estúpida
convención en Roma. De poetas,
de acaudalados poetas hubo de ser.
domingo, 21 de diciembre de 2008
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