miércoles, 6 de mayo de 2009

Conrad

La tinieblas son el África ignota y primitiva. Virgen y a disposición del hombre universal, civilizado y descreído; la lógica de la ciencia y el progreso sin limitaciones morales. Las tinieblas también son el propio alma vencida y vacía que lejos de la metrópoli y sus hipócritas leyes culturales ha de medirse con la pura vida. Sin dioses ni conciencia se enfrenta Occidente al mundo y a sí mismo. El final es previsible.

Cuando el ser civilizado no es capaz de entender su vínclo con el salvaje es que que la civilización se ha tornado excesivamente epidérmica, un mero añadido cinético sin valor.

Perversión. La mejor coartada para a mentira es la verdad.

Esquizofrenia. Pretender que Hyde y Jeckill habiten el mismo individuo -o cultura-. Ni una cosa ni otra; ni el mono ni el camello; sí a un viejo león. Y después...

Su mayor defecto o virtud; que no sabe ni quiere percibir el afecto.

Una buena/mala idea. Problemas semánticos aparte. Asociación para la Erradicación del Salvajismo, AES; horrenda realización. Entonces, paciencia, paciencia pro supervivencia. Autarquía del alma... la anorexia, indeseable a día de hoy, al final del camino. Búsqueda de un microcosmos tambaleante y empobrecedor; el mal menor; los megacosmos son de peor hechura; desintegran y humillan.

Todo lo comió, salvo el valor.
Todo lo vomití, salvo la conciencia.
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Véase. Esto también. Así si nos entendemos, señor don kantiano. Porque el resquemor sigue ahí imperturbable, como la inmortalizada mosca. No hay preguntas, no hay respuestas... posiblemente -discúlpese la ineptitud del lenguaje- no haya nada; pero la quemazón -que es culpa, cansancio, lucidez, alegría, cobardía...- permanece como el Ser de Pármenides vaciándolo todo.
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Dícese de lo que se sigue por necesidad. Lo evidente y normativo, lo que justamente ha de ser y sucederse (ser). ¡Cómo si hubiese cadena alguna a la que agarrarse! El destino y el azar, también ellos, esconden la burla de una fórmula quimérica. Sin lenguaje no hay ser; no hay lenguaje sin ingenuidad y miedo; luego la existencia es horrorosamente cuerda. Schopenhauer dijo. Ingenuo, sí, pero antes el silencio y la ruidosa poesía que el Superhombre o que jugar a los juegos del lenguaje, que es como no jugarlos con seriedad. Un león cansado...
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Pd (amistosa): Chelsi 3 - Costerocatalana 1 (de Mesi a lo Raúl).

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