martes, 26 de mayo de 2009

Poema

Lo hacías tan despacio
que me quedé dormido
y cuando desperté aún
seguías con el estriptis,
contoneándote hermosa
en lucha con un minifalda
blanca, el cinturón ya caído
sobre el parqué y la camisa
a medio desabrochar.
Iba para largo, así que salí
a tomar un café; se habló
de fulbol y ojeé el periódico.
Con el segundo descafeinado
pagado subí ráudo a disfrutar
de tu cuerpo desnudo, pero, ¡ay!,
sólo habías avanzado un botón
y la faldita aún estaba en su
sitio. Pero el amor es el amor
y no me preocupé, decidí
tomar una ducha y preparar
la cena. Cuando volví estabas
en braguitas y te disponías
a... cuando desperté (o fuiste
tú quien despertó) y se me
acabó el poema y sólo pude
imaginar el resto.

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