jueves, 14 de mayo de 2009

Koestler, 'El uno...'

"[El revolucionario soviético] es un fanático de la lógica. Lee a Maquiavelo, a Ignacio de Loyola, a Hegel y a Marx; su implacable frialdad hacia el género humano desemboca en una especie de piedad matemática. Esta siempre condenado a hacer lo que más le repugna: a transformarse en carnicero para terminar con las matanzas (...) [El disidente, la víctima] ha descubierto en sí una conciencia, y el tener conciencia le hace a uno tan inepto para hacer la revolución como tener papada. La conciencia corroe el cerebro, como un cáncer, hasta que termina por devorar toda la sustancia gris."

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