sábado, 2 de mayo de 2009

Sábado 2

Apenas hora y media sin echar benzomatacristianos a las venas ni alquitranes sobre los pulmones. Leyendo el libro de Carr sobre cómo dejar de fumar. Parece fácil, en verdad lo es. El difícil soy yo, mi hipotálamo malcriado. La fórmula: que el miedo a dejar de fumar no te evite imaginar e ir disfrutando de una vida indiscutiblemente más sana y limpia. Lo del ahorro económico también es importante: tres o cuatro de bolsillo a la semana.

Estado de ánimo adentro de mi estado de abstinencia: bien, sin 'mono' (eso creo) pero más sombrío y sin ganas de hablar ni de pensar... ¡maldiciendo a José Ortega y a mi auditorio!, porque para el lunes inexcusablemente he de tener una líneas sobre el asunto.

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